El ocaso de un líder… ¿y de un
sindicato? – Monografias.com
El ocaso de un líder…
¿y de un sindicato?
Al siglo XXI se le ha llamado el siglo de los
movimientos colectivos en virtud de que diversos movimientos
sociales han sacudido a la mayoría de los países
del mundo y han obligado a su transformación interna que
en algunas ocasiones se ha traducido en un cambio de
régimen al quitar a un gobernante, por lo regular un
dictador e imponer a un nuevo líder.
Ciencias como la Historia, la Sociología y la
Economía nos han enseñado a descubrir que
detrás de las acciones de los grandes líderes se
encuentran causas ocultas e impersonales, que reflejan que
detrás de la acción de grandes hombres y mujeres
está el trabajo del pueblo y que por tanto, los cambios
sociales no son resultado de la acción de un individuo,
por lo que puede cuestionarse el mito del héroe que cambia
la historia.
Pero cuando dejamos los libros y vemos la realidad se
observa que el mito sigue funcionando, ya que las multitudes que
luchan por conquistar el poder, una vez que lo logran, entregan
el poder a manos de una minoría, y éstos lo
depositan bajo la conducción de un hombre que al final
termina por desconocer a todos los demás, inclusive a los
que dice representar, a aquellos que le dieron el poder. Las
masas se siguen concentrando en el siglo XXI en torno a la figura
de un líder, que al final los abandona, por lo que se
puede decir que las masas reinan pero no gobiernan (Serge
Moscovici. La era de las multitudes). Persiste entonces la idea
generalizada de que el cambio social depende de individuos que
posean cualidades de liderazgo únicas y difíciles
de encontrar, capaces de influir sobre las masas para dirigirlas
hacia cambios específicos.
¿Cómo y porqué sucede esto?, para
responder a esta interrogante tendremos que recurrir a una
ciencia que es la Psicología social que estudia entre
otras cosas el fenómeno del comportamiento colectivo y nos
ayuda entonces a entender la relación que existe entre los
líderes y las masas, que no es otra cosa que la
búsqueda y conquista del poder social. Algunos
escépticos tienden a ignorar o desconocer las aportaciones
de esta ciencia en este punto, llegando a incurrir en un
reduccionismo científico. Sin embargo, la validez de los
planteamientos de la Psicología Social, al estudiar la
Psicología de las masas, se reafirma al ver que nos
permiten describir lo que otras ciencias han omitido.
Por cuestión de método debemos partir de
la definición de liderazgo, la Psicología define al
mismo como la capacidad de una persona para influir sobre otras
personas para la realización de un conjunto de tareas que
les permite alcanzar metas comunes. Una vez dicho lo anterior, al
analizar la relación que existe entre un líder
social y la masa de seguidores, lo primero que resalta es que el
vínculo que los une es básicamente la
búsqueda del poder. Ya sea el poder de conducir una
nación, un partido político, una
organización o conjunto de ellas.
Si descendemos el nivel de análisis dejando a un
lado la lucha por el poder de conducir una nación, podemos
ver que lo mismo sucede en los partidos políticos, en las
iglesias, en los sindicatos, instituciones que en México y
buena parte del mundo, atraviesan en una crisis de credibilidad,
originada precisamente por una crisis de liderazgo.
La sociedad mexicana atraviesa por una crisis
política, que se refleja en la crisis que se presenta en
las instituciones que son fundamento de la misma. Es decir, en
las instituciones mencionadas líneas arriba, se observa
una crisis de liderazgo, en la medida de que hay una crisis en la
relación dirigente-dirigido. Los dirigentes formales se
han distanciado de quienes dicen representar, tienen el poder
formal, pero no la autoridad moral.
Todo lo anterior me sirve marco referencial para
analizar un ejemplo que viene a reforzar el planteamiento de la
descomposición de las organizaciones por la lucha por el
poder. Veamos como muestra tan sólo un
botón.
El Sindicato de Trabajadores Académicos de la
Universidad de Sonora (STAUS), desde su origen ha sido un modelo
de sindicato a seguir. Por un lado, las prácticas
democráticas que caracterizan su dinámica interna
en las elecciones de Comité Ejecutivo y Delegados
Sindicales, se han realizado en forma intachable, por lo cual se
ha ganado el reconocimiento de otras organizaciones sindicales
como modelo de sindicato democrático.
