- Resumen
- Introducción
- Marco
teórico - Problema
científico - Objetivos
- Diseño
metodológico - Análisis y
discusión de los resultados - Referencias
Bibliográficas - Anexos
Resumen
Se realizó un estudio observacional, descriptivo,
de corte longitudinal y prospectivo, durante el período de
tiempo comprendido entre enero del 2008 y enero del 2010, con el
objetivo de evaluar los beneficios de la suplementación
con cinc en lactantes con diarrea aguda. El universo estuvo
constituido por todos los lactantes ingresados en el servicio de
gastroenterología del Hospital General "Comandante
Pinares" de San Cristóbal, durante el período
mencionado. Se seleccionó mediante muestreo simple
aleatorio una muestra de 321 pacientes a quienes se les
suministró sulfato de cinc. El resto, 315 pacientes, se
tomó como control. La información necesaria se
obtuvo a través de una encuesta, donde se contemplan
variables como: datos generales de identidad, número y
consistencia de las deposiciones al tercer día de
tratamiento, estado nutricional, desaparición de la
inapetencia, y reingreso por diarrea. Para el análisis de
esta muestra se utilizó la media porcentual, el riesgo
relativo y la prueba de hipótesis chi cuadrado por sistema
computarizado. En ambos grupos existió un predominio de
los niños comprendidos entre 7 y 12 meses, el 81,9% de los
suplementados presentaban menos de 3 deposiciones por día
al tercer día de tratamiento, y en el 33,3% de ellos las
deposiciones eran moldeadas; siendo esto más evidente en
los desnutridos. El apetito se recuperó más
rápidamente en el 82,6% de los suplementados y el 60,4% de
ellos egresó en los primeros 4 días,
reportándose reingreso por diarrea solo en el 0,6% de los
que recibieron el mineral.
Palabras clave: sulfato de cinc, diarreas,
beneficios.
Introducción
La enfermedad diarreica aguda constituye una de las
primeras causas de mortalidad infantil a nivel mundial,
fundamentalmente en niños menores de 5 años (1-5).
En el mundo se producen anualmente alrededor de 12 millones de
defunciones en los primeros años de la vida por
enfermedades prevenibles, el 19% de estas se deben a diarrea
aguda (2). La UNICEF informa que alrededor de 8 mil niños
mueren diariamente en el mundo por deshidratación
secundaria a diarrea; algo más del 90% de esta mortalidad
procede de países en desarrollo, en donde la
mayoría de los casos no recibió atención
médica oportuna (6,7).
En 1966 Jellife se refiere a la diarrea, la
neumonía y la malnutrición
proteico-energética como "las tres grandes" entre las
enfermedades exterminadoras de la niñez. En 1980 Grant
estima que el 12 % de los niños que nacen cada año
mueren durante sus cinco primeros años de vida,
principalmente en lugares más pobres, en algunos de los
cuales la probabilidad de que un niño celebre su primer
cumpleaños solo llega al 50%. Este importante mensaje
está asociado al hecho de que estos niños mueren
por enfermedades prevenibles y tratables (1).
La tasa de mortalidad por diarrea varía
según los diferentes países, así se
describen tasas de 3072 por 100 mil habitantes en Haití y
116 por 100 mil habitantes en Argentina. En África 1
billón de niños padecen diarrea. En Cuba, la
mortalidad por enfermedad diarreica aguda ha disminuido
considerablemente, así vemos que de 3210 defunciones
registradas en 1962, solo ocurrieron 109 en 1990, y ya en el
2004, solo ocurrieron 8 muertes por ella, no ocurriendo lo mismo
con la morbilidad, representando la segunda causa de ingreso
hospitalario en edades pediátricas, solo precedidas por
las infecciones respiratorias agudas (IRA) (8-10).
En los últimos años se han acumulado
amplias evidencias en varias regiones del mundo que apoyan la
efectividad del empleo de suplementos de cinc en la diarrea
aguda, persistente y en la disentería, por reducir tanto
la duración como la severidad del cuadro diarreico,
además de prevenir la aparición de nuevos episodios
en los meses siguientes (11-13). Sin embargo su indicación
no se ha generalizado.
El número de consultas médicas reportadas
por enfermedad diarreica aguda (EDA) en edades pediátricas
en la provincia Pinar del Río durante los años 2008
y 2009 fue de 43 568 y 49 325 respectivamente,
registrándose un 35% de las mismas en lactantes. En el
Hospital General Comandante Pinares se realizan anualmente
alrededor de 500 consultas por EDA a lactantes, representando
esta la segunda causa de ingreso en este grupo etario.
Es por ello que el programa de control de las EDA de la
Organización Mundial de la Salud (OMS) apoya todas las
investigaciones epidemiológicas sobre el tema, insistiendo
en mejorar la eficacia de los servicio de salud pública en
la prevención y control de las EDA, uno de los principales
problemas de salud a nivel mundial (3).
