Dimension corporea del ser humano
Significado de la corporeidad
La persona no tiene cuerpo: es corporal
El cuerpo no es algo extrínseco a la persona sino que es la persona misma. También cuando realiza cualquier función de las que denominamos 'funciones psíquicas', como pensar, decidir, sentir, el cuerpo está plenamente implicado. Por eso podemos decir que se siente, piensa, imagina, percibe o actúa corporalmente. Es toda la persona la que actúa. Por esto, toda situación corporal deja a la persona en determinada condición, pudiendo esta condición favorecer o dificultar las funciones psíquicas. Así, una digestión pesada impide el estudio. Un dolor fuerte, dificulta el razonamiento o el discernimiento moral.
La persona no es sólo cuerpo
Está …ver más…
Pero estos objetivos no siempre son compatibles con el desarrollo de la persona, pues la persona crece gracias al esfuerzo y la tensión. Incluso, el mismo cuerpo, si quiere ser perfeccionado, debe ser adiestrado, sometido, exigido. Así ocurre con los músicos, los bailarines, los atletas. Y, en general, cualquier desarrollo de la persona, no sólo en lo físico sino sobre todo en lo intelectual y volitivo, exige control corporal. No es posible el esfuerzo intelectual, esfuerzo que exige un gran concurso corporal, si el cuerpo supone un obstáculo (por falta de autodominio o por enfermedad, o por minusvalía psíquica insuperable, o por dolor insoportable). En el peor de los casos, el cuerpo puede ser tan obstaculizante que incluso oculte a la persona. Así ocurre en las adicciones y comportamientos compulsivos, o en los dolores insoportables.
El cuerpo expresa a la persona
Lo que ocurre en la intimidad o en la inteligencia se manifiesta en el cuerpo y viceversa. La alegría se manifiesta como sonrisa, la carga moral se manifiesta como dolor de espalda, el estrés se manifiesta como dificultad para respirar. A su vez, descubrimos cómo el cuerpo (de un modo especial el rostro) acaba siendo reflejo y testimonio de lo que hemos hecho de nuestra propia vida, de nuestra propia historia. El rostro de los ancianos