Hashem: Un ensayo de teología supraconfesional avanzada para masones. Parte 2 (página 2)
Mesiaj o Mesías es una palabra hebrea que
significa UNGIDO lo mismo que jristos, como se explicó
antes. Todos los reyes de Israel y todos los sacerdotes son
mesiaj, o ungidos. Pero Jesús lo es directamente por el
Espíritu Santo, los demás lo son indirectamente,
por la mediación del aceite y por la bendición del
mismo ungüento hecha por la palabra y las manos de un
profeta o de un sumo sacerdote. Por eso Jesús es el Ungido
o el Mesiaj por excelencia, sin mediadores o intermediarios
humanos ni angélicos. De allí que el poder que
demuestra ante los hombres también es superlativo. Tal vez
sólo Moisés y Elías se le acercan en nivel
de excelencia espiritual, y por eso se aparecen en el monte Tabor
durante la transfiguración.
Así pues, Jesús se considera a si mismo
como la Piedra Ungida por el Patriarca Vidente Jacob-Israel, y
así como ese patriarca tuvo doce hijos, el escoge a doce
discípulos de entre muchos que le siguen, para que sean
Apóstoles, es decir, embajadores enviados por el rey a una
misión de proclamación del reino de los cielos con
poder y visión profética, por eso les dice que
VERAN LOS CIELOS ABIERTOS. Ezequiel ya usa ese lenguaje para
describir cómo su mirada interior se abre hacia una
dimensión de la realidad por encima del tiempo y del
espacio.
Por esa identificación con la piedra, el propio
príncipe de los apóstoles, en la Primera
Epístola de Pedro, hace un llamado y plantea una
enseñanza muy masónica, diciendo, en el primer
capítulo: ACERCAOS A EL, PIEDRA VIVA, DESECHADA
CIERTAMENTE POR LOS HOMBRES, MAS PARA DIOS ESCOGIDA Y PRECIOSA.
VOSOTROS TAMBIÉN, COMO PIEDRAS VIVAS, SED EDIFICADOS COMO
CASA ESPIRITUAL Y SACERDOCIO SANTO, PARA OFRECER SACRIFICIOS
ESPIRITUALES ACEPTABLES A DIOS POR MEDIO DE JESUCRISTO. POR LO
CUAL DICE LA ESCRITURA: HE AQUÍ PONGO EN SION LA PRINCIPAL
PIEDRA DE ANGULO. ESCOGIDA, PRECIOSA. Y EL QUE CREYERE EN EL NO
SERA AVERGONZADO. PARA VOSOTROS, PUES, LOS QUE CREEIS. EL ES
PRECIOSO, PERO PARA LOS QUE NO CREEN, LA PIEDRA QUE LOS
EDIFICASDORES DESECHARON HA VENIDO A SER LA CABEZA DEL
ÁNGULO Y PIEDRA DE TROPIEZO Y ROCA QUE HACE CAER. Porque
tropiezan en la palabra, siendo desobedientes, a lo cual fueron
también destinados. (Versículos 4 al 8).
Lo dicho por Simón Pedro nos demuestra, una vez
más porqué no es posible sacar la Biblia ni a
Jesús de la masonería. El lenguaje
arquitectónico y el mensaje constructivo y constructivista
del nuevo testamento es insoslayable. Debe incluírsele en
la doctrina masónica moral y ritual. Cristo es
masónico. Es el maestro de maestros.
El es el Logos que se hizo carne o se hizo hombre. La
humanización de lo Divino es inseparable del proceso en el
cual el hombre se diviniza. Pitágoras y otros adeptos
griegos y egipcios nos hablan de una teosis al final del sendero
de perfección, pero siempre es necesario que Alguien
dramatice objetivamente lo que sucede en ese proceso. Si no fuese
así es posible que la humanidad se quedara en la oscuridad
respecto de sus posibilidades evolutivas y de la plenitud que le
es accesible en el Plan del Divino Arquitecto. Es el rol de los
Avatares o manifestaciones de la Divinidad en cuerpo
físico.