Por otro lado, su papel de organización que va
mas allá del sindicalismo al realizar una crítica
social le ha permitido realizar la construcción paulatina
de un liderazgo del STAUS en los movimientos sociales que se han
dado en el estado de Sonora y que buscan consolidar la democracia
en nuestra sociedad.
La trayectoria democrática del STAUS lo ha
posicionado entonces en un lugar en el cual es un punto de
referencia necesario en las diversas luchas y movimientos
sociales que se presentan en nuestra ciudad y Estado. Por lo
mismo, se ha convertido también en el blanco de ataques de
las autoridades de gobierno estatal en turno y lamentablemente
también, de las autoridades administrativas de la
Universidad de Sonora, que desde la aprobación de la Ley 4
hace 20 años, han agudizado sus embates al STAUS,
intentando eliminar derechos ya conquistados y con la clara
intención de terminar con el mismo.
Afortunadamente, la fortaleza interna de nuestro
sindicato no solo nos ha permitido mantenernos en pie de lucha en
la defensa de los intereses de los trabajadores, sino
también crecer y fortalecernos cada día más
como organización sindical, en un proceso constante de
democratización interna.
A riesgo de ser etiquetado, podría decir, desde
mi perspectiva muy personal, que el STAUS fortaleció su
espíritu democrático en los últimos
años cuando fue electo el Dr. Sergio Barraza, quien al
frente del Comité Ejecutivo mantuvo una defensa firme de
nuestros derechos y contribuyó en gran medida a dignificar
al magisterio universitario. Su actuación le
permitió ser reelecto para un segundo período de
dirigencia sindical, que continuó con la misma tendencia
de democratización de la vida interna del
STAUS.
Al terminar este segundo período, se decide
impulsar la candidatura a la Secretaría General del STAUS
a un miembro del equipo de trabajo de Sergio Barraza, eligiendo
para ello a Jorge Rountree Cons, quien se comprometió a
continuar con el proceso de democratización y
fortalecimiento del STAUS. Como era de esperarse, Jorge Rountree
obtuvo con amplio margen la victoria en las elecciones internas,
ya que su imagen estaba avalada por la trayectoria anterior del
Dr. Barraza, y se esperaba diera continuidad a la línea de
trabajo iniciada cuatro años antes.
Pero (aquí vienen los peros), lejos de realizar
un trabajo en equipo, Jorge Rountree prefirió la
vía del individualismo y del liderazgo autocrático
en la conducción de una organización sindical que
agrupa a la élite de la inteligencia en nuestro Estado y
que exigía la realización de un trabajo en equipo.
Contraviniendo la esencia democrática del STAUS,
asumió el control del Comité Ejecutivo, como si
fuese el Director de una organización y los integrantes
del Comité Ejecutivo sus empleados, olvidando o pasando
por alto que el Comité Ejecutivo es un equipo de trabajo
donde cada integrante tiene tareas, funciones y responsabilidades
asignadas.
En esa línea, su afán de poder y control
le llevó a centralizar todas las decisiones en el STAUS,
invadiendo las esferas de responsabilidad del resto de
integrantes del Comité Ejecutivo que tienen la
responsabilidad de cumplir con las funciones de sus carteras
especificas. Varios hechos corroboran la afirmación
anterior,
Durante la huelga del 2,012, no convocó a
reuniones del Comité Ejecutivo en momentos críticos
del conflicto, responsabilidad que le corresponde a su cargo de
Secretario General. En las negociaciones contractuales y
salariales que tocaron en ese período, incurrió en
la realización de reuniones a solas con autoridades
gubernamentales y administrativas de la Unison, excluyendo la
participación de otros integrantes del Comité
Ejecutivo, generando con ello suspicacia y desconfianza. Si lo
anterior se considera cuestionable, lo es mucho más la
falta de transparencia en el manejo de las finanzas del STAUS, ya
que tampoco ha cumplido su obligación de informar
oportunamente del manejo de los recursos financieros del STAUS.
Como resultado ha surgido como nunca antes se había visto
una desconfianza de la base sindical en su Secretario
General.
Últimamente, en período preelectoral de
cambio de Comité Ejecutivo, ha tenido la pifia de enviar
comunicados con su nombre y firma a nombre de una nueva corriente
sindical, la corriente naranja, olvidando que todavía es
el Secretario General del STAUS, con lo cual proyectó sus
intenciones de participar en la próxima contienda
electoral para elegir al nuevo Comité Ejecutivo y
continuar disfrutando del poder.
