Los indigentes se han convertido en un arquetipo alejado de la población civil, como los habitantes fantasmales o peor aún, invisibles que viven en las calles de una ciudad que parece no corresponderles.

Ocurre que siguen siendo personas reales, de carne y hueso, que por diferentes causas han caído en esa condición de indigencia que los limita y por alguna razón les concede un pasaporte de ciudadanos de segunda clase.

El problema se agrava cuando las propias autoridades no tienen cifras exactas de cuántos indigentes existen en Hermosillo: Cifras dispares, cada una de las dependencias gubernamentales responde que a ellos no les corresponde el cuidado de esta población vulnerable y sólo son esfuerzos aislados, programas inconexos, …ver más…

Sassia Sasken, socióloga holandesa, argumenta que hay una tendencia de la sociedad moderna de expulsar a las personas que ya no son útiles para los mecanismos del neoliberalismo a través de una sutil indiferencia, recluyendo las políticas públicas de asistencia social y difuminando las responsabilidades.

Un recorrido por el Centro de Hermosillo

Su vida trascurre en una densa niebla de recuerdos que bien pueden ser inventados, su aspecto resquebrajado por la inclemencia del tiempo parece desconocer el concepto de la higiene personal: Su tez morena oculta un terrible cansancio, sus zapatos abiertos como libros por el desgaste y una barba que crece caótica enmarcan su mirada lacónica.

Sus respuestas son casi siempre monosilábicas y enfundado en una chamarra ligera raída por el tiempo y la suciedad, Juan de Dios Hurtado deambula por las calles del Centro, mendigando o buscando comida entre la basura.

Nacido en un pueblo que él dice ya no recordar en el lejano Michoacán, Juan de Dios parece experimentar la condición que María Carretero Rangel, investigadora de la Unam, describió como ‘indigente trashumante’.

Perdiendo la noción del por qué está aquí, el indigente trashumante actúa de forma nihilista, dándole la espalda al