"Dioses sois" dice Jesucristo en el Evangelio de san
Juan.(cap. 10,34) haciendo una referencia al misterioso
versículo 2 del salmo 82. Y agrega que el Profeta David,
bajo inspiración divina, llamó dioses a quienes
vino la Palabra de Dios. Esta palabra es Dabar, el Logos de Dios,
la Sabiduría de Dios que penetra en el alma humana, la
posee y la transforma en un ser glorioso, en un ser que irradia
la luz divina, es decir, un dios, pues en la india y en Grecia,
los Dioses son Devas, o seres inmortales que irradian luz de su
propio ser interno.
Desde luego aquí no estamos hablando de lo que
muchos sociólogos y antropólogos materialistas
denominan la divinización efectuada por la "vox
pópuli" o por aclamación de los pueblos. Los dioses
u hombres inmortales verdaderos no dependen de la popularidad
para ser lo que son por esencia. Los adeptos del Himalaya son
dioses cuando llegan a su meta de perfección. Y viven en
soledad, rara vez aparecen ante la luz pública. Lo mismo
los sufíes del Islam, los santos del Cristianismo, los
adeptos egipcios antiguos, como también los profetas de la
Biblia, y algunos de los poderosos hombres-medicina de los
pueblos aborígenes de Norteamérica.
El es el Verbo Divino o la Sabiduría de Dios que
se hizo hombre, como dice el Evangelio de san Juan 1,14. Es el
mismo Verbo que como Dios en Su Segunda Persona se ha manifestado
en todas las demás religiones como luz salvífica y
ordenadora del cosmos, como difusor del Dharma, tal como ocurre
con el rol de Vishnu y Sri Krishna. O como la Palabra Nombre (sat
guru nam) que se revela al gurú Nának, o como el
Amitabha, o el Budha de la Luz Infinita o Ilimitada, equivalente
al Ein Sof Aur de los kabalistas. Él es quien dijo en el
capítulo 8,12 del Evangelio de san Juan YO SOY LA LUZ DEL
COSMOS, EL QUE ME SIGUE NO ANDARA EN TINIEBLAS, SINO QUE TENDRA
LA LUZ DE LA VIDA. (Ein Sof Aur en hebreo significa LA NO COSA
QUE ES LUZ ILIMITADA O INFINITA).
Las palabras hebreas de Ein Sof Aur letra por letra
tienen el valor numérico o gemátrici de 414, es
decir 9 al volver a sumarlas. Pero también podemos
relacionarlas con los CUATRO VERTICES INFERIORES DEL CUBO, SU
PUNTO CENTRAL Y LOS CUATRO VERTICES SUPERIORES DEL MISMO CUBO
SAGRADO. De allí surge el llamado Cubo de Mitatrón.
(Ahora con "i" , no con "e" en la segunda letra como se la
escribió anteriormente en relación con el
314).
La palabra hebraica Mitatrón tiene el valor
numérico de 324, cifras que al volver a sumarlas nos da
nueve. Igual que el 414 de las palabras Ein Sof Aur. E Igual que
EMET en hebreo, o la Verdad, que tiene el valor gemátrico
de 441. Es decir, la luz ilimitada es la verdad y está
manifestada por Mitatrón y por el cubo sagrado. Igual que
el cubo del lugar santísimo del templo de Salomón y
el cubo de la Nueva Jerusalén.
Obsérvese que hay seis esferas exteriores y siete
esferas interiores en el cubo menor. En total 13 esferas.
Recuérdese un 13 es Ahaba o Amor, y otro 13 es EJad, el
Uno, en hebreo. La suma de ambos es 26 , la cifra de las letras
de Yahveh. Por eso el propio Jesucristo dice que Dios es UNO y
san Juan agrega que Dios es Amor, en Marcos 12,29 y en la Primera
Carta de Juan 4,8 y 4,16.
La idea de un cubo interior a un cubo exterior que lo
contiene viene de la kábalah, donde el Ángel
Mitatrón ha sido sometido a exhaustivos estudios. En esa
particular interpretación esotérica de la Biblia se
dice que Mitatrón es el Yahvéh menor y Dios es el
Yahvéh mayor. El doble cubo que vemos es un desarrollo
volumétrico de la Estrella de David, igual que las trece
estrellas que aparecen junto a un prolijo simbolismo
masónico en el billete de un Dólar de los Estados
Unidos de Norteamérica.
