Auge y caída de Agustín de Iturbide y el imperio mexicano.
Con lo establecido en el Plan de Iguala y en el Tratado de Córdoba, el gobierno que se instauraría en el nuevo país, denominado Imperio Mexicano, sería una monarquía constitucional. Se llamaría a reinar primeramente a Fernando VII y si él no aceptaba se le llamaría a alguien más de la misma dinastía. En caso de que ningún Borbón aceptara el trono, la Corte del imperio designaría a otra persona.
A fines de 1821, predominaba la idea de que la monarquía constitucional era la forma adecuada de gobierno, pues se juzgaba que la vida de un individuo que de por vida fuera el encargado del gobierno y a su muerte lo fuera su heredero, evitaría la discordias de la competencia por el …ver más…

En esos años, circulaban obras impresas que exaltaban las riquezas naturales de tan extenso territorio, en donde se encontraban todos los climas del mundo se encontraban todo tipo de productos, incluyendo las riquezas mineras. Se pensaba que con un buen gobierno el naciente país se convertiría en uno de los primeros del mundo. Y ese buen gobierno sería el de Iturbide,pues era el líder indiscutido.
Las cosas no salieron como se esperaba. Pues el Congreso consideraba que en él recaía la soberanía nacional y no estaba obligado a seguir con lo establecido en el Plan de Iguala y los tratados de Córdoba.
El Congreso se dividió en fracciones: en primer lugar predominaban los que apoyaban a Iturbide y que pugnaban porque él fuera el nuevo monarca; les seguían en número los que tenían interés en que el monarca fuera de la dinastía Borbón; y el grupo más reducido fueron los partidarios de la Republica. Estos grupos trataban de hacer prevalecer sus intereses, obstaculizando las funciones principales del Congreso, como era redactar una constitución para el Imperio.
Otro elemento de discordia fue que los antiguos jefes insurgentes incorporados al movimiento trigarante, se sintieron excluidos y empezaron a criticar a Iturbide, promoviendo conspiraciones o movimientos contra la monarquía.
En ese ambiente de pugna entre las facciones se supo que las Cortes se negaron a reconocer la independencia de la Nueva España. El resultado