Por tales motivos y conociendo que no se han realizado
investigaciones sobre la repercusión del uso de
suplementos de cinc en los lactantes con diarrea en el hospital
general docente "Comandante Pinares" de San Cristóbal, se
realiza el presente estudio con el objetivo de evaluar la
efectividad de este suplemento.
Marco
teórico
La diarrea aguda constituye una de las causas
principales de mortalidad infantil, tanto en los países
desarrollados como en los subdesarrollados. La mortalidad mundial
se estima entre 1.5 y 2 millones de niños por año.
Anualmente ocurre un billón de casos de diarrea en menores
de cinco años de edad en África, Asia (excluyendo
China) y Latinoamérica. Cinco millones de muertes por
diarrea ocurren anualmente en menores de cinco años en
países subdesarrollados, y esto equivale a una tasa de
mortalidad cien veces mayor que en los países
desarrollados. En los últimos 30 años las cifras de
mortalidad infantil en países desarrollados
disminuyó gracias a las sales de rehidratación
oral, amamantamiento, higiene, nutrición y
vacunación, sin embargo la morbilidad se ha mantenido
constante (6).
La diarrea es un cambio en el hábito defecatorio
que implica una mayor frecuencia de las evacuaciones, un aumento
en el volumen de las mismas y/o una disminución en su
consistencia. Para definir diarrea se consideran 3 evacuaciones
líquidas con un aumento del volumen a
200ml/día (5).
Un niño experimentará entre uno y tres
episodios de diarrea aguda por año, en los tres primeros
años de vida, cifra que asciende hasta diez por año
en comunidades de extrema pobreza (1).
En los niños menores de dos años los virus
constituyen la causa más frecuente de EDA, llegando a ser
responsables del 99% de los casos, solo el 1% de los episodios
son de etiología bacteriana, mientras que en niños
mayores de esta edad, esto se invierte y solo el 20% de los
cuadros son de causa viral, el resto es debido a agentes
bacterianos. Existen cuatro procesos fisiopatológicos que
originan diarrea: hipersecreción, inflamación,
hiper o hipomotilidad y aumento de la osmolaridad en el contenido
intestinal. La diarrea se clasifica según tiempo de
duración en: aguda cuando dura menos de 2 semanas,
persistente cuando la duración es de 2 semanas a 1 mes y
crónica cuando dura más de 1 mes (6).
Los agentes infecciosos causantes de diarrea
generalmente se trasmiten por vía fecal-oral, que incluyen
la ingestión de agua contaminada no hervida y de alimentos
contaminados fecalmente, así como el contacto directo con
las heces (1).
Las enfermedades infecciosas intestinales están
vinculadas a factores inherentes al atraso socioeconómico
como son: el hacinamiento, viviendas con malas condiciones
higiénicas, suministro de agua insuficiente en cantidad y
mala calidad, eliminación inadecuada de excretas, basuras
y residuales líquidos y sólidos ;expedíos de
alimentos( principalmente leche) con poco o sin control de su
calidad, incorporación de los denominados alimentos
chatarra(chupa- chupas, chicoticos, galleticas con cremas),
refrescos gaseados y otros alimentos con un elevado contenido de
carbohidratos, que generan diarreas (8,9).
La deshidratación con acidosis es la
complicación más común de la diarrea aguda.
Las bases del tratamiento de la EDA recomendadas por la
Organización Panamericana de la Salud consisten en:
prevenir la deshidratación si esta no se ha evidenciado en
forma clínica y corregirla cuando está presente,
garantizar la provisión de líquidos y la
alimentación durante la diarrea y la convalecencia,
erradicar el agente causal solo cuando esto es deseable,
factible, útil y no constituya un riesgo para el paciente,
así como evitar la iatrogenia (11).
Muchos estudios indican que en niños con diarreas
se reporta la necesidad del suministro de cinc para: el buen
funcionamiento del epitelio intestinal, la reparación de
los tejidos lesionados, mejorar la absorción de sodio y
agua, a la vez que lo consideran indispensable para la
utilización adecuada de la vitamina A, la cual tiene
reconocida capacidad para la reparación del daño
mucosal secundario a la infección, además en la
protección de la mucosa y en la absorción
intestinal (12).
Numerosos estudios han reportado que la
administración de suplementos de cinc, de forma continua o
en tratamientos de corta duración, tiene un efecto
beneficioso respecto a la prevalencia de la disentería en
el mes que sigue a la administración de los suplementos.
Además, los estudios realizados en shigelosis aguda han
revelado que la administración de suplementos de este
micronutriente favorece significativamente la
seroconversión, es decir, la aparición de
anticuerpos frente a la shigela, y aumenta la proporción
de linfocitos B circulantes y células plasmáticas,
así como la respuesta específica gracias a la
producción de inmunoglobulina A (IgA). Por todas estas
razones, aconsejan prescribir suplementos de cinc como
complemento al tratamiento con antibióticos en la diarrea
sanguinolenta (13).