Mitatrón es san Mikjael arcángel, el
instructor de Moisés. Y el defensor de Israel a
través de los siglos. Es el ángel de la Espada que
combate al Maligno, que se aparece también a Josué,
a Daniel y a san Juan, en el libro del Apocalipsis. Es invocado
por los esenios y por la tradición rabínica junto a
Gabriel, Rafael y a Uriel. Y también es mencionado en la
tradición rosacruz kabalística británica del
Ilustre hermano Roberto Fludd Andros, muy respetado por los
masones ingleses.
En esta fase del ensayo iremos refundiendo algunos
contenidos del primer ensayo de teología supraconfesional
para masones latinoamericanos con el presente
documento.
En aquel lugar decíamos que la palabra
teología ya era usada por los filósofos griegos
desde cuatrocientos años antes de la Era Vulgar,
especialmente por Aristóteles y por Platón. Por eso
todos los estudios académicos de filosofía incluyen
la asignatura de teología, tanto como una doctrina natural
como revelada. Y la teosofía moderna incluye el estudio de
las religiones comparadas.
PERO, OJO, NO PARA DESTRUIRLAS O DENIGRARLAS, como hacen
los ateos militantes e ignorantes, sino como el fundamento seguro
que permite al espíritu humano vislumbrar aquella verdad
inmortal y trascendente que está más allá o
por detrás de las confesiones religiosas de Oriente y de
Occidente. Ese es el sentido de los viajes de los nueve maestros
que buscan a Hiram por los cuatro puntos cardinales y que
señalan sus restos con una rama de Acacia.
Pero esos restos mortales e inmortales de la leyenda
Hirámica NO ESTAN EN NINGUNO DE LOS CUATRO PUNTOS
CARDINALES, pues en realidad están en EL CENTRO del cosmos
de la logia. Es decir, en el mismo lugar de la Divina Presencia
ya mencionada en páginas anteriores de este ensayo. (Lucas
17,21). El Reino de Dios está dentro de vosotros, dice el
texto, o en medio de vosotros, o entre vosotros.
El parlamento explicativo del grado de maestro dice que
cuando un masón se pierda a si mismo, en la
ilusión, en el error o la ignorancia, deberá
encontrarse EN EL CENTRO DE LA CIRCUNSFERENCIA, ES DECIR EN EL
PUNTO QUE REPRESENTA AL GRAN ARQUITECTO DEL UNIVERSO, A DIOS, EN
EL CENTRO DE SU SER.
Lo cual nuevamente nos indica que no hay
masonería sin Dios, ni masonería sin Biblia. Los
místicos judíos, seguidores de la kábalah y
del sendero de la mercaba, dicen que La Nueva Jerusalén
está en sus propios corazones. Y esa Jerusalén es
el verdadero tabernáculo de Dios dentro del ser humano. Ya
no hay templo ni arca, sino que toda la Jerusalén interior
está llena de la luz de Dios, tal como la describe el
Apocalipsis de san Juan. Eso es lo que debe explicarse en los
misterios del Cuarto Grado Masónico y en los grados de
espíritu templario del 19 en adelante, del rito
escocés antiguo y aceptado.
También los cinco puntos de perfección del
abrazo entre maestros masones tiene relación con ese
centro supremo en el corazón. El pecho de ambos hermanos
debe tocarse para reconocer que EL DIOS QUE ESTA EN TU
CORAZÓN ES EL MISMO QUE ESTÁ EN MI CORAZÓN.
Ambas cámaras del medio se unen en ese abrazo ceremonial.
Y no sólo se unen sino que se debe proteger con las manos
ese sagrado centro interior de comunión
mística.
Por ser cinco puntos de perfección y no cuatro ni
tres, y por el hecho de no haber encontrado señales de
Hiram en los cuatro puntos cardinales, ese quinto punto alude a
la Quinta Esencia, al Espíritu central que gobierna a los
cuatro elementos, al divino cinco en medio del cuaternario. Al
Hiram, al Hermes secreto, al Cristo interno. Y ese centro divino
de la cámara del medio interna del alma no es diferente
del que está en el corazón del otro hermano a quien
abrazo.
