"En nuestro pasado remoto, nuestra mayor tendencia
intelectual — como seres pensantes — fue la tarea
interminable de tratar de explicar nuestras circunstancias por
medio de
los procesos del pensamiento mágico,
de la religión, y de la creencia en fenómenos
de origen paranormales". FEFL en La ciencia
política, la genopolítica, y la genética de
las mutaciones de Novo: Mutatis mutandis.
La raza humana, según se entiende,
no ha hecho una mutación adaptativa por los últimos
35 a 45,000 años de su historia. Demostrando, de esta
manera, que para su supervivencia, la Naturaleza no ha necesitado
que se produzcan cambios en la estructura fundamental y
básica de nuestra especie, permitiéndonos el
beneficio temporal de una estabilidad morfológica y
funcional.
Jerarquía social: Lobos
Para poder entender, en detalle, las
vicisitudes de nuestra marcha como especie, nuestra prehistoria
— donde se acumulan los procesos originales de nuestra
metamorfosis como género — no nos satisface totalmente
en la labor de proporcionarnos los datos que
necesitaríamos para descifrar, con el juicio apropiado, el
curso de nuestra evolución, ya que los medios para
registrarla no existían.
Mientras que nuestra historia anotada
(contenida en documentos de orígenes más recientes)
no constituye una interpretación fidedigna de los hechos
pasados, puesto que el ser humano invariablemente ha tendido a
distorsionar los eventos que le ocurren, para adaptarlos al
servicio de sus fines personales.
En otras palabras, que "el conquistador
siempre escribe la historia" — Y la historia así escrita
está sujeta a distorsiones.
Por la razón aludida, poder entender
los orígenes de los eventos que influyeran nuestro
desarrollo evolutivo — que por vía de la
observación de nuestras tribulaciones y vicisitudes como
género — se torna en un ejercicio imposible, ya que no
tenemos acceso directo a lo que, realmente, entonces,
nos aconteciera.
Se dice que la Naturaleza procura el
equilibrio y la adaptación de las especies.
Veamos, sí, de veras, la Naturaleza
busca el equilibrio.
Nos preguntamos a este respecto,
¿cómo pueden concebirse eventos que nos afectan de
modo negativo, y cuyas características son obviamente la
antítesis de lo adaptable para el beneficio de la
especie?
¿Cómo, entonces, entender
que, al unísono, naciones y grupos marchan a su
aniquilación total, sin pensar dos veces en las
consecuencias contra intuitivas de su comportamiento perjudicial
y dañino?
Hispanoamérica
¿Cómo explicar que
líderes sin escrúpulos, desprovistos de sentido
moral, y carentes de toda honestidad puedan lograr la paradoja de
arrastrar consigo conglomerados humanos de naciones,
encaminándolos hacia la ruta de la ruina
colectiva?
Solamente, la ocurrencia de esos
fenómenos negaría la validez de la Teoría de
la Evolución como paradigma de adaptabilidad y
supervivencia, ya que, en principio, los malos líderes y
sus secuaces deberían ser eliminados por el proceso de la
Selección Natural.
Pudiésemos esperar que — asimismo
como la Naturaleza dota a sus súbditos con mecanismos de
ajuste para sobrevivir — que en el escenario de la
aniquilación política, de la guerra injustificada,
del holocausto y del genocidio caprichoso, que algunos mecanismos
se activarían para salvaguardar el bienestar de
aquéllos grupos, cuyos gobernantes pérfidos y
villanos arruinan con sus designios perversos.
Si la Naturaleza (como se prevé y se
supone) poseyera influencia en casos de esta índole,
indubitablemente que — para beneficiar la estabilidad de la
mayoría — que ese tipo de persona se eliminaría
espontáneamente o la especie se inmunizaría a sus
maniobras reconociendo sus potenciales deletéreos para el
bien de todos — y, que, en el ámbito político
actual — nadie por ellos votaría por ser
"tóxicos", dañinos, o ambas cosas.
Los personajes más ilustres y de
mayor influencia por los descubrimientos que hicieran
explicándonos las leyes universales que nos rigen, han
fallado en suplirnos una indicación que explique estos
fenómenos tan extraordinariamente
contradictorios.
Quizás por medio del estudio de
eventos de orígenes históricos simultáneos y
fortuitos en su aparición podríamos tratar de
entender este mismo acertijo que nos deja perplejos.
Las coincidencias
no existen
El alcance de las coincidencias es algo que
tendemos a ignorar cuando se trata de explicar los merodeos del
destino en su curso hacia la meta ineluctable de la subsistencia
colectiva.
La observación de la manera en que
ciertos fenómenos históricos ocurren — basados en
la aparición espontánea y simultánea de
emergencia de ideas, de tendencias y de ciclos idénticos
— nos deja maravillados por la propensión con que
ciertos eventos emergen y cesan al mismo tiempo sin ostensible
causalidad inmediata.
Nuestra historia y las biografías de
los seres notorios que nos han iluminado el sendero que nos
favoreciera seguir, están repletas de concurrencias cuyas
influencias cambiaron nuestro destino y las vidas de nuestros
antepasados.
Hoy reconocemos muchos de sus
descubrimientos fortuitos como siendo resultado de la
serendipia.
En orden de su importancia, los tres
hombres más preeminentes en la historia de la humanidad,
fueron: Mahoma, Isaac Newton y Cristo de Nazarea.
Un examen de la vida de Newton nos indica
que su vida fue influida por una serie de casualidades y de actos
aleatorios que, en muchas de sus coyunturas, le brindaron un
aspecto de predestinación (en la que él
vehementemente creía) en su curso.
