Cultura de oaxaca
Tan inacabada como un solo paréntesis, tan incompleta como una “i” sin punto.
Solía entrar al metro pidiendo letras. Lo hacía muy temprano, en los primeros trenes de las 6 y cuarto. La gente corriendo semidormida, y ella sin prisas, como quien llega más que a tiempo para una cita.
–¿Me escribes una letra?–, decía con voz muy queda, extendiendo un papel, un boli y una sonrisa gastada.
–¿Cómo?–, reaccionaba un pasajero sorprendido.
–Si me escribes una letra...
–¿Para...?
–Tú me escribes una letra... y ya veremos.
Con gestos delicados los recogía y guardaba en una bolsa de tela blanca que apretujaba como si la temiera perder. Tan pequeñita ella, pidiendo letras