El cid campeador, contado para niños
Hace muchísimos años, vivió en España un gran guerrero que se llamaba Rodrigo Díaz de Vivar. En aquella época, los distintos reinos que componían España estaban siempre de guerra en guerra para aumentar sus territorios. Había reinos cristianos y reinos moros, pero por encima de todos ellos mandaba el Rey de Castilla y León, Fernando I. El padre del Cid era un noble hidalgo que murió en combate al servicio de su señor. El Cid se quedó huérfano cuando tenía siete años, y quedó a cargo de un tío suyo. En aquella época no había coches, ni trenes, ni aviones, los viajes se hacían caminando, o a burro o a caballo. Tampoco había televisión ni radio, ni periódicos ni cines. La gente se enteraba de lo que ocurría gracias a las …ver más…
Un día, un caballero atravesó con una espada el pecho de Sancho, que murió. Aunque casi todos los castellanos sospechaban que Alfonso había tomado parte en la muerte de su hermano, nadie se atrevía a decírselo. Así, cuando todos los caballeros fueron a jurar fidelidad a Alfonso, el Cid antes de convertirse en vasallo suyo pidió al rey que jurara sobre los evangelios que no había tomado parte en la muerte de su hermano. Alfonso juró que era inocente.
Al poco tiempo el Cid se casó con una joven biznieta de reyes, Jimena. Toda la nobleza asistió a la boda.
Con el paso del tiempo, Alfonso VI fue reconquistando los territorios que poseían reyes moros. Estos, para vivir en paz, pagaban tributos al rey. El rey con sus hombres consiguió reconquistar muchas de estas tierras.
Pasaron algunos años, Rodrigo destacaba y se daba a conocer como un gran guerrero, mientras que los favoritos de rey, a los que el Cid había derrotado en otros tiempos, iban tejiendo acusaciones contra él. Hasta que el rey llegó a creer que el Cid no le era fiel, entonces le desterró. Tenía que salir del reino de Castilla.
El Cid partió con sus hombres al exilio mientras su mujer y sus hijos se quedaban en el reino.
En su destierro fue ayudando a reyes amigos en su lucha contra los moros, conquistando muchas tierras. Sus aventuras corrían de boca en boca gracias a los