Ejemplo de deseos naturales necesarios e innecesarios. (Epicuro)
Deseos Naturales y Necesarios.
Deseos Naturales e Innecesarios.
Deseos Innaturales e Innecesarios.
Epicuro, en la carta plantea que hay diferentes tipos de deseos, y según el tipo de deseo que sea, el hombre tiene que dedicarle determinado tiempo y atención para mantener la ataraxia.
Los deseos naturales y necesarios, son aquellos que atienden a las necesidades básicas del hombre, como alimentarse o calmar la sed, la seguridad, etc.
Los deseos Naturales e innecesarios son aquellas ansias que no necesariamente conducen a mayor sufrimiento si no son satisfechas, aunque, una vez más, su satisfacción pudiera obtenerse fácilmente. Dentro de esta agrupación, podemos …ver más…
Que hasta el momento, la persona fue consciente de que el agua y un lugar para sentarse era lo necesario, pero que habría algo mejor que satisfacerla sus necesidades, por moda, por promoción, sabe que la Coca Cola y una cama grande y cómoda es mejor que lo otro.
Y puede suceder, que el deseo de tomar Coca Cola y descansar en la cama de una mueblería famosa, con muchos “beneficios” que utilizan en la promoción, te haga llegar a ser reconocido por determinadas personas, halagado y te de prestigio.
Información extra:
“Al tratar con cada una de las clases de deseos, Epicuro recomienda las siguientes estrategias:
1. Deberíamos intentar satisfacer los deseos necesarios de la forma más económica posible. Así, una dieta predominantemente simple y nutritiva satisfará el hambre y la salud, una morada modesta puede adecuadamente proveer bienestar físico, y las buenas amistades mucho servirán para ayudarse mutuamente en tiempos de infortunio. El estudio de la naturaleza del universo, de forma tal que podamos confiadamente rechazar los absurdos de las supersticiones, es también esencial para mejorar nuestro sentido de seguridad.
2. Nuestra eficiencia al enfrentar lo anterior nos da más libertad y recursos para explorar la gran variedad de deseos "naturales e innecesarios". Podemos perseguir esto hasta la satisfacción de nuestro corazón, es decir, hasta el punto del placer máximo. Ante tal coyuntura lo mejor es desviar nuestra atención hacia algún otro