- Tántalo
- Pélope
- Atreo y
Tiestes - Agamenón
- Orestes
- Las Erinias o
Euménides - Ifigenia en
Táuride - Menelao
- Helena
- Hermíone
CUESTIÓN 263.
Tántalo
Tántalo, rey de Lidia e hijo de Zeus y de la
doncella Pluto, fue honrado por los dioses más que a
ningún otro mortal. Él comió a su mesa en el
Olimpo probando el néctar y la ambrosía.
Tántalo era un rey feliz que tenía dos hijos,
Pélope y Níobe; sin embargo pronto cayó en
la desgracia, pues se apoderó de él un
comportamiento criminal. Raptó a Ganímedes, un
joven frigio hijo de Tros, inventando así el amor
homosexual; el mismo Ganímedes sería raptado por
Zeus tiempo después. Después invitó a los
dioses a su mesa en su palacio, y quiso probar la omnisciencia de
ellos sirviéndoles en un banquete la carne de su propio
hijo, Pélope, para ver si eran capaces de distinguirla de
la de algún animal. Deméter, distraída por
la pena que sentía por la pérdida de su hija
Perséfone, raptada por Hades, comió una parte del
hombro, pero los demás dioses se dieron cuenta de la
naturaleza del alimento y no lo probaron.
Pélope fue resucitado, la parte que faltaba fue
sustituida por un hombro de marfil, y los dioses decidieron un
castigo terrible para Tántalo. Fue condenado en el
Tártaro a sufrir sed y hambre perpetuas, y un miedo
eterno. Lo pusieron de pie en un estanque y el agua le llegaba
hasta la barbilla, pero desaparecía cada vez que trataba
de llevar un poco de ella a la boca; por encima de su cabeza
colgaban toda suerte de árboles frutales: peras, manzanas,
higos, aceitunas maduras y granadas, que siempre eran llevados
fuera de su alcance por una ráfaga de viento, cuando
intentaba coger los fruto; más arriba, una peña
pendía continuamente sobre su cabeza y parece estar a
punto de caer y aplastarlo bajo su peso.
CUESTIÓN 264.
Pélope
Poseidón adoptó a Pélope, enamorado
de él, y lo llevó al Olimpo como copero;
después regresó a su patria con un precioso regalo
del dios; dos caballos divinos y muy veloces. Después de
un tiempo, Pélope abandonó Lidia y se retiró
a Pisa, en la Élide, donde reinaba el malvado rey
Enómao. Éste se negaba a dar a su bella hija
Hipodamia en matrimonio a ninguno de sus muchos pretendientes,
porque en secreto estaba enamorado de ella. Cualquiera que
deseara la mano de Hipodamia era obligado a competir con
Enómao en una carrera de carros que tenía como
premio la mano de la princesa, pero si perdía le cortaba
la cabeza y la clavaba en las puertas de su palacio para asustar
a otros posibles pretendientes; el rey siempre vencía,
pues su padre Ares le había regalado unos caballos
divinos.
Cuando llegó Pélope a Pisa se
enamoró de Hipodamia y también se propuso obtener
su mano, junto con otros pretendientes en ese mismo día.
Enterado que Pélope era hijo adoptivo de Poseidón,
Enómao aumentó la dificultad de la carrera:
Hipodamia, esta vez había de montar en el carro del
pretendiente, para desestabilizarlo, y partir con ella, y
Enómao lo seguiría y mataría al pretendiente
con su lanza, si conseguía alcanzarle. Como doce
aventureros habían perecido de esta manera, Pélope
sobornó a Mírtilo, el auriga del rey, a cambio de
la promesa de los favores sexuales de Hipodamía, para que
sacase el perno de la rueda del carro de su amo y lo sustituyese
por una pieza igual, pero de cera. De este modo, el aparejo de
cera se rompió cuando se calentó por la
fricción en medio de la carrera, y Enómao fue
derribado y murió al estrellarse contra el suelo.