Pues el Dios inmanente que vive en mi no es distinto del
que habita en otros o en ti. Es posible que TU CONCEPTO DE DIOS
SEA DISTINTO, pero el Dios-Luz real e inmortal es el mismo. La
realidad de Dios siempre desborda a los conceptos del intelecto
humano, eso lo saben todos los teólogos y teósofos,
pero los hombres no pueden caminar sin conceptos por la vida. Los
conceptos espirituales sobre la divinidad son como las vasijas
del agua de la vida. Tienen distinta forma y tamaños, pero
el agua que contienen es lo importante.
Lo mismo pasa con las Sagradas Escrituras del mundo. Hay
una divina esencia común a todas ellas, tanto en sentido
metafísico como moral. Pero la superioridad de la biblia
es su simbolismo arquitectónico y su numerología
esotérica asociada con los nombres divinos, al grado de
ser verdaderas ecuaciones matemáticas. Esos datos
están muy disminuidos o francamente ausentes en otras
sagradas escrituras. Por eso la masonería utiliza la
biblia en sus aras. NO POR MERAS RAZONES HISTORICAS O
ARQUEOLÓGICAS.
Para ir culminando y redondeando los conceptos de este
ensayo de teología masónica avanzada podemos
retomar el asunto del Delta luminoso de los templos
masónicos, ya tratado en la el ensayo previo a este
trabajo. Así veremos que con ese triángulo
equilátero con el Ojo Divino ocurre lo mismo que con la
Biblia. Si se sacara de los talleres ya no tendríamos
masonería.
A la mayoría de las personas y de los iniciados
en logias les queda claro su relación con el número
3, o el ternario cristiano, o con las trilogías
filosóficas o con los ternarios de otras religiones. Y SIN
EMBARGO, SIN NEGAR ESE HECHO ESO, FUE DISEÑADO PARA
RECORDARNOS AL NUMERO CUATRO, AL TETRAGRAMA HEBREO Y A LA TETRADA
PITAGORICA. Es decir, para recordarnos al misterio del 3 y de 4.
Y eso tal vez sorprenda a más de algún
hermano.
Pero la intención de nuestros ilustres maestros
fundadores de los ritos y mis palabras quedarán claras
cuando recordamos que a ese símbolo del oriente de los
templos se le denomina precisamente EL DELTA LUMINOSO. La palabra
Delta es griega, Y ES LA CUARTA LETRA DEL ALFABETO GRIEGO, y vale
4, y cuando se dibuja en su forma mayúscula es un
triángulo.
Letra Delta mayúscula.
Valor numérico 4. ( En griego como
en hebreo y en árabe cada letra vale un número
).
El Ojo fue agregado a interior del Delta
justamente para recordarnos el cuatro, o el cuarto punto, para
que la vista del mero triángulo no nos recuerde solamente
el número 3. Así tenemos obligatoriamente que
pensar en el sagrado cuatro, o en la Tetractis pitagórica,
en el Sagrado Tetragrama, y en todos los cuaternarios del
universo.
Aquí se refunden perfectamente la sagrada
tetractis pitagórica con el nombre de Dios de cuatro
letras, recordando de paso que Pitágoras nombraba a Dios
como Zeus, nombre griego que tiene cuatro letras, cuyos
números al sumarse nos dan 612, y si los volvemos a sumar
son 9. Y para rematar la cosa y no dejar duda alguna hay que
decir que el genitivo de Zeus es Dios, que en griego se escribe
tal cual como en español. (Pero con una Delta
mayúscula al inicio del nombre, no con zeta). Y
también nueve es el resultado de la suma de
7+2.
Por esa razón los pitagóricos JURABAN CON
SUS MANOS SOBRE LA TETRACTIS, TAL COMO LOS MASONES JURAN SOBRE LA
BIBLIA, DONDE SE NOMBRA A DIOS CON EL SAGRADO
TETRAGRAMA.
Por eso la Biblia y el Delta luminoso están
irremediablemente unidos, y como ya se dijo en páginas
anteriores, la Biblia nos habla claramente sobre el Ojo de Dios
en numerosos textos de los salmos, en el libro del profeta
Ezequiel, en Crónicas y Reyes, como ya se dijo en
relación con el sueño de salomón. Incluso en
el libro del Profeta Zacarías se menciona UNA PIEDRA
ESCOGIDA CON SIETE OJOS. Y en Isaías se nos dice que
Yahveh es la Piedra o la Roca de los siglos, o de la
eternidad.