Estudios realizados en la India y otros países en
desarrollo también han reportado que la
suplementación de cinc tiene una acción beneficiosa
adicional en la reducción del volumen de heces y en la
duración del episodio diarreico, por lo cual recomiendan
indicarlo como complemento de la rehidratación oral, la
que debe seguir siendo la base del tratamiento (14).
Este micronutriente adquiere especial connotación
en los niños con desnutrición
proteico-energética (DPE) en los cuales las
concentraciones plasmáticas suelen ser alrededor de la
mitad de las correspondientes a los niños
eutróficos. Su esencialidad en el crecimiento, su
función en la síntesis de ácidos nucleicos y
proteínas, en la replicación celular y en el
control del apetito, pueden explicar este vínculo. Su
deficiencia limita la velocidad de ganancia de peso y altera la
composición corporal, lo que genera un incremento del
tejido adiposo con respecto al muscular, en niños que se
recuperan de la desnutrición. La suplementación con
cinc ha sido utilizada ampliamente en humanos, se reportan
resultados disímiles como favorecedores del crecimiento,
así como en la recuperación inmunológica del
desnutrido y en el manejo de sus episodios diarreicos, donde son
plenamente admitidas sus ventajas (15-19).
La diarrea y la malnutrición ranquean
consistentemente entre las cinco principales causas de muerte en
la niñez a nivel mundial y según un reporte de la
OMS del 2002, la deficiencia de cinc fue vinculada al 10% de los
casos de diarrea (20).
Fue a partir de 1953 que el cinc comenzó a ser
considerado un nutriente esencial para el hombre. Aún al
inicio de los sesenta se creía que la deficiencia de este
mineral nunca podía ocurrir en humanos ya que su presencia
era ubicua y el análisis de los alimentos mostraba
adecuada cantidad del mismo en la dieta humana, sin embargo es en
1961 que Prasad y otros describen lo que hoy se conoce
como síndrome de deficiencia de cinc (21).
La deficiencia de cinc se puede originar como resultado
de una ingesta dietética inadecuada, especialmente en
períodos que aumentan los requerimientos como en
períodos de crecimiento rápido (infancia y
adolescencia), por malabsorción, por el incremento de las
pérdidas y/o por impedimentos en su utilización.
Sin embargo, en la mayoría de los casos la causa primaria
de deficiencia es una ingesta inadecuada del cinc absorbible, la
cual comúnmente ocurre como resultado de la
combinación de una baja ingesta dietética y el
consumo frecuente de alimentos con bajo contenido de este
elemento y/o de formas de cinc poco absorbibles (20).
La deficiencia de cinc es común en niños
en países subdesarrollados. Estudios previos hallan que
niveles bajos del mineral están asociados con un
incremento de la severidad de la diarrea. A la
suplementación de este nutriente se le atribuye un efecto
antidiarreico genuino, ya que reduce significativamente el flujo
de heces en gastroenteritis aguda asociada a
deshidratación. Este micronutriente mejora la
absorción de agua y electrólitos ayudando a una
regeneración temprana de la mucosa intestinal, a la
restauración de enzimas entéricas y mejorando la
respuesta humoral y celular, por lo que su uso es recomendado
durante cuadros de diarrea aguda para prevenir episodios
prolongados y evitar el uso inapropiado de drogas antimicrobianas
y antidiarreicos (22-26).
Las recomendaciones de necesidades diarias para la
población cubana del Instituto de Nutrición
son:
< de 1 año – 5 mg.
1 a 10 años- 10 mg.
>de 10 años- 15 mg.
Se aconseja su suplementación en el recién
nacido de bajo peso, retraso físico- pedagógico,
fibrosis quística y hepatopatías (27).
Su administración prolongada puede producir una
anemia por déficit de cobre debido a la competencia que se
establece entre ambos elementos en el momento de ser absorbidos
en la mucosa intestinal, pero usos cortos, por ejemplo durante 14
días, no parece afectar los niveles de cobre. Esta anemia
mejora con la administración de cobre (28).
Dado que no existen grandes depósitos
orgánicos de este metal, la respuesta a la
depleción puede ser rápida. Las personas sometidas
a mayor riesgo son las mujeres embarazadas, los niños y
los ancianos, sobre todo si pertenecen a grupos sociales
económicos bajos, al igual que los vegetarianos
(29-32).
Los jarabes de cinc son relativamente fáciles de
elaborar, antes de recomendarlos para el tratamiento de la
diarrea se debe comprobar que posean las siguientes
características:
¦ La concentración del jarabe de cinc debe
ser de 10 mg.en 5 ml o de 20 mg en 5 ml.
