Resumen de El Periquillo Sarniento –
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Resumen de El Periquillo
Sarniento
Esta obra fue escrita por José
Joaquín Fernández de Lizardi, en ella Pedro
Sarniento nos cuenta de su vida: Nace en México en tiempos
de la Nueva España, hijo de una madre sobre protectora y
un padre consentidor de sus deseos. No son ricos pero tampoco
pobres, de todas formas, Pedrito utiliza como arma y escudo el
berrinche. ¿Y porque obtuvo ese "apodo"? Periquillo por su
debilidad al hablar y Sarniento pues alguna vez enfermó de
sarna. Desde entonces, el admite haber cometido el error de no
saber escoger, o mejor dicho preferir las amistades de dudosa
integridad.
Los cambios de escuela y maestros
particulares suceden uno tras otro, nadie ponía orden en
el Periquillo. Entonces su papa, teniendo en mente de que su hijo
jamás seria un buen estudiante, le propone escoger
algún oficio para que entre de aprendiz. Se escandaliza la
madre al saber, porque no considera digno que su hijo se
ensuciara las manos. El padre insiste pues no ve otro camino y
nada malo tiene el saber un oficio. La madre insistiendo a su
manera termina convenciendo a su enamorado y débil
esposo.
Periquillo convence a su padre de sus ganas
de estudiar gramática latina, por tal motivo, el padre le
consigue al mejor maestro pasando de esa forma un tiempo entre
estudios y pintas. Terminando los estudios, el ingresa al colegio
de San Ildefonso a estudiar el bachillerato con especialidad en
filosofía. Cuando entro, se las ingenio para impresionar a
todos (sobre todo mañas y malas costumbres) con el billar
y el albur, en lo que se aplica con rigor. El día de su
graduación quizás fue, el más dichoso de sus
padres, porque se enorgullecían del notable cambió
del hijo. Recibiéndose de bachiller en artes su ego se
desboca en proporción a sus berrinches. A pesar de eso, el
padre lo convence de ir a "aprender" a una hacienda de un gran
amigo.
En la obra, Periquillo cuenta sobre su
llegada a la hacienda y la pronta amistad que hace con la
señora de la casa quien tiene noticias de él por
Januario –un amigo de la infancia y compañero del
colegio- De hecho Juan Largo (Januario), era más que su
compinche en ligeras fechorías, era quien cambio su nombre
por el que llevará de por vida: el Periquillo Sarniento.
Además, Januario es el sobrino del amo.
Para tan grata llegada, se había
organizado una comida ¿Qué cosas no? El Periquillo
alardea de mucho conocimiento porque quiere impresionar a todos,
sobre todo a la prima de Januario pero un vicario presente lo
corrige y aconseja. Platicando con el vicario manifiesta su deseo
de dedicar su vida a Dios. A su vez, le pide que cuestione a
Januario pero el mancebo religioso le explica que la venganza no
es digna de los hombres de bien. Durante la cena ocurren otros
incidentes y ahora le toca a Juan Largo quedar en
ridículo. Todos en la hacienda simpatizaron con el
excepto Januario, que no dejaba de sentir envidia por su amigo
que para colmo pretendía a su prima. Toma como oportunidad
esto para tenderle una trampa. Le dijo a Periquillo que su prima
le correspondía y fuera a su recamara. Acude a la cita
pero no resulta ser la bella prima a quien encuentra bajo las
cobijas, sino a la madre, quien advertida por su sobrino de que
el tal Periquillo, es un bribón, pícaro y con malas
intenciones. Este fue su último día en la
hacienda.
Regreso a su casa, el padre le propuso 2
opciones: estudiar para ser abogado o medico. Si no le gusta
estudiar, le ofrece su ayuda incondicional para que aprenda el
oficio que desee. Para variar, al Periquillo no le
convencía ni lo uno ni lo otro y más aún,
acude a pedir consejo con otro de sus zánganos amigos de
nombre: Martín Pelayo. El pensamiento que tiene
Martin es que el mejor trabajo en la vida es ser clérigo.
