Disertación sobre el drama El Cid, la comedia o trajedia ESPANOL DEPARTAMENTO HARBIN NORMAL UNIVERDIDAD

Introduccion

Rodrigo Díaz de Vivar, llamado El Cid Campeador, fue el jefe de las tropas reales y el héroe de castellano. Sobre El Cid lo más conocido por nosotros es el único cantar épico de la literatura española, Cantar de mio Cid. Es un cantar de gesta anónimo que relataba hazañas heroicas inspiradas libremente en los últimos años de la vida del Rodrigo Díaz. Pero en este tesis, voy a análisis de otra obra sobre este figura, se llama El Cid, es una obra de teatro de Pierre Corneille estrenada en 1636. El argumento está basado en la obra de Guillén de Castro Las mocedades del …ver más…

Corneille la tituló en un principio tragicomedia, quizás porque no tiene un desenlace desdichado. Finalmente decide llamarla tragedia porque hay muchos elementos, como la separación de los enamorados y las situaciones irremediables que son propios de la tragedia. Aunque haya situaciones que podrían ser de comedia, se convierten en tragedia rápidamente.

Al principio de la obra, tiene dos escena que parecen comedia; hasta que en la frase “Rodrigo ¿posees tú valor?” con la que Don Diego se dirige a Rodrigo, comienza la tragedia. En el duelo entre Rodrigo y Don Sancho vuelven a aparecer elementos de comedia, Jimena escoge a Don Sancho para batirse en duelo porque sabe que perderá ante Rodrigo, hasta que se descubre el amor de Jimena y cobra valor (acto V, escena I) Jimena ha elegido a Don Sancho para que se bata en duelo con Rodrigo porque sabe que quien vencerá va a ser él. Al principio de la escena Rodrigo le dice a Jimena que se va a dejar matar y Jimena, sin querer, le dice que le ama, entonces este se llena. de valor y decide luchar.

Análisis el lenguaje de los protagonistas principales

En el acto uno, la niñiera Elcire de Jimene le dice que la preferencia del conde por Rodrique, sería acceder sus enamorados, por eso Jimene está muy contendo. Pero si el conde no lo aceptara Jimene y Rodrigo no tendría oportunidad a casarse, como la parabla de Elvira “espera la orden