Melissa López Landa

Sexo, cadenas y otras perversiones
Seres lastímeros que jamás actuarán conforme a sus deseos y viven entre enormes culpas, convencidos de su maldad, fantaseando con aquello que ni siquiera han intentado comprender Alberto Chimal.
Con escritores como Alberto Chimal, podemos decir que México podría estar rompiendo una nueva barrera, la literatura fantástica, ámbito de la literatura que siempre ha sido un tema difícil para la literatura mexicana, pero que ha permanecido siempre ahí esperando tener un “boom” como lo ha tenido en otros países latinoamericanos. Chimal retoma varios aspectos de este tipo de literatura que podemos encontrar en sus diferentes cuentos, pero siendo lo más reciente su nueva novela Los …ver más…

Los Esclavos es más que una novela que se encuentra asentada en la mesa de novedades, llega como algo distinto y fresco a nuestras manos, algo que no se acostumbra ver. Acertadamente, Chimal nos da un contraste de dos parejas que viven realidades distintas, en una novela fragmentada que nos da la posibilidad de jugar con sus capítulos y decidir el orden de los mismos; esto acentúa la originalidad del texto, pero a la vez nos pone en un dilema, ¿Qué parte de la historia queremos saber primero?.

Envueltos en un mundo, que al parecer es el México que todos conocemos, con unos toques de más y unos de menos, la vida de Yuyis y Marlene gira alrededor de la ignorancia de Yuyis, jóven sexualmente explotada, y de la mediocridad de Marlene, pornógrafa que explota la ignorancia de quien mantiene captiva y sin ropa. La vida de Yuyis gira entorno a la dependencia que tiene de Marlene, de un dildo y de las páginas de chats que son lo único que conoce, y claro de vez en cuando el sexo “caliente” que tiene con uno o dos actores, igual de mediocres que Marlene, frente a una cámara. El mundo de Golo y Mundo, no gira alrededor de la ignorancia sino todo lo contrario, los dos están perfectamente conscientes, Golo del abuso que puede ejercer sobre Mundo, y Mundo a las miserias a las que será sometido para darle placer a su aclamado “amo”, la