Se vive bien de las limosnas, se es respetado, y sobre todo,
nunca falta comida en abundancia. Cuando el padre del Periquillo
le pregunta que había decidido para su futuro, éste
contesta: clérigo. El padre le advierte que para ser
clérigo se tiene que ser primero vicario, y que esto
implica infinidad de privaciones, voluntad y mucho estudio. El
narrador nos confiesa que su mayor objetivo en la vida era
ganarse la vida generosamente, sin el menor esfuerzo, por lo que
de nuevo contesta que tiene vocación de clérigo. Ni
hablar, poco tiempo después, el uniforme es portado con
todo orgullo por "El Periquillo Sarniento". De inmediato
Martin, lo invita a su gavilla y pronto, frecuenta billares y
tertulias clandestinas. Al año, habla con fluidez el
albur, es diestro en los juegos de azar, y baila y bebe con mucha
alegría. Asegurándose el padre de la conducta
de su hijo, porque ya estaba cerca la fecha en que seria
anunciado se lleva una gran decepción, al enterarse que su
hijo es faltista (como decía la madre), el peor de la
clase y que además frecuenta a un grupo de libertinos poco
confiables.
Durante la cena el Periquillo sospecha
algo, pues el padre se notaba severo y la madre llorosa. El habla
al día siguiente con su madre y ésta le confiesa
que su padre había resuelto meterlo de aprendiz, el
bachiller y teólogo se escandaliza y le suplica a su madre
que no permita tal atrocidad. La madre suplica por su amado hijo
y el padre cede de nuevo a sus peticiones. Nuevamente le concede
unos días para que piense en su futuro. El Periquillo va
de nuevo con Martín quien esta vez dice, que ser fraile es
la mejor manera de ganarse la vida y que si quería,
podía conseguirle una recomendación para su
tío: el provincial de San Diego. El Periquillo acepta la
oferta.
Poco tiempo después, llega al
convento de San Diego, en ese momento prelado leía sus
recomendaciones, el Periquillo convencido de todo lo que su
decisión implica. Antes de la ceremonia, experimenta la
certeza del dicho "el hábito no hace al monje" y reniega
de su decisión, aún así, acepta convencido
de que pasado el tiempo riguroso de los estudios y disciplinas,
vivirá cómodamente. La vida en el convento
resulta desastrosa y el Periquillo recibe las visitas de
Martín y de Juan. Seis meses pasan en los que no sale
cuando recibe la noticia de la muerte de su padre. En el
testamento de la resiente muerte, consiste en una serie de
preceptos morales que lamenta no haber escuchado. Esas frases
esconden el orgullo de alguien convencido del futuro: su
hijo.
El Periquillo, hace como pretexto la viudez
de su madre para salir del convento, el fraile primero lo
regaña por su mala disposición dentro del recinto,
y su falta de seriedad ante la vida luego lo dejo ir. La madre lo
recibe orgullosa y conmovida, un año duro de
luto.
La madre no sólo gastó su
último centavo en las continuas tertulias de su hijo, sino
que poco a poco, empeño tras empeño, se fue
quedando sin bienes hasta terminar por vivir, en un
pequeño cuarto. Pedrito, no mostro ni el mínimo
interés por trabajar e insistía en vivir como
antaño. La madre sin recursos, le pide a su hijo que
aprendiera algún oficio o hiciera algo para traer dinero a
casa. No obtuvo resultados muere entre delirios pidiendo que le
den de comer a su hijo y sin ver remedio a su pícaro hijo.
El Periquillo se encuentra en la calle, ningún pariente lo
auxilia, solo un encuentro casual con Juan le pone destino. El
Januario vive de hacer trampas con las cartas y
rápidamente, enseña al Periquillo sus mañas
formando un equipo. Esa noche y las siguientes, durmieron en
escondites, rodeados de ladrones y divirtiéndose con el
alcohol. El camino del vicio y la vida mal habida, se han abierto
para el Periquillo quien se entrega con fervor a su nueva vida.