Con todo lo anterior, el caudal político de Jorge
Rountree ha venido disminuyendo drásticamente en estos dos
últimos años, porque su comportamiento antiequipo
de trabajo ha sido evidente cada vez más. Es importante
mencionar que el problema que estamos analizando, no es el
problema de una sola persona, porque estamos hablando de la
persona que ocupa el cargo de Secretario General de un Sindicato
que de manera progresiva ha perdido terreno en la influencia
social que tiene en nuestro Estado, al grado de que un sector de
la ciudadanía sonorense tiene en estos momentos una
percepción negativa de los maestros de la Universidad de
Sonora.
Entonces estamos hablando del ascenso, descenso y ocaso
de un líder que se lleva consigo en su espiral descendente
y destructiva, parte de nuestra fortaleza y vitalidad como
sindicato al grado de que el STAUS como organización
sindical ha perdido fuerza y prestigio social
notablemente.
Como consecuencia de su comportamiento, Jorge Rountree
ha creado una división al interior de la dirección
sindical. Vemos un comité Ejecutivo dividido y debilitado
al grado tal de que ha sido incapaz de frenar esta espiral
destructiva de su dirigente máximo. Esta tendencia
autodestructiva y debilitamiento del STAUS la han percibido las
bases sindicales y sobre esa percepción es cómo
podríamos explicar que en la revisión contractual
de este año, los docentes votaron mayoritariamente por la
no huelga, a pesar de que la respuesta de la
administración universitaria no satisfacía nuestro
pliego petitorio. La pérdida de confianza en su dirigencia
sindical impuso el voto por la no huelga.
Al tratar de explicar el comportamiento de Jorge
Rountree, debemos tomar en cuenta su formación como
psicólogo, su militancia previa en las filas de izquierda
y su pertenencia al equipo de trabajo que lidereaba Sergio
Barraza. Estos elementos generaron cierto tipo de expectativas
iniciales sobre su comportamiento, se esperaba que continuara la
línea de Sergio Barraza, lamentablemente no fue
así. ¿Qué sucedió? Podemos decir que
su conocimiento de la Psicología le permite distinguir
entre un trabajo en equipo y un liderazgo autocrático,
entre lealtad y traición, entre democracia y
autoritarismo.
Todo psicólogo tiene, o debe tener, conocimiento
sobre las teorías, métodos y técnicas para
realizar intervenciones en grupos, organizaciones y comunidades.
Sobre esas bases, no se puede pensar que el comportamiento de
Jorge Rountree, al excluir a los demás integrantes del
Comité Ejecutivo del proceso de toma de decisiones, al
utilizar las finanzas del STAUS en forma obscura y no
transparente, es producto de su ingenuidad o inmadurez, en
realidad podemos afirmar que sabe lo que está haciendo,
que tiene plena consciencia de sus actos.
El problema es que sólo él lo sabe, los
demás solo podemos especular sobre sus intenciones, pero
en base a su comportamiento podemos hacer un ejercicio de
predicción. En los hechos, Rountree se ha separado no solo
de los integrantes de la corriente sindical dorada que fue la que
le dio cobijo y lo catapultó como líder sindical,
sino que también se ha separado del resto de integrantes
del STAUS, al tomar decisiones que perjudican intereses
colectivos. En los hechos optó por un liderazgo
autocrático y excluyente que beneficia intereses obscuros,
por lo cual se puede hablar de falta de lealtad, de integridad y
compromiso en su palabra.
Los últimos comunicados que ha firmado Jorge
Rountree, reflejan una contradicción digna de analizarse,
uno en el cual firma como integrante de una nueva corriente
sindical la corriente naranja, que demuestra que se ha olvidado
de que es el Secretario General y que su atención
está puesta en el próximo cambio de Comité
Ejecutivo.
En el último escrito que firma como Secretario
General, utiliza un discurso a favor de la unidad y llega al
extremo de afirmar que ¿"no hay motivo sindical grave de
arrepentimiento"?, y curándose antes de espinarse, afirma
que "no hay unos sindicalizados buenos y otros malos. Lo que hay
son visiones y proyectos de liderazgo".
Discurso tardío e intento de seducción
vano porque los profesores tenemos ojos, oídos y memoria.