No hay duda de que este simbolismo del Ojo de Dios nos
conecta también con el Ojo de Ra, o con el Ojo de Horus,
de la religión egipcia, como también con el Ojo
Búdhico y el Ojo de Shiva, y con el concepto
teológico de la Omnisciencia divina. Y con la
clarividencia de la glándula Pineal de nuestro cerebro y
la misma de los cerebros de los Tuatara de Nueva Zelanda. Esa
cualidad de Omnisciencia que posee el Alma Universal es
transferida a los iluminados de todas las épocas, en
diversos grados y formas.
Esos grados van desde la misma conciencia de vigilia
normal, pasando por la inspiración poética y
científica, la percepción telepática y la
telestesia, las experiencias extracorpóreas, la
premonición común, la clarividencia, la memoria
extracerebral, la profecía de largo plazo como la de los
profetas de la Biblia, y la conciencia cósmica misma de
seres de la talla de un Jesucristo o de un Sri Krishna. Es una
participación del alma humana en la infinita conciencia de
Dios, que es Luz sin límites, o Ein Sof Aur.
Así como la conciencia individual es una
participación en la Omnisciencia de Dios, también
la Inmortalidad del alma es una participación en la
Inmortalidad de Dios. Ello se deduce de un versículo muy
importante de la primera Carta de San Pablo a Timoteo, en el
capítulo 6,16, donde, hablando el apóstol acerca de
Dios, nos dice: "EL UNICO QUE TIENE INMORTALIDAD, QUE HABITA EN
LUZ INACCESIBLE, A QUIEN NINGUNO DE LOS HOMBRES HA VISTO, NI
PUEDE VER, AL CUAL SEA LA HONRA Y EL IMPERIO SEMPITERNO.
AMEN".
En rigor los hombres no tienen inmortalidad por derecho
propio, independientes de Dios. Sólo la tienen en forma
condicional, en virtud de la unidad con la Divinidad que les sea
posible alcanzar en el sendero de perfección. Es una
POSIBILIDAD EVOLUTIVA, que se puede perder si no se obedecen los
mandamientos de Dios. Eso es así pues el verdadero
concepto de la Moral o de la Etica religiosa es que ella es UN
SISTEMA DE REGULACIÓN DE LAS ENERGIAS HUMANAS encaminado
hacia la Perfección del Ser en el seno de Dios. De
allí el énfasis del permanente discurso
masónico en torno de la virtud, y del rechazo del
vicio.
En latín virtus es fuerza, vigor, virilidad. El
que posee virtudes tiene energías o poder a su
disposición. El vicio, por el contrario es debilidad. En
buenas cuentas el hombre de voluntad fuerte es el único
capaz de virtudes que lo unifican con la Voluntad Omnipotente del
Creador. Así pues, un gran Yogui como Paramahansa
Yogananda decía, en la primera mitad del siglo XX que
nuestra voluntad humana es un reflejo de la Omnipotencia Divina,
y que es vital que el hombre desarrolle su voluntad para ser
mejor persona. De allí también se deriva el
discurso permanente de los yoguis y de las cartas de los
apóstoles acerca del dominio propio.
Respecto de la supuesta imposibilidad de la
Visión de Dios, planteada por el versículo de Pablo
recién mencionado tres párrafos atrás, se
debe hacer notar que esa imposibilidad de se refiere sólo
al hombre como criatura caída, sumida en el pecado y en la
ignorancia. Pero los que han nacido dos veces, como Osiris Ani,
en el libro de los Muertos, y como dice el Evangelio de Juan en
su tercer capítulo, pueden ver a Dios, gracias a la
iniciación que crea en ellos una segunda naturaleza en
Cristo. Lo mismo dicen los Brahmanes de la India. Por eso usan un
doble cordón colgando de su cuello, para indicar su
carácter de Nacido dos veces, una en la carne y la segunda
en el espíritu.
Autor:
Profesor Fernando Laredo Cárter
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