Por su parte, Martín era diferente, al no reencontrarse
los amigos pone como fin el frecuentarse. La fama del
Periquillo y del Januario que obtuvieron por sus mañas se
extiende por los alrededores, sus altibajos económicos son
notables, en cierta ocasión, el Periquillo es golpeado y
termina en un hospital. A su salida, se encuentra sólo,
sucio y con hambre. Sobrevive algunos días de las estafas
hasta encontrarse de nuevo con el Januario quien le ofrece alojo
junto con otros mal vivientes. Vuelve una invitación a
robar, el periquillo se rehúsa pero el robo se frustra y
el Periquillo es arrestado por sospechoso (inquieto, había
acudido al lugar del crimen) y fue inculpado por una
sirvienta. En la cárcel de la corte, y en medio de un
millón de presos, el Periquillo entra precedido por la
fama de ratero. Ahí conoce al señor Antonio
Sánchez quien es el único que se compadece de
él y lo invita a comer. Don Antonio y el Periquillo hacen
amistad; de mayor edad, don Antonio recibió bien a su
protegido e incluso le contó su triste historia. Mas
desgracias hay y cuenta que su bella esposa fue objeto de deseo
de un marqués que le supo tender una trampa para deshonrar
su orgullo y de paso, acostarse con ella. Sin embargo, la mujer
supo estar a la altura de las circunstancias, no sólo
rechazó, le reiteró amor y fidelidad. El
marqués quedando satisfecho con su plan frustrado,
maquinó otro más perverso, en el cual
involucró a don Antonio con el tráfico de tabaco
razón por la cual terminó en la cárcel. El
marqués muere pero antes, reconoce la vileza de sus actos
y reivindica a don Antonio, sin embargo, éste no sale por
trámites burocráticos que lo mantienen
ahí. La amistad entre don Antonio y el Periquillo
aumenta. El Periquillo tiene que limpiar baños pero
gracias a la influencia de don Antonio lo deja de hacer. El
Periquillo se siente protegido pero se prepara la
confesión con cargos en contra de el, Don Antonio la
previene sobre sus declaraciones para evitar contradicciones
innecesarias. Además de su probada amistad, don Antonio lo
aconseja sobre sus amistades y decisiones. Por eso, cuando don
Antonio sale con libertad, el Periquillo comienza a
extrañar su presencia.
El señor de finos modales, deja
encargadas algunas pertenencias a su protegido pero los bribones
de la cárcel ni tardos ni perezosos, seducen con alcohol y
tabaco al Periquillo quien pronto comienza a empeñar los
objetos ajenos y un preso llamado Aguilucho, se convierte en su
nuevo protector. A Periquillo le remuerde la conciencia el
empeñar los objetos de quien no pocas veces le
quitó el hambre, pero el Aguilucho lo convence diciendo
que no existe algún problema. En una mañana
después de una borrachera, periquillo al despertarse se
percata que le habían robado las pocas pertenencias que
conservaba. Para minimizar lo acontecido, Aguilucho lleva al
Periquillo por alcohol y quedando de nuevo ebrio, abandona sus
ganas de recuperar las cosas y la inicial vergüenza que
sintió.
Cumpliendo su promesa, poco después
don Antonio fue a visitar al Periquillo quien ruega no tener que
responder por las prendas dejadas que de hecho, todo lo que dejo
es en realidad para el y que mucho gusto le daría que los
usara. El Periquillo respira aliviado y regresa triste al
calabozo, el Aguilucho lo invita a ingerir alcohol y pronto
recupera su cinismo. Su amistad termina cuando al Periquillo
se le agotaron los medios.
Luego, Aguilucho le juega una broma un
tanto cruel: lo convence de que se le azotara 200 veces y tiene
que conseguir dinero. El Periquillo con mucha urgencia se va y
escribe 2 cartas, una para un tío y la otra para un reo.
Esas cartas son leídas por el escribano de la
cárcel quien siente simpatía por el recluso Pronto
se hacen amigos y el Periquillo consigue su libertad a cambio de
servirloEl escribano se llama Don Cosme Cazalla, que es conocido
entre los presos como Chanfaina, Periquillo trabajo con el y al
poco tiempo se da cuenta de los turbios negocios y que no protege
la ley como tanto dice. Después de 1 año, aprende
otro tipo de mañas para ganarse la vida y se convierte en
su secretario. Ahí es cuando descubre que la ley no es
igual escrita que en práctica.