¦ Para la formulación del jarabe se puede
usar cualquiera de las sales solubles de cinc: sulfato, gluconato
o acetato.
¦ El jarabe debe contener solo cinc, sin embargo,
en algunos casos podrá agregársele cobre (1
mg./dosis).
Comprimidos de cinc
Los comprimidos pueden ser administrados a niños
de un mes a 5 años de edad, deben desintegrarse
rápidamente cuando se mezclan con una cucharadita de agua
apta para el consumo, o leche materna extraída. Es
esencial el uso de correctores de sabor para garantizar su
aceptabilidad cuando se administre a niños
pequeños. La presentación puede ser en comprimidos
de 10 mg. o de 20 mg. de zinc cada uno. Debe poseer una ranura en
su parte media que posibilite fraccionarlo, cuando se le ofrezca
a niños pequeños (33-35).
En nuestro país existen sales de sulfato de cinc
en Jarabe de 10 mg en 5 ml y tabletas de 10mg (27).
En las deficiencias nutricionales es recomendable
utilizar: 1 mg x kg x día durante 6 meses. Dosis de hasta
50 mg de cinc elemental 3 veces al día pueden ser
administradas en casos necesarios. Por vía parenteral
(intravenosa) se usa en forma de sulfato o cloruro de cinc,
pudiendo ser administrados a una dosis de 6,5 mg de cinc
elemental al día (100 micromoles). De ser necesarias dosis
mayores o por períodos de tiempo prolongados se
afectaría la respuesta inmune. Dosis más altas que
las cantidades recomendadas podrían producir fiebre, tos,
dolor de estómago, fatiga, y muchos otros problemas.
Algunas investigaciones sugieren que el spray nasal de cinc
(usado en el resfriado común) posiblemente no es seguro,
puede producir pérdida de la capacidad para oler. Hasta
que no se tenga más información, se debe evitar su
uso (35,36).
Este mineral es muy abundante en las carnes rojas, en
algunos mariscos, en el germen de los cereales, la leche (la
biodisponibilidad del contenido de la leche humana es mayor que
en la de la vaca o el de las fórmulas para lactantes). Las
ostras son reportadas como las mejores fuentes. En los
países subdesarrollados el mineral es provisto
fundamentalmente por cereales y legumbres. El cinc contenido en
los vegetales suele estar menos biodisponible que el aportado por
la mayoría de las proteínas de origen animal. El
cuerpo contiene 1,5 a 2,5 g de cinc. El mineral se encuentra
prácticamente en la totalidad de las células, pero
existe con mayor abundancia en determinados tejidos animales,
como por ejemplo en el músculo (37).
El cinc juega un papel esencial en el mantenimiento de
las estructuras de las apoenzimas, puede tener diversos roles en
las funciones bioquímicas y hormonales de varios sistemas
endocrinos, estando involucrado en la secreción y
acción de la insulina. Se recomienda su uso como
antioxidante ya que puede estabilizar las membranas celulares al
igual que la vitamina E (38-42).
El cinc interviene también en el mantenimiento
del equilibrio ácido – base de los líquidos
corporales por su participación en la anhidrasa
carbónica, que contiene en su estructura iones de cinc
(26).
Muchos estudios han demostrado los beneficios de la
suplementación de cinc sobre: infecciones en las
poblaciones humanas, reducción en la incidencia y
duración de diarreas agudas y crónicas, infecciones
del tracto respiratorio inferior en lactantes y niños
pequeños, reduce además las manifestaciones
clínicas causadas por el Plasmodium falciparum.
En la sicklemia disminuye la incidencia de neumonía por
Staphylococcus aureus, tonsilitis por S.
Neumoniae e infecciones del tracto urinario
(43-46).
Algunas personas usan el cinc para una enfermedad de los
ojos llamada degeneración macular, para la ceguera
nocturna y las cataratas. También se usa para el asma, la
diabetes, la hipertensión arterial, el síndrome de
inmunodeficiencia adquirida (SIDA), afecciones
dermatológicas como psoriasis, eczema y acné. Otros
usos incluyen el tratamiento del trastorno de déficit de
atención e hiperactividad (TDAH), de la disminución
del sentido del gusto , del zumbido de oidos (tinitus), de las
lesiones graves en la cabeza, de la enfermedad de Crohn, de la
enfermedad de Alzheimer, del síndrome de Down, de la
enfermedad de Hansen, de la colitis ulcerosa, de las
úlceras pépticas, y se usa también para
promover el alza de peso en las personas que sufren algún
trastorno del apetito tal como la anorexia nerviosa. Algunos
atletas lo usan para mejorar su rendimiento deportivo y fuerza.
También se aplica en la piel para el tratamiento del
acné, el envejecimiento, las infecciones por herpes
simple, y para acelerar la cicatrización de las heridas.
