- Resumen
- Introducción
- Materiales y Métodos
- Resultados
- Conclusiones
- Recomendaciones
- Referencias
bibliográficas
Resumen
El trabajo tuvo como objetivo evaluar un sistema de
producción de maíz – frijol intercalado a
cuatro surcos en la localidad de Santa Cruz del Municipio de
Huamuxtitlán, Gro., en el ciclo otoño invierno
2012- 2013, con la finalidad de aplicar un paquete
tecnológico, en una superficie de una hectárea bajo
condiciones de riego. La importancia, consistió en
comprobar que el sistema de producción empleado ayuda a
aumentar el rendimiento por hectárea al presentar de
manera uniforme el efecto de orilla en el tamaño de
mazorca, aprovechando las condiciones ambientales de luz, humedad
y del suelo. En este sentido el rendimiento de maíz del
sistema fue superior en un 51% al obtenido por el productor,
cuando ha sembrado de forma tradicional, para el cultivo de
frijol no hubo diferencia significativa en el rendimiento. El
rendimiento del productor fue de 1560 kilos de maíz por
hectárea y con el sistema de surcos intercalados se obtuvo
un rendimiento de 3120 kilos de maíz, y 480 kilogramos de
frijol. El costo del sistema de siembra se estimó en $
7500.00 por hectárea, y el precio de venta de maíz
y frijol fue $3.30 y $20.00 por kg, respectivamente. El
análisis de beneficio/costo registro que el sistema de
siembra de surcos intercalados tuvo en promedio $1.38 pesos por
cada peso invertido.
Introducción
El maíz al igual que el frijol se ha cultivado en
México, desde siglos antes de la conquista
española. Ambos cultivos, son considerados como alimentos
básicos en la dieta alimenticia, no sólo del pueblo
mexicano, sino de América Latina (Rivera, 1976). En cuanto
al sistema de producción de maíz asociado con
frijol ha sido una práctica común en los sistemas
campesinos y son característicos de muchos pueblos
mesoamericanos. Esta manera de cultivar la tierra, presenta
ciertas ventajas, especialmente agronómicas. Una de ellas,
es la regeneración natural de la fertilidad del suelo,
facilitando la exploración más profunda de
raíces. Otra de las ventajas que se tiene al sembrar el
frijol entre hileras de maíz, es el aprovechamiento de la
humedad y la mejoría en la oxigenación del suelo,
por lo que ofrece mejores condiciones para una buena
producción de estos cultivos (Desir, 1975), por lo que se
tiene una mejor utilización del terreno de cultivo.
También, da lugar a un menor riesgo de pérdida por
plagas y enfermedades. En este sentido, se menciona que el frijol
y el maíz, son la forma de asociación más
natural que ha venido prevaleciendo entre los pequeños
agricultores entre los pueblos originarios. Por lo general,
cuando el frijol se siembra bajo este sistema, se realiza durante
los meses de mayo a junio y de forma simultánea (Godoy
et al., 2011). La producción de los cultivos
asociados o intercalados constituye un sistema dirigido a
cosechar energía proveniente del sol, misma, que es
aprovechada en la formación de fruto, grano, forraje,
fibra, aceite, madera, etc. Por lo que su eficiencia se expresa
en términos de la conversión de la radiación
solar en productos finales de utilidad. En este sentido, el que
se tenga un mejor aprovechamiento de luz en forma de
radiación por los cultivos, se traduce, en la
obtención de mayores rendimientos por unidad de superficie
de suelo cultivado por ciclo agrícola (Soplín,
1993). Un factor importante, para el aprovechamiento de la
radiación solar, es con el aumento de la densidad de
plantas por hectárea, en este sentido, la cantidad de
plantas necesarias para lograr plena cobertura del suelo, tiene
que ver con la variedad de cada una de las especies, por
mencionar una: el frijol presenta diversas formas de crecimiento
(indeterminado, determinado y otras formas). En el caso del
maíz, depende de la variedad genética, entre la que
se encuentran los criollos y las variedades híbridas, que
son de gran importancia por el tamaño y cantidad de hojas
que cumplen una función, según la
disposición de sus hojas (erectas o planas) útiles
en la función de la fotosíntesis, por lo que las
plantas poco foliosas, y de hojas erectas requerirán
densidades mayores para cubrir el suelo. De igual manera, se ha
reportado que las bajas densidades afectan significativamente la
captura de luz, y en consecuencia, se ve afectado el crecimiento
del cultivo. Por esta razón, el maíz intercalado
con frijol presenta una notable respuesta al aumento de la
densidad en términos de rendimiento de biomasa (Cirilo,
2000). En este sentido el manejo de la cantidad de plantas,
mantiene una relación estrecha con la fecha de siembra, es
decir, cuando se retrasa la fecha de siembra se dificulta el
manejo del cultivo, por lo que se recurre a la
modificación de la distancia del surcado y del
número de plantas sembradas, para darle las condiciones
necesarias de ventilación y aprovechamiento de la humedad
ambiental, así la planta no se verá afectada en sus
funciones fisiológicas, lo que se traduce en el buen
desarrollo y en el rendimiento por hectárea (Cirilo,
2000).