Cierto día, el escribano lleva a la
casa a una mujer (Sacada de la cárcel y le
pretendía secretamente) El criado se simpatiza con la
sirvienta que pronto se entienden, mientras los 2 empleados le
toman el pelo al patrón y uno de ellos, el Periquillo hace
amistad con otra mujer lo que provoca los celos de la sirvienta.
Las mujeres pelean por él, la tía de una de ellas
sale en defensa, llega el patrón y el Periquillo sale
corrido.
Teniendo 19 años, el Periquillo se
encuentra otra vez solo pero no por mucho tiempo, quiere la
casualidad que sea reconocido por Agustín Rapamentas quien
se presenta como el barbero de toda la vida de su padre Don
Manuel Sarmiento. El Periquillo finge acordarse de este amigo de
su padre y le cuenta mentiras para explicar su aspecto. EL
barbero es conmovido por la historia y lo invita a quedarse por
un tiempo en su casa, ahí medio aprende el oficio en esos
pocos meses.
Gracias a otra recomendación de otro
amigo y la impresión que causa al hablar en latín
con el maestro, el Periquillo se vuelve ayudante del boticario.
Durante su estancia, estudia química y botánica y
pronto es ascendido a aprendiz de boticario. Además de la
amistad que tiene el Periquillo con don José (boticario)
conoce a un médico conocido como el doctor Purgante, por
su fama de purgar para todo a sus enfermos. Pronto descubre, que
existe un acuerdo en el cual se mandan y recomiendan pacientes de
común acuerdo. El Periquillo dura pocos días
en el boticario y estos terminan cuando casi envenena a un
paciente al confundir las sustancias. Don José recibe una
fuerte multa y antes que otra cosa suceda, el Periquillo huye de
la botica y termina como ayudante del doctor Purgante. Pasan
unos meses y Periquillo abandona a su nuevo amo, no sin antes
llevarse algunos títulos, pergaminos y formulas de
medicinas. El cree saber lo suficiente de medicina como para
ejercer la carrera, así que decide ir a un pueblo donde
nadie lo conozca para hacer fortuna como médico. En el
pueblo, el Periquillo se encuentra con Andrés (trabajaba
de aprendiz con don Agustín) que le cuenta haberse hecho
doctor y que necesita de un ayudante. Andrés se ofrece de
inmediato y contribuye a que el Periquillo sea tomado en
serio.
El "doctor Sarmiento" tiene suerte y sana a
sus primeros pacientes que gracias a eso, adquiere notoriedad. Un
día, un cura sospecha de él por su falso y posado
latinismo que por consecuencia, lo denuncia como farsante y
cuando se entera el doctor se pone a estudiar para no ser
sorprendido. Después de un tiempo, Andrés deja el
puesto y el doctor consigue a otro; también a un ama de
llaves. Algunos pacientes mueren pero que importa cuando otros
sanan. Durante una comida el cura lo enfrenta sin embargo, el
Periquillo se defiende. Más adelante, una epidemia se
desata en el pueblo, muchos sospechan del doctor Sarmiento quien
sale huyendo del lugar. El Periquillo nuevamente en la
ciudad, intenta vender algunas prendas robadas, para su
desgracia, una persona reconoce las prendas y lo acusa. Para no
meterse en problemas, acusa a un indigente quien trata en vano de
defenderse. El indigente es llevado a la cárcel y su
acusador termina con la conciencia intranquila. Unos días
pasan y el Periquillo se topa de nuevo con aquel desgraciado
hombre quien se acuerda perfectamente de él. El Periquillo
vuelve a mentir una y otra vez hasta convencerle de su terrible
suerte por lo que se había visto en la necesidad de
acusarlo. El hombre le cree a su antiguo acusador y más
aún le platica su vida y le brinda su amistad. Nuevamente
solo, el Perico se acuerda de su benefactor en la
cárcel. Ahora el Periquillo vive al día, gana
algún dinero y lo apuesta, a veces el dinero se multiplica
pero también desaparece. Hubo una ocasión en que le
pagan con un billete de lotería mismo que para su
sorpresa, sale premiado. Su vida cambia por completo; sus
antiguos enemigos se vuelven sus amigos y los lujos y el derroche
empiezan desde antes de cobrar el premio. Pronto se instala y
contrata sirvientes, entre ellos a su antigua amiga Luisa
(había huido como él desde su salida de casa de don
Chanfaino) y rehacen su amasiato. Se vuelven notorias las
fiestas del honorable señor Pedro Sarmiento por sus
excesos, pero también por sus comidas ofrecidas a gente de
sociedad; que en una de ellas conoce a una jovencita de nombre
Mariana y se enamora de ella.