Hay un spray nasal de cinc que se puede usar en las fosas nasales
para el tratamiento del resfrío común. El citrato
de cinc se utiliza en las pastas de dientes y enjuagues bucales
para prevenir la formación de sarro y la gingivitis. En
muchos tipos de champú lo añaden para disminuir la
caída del cabello (47-50).
También juega un papel importante en la
regulación del apetito al igual que la leptina (hormona
secretada por los adipocitos) que tiene una gran influencia en el
metabolismo energético, por lo que se recomienda su
utilización en niños anoréxicos
(38).
Algunos datos y cifras de diversas publicaciones sirven
para mostrar el problema de las EDA en los países
subdesarrollados, donde constituye una verdadera
catástrofe (1-4).
En América Latina y Asia las mayores tasas de
mortalidad entre menores de 5 años se registran entre 0 y
11 meses y entre 12 y 13 meses, con tasas superiores a 20 muertes
por cada mil niños por año. Anualmente ocurre un
billón de casos de diarrea en menores de 5 años en
África. Cada año mueren 5 millones de niños
menores de 5 años por diarrea en países
subdesarrollados. En los últimos 30 años la cifra
de mortalidad infantil disminuyó en los países
desarrollados gracias a las sales de rehidratación oral,
sin embargo la morbilidad continúa siendo elevada
(6).
Es preocupante que en pleno siglo XXI los niños
de América Latina aún mueran en proporciones
alarmantes por causas prevenibles con medidas relativamente
simples. Es por ello que la OMS y la UNICEF han dado a conocer
una revisión de las recomendaciones destinadas a reducir
drásticamente el número de muertes por diarreas.
Estas nuevas recomendaciones tienen en cuenta entre otras cosas,
la demostración de los buenos resultados de la
administración de los suplementos de cinc, respaldando la
administración de 20 mg de cinc durante 10 a 14
días (10 mg por día en menores de 1 año) a
niños con diarrea, en adición a la terapia
estándar de rehidratación oral, y por tanto se hace
necesario una mejor información de los profesionales de la
salud para alcanzar mejores resultados en la atención a
nuestra población (11).
En Cuba al igual que en el resto del mundo las EDA
constituyen una de las principales causas de morbilidad y
consultas. En la provincia Pinar del Río el número
de consultas médicas reportadas por esta causa durante el
año 2009 fue de 49 325, registrándose un 35 % de
las mismas en lactantes. En el hospital general "Comandante
Pinares" las EDA constituyen la segunda causa de ingreso
hospitalario en lactantes, solo superado por las IRA.
Por tales motivos y con el objetivo de evaluar los
beneficios de la suplementación con cinc sobre la
evolución de la diarrea en los lactantes, en la
región más oriental de Pinar del Río, Cuba,
es que se realiza la presente investigación, la cual
permitirá influir sobre este importante problema de
salud.
Problema
científico
¿El uso de sulfato de cinc mejorará la
evolución de los pacientes con diarrea aguda?
III.1 JUSTIFICACIÓN.
La diarrea en el lactante es una de las primeras causas
de consulta médica y de hospitalizaciones, con todos los
riesgos que esto implica, además de los gastos que
ocasiona, los cuales serán mayores mientras mayor sea la
estadía hospitalaria, de ahí la importancia de
disminuir la duración e intensidad del episodio diarreico,
así como de reducir la morbimortalidad por esta causa, y
mejorar la calidad de la atención infantil. Esto
motivó a la realización de esta
investigación, con el objetivo de evaluar el efecto de la
suplementación con cinc sobre la evolución de la
diarrea en lactantes ingresados en el Hospital General Docente
"Comandante Pinares" de San Cristóbal, durante el
período de tiempo comprendido entre Enero 2008 y Enero
2010.
III.2 OBJETO DE ESTUDIO.
Beneficios del cinc en el tratamiento de lactantes con
diarrea hospitalizados en el servicio de gastroenterología
del Hospital General Docente "Comandante Pinares" de San
Cristóbal, Pinar del Río.
III.3 APORTE TEÓRICO.
La contextualización a la región oriental
de la provincia Pinar del Río del beneficio del uso de
sulfato de cinc en lactantes con diarrea.
III.4 APORTE PRÁCTICO.
Está dado por la propuesta de un plan de
acción de salud dirigido a la comunidad y profesionales de
la salud para aumentar sus conocimientos sobre los beneficios de
la suplementación con cinc en los lactantes con diarrea
para así poder disminuir la duración e intensidad
del episodio diarreico, disminuyendo la morbimortalidad por esta
causa.
Objetivos
IV. 1 GENERAL.
Evaluar la eficacia de la suplementación con cinc
en lactantes con diarrea aguda hospitalizados en el Hospital
General Docente "Comandante Pinares", durante el período
de tiempo comprendido entre enero de 2008 y enero
2010.
