Doña barbara
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De qué hablamos cuando hablamos de amor Raymond Carver
¿Por qué un cuento? Leer sobre el amor no es vivir amor. Lo hemos dicho y lo repetimos. Claro, las preferencias son, si hay posibilidad de elección, vivirlo. Aunque no podemos dejar de notar y de percibir que los amores ya no vienen como antes. Fugacidad, anonimato, ejercicio, poca palabra, esas son las características de lo que podemos llamar: la gimnasia amatoria postmoderna. Si los grandes relatos económicos, políticos, religiosos, hasta filosóficos o antropológicos, …ver más…
Mel McGinnis es cardiólogo, y eso le da a veces derecho a hacerlo. Estábamos los cuatro sentados a la mesa de la cocina de su casa, bebiendo ginebra. El sol, que entraba por el ventanal de detrás del fregadero, inundaba la cocina. Estábamos Mel y yo y su segunda mujer, Teresa -la llamábamos Terri- y Laura, mi mujer. Entonces vivíamos en Alburquerque. Pero todos éramos de otra parte. Había un cubo con hielo encima de la mesa. La ginebra y la tónica circulaban sin parar, y surgió no sé cómo el tema del amor. Mel opinaba que el verdadero amor no era otra cosa que el amor espiritual. Dijo que se había pasado cinco años en un seminario antes de salirse para estudiar medicina. Dijo que aún recordaba aquellos años del seminario como los más importantes de su vida. Terri dijo que el hombre con quien vivía antes de vivir con Mel la quería tanto que había intentado matarla. Luego continuó: -Una noche me dio una paliza. Me arrastró por toda la sala tirando de mis tobillos. Y me decía una y otra vez: «Te quiero, te quiero, zorra.» Y mi cabeza no paraba de golpear contra las cosas. -Terri nos miró-. ¿Qué se puede hacer con un amor así? Era una mujer de huesos finos y cara bonita, ojos oscuros y una melena, castaña que le caía por la espalda. Le gustaban los collares de turquesas y los pendientes largos. -Dios mío, no seas boba. Eso no es amor, y tú lo sabes -dijo Mel-. No sé cómo podríamos llamarlo, pero estoy seguro de que no debemos llamarlo amor. -Tú dirás lo que