La metropolis y la colonia
Datos Biográficos
El Dr. Francisco Javier Eugenio de Santa Cruz y Espejo, llamado "el Indio" o "el Sabio".
Nació en Quito, en el siglo XVIII, el 21 de febrero de 1747. Falleció un 27 de diciembre de 1795, a la edad de 47 años.
Era hijo de Luis Espejo, indio neto, de Cajamarca. La madre fue doña Catalina Aldaz y Larraincar, humilde mestiza: chola (hija de blanco en india), según unos, o mulata. Entonces, el Dr. Eugenio Espejo no fue indio en la rigidez del vocablo, sino fue mestizo.
Escritor y Prócer
Espejo ha pasado inadvertido en el mundo de las letras y ciencias, e igual decimos en el terreno de los hombres redentores de pueblos. Asiduo combatiente fue de los derechos civiles del hombre y de la soberana libertad …ver más…
También en el libre ejercicio de la misma habría de encontrar obstáculos por parte de sus colegas, quienes tenían muy a menos formar dictamen con él en los casos en que la gravedad del paciente requería "junta de médicos". Por ejemplo, hubo un sacerdote, Fray José del Rosario, que negose terminantemente a concurrir a la cabecera de un enfermo si el Dr. Espejo se encontrase allí. El miedo de dejar traslucir su incompetencia les impulsabas a repudiarle.
Era un filósofo. Era todo un médico científico que consumía 16 horas diarias en continuo escarbar la etiología de las enfermedades. De ahí que se ganara el cognomento de "sabio", aplicado sin remilgos por las gentes que de cerca tuvieron la gracia de tratarle.
En efecto, sus conocimientos en varias materias fueron extensos e intensos, y su erudición tan sorprendente que a veces se nos hace difícil compaginarla con el escaso tiempo que dispuso. Pero ahí están sus obras y la lectura de las mismas confirman el aserto de su singular acervo cultural. Especialmente su famosa obra conocida como Reflexiones acerca de las Viruelas, escrita en el 1785, hace nada menos que 172 años, y confeccionada en sólo tres semanas. Obra pequeña en volumen pero grande en apretados conceptos biológicos y contenido histórico. Es un trabajo realmente enjundioso. Pocas veces se encuentra en cerca de dos centenares de cuartillas una revisión histórica, no sólo de las viruelas sino de buen número de