IV. 2 ESPECÍFICOS.
1. Distribuir los pacientes según grupos
de edades.2. Identificar la correlación existente
entre la suplementación con sulfato de cinc y el
número de deposiciones al tercer día de
tratamiento, según grupos de edades.3. Establecer la relación entre la
administración de cinc y la consistencia de las
deposiciones al tercer día de tratamiento, atendiendo
al estado nutricional de los lactantes estudiados.4. Valorar el efecto del cinc sobre la
recuperación del apetito.5. Evaluar la influencia del cinc sobre la
estadía hospitalaria.6. Determinar la relación entre la
suplementación con cinc y los reingresos por diarrea
en los 3 meses siguientes al egreso hospitalario.
Diseño
metodológico
Se realizó un estudio observacional, descriptivo,
de corte longitudinal y prospectivo con el objetivo de evaluar
los beneficios del cinc en lactantes con diarrea ingresados en el
Hospital General Docente "Comandante Pinares" del municipio San
Cristóbal, provincia Pinar del Río, durante el
período comprendido entre enero del 2008 y enero 2010. El
universo estuvo constituido por todos los niños menores de
12 meses ingresados en este centro en el período antes
señalado. Se seleccionó mediante un muestreo simple
aleatorio una muestra de 321 pacientes cuyos padres dieron el
consentimiento informado de participar en la
investigación, a quienes se les suministró sulfato
de cinc en forma de jarabe; se le ofreció 5 mg de cinc
elemental a los menores de 6 meses, y 10 mg a los mayores de esa
edad, en una dosis única diaria. El resto, 315 pacientes,
se tomó como control. Las unidades de análisis las
constituyeron cada uno de los niños incluidos en ambas
muestras. Todos los pacientes fueron seguidos mensualmente por
consulta externa durante los tres meses siguientes al egreso
hospitalario, con el objetivo de evaluar la existencia de diarrea
en ese período. Las variables de estudio fueron: edad,
número y consistencia de las deposiciones al tercer
día de tratamiento, estado nutricional,
desaparición de la inapetencia, estadía
hospitalaria y reingreso por enfermedad diarreica aguda en los
tres meses posteriores al egreso. La información se
recogió en formularios creados al efecto. Fueron excluidos
de la investigación los niños mayores de 12
meses.
V. 1 Operacionalización de las
Variables.
Las variables objeto de estudio fueron:
Edad: Variable cuantitativa discreta: tomando la
edad cumplida en meses de nacido, la cual se dividió
en dos grupos:
-de 0 a 6 meses
– de 7 a 12 meses.
Para el objetivo # 2 se tuvieron en cuenta diferentes
variables como:
Número de deposiciones al tercer día
de tratamiento: Es una variable cuantitativa discreta. Es el
número de deposiciones presentadas por el paciente en
un día, se registró al tercer día de
tratamiento. Se creó una escala
-de 0 a 3 deposiciones por día
– de 4 a 6 deposiciones por día
-más de 7 deposiciones por día.
Para el objetivo# 3 se tuvieron en cuenta las siguientes
variables:
Estado nutricional: variable cualitativa ordinal. La
relación entre las medidas antropométricas peso
y talla, tomando como valores de referencia las Tablas
Cubanas de Evaluación Nutricional, los casos
estudiados se agruparon en las siguientes
categorías:
Desnutridos: Por debajo del 3 percentil
Delgado: Entre el 3 y 10 percentil
Normopeso: Entre el 10 y 90 percentil
Sobrepeso: Entre el 90 y 97 percentil
Obeso: más del 97 percentil.
Consistencia de deposiciones: Es una variable
cualitativa ordinal. Es el aspecto de las deposiciones
presentadas por el paciente. Se registraron dichas
características al tercer día de tratamiento,
considerándose:
Líquida: Cuando la deposición no
contenía material fecal, solo líquido.
Semilíquida: Cuando la deposición era
líquida pero presentaba material fecal.
Semipastosa: Cuando la deposición era blanda con
restos de líquido.
Pastosa: Cuando la deposición era blanda, sin
líquido en su contenido.
Moldeada: Deposición de características
normales.
Para el cumplimiento del cuarto objetivo se tuvo en
cuenta:
Inapetencia: Variable cualitativa nominal
dicotómica. Es el rechazo a la alimentación
habitual. Según el momento de desaparición de
la inapetencia se dividió en dos grupos el total de
pacientes: antes de los tres días y después del
tercer día de evolución.
Para el quinto objetivo se usó la
variable:
Estadía: Número de días que
estuvo ingresado cada paciente. Es una variable de tipo
cuantitativa discreta. Se creo una escala como
señalamos a continuación:
– menor o igual a 4 días
-de 5 a 8 días
-más de 9 días.