Este fenómeno no resulta ser
sorprendente, ya que muchos compartimos esas impresiones, que
sirven para proporcionarnos con la intuición que nos
señala rutas imprevistas, quizás oportunas, pero
claramente inesperadas.
Algunos principios que a
todos nos afectan aquí pueden ser enumerados:
Todos sentimos el deseo de poder
influir y controlar nuestros destinos, tan inciertos como
caprichosos.Todos compartimos la experiencia de que
las incertidumbres, características de la vida, nos
llenan de ansiedades.Todos recordamos que, si hemos gozado
de éxito alguno, que nos sentimos "especiales" y
predestinados, temiendo la pérdida imprevista de lo
que hemos alcanzado.
Mayas
Todos hemos sido testigos del hecho de
que cada logro y toda posición de beneficio personal
conlleva al resentimiento inevitable y la envidia gratuita
que otros nos profesarán — más aún,
proveniente de aquéllos a quienes
favoreciéramos.Todos comprendemos que no existe
victoria absoluta y que aquéllos que anhelan
ser triunfadores absolutos están destinados a
sufrir decepciones absolutas.Es un hecho concreto el que nos
enseña que dictaduras, monarquías,
regímenes opresivos y represivos, existen sólo
como fenómeno temporal y que su duración
está relacionada al crisol que en sí amalgama
los factores históricos, para que de entre sus mismas
cenizas ardientes surjan civilizaciones más
adaptadas.Que no hay nada ni
nadie que pueda colocarse por encima de las leyes
naturales que a todos rigen ciegamente. Como lo es la
certidumbre de nuestro deterioro progresivo y de la
finalidad, sin exclusiones, de la muerte.Que el dinero, el poder y las riquezas
son fenómenos que no proceden del modo que,
necesariamente, nos beneficia, ya que a veces sin
explicación lógica éstos se
esfuman.Y que la religión distorsiona el
ejemplo, la visión y el verbo de sus profetas para
incitar a sus clérigos a que tomen el camino hacia el
poder y a las riquezas, y no a transitar el camino tortuoso
del sacrificio y de la "santidad," que de ellos se
esperan.
Otras consideraciones similares pueden
añadirse a éstas, pero con lo hasta aquí
expresado podemos empezar a hacer una exégesis temporal de
la situación que nos afecta en este momento de nuestra
existencia colectiva.
La Tiranía
de la Evolución
Cuando pensamos en la aplicación de
sistemas cuyos propósitos parecen ser universales — como
lo son la inmanencia de las religiones, la presencia de sistemas
de leyes "naturales" que organizan, estructuran y ordenan las
relaciones entre los seres humanos, los temores atávicos
que nos acosan y la tendencia que tenemos a seguir a otros para
encontrar sosiego, paz y tranquilidades en la vida — entonces
podemos concebir el "beneficio" relativo que los políticos
nos confieren.
Como igualmente sucede con la presencia del
plasmodio falciparum en la sangre de pacientes
víctimas de la drepanocitosis — o las epidemias y las
guerras en ciclos — sirviendo el propósito de
"controlar" el crecimiento desbordado de la
población.
Lo antedicho, representa una contingencia
necesaria, penosa y transitoria, que al final nos
beneficia.
Primates
¿Pero de dónde provienen los
políticos en su progresión natural y qué
función nos sirven en un sentido evolutivo?
Los políticos, posiblemente se
originaron en la proximidad de otros individuos especiales — en
el sentido de que éstos compartían en la tarea de
disipar nuestros miedos y proporcionarnos bienestar y seguridad
— los cuales vienen cementados intrínsecamente (para
sobrevivir) en la esencia de nuestra naturaleza.
Los otros que nos proveyeran solaz fueron
el adivino, el curandero, el brujo, el sacerdote y el
rey.
Como, si para divertirnos, más
adelante crearíamos el muy acicalado, adornado,
ornamentado y galardonado, payaso, personificado en el monarca
arrogante, el político y el militar…
En
resumen
No todas las naciones del mundo
están gobernadas por oficiales corruptos, ni todos los
políticos lo son.
Cuando de ellos dependemos tanto, como
todos parecen depender, es indicación de que nuestro
proceso evolutivo aun permanece en etapas atrasadas, donde se
concebía que todo proviniera del padre todopoderoso a
quien nuestras existencias entregáramos, como hijos del
caudillo.
Pero, a medida que entramos en nuestra
madurez emocional, nos sentimos obligados a esperar que el
político no se adueñe de su rol, usurpando, con sus
ideas de omnipotencia, la idea de que es dueño y
señor de cualquier país y que los ciudadanos del
mismo, existan para ser usados, decepcionados y
engañados.
Donde la Naturaleza puede asistir, como
antes lo ha hecho, es en el entendimiento de estas aberrantes
circunstancias o, en su eliminación por medio de la
Selección Natural…
La espada de Dámocles por
Jacques-Louis David
Es hora en la Evolución de todos los
pueblos — resultado de una mutación adaptativa de la
Naturaleza — que seleccionen, por medio de adaptaciones
instintivas, políticos maduros para que juntos crezcan
como naciones y como sociedades.
Lo que, aparentemente, hasta ahora, ha sido
imposible.
Fin de la lección.
Bibliografía
Larocca, FEF: La ciencia política, la
genopolítica, y la genética de las mutaciones de
Novo: Mutatis mutandis. En monografías.com
Para artículos adicionales
relacionados a este tema por este mismo autor:
http://www.monografias.com/cgi-bin/search.cgi?query=politico%20larocca
Autor:
Dr. Félix E. F.
Larocca