No nos vamos con la finta del que hable bonito, sobre todo si
quien lo hace nos ha despreciado e ignorado al momento de tomar
decisiones en una forma tan personalizada que envidiaría
cualquier caudillo. Son intentos que rayan en insultos a la
inteligencia y memoria de los integrantes de una
organización que aglutina a la clase intelectual de
nuestro Estado.
Si retomamos la definición de liderazgo en
Psicología, cabría esperar entonces que los
integrantes de un equipo de trabajo (como el Comité
Ejecutivo del STAUS), realicen un conjunto de actividades
cumpliendo cada quien con sus responsabilidades, dirigidos por su
líder formal el Secretario General.
¿Hasta qué punto Jorge Rountree
ejerció un liderazgo incluyente con los integrantes del
Comité Ejecutivo? La respuesta es: en ningún
momento. Al parecer Rountree piensa que los integrantes del
Comité Ejecutivo que encabeza y los integrantes del STAUS
no somos lo suficientemente maduros para ser tomados en cuenta,
ya que optó por un estilo autocrático,
centralizador y excluyente.
En su último comunicado como Secretario General,
utiliza un discurso conciliatorio, negando la hegemonía de
alguno corriente sindical, abogando por la unidad sindical, un
buen discurso, pero a final de cuentas, lamentablemente muy
alejado de la realidad, ya que la unidad es lo que más
estuvo ausente en su gestión como Secretario General del
STAUS. Llama la atención que envíe esta carta en un
contexto prelectoral, ya que suena a lavado de imagen.
Luego entonces, en base a lo anterior, no es muy
aventurado predecir que Jorge Rountree intentará buscar su
reelección como Secretario General del STAUS o al menos,
ser parte del próximo Comité Ejecutivo, para lo
cual ha buscado apoyo fuera de la Corriente Dorada, que le ayudo
a llegar al poder. Busca continuar en el mismo ahora en la
conformación de una nueva corriente, la Corriente Naranja
de reciente creación. Partiendo de que los integrantes de
esta corriente son maestros universitarios con amplia
trayectoria, considero que no son ingenuos ni
inocentes.
Saben de antemano de quien están tomando la mano,
conocen la trayectoria de este líder sindical que se
encuentra en pleno ocaso y por tanto, deben estar preparados para
cualquier tipo de consecuencias que se desprendan de esta alianza
que podría ser "el beso de la muerte" para sus
aspiraciones de ser parte de una dirigencia sindical.
Lo que debemos hacer el conjunto de sindicalizados es
evitar que en su caída arrastre al STAUS en su inevitable
tendencia a la desaparición.
¿Cómo podemos lograr esto?, para empezar,
cada integrante del STAUS debe clarificar las
características de su contrato psicológico con el
mismo, es decir, debe resolver que espera del mismo y que es lo
que está dispuesto a aportar. Con esto definiría el
tipo de relación y grado de compromiso
sindical.
Considerando la tendencia que se observa en
México y a escala internacional, de destruir las
conquistas y derechos laborales que se han obtenido a lo largo de
años de luchas laborales y sindicales, lo natural y
deseable es la participación y fortalecimiento del
sindicato que defiende nuestros derechos. Solo la lucha
organizada de los trabajadores podrá resistir la embestida
laboral que enfrentamos y el sindicato es el marco ideal para
lograrlo.
En la coyuntura actual que se nos presenta de elegir
nuevo Comité Ejecutivo para dirigir nuestra
organización, es de esperarse que se presenten intentos de
dividir aún más las filas sindicales, presentando
proyectos y propuestas de elección que intenten confundir
al electorado sindical. Los maestros universitarios debemos entre
proyectos de trabajo y personas que los presentan.
Aquí es importante que no sólo analicemos
los planes de trabajo, sino que también veamos las
personalidades que están detrás de los mismos,
utilizando en todo momento la memoria sindical que nos permite
ubicar la trayectoria seguida por quienes se proponen para
dirigir nuestra organización.
El acto de votar es una conducta individual, bien
sabemos que toda conducta individual recibe la influencia de
diferentes instancias. El momento histórico que estamos
viviendo en el STAUS, exige que cada maestro universitario
reflexione bien su voto y evite ser influenciado por otras
personas para emitir el mismo a favor de una tendencia u
otra.
El reto que tenemos enfrente es que evitemos que se
repita el fenómeno "Rountree", no debemos permitir que
demos el poder a un grupo de compañeros, para que estos
finalmente entreguen ese poder a una sola persona.
Autor:
Oscar Yescas
Domínguez