EL DIABLO DE LA BOTELLA
---Hace unos cuantos años conoci a un hombre al que llamare Keawe porque la verdad es que aun vive y su identidad debe permanecer en secreto. Keawe era un marinero que viajaba siempre por el mundo, un dia en la ciudad de San Francisco estaba paseando por una colina llena de casas hermosas y habia una que era un poco mas pequeña que las otras pero la forma en que la construyeron la hacian ver como si fuera la mas hermosa de todas...entonces Keawe se quedo viendola por un rato y se percato de que alguien lo estaba viendo por una de las ventanas, el hombre que lo estaba observando sonrio e hizo un gesto a Keawe para que entrara a la casa...---
Hombre:Es muy hermosa esta casa mía ¿No le gustaría ver las …ver más…

De ahí se sigue que el precio haya ido disminuyendo con el paso de los siglos y que ahora la botella resulte francamente barata. Yo se la compré a uno de los ricos propietarios que viven en esta colina y sólo pagué noventa dólares. Podría venderla hasta por ochenta y nueve dólares y noventa centavos, pero ni un céntimo más; de lo contrario la botella volvería a mí. Ahora bien, esto trae consigo dos problemas. Primero, que cuando se ofrece una botella tan singular por ochenta dólares y pico, la gente supone que uno está bromeando. Y segundo..., pero como eso no corre prisa que lo sepa, no hace falta que se lo explique ahora. Recuerde tan sólo que tiene que venderla por moneda acuñada.
Keawe:—¿Cómo sé que todo eso es verdad? —preguntó Keawe.
Hombre: —Hay algo que puede usted comprobar inmediata mente—replicó el otro—. Deme sus cincuenta dólares, coja la botella y pida que los cincuenta dólares vuelvan a su bolsillo. Si no sucede así, le doy mi palabra de honor de que consideraré inválido el trato y le devolveré el dinero.
—Keawe:¿No me está engañando? Bueno; me arriesgaré a eso, porque no me puede pasar nada malo. Diablo de la botella. quiero recobrar mis cincuenta dólares. No hay duda de que es una botella maravillosa
Hombre:Y ahora muy buenos días, mi querido amigo, ¡que el diablo le acompañe!
—Keawe:Un momento—dijo Keawe—, yo ya me he divertido bastante. Tenga su botella.
Hombre:La ha comprado usted por menos de lo que yo pagué. La botella es completamente suya;