De igual manera (Luna, 2005), menciona que dicho
rendimiento está relacionado con el método de
siembra, por lo que existen varios sistemas, entre los que se
encuentran, el de siembra de doble hilera, el de siembra de
surcos intercalados, y el asociado, con otras especies como el
maíz – calabaza, maíz – jamaica,
maíz – frijol, de labranza de conservación,
de labranza cero, de alto rendimiento y otros. Dichos sistemas,
buscan dar opciones, para resolver en parte la
problemática en la producción y de rendimiento,
debido a que algunos sistemas, tienen la ventaja de hacer un uso
intensivo de los insumos (agua, suelo y fertilizantes) destinados
al cultivo, a pesar de tener mayor número de plantas por
hectárea. Los insumos aplicados, son los mismos que se
utilizan cuando se siembra a una hilera (monocultivo). En este
sentido, la siembra de surcos intercalados de maíz y
frijol, presenta la ventaja de que se puede tener mayor
número de plantas por hectárea, por lo que se logra
un incremento en el rendimiento superior al 40%, en
relación al que obtiene el productor en hilera sencilla,
en la misma superficie, sin elevar significativamente los costos
de producción del cultivo. Esto es posible, debido a que
los costos en preparación del suelo y manejo del cultivo
no varían, únicamente se incrementa el costo de la
semilla, se requiere el doble de semilla para sembrar la misma
superficie de terreno, por lo que al tener una mayor densidad de
plantas sembradas, permite obtener un incremento en el
rendimiento, en relación a la siembra en hilera sencilla.
Por lo tanto, los rendimientos obtenidos con este método
de siembra se ubican entre 2.5 y 4.0 toneladas de grano por
hectárea, dependiendo principalmente de la fertilidad del
suelo y de la oportunidad de los riegos, entre otros factores.
Por otra parte, este método de siembra puede
también utilizarse en cultivos forrajeros como maíz
y sorgo, con los cuales puede obtenerse una mayor
producción en comparación con la hilera sencilla,
ya que al sembrar en surcos intercalados permite una mejor
ventilación entre las especies (Luna, 2005).
El método de siembra a doble hilera permite
incrementar la densidad de plantas por hectárea, con la
oportunidad de distribuirlas mejor en el terreno. Al modificarse
la distribución espacial de las plantas, se reduce el
sombreo mutuo entre las hojas durante su etapa de crecimiento y
desarrollo. Otro aspecto importante, es el que se refiere a la
cobertura temprana del follaje de la planta, lo que le permite
mayor eficiencia en la interacción de luz, de igual manera
se incrementa el rendimiento al disminuir los problemas por acame
y de plantas improductivas, otra de las características
que presenta el sistema es la rápida cobertura del suelo,
por lo que hay un mayor aprovechamiento de humedad del suelo, y
las malezas de segunda generación presentan problemas para
crecer y desarrollarse, por lo que existe una homogeneidad en las
mazorcas en cuanto a tamaño se refiere. Sin embargo, la
respuesta productiva va a depender del material genético
utilizado (hibrido, variedad o criollo), dichas variaciones,
están en función de la estructura y
fisiología de la planta (Gutiérrez, 2010). Aunado a
esto, se dice que el mayor rendimiento de maíz y de frijol
en surcos alternos se deriva de una mayor densidad de siembra al
presentar una menor competencia con el maíz por agua, una
ventaja que presenta el sistema de siembra de surcos alternos de
maíz-frijol, es la facilidad para realizar el combate de
plagas, malezas y las labores de cosecha (Ruiz, y Loaeza,
2004).
