La crianza: con la boca es un mamey
DESCRIPTIVO:
El desierto estaba tan árido que cada granito de arena parecía un sol que irradiaba su propio calor y quemaba a la vista, en el cielo no se veía ni una nube y el sol pegaba en los ojos, dejando deslumbrados a todas las personas que estábamos ahí, los pocos animales que se atrevieron a salir en esas condiciones buscaban resguardo y sombra ante aquellas despiadadas condiciones, en el horizonte no se podía ver ni una gota de agua, mi arboles que indiquen la presencia de algún manantial, solo se veían cactus y arboles secos y muertos lo cual hacia que todos perdamos las esperanzas de sobrevivir a este clima infernal que nos estaba agotando física y mentalmente, cada segundo que pasaba se sentía mas calor