Cuestionario Lumen Fidei 3
Leer los numerales 1 a 22 de la Carta Encíclica Lumen Fidei, para responder el cuestionario que está en el archivo subsiguiente al de la Encíclica. Recuerden que la ayuda de memoria de las respuestas debe quedar escrita en sus cuadernos (bitácoras de lecto-escritura) como también los apuntes de la sesión donde se plantearán los argumentos y se afinará el espíritu reflexivo
1. ¿Cómo se emplea la metáfora de la luz en relación con la fe. Es la fe una luz ilusoria?
La Metáfora se emplea con la realidad del mundo en el cual donde vemos oscuridad Dios será nuestra luz, la fe con la que creemos en el en su existencia nos llevara a la salvación.
La fe no es una luz ilusoria puede ser que para algunas personas en la …ver más…
¿Por qué Abraham es nuestro padre en la fe?
El santo patriarca Abraham es el padre del pueblo escogido por Dios; en él comienza la historia de la intervención amorosa de Dios para la salvación de la humanidad entera de las tremendas consecuencias del pecado original cometido por nuestros primeros padres Adán y Eva.
Dios le dirige la Palabra, se revela como un Dios que habla y lo llama por su nombre. La fe está vinculada a la escucha. Abrahán no ve a Dios, pero oye su voz, esta parábola le da la calificación del padre de la fe.
4. ¿Qué papel ha jugado Israel en la historia de la fe?
Israel se abre a la intervención de Dios, que quiere librarlo de su miseria. La fe es la llamada a un largo camino para adorar al Señor en el Sinaí y heredar la tierra prometida. El amor divino se describe con los rasgos de un padre que lleva de la mano a su hijo por el camino. La confesión de fe de Israel se formula como narración de los beneficios de Dios, de su intervención para liberar y guiar al pueblo, narración que el pueblo transmite de generación en generación.
5. ¿Cómo se da la idolatría y qué papel juega la fe asociada a la conversión?
Se da como lo contrario a la fe, cuando un rostro se dirige reverentemente a un rostro que no es un rostro. En lugar de tener fe en Dios, se prefiere adorar al ídolo, cuyo rostro se puede mirar, cuyo origen es conocido, porque lo hemos hecho nosotros.