2014 Agosto CUENTO EL COBARDE
695 palabras
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CUENTO: “EL COBARDE”El cobarde
José Luis González
Aquel hombre no sabía más que sonreír, hasta cuando lo insultaban. En el pueblo los hombres lo miraban con desprecio, las mujeres se burlaban de él sin disimulo y los muchachos llegaban a tirarle basura a la cabeza. Él lo soportaba todo, paciente como un buey, con su cobardía parapeta detrás de una sonrisa bonachona.
Si no recuerdo mal, se llamaba Eladio Pantoja. Tres años atrás había llegado al pueblo, procedente de nadie sabía dónde. Vivía en un perpetuo estado de miseria, con la ropa que llevaba encima cayéndose a jirones, de puro vieja.
Sólo una persona en el pueblo lo trataba con humanidad: doña Marcela, la viuda paralítica que vivía en los altos del almacén. Allí …ver más…
¡Pa qué se pondrá uno viejo, maldita sea!
Entonces, inesperadamente, de entre la masa inquieta y temerosa salió Eladio Pantoja. Caminó hacia el viejo en medio de la silenciosa expectativa general y al llegar a su lado le dijo, sin miedo:
-Se hará lo que se pueda, don.
Y quitándose de la cabeza un pingajo de fieltro que él llamaba sombrero en sus mejores horas, caminó hacia la cadela.
La escalera que daba al segundo piso ardía ya, y Eladio Pantoja se abrasó los pies descalzos al pasar sobre los peldaños humeantes. Un humo denso, apestoso a tabaco sin secar y café crudo, parecía salir de todos los rincones. Eladio sintió cómo empezaba a quemarle los ojos.
De un hombrazo abrió la puerta del cuarto de la viuda. Doña Micaela se hallaba inconsciente en su silla de ruedas, cerca de una ventana. En ese instante el cielo raso en las llamas empezó a venirse a bajo por el costado opuesto de la habitación. Eladio Pantoja creyó medir los segundos y corrió hacia la mujer. Bregaba por tomarla en brazos cuando una sección de viga descendió sobre ambos. El hombre cubrió con su cuerpo el de la anciana y apretó todos los músculos. El golpe y la terrible quemadura le arrancaron un solo pujido de dolor.
Luego se halló de pie, con la mujer en los brazos y una nublazón horrible en el cerebro. Caminó a tientas con las últimas fuerzas, hundiéndose por momentos en el mundo oscuro de la inconsciencia.
Los que aguardaban afuera lo vieron salir