La convence de casarse con él. El
intachable nombre de don Pedro Sarmiento y su evidente fortuna,
son por supuesto motivos suficientes para que los padres acepten.
Ahora el Periquillo tiene un problema: deshacerse de su cocinera
y amante Luisa. El Periquillo convence a su criado de
seducir a la cocinera para sorprenderlos desapercibidos. El plan
funciona y el señor corre a la criada por inmoral. Ocho
días después, don Pedro Sarmiento contrae nupcias
con Mariana. Pasadas dos semanas, el Periquillo comienza recibir
a cobradores pues, una vez derrochada su fortuna, había
contraído varias deudas ofreciendo su ilustre nombre como
aval. También se presenta el desencanto de la vida
matrimonial en su espíritu, por lo que no tardó en
ausentarse de casa. Los meses de renta se fueron acumulando, los
bienes se fueron empeñando uno a uno. Mariana se ve de
repente viviendo en un cuarto más modesto y peleando
constantemente con su esposo. Fueron embargadas todas sus
pertenencias pero lo peor estaba por venir: un fuerte dolor
anuncia un parto mal atendido que desgraciadamente causa la
muerte de Mariana debido al trato insalubre y
deficiente. Esa noche, el Periquillo tiene pesadillas:
recuerda la acusación directa de su suegra
culpándolo por la muerte de su hija. Ahora que el
Periquillo se vuelve pobre, busca ayuda con sus amigos pero
éstos, le desconocen por completo. En la calle se
reencuentra con Luisa y trata de conquistarla de nuevo pero ella
lo rechaza debido a la humillación que la dio a pasar.
Como el pretendiente se pone pesado, el esposo de la ofendida
sale en su ayuda e hiere con un puñal al agresor. El
Periquillo pasa una corta temporada en el
hospital. Desconsolado, el Periquillo entra a una iglesia
donde el sacristán lo reconoce y ofrece trabajo. Pedro
Sarmiento acepta pero pide primero de comer. Durante las
misas, empieza robar de las limosnas todo lo que puede y
continúa ejerciendo sus mañas hasta que lo
descubren tratando de robar a un muerto. De nuevo en la calle,
frecuenta mal vivientes y léperos. Uno de ellos, lo invita
a su casa donde, luego de una cena, le haría una
interesante propuesta. Ahí se encuentra con un grupo de
ciegos que se despojaban de sus parches al llegar, tullidos que
soltaban las muletas y enfermos que sanaban al instante. El
Periquillo es formalmente invitado a unírseles y acepta.En
poco tiempo, el Periquillo se vuelve un experto en pedir limosnas
y fingir dolor humano. Cierto día, un hombre no
sólo se apiada de él, sino que le ofrece techo,
comida y trabajo. El Periquillo acepta y sin más, denuncia
a la banda de pordioseros. La suerte sigue a Pedro
Sarmiento, quien esta vez termina como ayudante de un subdelegado
corrupto, cuyo mayor acierto, fue reconocer que el Periquillo
bien podría servirle para sus propósitos. Toda una
variedad de negocios turbios es manejada por el subdelegado y su
socio secreto el cura. El secretario particular del subdelegado,
es testigo de las reuniones. Las víctimas de los
atropellos, se unen y exigen la renuncia del subdelegado al
cargo. Cuando esto sucede el Periquillo toma su lugar. Como
funcionario, es incluso más corrupto que su antecesor. Sin
embargo el cura, cuyos intereses económicos fueron
tocados, denuncia algunos fraudes del Periquillo quién
termina en una cárcel de la ciudad. Pedro Sarmiento
fue condenado a 8 años de cárcel, el recuerda que
la primera vez que estuvo en una fue bañado por orines de
otros presidarios y algunas cosas mas. Se le ofrece la
opción de pagar su condena en el ejército la cual
acepta.Ahí es donde se convierte en asistente de un
coronel quien pronto tiene pequeñas consideraciones al reo
Sarmiento, la razón es simple: simpatía y afecto.
