Ensayo huracanes
EL DÍA QUE NIETZSCHE LLORÓ
IRVIN D. YALOM
Copyright © 1992, by Irvin D. Yalom
© Emecé Editores, Barcelona 1995
ISBN: 950–04–1549–6
ÍNDICE
COMENTARIOS
UNO
DOS
TRES
CUATRO
CINCO
SEIS
SIETE
OCHO
NUEVE
DIEZ
ONCE
DOCE
TRECE
CATORCE0
QUINCE
DIECISÉIS
DIECISIETE
DIECIOCHO
DIECINUEVE
VEINTE
VEINTIUNO
VEINTIDÓS
NOTA DEL AUTOR
COMENTARIOS
Diciembre de 1882. La joven y deslumbrante Lou Salomé concierta una misteriosa cita con Josef Breuer, célebre médico vienés, con el objeto de salvar la vida de un tal Friedrich Nietzsche, un atormentado filósofo alemán, casi desconocido pero de brillante porvenir, que manifiesta tendencias suicidas. Breuer, influido por las novedosas teorías de su joven …ver más…
Hacía años que nadie se dirigía a él de forma tan atrevida. No conocía a ninguna Lou Salomé. El sobre no llevaba dirección. No había manera de decirle a aquella persona que las nueve de la mañana era una hora improcedente, que a Frau Breuer no le gustaría desayunar sola, que el doctor Breuer estaba de vacaciones y que los "asuntos muy urgentes" no le interesaban. Que, en realidad, el doctor Breuer estaba en Venecia para huir de los asuntos urgentes. A las nueve en punto, sin embargo, estaba ya en el café Sorrento, escrutando los rostros que había a su alrededor, preguntándose cuál sería el de la impertinente Lou Salomé. –¿Más café, señor? Breuer asintió con la cabeza al Camarero, un muchacho de unos catorce años, con el cabello negro y húmedo peinado hacia atrás. ¿Durante cuánto tiempo habría fantaseado? Volvió a consultar el reloj. Otros diez minutos de vida desperdiciados. Y desperdiciados ¿en qué? Como de costumbre, había estado fantaseando con Bertha, la hermosa Bertha, paciente suya desde hacía dos años. Recordaba su voz provocativa: "Doctor Breuer, ¿por qué me tiene miedo?" Recordaba la respuesta de la mujer cuando le había dicho que ya no era su médico: "Esperaré. Usted siempre será el único hombre de mi vida". Se reprendió a sí mismo: “¡Por el amor de Dios, basta! ¡Deja de pensar! ¡Abre los ojos! ¡Mira a tu alrededor' ¡Deja entrar al mundo!” Breuer levantó la taza e inhaló el aroma del rico café junto con el frío aire veneciano de