Hipodamia se casó con Pélope, pero éste
eludió la promesa que había hecho a Mírtilo,
por lo cual el auriga intentó apoderarse por la fuerza de
Hipodamia. Pélope intervino y arrojó a
Mírtilo al mar; antes de ahogarse, el auriga maldijo a
Pélope, y su delito de sangre atrajo grandes males sobre
los dos hijos menores que le dio Hipodamía: Atreo y
Tiestes, y también sobre su hermana Níobe, que
terminó siendo muerta por Apolo y Artemisa, por haberse
puesto por encima sus doce hijos comparándolos con los
únicos dos que tuvo Leto. Al final, Mírtilo fue
elevado al firmamento y transformado en la constelación
del Auriga.
CUESTIÓN 265.
Atreo y
Tiestes
El hijo mayor de Pélope e Hipodamía era
Crisipo. Éste fue muerto por Atreo y Tiestes, celosos de
él, para heredar el reino. La madre de ellos
consintió el crimen, por lo que Pélope la
desterró junto con sus hijos. Después, Atreo y
Tiestes abandonaron a Hipodamia y se refugiaron en Micenas, donde
reinaba Euristeo. Éste murió sin descendencia y un
oráculo aconsejó a los ciudadanos que tomaran por
rey a un hijo de Pélope; los notables del reino eligieron
a Atreo como rey. Tiestes, enfurecido, sedujo a la mujer de su
hermano, Aérope, y de ella obtuvo el maravilloso
vellón de un carnero de oro que los dioses le
habían dado a Atreo, y que era prenda de su
soberanía sobre Micenas. Ahora Tiestes propuso que fuera
elegido rey aquel que pudiera mostrar el vellón de oro,
sabedor de que Atreo aceptaría. Como el vellón
estaba en poder de Tiestes, el pueblo iba a nombrarlo como nuevo
rey; sin embargo, Zeus intervino a favor de Atreo, y
consiguió la abdicación de Tiestes, haciendo que el
sol invirtiera su curso y se pusiera por el Este. Este prodigio
fue exaltado por los notables de Micenas y todos acordaron que
Atreo vuelva a ocupar su posición. Erigido en el trono,
Atreo desterró a su hermano, pero luego, al descubrir la
infidelidad de su mujer, para vengarse, fingió haberse
reconciliado con él y le volvió a
llamar.
En un acogedor banquete, Atreo sirvió a su
hermano la carne de sus hijos asesinados; cuando Tiestes
terminó de comer, su hermano ordenó que trajeran
una bandeja con las cabezas sanguinolentas de los niños.
Entonces, Tiestes lanzó una maldición sobre Atreo y
partió; el oráculo de Delfos predijo a Tiestes que
consumaría una unión incestuosa con su propia hija,
Pelopia, y Tiestes se unió con ella y la dejó
embarazada. Poco después, Atreo se casó con
Pelopia, sin saber que era su sobrina ni que estaba encinta. Al
debido tiempo, nació un hijo, Egisto ("hombre de la
cabra"; llamado así porque en su infancia fue amamantado
por una cabra), el cual continuó la enemistad. Atreo lo
aceptó como su propio hijo, pero Egisto llegó a
enterarse de su verdadera identidad y, acuciado por Tiestes,
mató a Atreo clavándole una espada mientras
dormía.
CUESTIÓN 266.
Agamenón
De los hijos de Atreo, los más famosos fueron
Agamenón y Menelao, respectivamente reyes de Micenas y
Esparta. Mientras Agamenón estaba luchando en Troya,
Egisto se hizo amante de Clitemestra, la cual estaba encolerizada
contra su marido a causa del sacrificio de Ifigenia, cuando los
griegos se estaban alistando para marchar contra Troya. Al
término de la guerra, Agamenón regresó
triunfante a Micenas trayendo consigo a Casandra. Cuando
Clitemestra lo recibió con fingido cariño, Casandra
le advirtió a Agamenón que sería asesinado,
pero de nuevo no tuvo crédito. Llegada la noche,
Clitemestra y su amante se arrojaron contra Agamenón y
contra Casandra y los mataron. Egisto se casó abiertamente
con Clitemestra, y gobernó durante siete años en el
trono de Micenas.
CUESTIÓN 267.