Para el sexto objetivo se usó la
variable:
Reingreso hospitalario: variable de tipo cualitativa
nominal dicotómica que se refiere al número de
lactantes que requieren reingreso por diarrea en los
siguientes tres meses al alta hospitalaria. Se agruparon
en
Si_______
No_______
V. 2 Técnicas de procesamiento y
análisis.
Con los datos obtenidos se confeccionó en Excel
una base de datos, a partir de la cual se constituyeron tablas de
contingencia donde se analizaron los resultados teniendo en
cuenta los grupos de estudio y control. Para el análisis
de esta muestra se realizó la media porcentual, el riesgo
relativo y la prueba de hipótesis chi cuadrado por sistema
computarizado. El análisis se efectuó amparado en
el nivel de significación de 0,05 utilizando para el
procesamiento estadístico el paquete estadístico
del Dr. Manuel Piloto.
V.3 Análisis Ético.
Cumpliendo con los principios éticos, como el
respeto por las personas o autonomía, el de beneficencia y
no maleficencia y el principio de justicia, a cada madre o
representante de los niños incluidos en el estudio, se les
explicó, de forma concreta y hasta lograr su total
comprensión, las características de esta
investigación y el significado que poseen sus resultados
para consigo mismo y la sociedad, quedando en plena libertad de
abstenerse a participar en la investigación o retirarse de
la misma en el momento que lo desee si así lo considera.
Se explica al representante del niño que el medicamento en
estudio no presenta reacciones adversas peligrosas sino se trata
de un medicamento inocuo, de probada seguridad. Por tal motivo,
se estima que esta investigación cumplió con los
principios de la ética médica socialista que
están establecidos para este tipo de estudio.
Análisis y
discusión de los resultados
Las enfermedades diarreicas agudas constituyen uno de
los problemas de salud más relevantes en los niños
menores de cinco años de los países en vías
de desarrollo. A partir del comienzo del Programa Global de
Control de las Enfermedades Diarreicas de la OMS, se ha producido
un notable descenso de la mortalidad, pero no así de la
morbilidad, que se mantiene casi constante.
En la tabla I se muestra una distribución
atendiendo a la edad de los pacientes estudiados,
observándose que en ambos grupos predominaron los
niños con edades entre 7 y 12 meses (64,8% en los casos
suplementados con cinc y el 67,0% en el grupo
control).
Tabla I. Beneficios del cinc en lactantes con diarrea
aguda. Distribución de los pacientes según grupos
de edades. Hospital General Docente "Comandante Pinares". San
Cristóbal. Enero 2008 a Enero 2010.
Estos resultados coinciden con lo reportado en la
bibliografía consultada (1-4).
Johnson R.I. y col. estudiando un grupo de lactantes con
diarrea, obtuvieron que el 70% de los pacientes tenían
edades comprendidas entre 6 y 12 meses, siendo el grupo menor de
6 meses el menos afectado (3).
La mayoría de los autores plantean que la
incidencia de diarrea es mayor en lactantes de 6 a 12 meses, al
respecto alegan que esto guarda relación con el hecho de
que es en este período cuando a menudo se produce el
destete o ablactación. Este patrón refleja los
efectos combinados de la disminución de anticuerpos
adquiridos de la madre, la falta de inmunidad activa en menores
de un año, la mayor biodisponibilidad del cinc contenido
en la leche materna, la introducción de alimentos que
pueden estar contaminados con agentes enteropatógenos y el
contacto directo con heces humanas o animales cuando el
niño comienza a gatear (8-9).
La importancia de los micronutrientes en la
nutrición humana es un hecho suficientemente documentado.
El cinc es uno de los micronutrientes que necesita el organismo
para mantener su estado de salud, crecer y desarrollarse
normalmente, reparar tejidos lesionados y luchar adecuadamente
contra las infecciones (49).
En la tabla II se muestra el número de
deposiciones al tercer día de tratamiento y se aprecia en
general una tendencia a la reducción del número de
las mismas con la administración de cinc, siendo esto
más significativo en niños de 7 a 12 meses de edad.
Existe una diferencia estadísticamente significativa al
comparar el grupo suplementado con cinc con el grupo control
(tabla III).
Tabla II. Beneficios del cinc en lactantes con diarrea
aguda. Número de deposiciones al tercer día de
tratamiento en el grupo suplementado con cinc, según grupo
de edades. Hospital General Docente "Comandante Pinares". San
Cristóbal. Enero 2008 a Enero 2010.
Del total de 321 pacientes que recibieron el suplemento,
en 263 (para un 81,9 %) las deposiciones eran menos de 3 por
día al tercer día de tratamiento,
reportándose en este grupo solo 2 pacientes con más
de 7 deposiciones por día ese mismo día; en los
mayores de 6 meses se aprecian los mejores resultados. En el
grupo control (representado en la tabla III) se aprecia que solo
el 19,0% presentaba menos de 3 deposiciones por día al
tercer día de evolución y 7 pacientes tenían
más de 7 deposiciones por día en esa misma
fecha.
