La actitud de los poderes públicos hacia el monopolio
El monopolio es un sistema que plantea problemas, no solo por la pérdida de eficiencia que supone la reducción de la producción, sino también porque el monopolista obtiene un beneficio económico a costa del comprador.
Esto no es aceptado por muchas personas, ya que tener que comprar al único proveedor de un bien o de un servicio, y esto ha llevado a que en muchas sociedades los votantes hayan otorgado a los gobiernos poderes para adoptar medidas encaminadas a controlar a los monopolistas naturales.
Este objetivo se logra cuando El Estado asume la propiedad y el control de monopolio natural o regula meramente el precio que cobra. En algunos casos, pide a las …ver más…
En primer lugar, exige caros procedimientos administrativos en los que las autoridades y las empresas discuten sobre los gastos de la empresa que pueden incluirse en los costes que se le permite recuperar.
El segundo problema de la regulación basada en los costes más un margen se halla en que reduce los incentivos de la empresa para adoptar innovaciones que ahorren costes, pues al ser adoptadas, las autoridades la obligan a bajar sus tarifas.
Por otra parte, en los casos en los que las autoridades fijan las tarifas permitiendo al monopolista añadir un margen fijo a los costes en los que ha incurrido, el monopolista regulado puede tener en realidad un incentivo para aumentar los costes, en lugar de reducirlos.
La regulación basada en los costes más un margen no resuelve el problema básico del monopolista natural, que es la imposibilidad de fijar un precio igual al coste marginal sin perder dinero.
Contratación en exclusiva de un monopolio natural
Cuando el Estado invita a las empresas privadas a pujar por el mercado del monopolista natural, consiste uno de los métodos más prometedores para resolver los problemas de un monopolio natural.
Con este método, el incentivo para reducir los costes es exactamente igual de poderoso que el de las empresas competitivas normales. La competencia entre las empresas licitadoras también debería disipar cualquier preocupación por la justicia de los beneficios monopolísticos.
La