Cuento azteca
La quietud del cielo nocturno se ve interrumpida por un as de luz desgarra los cielos; una suave brisa que pronto se convierte en una voraz tempestad azotando de forma inclemente valles y montañas, siniestro presagio delo que se avecina, la quietud que precede a la tormenta es siempre la más tensa, más aun sabiendo el bravío corazón azteca no se doblega ni desiste, jamás depondrá las armas o dará descansó a su ya casi abatido cuerpo hasta que alcance su objetivo, han recorrido un largo camino desde que abandonaron el Aztlán en busca de la tierra prometida, pero al fin logran acariciar ese horizonte que antes lucia tan distante, por fin concluirán el último viaje al hogar, un lugar en donde …ver más…
No obstante Quetzalcóatl pensó en dejar que su hermano tuviera el control absoluto del pueblo azteca esto no le simpatizo a los seguidores de este, Tezcatlipoca por el contrario se mostró feliz al recibir el cargo del pueblo azteca iniciando su reinado con una enorme celebración a la que claro Quetzalcóatl estaba meramente invitado todos tenían el permiso de embriagarse y cometer los actos más ilícitos imaginados y sin imaginar cuando de pronto en la punta de la pirámide mayor construida por un solo motivo en el régimen de Tezcatlipoca que decía que para que para el comienzo de un buen régimen bajo su mando debería de haber por lo menos 10 mujeres de sangre y piel joven que ofrecerían su vida para no provocar la ira del iracundo Dios Huitzilopochtli. Esto hizo enfurecer a Quetzalcóatl retando a su hermano a una batalla por la vida de las mujeres y el régimen del pueblo azteca.
Enfrascándose en una batalla la cual Quetzalcóatl domino y determino consiguiendo el dominio del pueblo, y haciendo que su hermano terminara ya con los desmanes impuestos en el pueblo. Teniendo un régimen prospero por algunos cuantos años todo parecía perfecto en la gran Tenochtitlan cada civilización del gran imperio de Tenochtitlan.
Pero no todo marchaba bien ya que el orgullo de Tezcatlipoca había sido doblegado en esa batalla y derrota