Por otro lado, el rendimiento no depende sólo de
la capacidad de crecimiento del cultivo, sino también de
factores controlables de la producción
(fertilización y densidad de población), utilizando
tanto a variedades criollas como a algunas híbridas
recomendadas para la región (Mendoza et al.,
2002). Por otra parte, Cirilo (2000) menciona que el rendimiento
está relacionado con el ambiente y la elección de
la densidad de plantas. Esta puede ser diferente de la que
asegura coberturas eficientes en la captura de luz, ya que el
maíz se modifica sensiblemente a través de los
ambientes, respondiendo a las variaciones en el crecimiento de
acuerdo a las condiciones (de clima y de suelo). Por lo tanto, el
ambiente y el manejo modifican la densidad óptima en
maíz, entonces, en plantaciones de alta producción
(sin limitaciones hídricas y buen manejo nutricional y
sanitario) será necesario aumentar la densidad de plantas
para aprovechar al máximo las altas cantidades de insumos
puestos al cultivo (Cirilo, 2000).
En el estado de Guerrero se siembran en promedio
anualmente 450 mil hectáreas con maíz, entre las
que se incluyen los distintos sistemas; maíz- calabaza,
maíz –frijol- calabaza, maíz – jamaica,
entre otros (Gómezet al., 2007). Teniendo un
rendimiento medio estatal de 2.1 toneladas por hectárea
bajo condiciones de temporal y de 3.5 a 4.0 toneladas por
hectárea sembradas de riego, cabe señalar que se
tienen reportadas 125 mil hectáreas ubicadas en las
regiones del Centro, Norte y Tierra Caliente, donde se obtiene un
rendimiento promedio de 3.5 toneladas por hectárea, y
así mismo existe un número igual de
hectáreas en otras regiones de las Costas, Centro y
Montaña, mismas que son consideradas de alto riesgo, donde
sólo se obtiene rendimientos menores o igual a 1.0
tonelada por hectárea (Gómez, 2007). Dicho sistema
comparados con los del área de los valles centrales de
Oaxaca, donde se siembran alrededor de 20 000 ha de la
asociación maíz – frijol de mata, son un
tanto mejores en cuanto a rendimiento se refiere, dado que los
rendimientos promedio que se obtienen en dicho estado son de 700
kg ha-1 de maíz y 150 kg ha-1 de frijol. Los bajos
rendimientos son una limitante al constituir el maíz y
frijol la base de la alimentación de las familias
campesinas de la región, por lo que resulta de vital
importancia, tanto social y económica, el mejoramiento de
este sistema de cultivo (Ruiz y Loaeza, 2004), debido a que se
practican en diferentes variaciones climáticas y con
diferentes genotipos de cada una de las especies (Noriega et
al., 2010).
Actualmente, dichos sistemas se han visto reducidos por
el empleo de herbicidas que afectan a las plantas de frijol y
calabaza, por lo tanto, el sistema de asociación, favorece
fuertemente al suelo, al proporcionar nitrógeno a
través de la simbiosis entre bacterias fijadoras de
nitrógeno y la raíz de la leguminosa; que
también acidifica el suelo, liberando con esto nutrientes
como el fósforo fijado en el suelo e incrementa el
contenido de materia orgánica al incorporar el rastrojo
del frijol, y de las arvenses a través de las escardas o
aporques que se le dan al cultivo. Conservando así
temperatura y humedad óptima para el mismo (Noriega et
al., 2010), hoy en día, el sistema de
asociación está presentando problemas por el
patrón tradicional de cultivo, es decir, presenta un
manejo agronómico inadecuado, caracterizado por bajo uso
de variedades que se adaptan a los terrenos de cultivo, bajas
densidades de siembra y desconocimiento en el uso de
agroquímicos, su manejo y de métodos propios para
el control de malezas; de plagas del suelo; del follaje y
almacén. Asimismo, la fertilización se aplica en
dosis insuficientes e inoportunas; es decir, que se
práctica una agricultura de bajos insumos, con
deficiencias nutrimentales de los cultivos (Nicolás et
al., 1999).
