Me gustaría comenzar parafraseando al mismo Wayne Dyer, autor del libro en cuestión, cuando se refiere a que todas las acciones de nuestra vida han sido objeto de nuestra decisión. Nosotros tenemos la capacidad de decidir lo que somos, lo que queremos, lo que sentimos, lo que expresamos, en fin, tenemos el poder de decidir todo el cauce de nuestra vida.

Tus zonas erróneas es un excelentísimo libro de autoayuda, en el cual el autor nos presenta una serie de zonas o puntos débiles que poseemos las personas, y de una manera muy simple y directa, nos explica la manera en que podemos eliminarlas y convertirnos en los dueños de nosotros mismos.

En muchas ocasiones de mi vida me he visto sumergido dentro de algunas de estas zonas, es por …ver más…

Y lo mismo ocurría en el colegio, y sigue ocurriendo en la actualidad para muchas personas. Esas son en la actualidad las personas más prejuiciosas. La negatividad es un concepto que hay que entender desde el punto de vista que siempre habrá gente que no esté de acuerdo con lo que haga o diga, pero no hay que paralizarse por ello. Hay que seguir adelante con lo que hemos planeado para nuestras vidas. Lo que si es necesario es proceras nuestras vidas.

Estar apegado al pasado es una forma errada de pensar, y muchas veces vivimos en, por y para el pasado. La vida es el presente: lo que pienses, eso eres y así como pienses, así serás. Para entender esto, hay que evitar las etiquetas, esos “no puedo hacerlo”, “no soy bueno para…”, “soy muy tímido”, deben ser eliminados de nuestras vidas, porque al estar presentes se repiten en nuestra mente, y luego nos convertimos. Es un círculo vicioso. Vivir con y por las etiquetas es no querer hacer lo necesario para sobreponerme a lo que yo mismo he hecho de mí.

Podemos hacer cualquier cosa que nos propongamos, lo importante es dar el primer paso, y no dormirnos en el intento. Tener la suficiente voluntad para planificar y hacer. Incluso el cansancio es un estado en el que hemos decidido estar.

Algunos sentimientos y emociones son inútiles, porque no benefician en nada nuestro estado de felicidad, sino más bien lo quebrantan. Hago