El Periquillo responde con efectividad a su nuevo amo. Le sirve
como mayordomo y lo atiende como hijo a cambio, tenía algo
de dinero y estaba exento de las fatigas militares.
Además, el Periquillo recobra el gusto por el saber, ya
que el coronel cuenta con una biblioteca pequeña pero
"selecta", donde pasa horas leyendo de temas diversos. No se crea
que había corregido malos hábitos, al contrario,
frecuentaba lupanares y desconocía el control a la hora de
ingerir bebidas embriagantes, pero cuando estaba el coronel,
lustraba sus botas o realizaba cualquier otra actividad. Se
crea confianza y por eso es incluido en una embarcación
militar con destino a Manila, lugar de residencia del coronel.
Durante el trayecto, se afianza la amistad con el coronel quien
suelta sabiduría cada que abre la boca. Durante la
permanencia de 8 años sirviendo al coronel en su casa de
Manila, hace una pequeña fortuna y pocas aventuras
peligrosas pues el hombre de bien tiene pocas desgracias que
contar. En Manila, el Periquillo adquiere respeto por la
forma en que el coronel lo trata. Comercia con prendas y como
seguía en calidad de reo, ahorraba la mayor parte. Al
terminar la condena, el coronel lo manda a llamar y le dice que
es libre de irse a donde le plazca. El Periquillo no quiere dejar
al coronel y pide permiso para seguir a su lado. El coronel, lo
pensó unos segundos y lo aprueba para que siga viviendo
con él.
Dos meses después, muere
sorpresivamente y el coronel hereda parte de su fortuna al
Periquillo pero sólo si se encuentra con él a la
hora de su muerte. Aumenta la fortuna de Pedro Sarmiento y decide
regresar a la ciudad. En el camino planea como duplicar su
dinero: casarse con una mujer de notable dote y adquirir un
título de marqués, le abrirían las puertas a
la posibilidad de convertirse en virrey. Llega a convencerse
tanto de su idea, que los pasajeros y la tripulación
consideran petulante su actitud. Ocurre una tragedia: la
embarcación naufraga. El Periquillo de milagro sobrevive y
es rescatado por otro barco, es llevado a una isla cercana donde
un prominente hacendado le ofrece trabajo en sus terrenos. Al
Periquillo sin embargo, le continúa desagradando la idea
de trabajar y se dice noble.
No le impresión el rango al mayoral
de la hacienda y ambos llegan a una discusión
inútil, pues Periquillo sostenía puntos de vista
absurdos. El dice que no puede trabajar por que es conde. El
mayoral (pertenece a una vaga nobleza china) coincide y lo invita
a su casa. La mentira y verborrea de Pedro funciona y logra
hacerse pasar por conde y pronto, presume amistad con el chino y
algunas personas más. Cuando regresa México, llega
como conde y el chino de compañía. El chino se
extraña de que nadie recogiera a su amigo el conde, deduce
que su anfitrión no lo es en realidad pero aún
así (y como le ha tomado cariño) le ofrece que siga
trabajando para él. Nuevamente el Periquillo se da la gran
vida a espaldas de su amo aunque en su compañía, es
fino y educado. Otra vez surge una discusión
teológica, luego el Periquillo Sarniento se pregunta por
primera vez el sentido de su existencia. Posteriormente conoce en
una tertulia a una muchacha que le gusta. Después, es
corrido nuevamente en circunstancias que dejan bastante que
desear. Desesperado intenta suicidarse sin explicación
alguna pero el Periquillo se encuentra tan borracho, que frustra
su intento. Entonces considera, por primera vez en su vida, en
rectificar el paso llevado hasta ahora. Ahora decide probar
suerte en Puebla. Le advierten que se cuide de los ladrones en el
camino y más como el Periquillo nada atesoraba, continuo.
Unos jinetes le cortan el paso con claras intenciones de robarlo
pero uno de ellos reconoce al Periquillo: el Aguilucho. El
Aguilucho invita a su amigo de la cárcel que se una a la
banda, ya que forma parte de la banda de ladrones que asalta el
camino de México a Puebla. También mantiene
contacto con el Januario quien es jefe de otra banda de ladrones.