Orestes
Electra, temiendo por la vida del pequeño
Orestes, lo envió al cuidado de su tío Estrofio,
rey de Fócide, el cual estaba casado con Anaxibia, hermana
de Agamenón y Menelao. Allí creció junto con
el hijo de Estrofio, Pílades, que llegó a ser su
compañero de toda la vida. Cuando alcanzó la
madurez, Orestes comprendió que era para él un
deber sagrado vengar la muerte de su padre, pero consideraba
espantoso el crimen del matricidio. Consultado el oráculo
de Delfos y se le advirtió que debía matar a los
dos autores del asesinato de su padre. Con Pílades
volvió secretamente a Micenas y buscó a su hermana
Electra, la cual los ayudó a introducirse en el palacio.
La mañana siguiente, Orestes dio muerte a Egisto
clavándole un puñal cuando éste aún
estaba en su cama, y siendo el varón de más edad
que había sobrevivido en la familia, él
naturalmente ejecutó el juicio sobre el guardián
infiel de la casa, aunque se trataba de su propia madre, quien
también murió apuñalada en el lecho. En todo
fue asistido por su hermana Electra, la cual terminó
casándose con Pílades.
CUESTIÓN 268.
Las Erinias o
Euménides
La acción de Orestes fue justa, aunque le
resultó dolorosa, y con ello creció grandemente su
reputación. No obstante, por haber matado a su madre, pese
a que lo hizo en calidad de justo ejecutor y por orden expresa de
Apolo, las Erinias lo persiguieron sin descanso. Éstas
eran tres diosas: Alecto, Megera y Tisífone, es decir,
Incesante, Gruñidora y Vengadora de Sangre; sus rostros
eran hermosos, aunque de semblante fiero, usaban antorchas y
látigos, y llevaban serpientes en los cabellos y en las
manos. Tenían su morada en el mundo subterráneo, y
eran vengadoras terribles, pero justas, del crimen y ejecutoras
de maldiciones invocadas por un ofendido sobre su ofensor, pero
muy especialmente contra aquellos que violaron lazos de
parentesco. No conocían la piedad, no comprendían
nada referente a circunstancias atenuantes; solamente les
interesan los actos.
Escapando de las Erinias, Orestes buscó refugio
en el altar de su divino consejero, en Delfos; aquí se le
dijo que fuera a Atenas, para ser juzgado en el propio tribunal
de Atenea, el Aerópago. El mismo Apolo se presentó
como abogado suyo, declarando que había purgado su culpa
con el sufrimiento; las erinias lo acusaron con terrible
elocuencia, tal como concierne a unas diosas de la venganza. El
tribunal hallábase igualmente dividido, y Atenea, en
calidad de presidente, emitió el voto decisivo en favor de
Orestes, absolviéndole de culpa. Después de este
juicio, las Erinias fueron apaciguadas por Atena, y desde
entonces aceptaron un nuevo papel como guardianas de la justicia
y llegaron a ser adoradas en Atenas, al pie de la
Acrópolis, con el nuevo nombre de Euménides, "las
Diosas Benévolas".
CUESTIÓN 269.
Ifigenia en
Táuride
Sin embargo, dos de las erinias, Alecto y
Tisífone, rehusaron aceptar el veredicto y continuaron
persiguiendo a Orestes. Desesperado, consultó de nuevo el
oráculo de Delfos. Se le advirtió que fuera a
Táuride (en Crimea) para apoderarse de una antigua imagen
de Artemisa, que los bárbaros nativos adoraban con
abominables ritos de sacrificios humanos, en especial de
extranjeros que eran llevados de otras partes, o que
tenían la desgracia de pasar por allí. La
sacerdotisa del templo era la propia hermana de Orestes,
Ifigenia. Años atrás Ifigenia había sido
llevada a Áulide para ser sacrificada y así obtener
los vientos favorables que requería la flota griega para
partir hacia la guerra con Troya; sin embargo, Artemisa no
permitió que su altar se manchara con sangre, la
sustituyó por una cierva y llevó a Ifigenia a
Crimea. Así llegó a ser sacerdotisa de Artemisa, en
aquellos lugares.