Debido a lo antes mencionado, el presente trabajo se
orientó evaluar un sistema de producción de
Maíz – Frijol, intercalado a cuatro surcos en la
localidad de Santa Cruz del Municipio de Huamuxtitlán,
Gro., en el ciclo otoño invierno 2012- 2013, con la
finalidad de aplicar un paquete tecnológico de acuerdo a
la posibilidad económica del productor cooperante, en una
superficie de una hectárea, bajo condiciones de riego. La
importancia del proyecto radicó, en comprobar que el
sistema de producción empleado ayuda a aumentar el
rendimiento por hectárea, al presentar el efecto de orilla
en el tamaño de mazorca, aprovechando las condiciones
ambientales de luz, humedad y del suelo. Lo cual reduce
daños de plagas que atacan al frijol, debido a que el
maíz le sirve como barrera de
protección.
Materiales y
Métodos
El trabajo se llevó acabo en la localidad de
Santa Cruz, del Municipio de Huamuxtitlán, en la
región de la Montaña de Guerrero (Ver figura 1). La
localidad de Santa Cruz se ubica entre los paralelos 17°
46´ 01" de latitud norte y los 98° 34´ 14" de
longitud oeste, a una altitud de 900 metros sobre el nivel del
mar (INEGI, 2005).
Figura 1. Localización de la
comunidad de Santa Cruz, del Municipio de Huamuxtitlan,
Gro
Las actividades que se realizaron para la
implementación del sistema de siembra de maíz
– frijol intercalado a cuatro surcos, son las
siguientes:
La preparación de terreno y labores de cultivo se
realizaron de forma mecánica haciendo uso del tractor con
el cual se dio un barbecho, media rastra, surcado y la siembra
del maíz. En cuanto al barbecho este se realizó a
una profundidad de 0.30 cm, y el surcado se hizo a una distancia
de 0.80 cm de separación entre surco y surco.
La siembra del maíz se realizó el
día 8 de diciembre y el frijol un día
después. Se utilizó maíz hibrido conocido en
el mercado con el nombre de Tornado, con sembradora
mecánica a una distancia de 0.30 cm, depositando dos
semillas a dicha distancia y en el frijol, el material utilizado
en la siembra fue semilla criolla, conocida con el nombre de
vaina morada, de crecimiento determinado, sembrada de forma
manual un día después de la siembra del
maíz, a una distancia de 0.20 cm, depositando dos semillas
por golpe (ver figura 1 y 2).
Figura 2. Siembra del
Maíz
Figura 2. Siembra del Frijol
Fertilización, esta consistió en tres
aplicaciones: la primera, se realizó al momento de la
siembra con la ayuda del tractor aplicando dos bultos de sulfato
de amonio (ver figura 3), como fuente de nitrógeno, cabe
aclarar que la aplicación fue hecha de manera uniforme
tanto para los surcos sembrados con maíz como para los que
fueron sembrados con frijol, en estos últimos se
tapó la salida de semillas con el tractor, evitando la
incorporación de semillas de maíz en dichos surcos.
La segunda se hizo a los 35 días de nacida la planta, al
mismo tiempo se le dio tierra a la planta con la ayuda de la
yunta, aplicando cuatro bultos de sulfato de amonio. La tercera
fertilización se aplicó solo a las plantas que no
lograban desarrollar, aplicando un bulto y medio de sulfato de
amonio. La fórmula que se utilizó fue la
150-00-00.
Figura 3. Fertilización del
Maíz y de los surcos de Frijol
Fertilización foliar, para compensar las
deficiencias que se presentaron a lo largo del cultivo, se
aplicó el producto comercial conocido con el nombre de
bayfolan forte a razón de dos litros por hectárea,
dirigida al follaje de las plantas de maíz y de
fríjol, con el uso de una bomba aspersora de 20 litros,
cuando las plantas tenían 12 y 40 días de nacidas
(ver figura 4).
Figura 4. Fertilización
Foliar
Durante el desarrollo del cultivo, se realizaron visitas
semanales para observar el desarrollo fenológico del
mismo, presencia de plagas y de malezas. El control de malezas se
realizó con la preparación del terreno y al dar
tierra a la planta, está última se realizó a
los 35 días de nacida. En relación al control de
plagas, cuando se detectaron los primeros insectos adultos, se
realizaron de dos a tres aplicaciones de fitoterra para plagas
del suelo Gallina ciega (Phyllophaga sp.), y de los
siguientes productos; decis, muralla y un bioinsecticida
preparado por el productor, para el control de mosquita blanca
(Trialeurodes vaporariorum) en el cultivo de frijol y de
gusano cogollero (Spodopterafrugiperda) en el cultivo de
maíz.
