Del fuego a la bomba atómica
* En el siglo I, Plutarco escribió sobre una “lámpara perpetua”, que pudo ver en el Templo de Júpiter-Amón. Los sacerdotes del lugar se la mostraron pero se negaron a contarle el secreto de su funcionamiento y origen.
* El griego Luciano (180-120 a.C.) dejó una asombrosa descripción de una bella alhaja que tuvo oportunidad de ver en Hierápolis (Siria). La joya estaba engarzada en una cabeza de oro de la diosa Hera y de ella emanaba una potente luz que iluminaba todo el templo. Tales de Mileto fue el primero en observar los fenómenos eléctricos cuando, al frotar una barra de ámbar con un paño, notó que la barra podía atraer objetos livianos.
Los desarrollos tecnológicos que produjeron la primera revolución industrial no hicieron uso de la electricidad. Su primera aplicación práctica generalizada fue el telégrafo eléctrico de Samuel Morse (1833), que revolucionó las telecomunicaciones. La generación masiva de electricidad comenzó cuando, a fines del siglo XIX, se extendió la iluminación eléctrica de las calles y las casas. La creciente sucesión de aplicaciones que esta disponibilidad produjo hizo de la electricidad una de las principales fuerzas motrices de la segunda revolución industrial. Más que de grandes teóricos, como Lord Kelvin, fue éste el momento de grandes