Al llegar a Crimea, Orestes fue capturado por los
nativos en compañía de su fiel amigo
Pílades, y ambos fueron entregados a Ifigenia para ser
sacrificados. Pero Artemisa intervino, e Ifigenia
reconoció a su hermano menor, y le ofreció su ayuda
para robar la estatua. Ella y los dos amigos huyeron del
país de los tauros y emprendieron el regreso a Micenas.
Orestes llevó la imagen a Elea, en el Ática, y
desde entonces fue adorada como Artemisa Taurópolo.
Finalmente, las Erinias dejaron a Orestes vivir en
paz.
CUESTIÓN 270.
Menelao
A la muerte de Paris, casi al final de la guerra de
Troya, sus dos hermanos se disputaron a Helena: la
consiguió uno, Deífobo, que la hizo suya. Pero por
muy poco tiempo, pues a la caída de Troya, Menelao fue
implacable y acabó con él. Terminada la guerra,
Menelao embrujado por la belleza de su esposa, la perdonó
y emprendió el regreso hacia su Grecia natal sin
más dilación. Sin embargo, se olvidó hacer
el preceptivo sacrificio a los dioses para tener una
navegación propicia. Por tanto, varias tormentas los
arrastraron de una a otra costa del Mediterráneo, por lo
que debieron detenerse en Chipre, Fenicia y Egipto; sólo
cinco barcos se salvaron. Después de abastecerse en
Egipto, partió del continente pero encontróse
detenido por una calma en la isla de Faro hasta que él y
sus hombres casi perecieron de hambre e incluso se vieron
reducidos a pescar y comer peces, lo cual constituye el
último recurso para un aqueo. Una ninfa marina,
Idótea, tuvo compasión de él, y le
aconsejó que acechase a su padre Proteo cuando saliese del
agua a mediodía para dormir entre sus rebaños de
monstruos marinos. Disfrazó a Menelao y a algunos de sus
hombres con pieles de focas frescas, contrarrestando su mal olor
por medio de ambrosía. Llegado el momento, se arrojaron
sobre Proteo, el cual adoptó multitud de diferentes
formas, incluso del agua y la de un árbol, pero fue
sujetado en casi todas ellas, y al fin le dijo a Menelao que
éste había sido detenido en su camino porque se
había olvidado de hacer sacrificios a los dioses antes de
salir de Egipto, y tenía que regresar y ofrecer tales
sacrificios; también le dio una gran información
acerca del destino de los otros caudillos. Después de
andar algún tiempo errante, Menelao llegó al fin a
Esparta, en posesión de grandes riquezas recogidas por el
camino, y con el tiempo oportuno para asistir al funeral de
Egisto y Clitemestra.
CUESTIÓN 271.
Helena
Menelao y Helena retomaron su reinado y vivieron una
situación de esplendor el resto de sus días;
tuvieron una hija, Hermíone. Helena fue feliz mientras
vivió su marido, pero todavía le aguardaban nuevos
sinsabores. Después de la muerte de Menelao, fue rechazada
como si se tratase de una calamidad pública, y huyó
a Rodas, a la corte de la reina Polixe; ésta en primera
instancia la recibió con hospitalidad, pero al día
siguiente, y celosa por la belleza que aun ostentaba Helena,
ordenó que ésta fuese ahogada en baño y
colgada de una horca.
CUESTIÓN 272.
Hermíone
Después de haber quedado desagraviado del todo,
Orestes volvió a incurrir en el asesinato. Estaba
prometido a su prima Hermíone, pero la joven se
casó con Neoptólemo, y se marchó al reino de
éste, en Epiro. Entonces Orestes atacó
traidoramente a Neoptólemo en Delfos, lo asesinó, y
procedió a llevarse a Hermíone; Neoptólemo
fue enterrado dentro del recinto del templo y se celebraron
festivales en su honor cada ocho años. De la unión
entre Orestes y Hermíone nació Tisámeno, el
cual defendió el Peloponeso del ataque de los
Heraclidas.
Autor:
AllanAAA