El riego se realizó por espacio de doce y quince
días, por lo tanto se estuvo pendiente en cada una de las
etapas de desarrollo fenológico del cultivo, sobre todo en
las etapas criticas de formación de ejotes, jilote y de
llenado de elote, que de no atenderse en esta etapa a la planta,
se corría el riesgo de cosechar ejotes y mazorcas
vanas.
Una vez alcanzada la madurez fisiológica de
llenado del grano de maíz, se procedió a realizar
el zacateo, esta actividad se realizó con la finalidad de
acelerar el secado de la mazorca para su posterior cosecha. En
este sentido la cosecha se realizó de forma manual tanto
para fríjol como para maíz, en el caso del
fríjol se arrancaron las matas para su posterior trillado
de forma manual, mientras que el desgrane del maíz se hizo
con desgranadora.
Rendimiento, una vez realizada la trilla del frijol y el
desgrane del maíz, se procedió a la
estimación del rendimiento de cada uno de los cultivos;
tanto para el frijol como para el maíz, se midieron los
litros obtenidos de cada uno de ellos. Además, se
procedió a realizar el análisis económico de
la parcela usando como indicador la relación
beneficio/costo, considerando los costos totales y el valor de la
producción de los dos cultivos.
Resultados
El sistema de siembra intercalado a cuatro surcos, tuvo
un impacto positivo en lo que a rendimiento se refiere por unidad
producida, ya que el productor por experiencia sólo ha
obtenido rendimientos de 1560 kilos de maíz y con el
sistema de surcos intercalados se obtuvo un rendimiento de 3120
kilos de maíz, y el rendimiento de fríjol se
mantuvo igual al del productor con un rendimiento de 480
kilogramos, este rendimiento se atribuye por la siembra fuera de
tiempo. En este sentido, se hizo el análisis de
beneficio/costo indicando que el sistema de siembra de surcos
intercalados produjo en promedio 1.38 pesos por cada peso
invertido. Por lo tanto el costo del sistema de siembra se
estimó en $ 7500.00 por hectárea, y los precios de
venta de maíz y frijol fue $ 3.30 y 20.00 pesos por
kilogramo, respectivamente. Por lo que el rendimiento de
maíz fue superior al obtenido por el productor cuando ha
sembrado de forma tradicional, el cual representó un 51%
más que lo cosechado por dicho productor, para el caso del
frijol no hubo impacto significativo ya que el rendimiento se
comportó igual que cuando se siembra de forma
tradicional.
Conclusiones
El sistema de siembra de maíz-frijol en surcos
alternos superó en rendimiento y beneficios
económicos al método de siembra
tradicional.
El sistema de siembra de maíz-frijol en surcos
alternos mostró el efecto de orilla en un 98%, tanto en
maíz como en frijol.
El mayor rendimiento de maíz en surcos alternos
se deriva de una mayor densidad de siembra y una menor
competencia con el frijol por agua y nutrientes.
En el sistema de siembra de surcos alternos de
maíz-frijol, se facilita el combate de plagas, malezas y
las labores de cosecha.
El sistema de siembra de surcos alternos asegura el
ingreso económico del productor, ya que en este
método, se incrementa el rendimiento por unidad
producida.
Recomendaciones
Una recomendación para que el sistema se difunda
en la región de la Montaña de Guerrero, es
primeramente validar el sistema en los diferentes ambientes que
conforman la región, para su posterior
recomendación y difusión del mismo. De igual manera
se recomienda respetar las fechas de siembra que se tienen
establecidas en cada localidad que conforman la zona, ya que es
un factor que puede influir de manera significativa en la
obtención del rendimiento en dichos cultivos.
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Autores;
Fernando Ramírez
Mayo
Área de Ciencias y Medio Ambiente de
la Universidad Intercultural del Estado de Guerrero
Esther Villanueva
Fuentes,
Prestadora de Servicios Profesionales y
Maestrante del Centro de Estudios de Postgrado "Lev
Vigotsky"