De nuevo el Periquillo hace amistades, esta vez con unas mujeres
que le enseñan el tesoro guardado de la banda del
Aguilucho. Esa noche sucede una emboscada de la cual sale
herido. Luego de un tiempo, el Aguilucho alimenta la idea de
que el Periquillo es un cobarde por no querer participar en los
atracos y como no veía ninguna intención en cambiar
de parecer en su amigo, decide llevarlo por la fuerza a una
emboscada largamente planeada. Para sorpresa de todos, ya los
estaban esperando y el Aguilucho muere frente al Periquillo que
salva el pellejo casi de milagro. En ese momento se da
cuenta el Periquillo que resulta imposible vivir como desea,
además, descubre que la verdadera felicidad radica en la
tranquilidad de espíritu. Queriendo cambiar de
actitud, retoma el camino a la ciudad de México y en el
camino encuentra el cadáver de un bandolero ajusticiado
que resulta ser el Januario. Pedro Sarmiento agradece por esta
segunda oportunidad concedida. Llegado a su destino acude con un
padre a quien confiesa todos sus pecados. Esa noche el Periquillo
se acuesta muy contento. Después acude a un encierro
religioso cuyo confesor y acompañante resulta ser
Martín Pelayo.
Acabado su retiro y sumamente renovado, el
Periquillo acude con un amigo del cura Pelayo a trabajar en un
negocio fabuloso y honesto. Cuenta Pedro Sarmiento con 37
años, la placidez reflexiva lo lleva directamente a la
madurez emocional y sentimental. Cierto día una
niña se acerca a pedirle limosna y conmovido, Pedro le
pide que lo lleve a su casa donde encuentra a una mujer postrada
en su cama. Pedro las ayuda y cuenta además con el apoyo
de su nuevo amo. El esposo de la desdichada resulta ser Anselmo a
quien el Periquillo había acusado de ladrón. El
reencuentro resulta agradable para ambos. El Periquillo
dedicado a hacer el bien, vuelve a ver a viejos conocidos que lo
felicitan calurosamente por el notable cambio del antiguo
bribón. Otro encuentro importante sucede en su vida:
una niña le pide limosna mientras deja a su anciana y
debilitada madre en el camino, entonces el se la lleva a vivir a
su casa. El padre de la infortunada infante resulta ser don
Antonio, aquel que tanto le ayudaría en la cárcel.
La emoción los toma por sorpresa y todos lloran de
alegría. Una vez instalados y pensando el Periquillo en
sentar cabeza, pide la mano de la hija de don Antonio. Don
Antonio se sorprende de la propuesta y dice no influir en los
sentimientos de su quinceañera hija. Con lo que no contaba
es que Pedro ya había hablado con la niña en
cuestión quien, agradecida por su buena voluntad y alma
caritativa, le acepta como pretendiente. Todos son invitados
a las nupcias del Periquillo y a los dos años tiene dos
hijos que desgraciadamente…fallecen al poco
tiempo. Esta vez, muere el amo del Periquillo quien le deja
la hacienda como herencia. Una tarde, recibe la visita del chino
quien parte de regreso a Manila. Pasan largos y felices
años, nacen más hijos del Periquillo, un padrino de
uno de ellos (un tal Lizardi) se queda con varias notas de las
desventuras de su compadre quien había comenzado a
redactar (una especie de testamento moral basado en sus numerosas
experiencias) pero la enfermedad y los años, se fueron
acumulando en su cuerpo hasta rendirle cuentas.
Muere Pedro Sarmiento. Su funeral es
visitado por todos sus amigos quienes componen coplas o sonetos o
simples versos en honor a su amigo. La música no
dejó de escucharse y todos lloraron la muerte de este
hombre de bien y generoso. El compadre del Periquillo,
convencido de que la vida del recién fallecido puede
servir de guía contra los malos consejos pide
autorización a su viuda para publicarlos. La señora
se escandaliza pues vaya que estaba al tanto de los
desvíos de su difunto esposo. Lizardi insiste pues una
vida ejemplar –en su rectificación- sirve de ejemplo
a todos. La viuda acepta publicar las memorias de su esposo Pedro
Sarmiento.
Autor:
Jenny López.