Tabla III. Beneficios del cinc en lactantes con diarrea
aguda. Número de deposiciones al tercer día de
evolución en el grupo control, según grupo de
edades. Hospital General Docente "Comandante Pinares". San
Cristóbal. Enero 2008 a Enero 2010.
Numerosos estudios indican que en niños con
diarrea se hace necesario el suministro de cinc para mejorar la
absorción intestinal de agua y electrólitos, la
restauración del epitelio intestinal, además en la
protección de la mucosa y en la absorción
intestinal de nutrientes (11,12).
Para Gutiérrez C.A. y col. la pérdida de
este oligoelemento por vía fecal asociado con la diarrea
contribuye a cerrar un círculo vicioso que trae como
consecuencia un incremento en la duración y severidad del
episodio diarreico (12).
En un estudio realizado por Lukack M. y col. observaron
una disminución de la duración del episodio
diarreico con la administración de este micronutriente,
reportándose en los menores de 6 meses una
reducción de casi un 50%, lo cual coincide con lo obtenido
en la presente investigación (24). Al respecto Haider B.A.
plantea que el cinc tiene efectos directos para la
recuperación de las vellosidades intestinales, la
actividad de las disacaridasas del borde en cepillo y el
transporte intestinal de agua y electrólitos. La mayor
biodisponibilidad de este mineral en la leche materna explica la
mejor respuesta a su administración exógena en
niños mayores de 6 meses en los que, por lo general, ya se
ha producido el destete (14).
La diarrea y la malnutrición están
involucradas directamente con la mortalidad infantil a nivel
mundial, y muchas veces coexisten en el paciente (20).
En la tabla IV se muestra la consistencia de las
deposiciones al tercer día de haber comenzado con el
tratamiento con cinc y su relación con el estado
nutricional de los pacientes, en la tabla V está
representado el grupo control.
En el grupo de lactantes desnutridos y delgados el uso
de cinc influyó favorablemente, ningún lactante
presentó deposiciones líquidas ni
semilíquidas al tercer día de dicho tratamiento, la
gran mayoría de ellos presentó deposiciones
moldeadas; si embargo, en el grupo control, al tercer día
de evolución predominaron las deposiciones
líquidas, semilíquidas y semipastosas; ninguno de
ellos presentó deposiciones moldeadas.
Tabla IV. Beneficios del cinc en lactantes con diarrea
aguda. Consistencia de las deposiciones al tercer día de
tratamiento con sulfato de cinc y su relación con el
estado nutricional del lactante. Hospital General Docente
"Comandante Pinares". San Cristóbal. Enero 2008 a Enero
2010.
Se observa un predominio de las deposiciones moldeadas
en 107 pacientes (33,3%), seguida de pastosas en 105 niños
(32,7%), estos resultados fueron más evidentes en el grupo
de pacientes desnutridos; en el grupo control (tabla V), se
aprecia que el 41,9% de los pacientes (n=132) mantuvieron
deposiciones semilíquidas, solo en 3 pacientes (el 1%) las
deposiciones eran moldeadas.
Tabla V. Beneficios del cinc en lactantes
con diarrea aguda. Consistencia de las deposiciones al tercer
día de evolución en el grupo control y su
relación con el estado nutricional de los lactantes.
Hospital General Docente "Comandante Pinares". San
Cristóbal. Enero 2008 a Enero 2010.
La literatura médica consultada se
corresponde con estos resultados obtenidos (22,25).
Varios estudios realizados en países en
desarrollo han encontrado que los suplementos de cinc en
niños desnutridos con diarrea aguda pueden reducir la
gravedad y la duración de la diarrea, especialmente entre
niños con bajos niveles de cinc (16, 23,
33,35).
Autores como Haider B.A. afirman que los suplementos de
cinc a corto plazo podrían aumentar el peso y disminuir la
infección, inflamación, diarrea, anorexia y
úlceras cutáneas en niños con
desnutrición extrema (14).
La relación cinc-malnutrición está
basada además en la función de este micronutriente
en 2 fenómenos característicos de la
evolución del desnutrido: la deficiencia
inmunológica y la presencia de episodios diarreicos a
repetición en las etapas de compensación y
descompensación (16).
Las alteraciones en los mecanismos de defensa
inmunitarios debidas a la deficiencia de cinc y otros factores,
determinan la reducción de la resistencia a las
infecciones y explican la existencia de un sinergismo entre
malnutrición e infección (15).
La administración de cinc tiene un efecto directo
sobre la recuperación de las vellosidades intestinales, la
actividad disacaridasa del borde en cepillo y el transporte
intestinal de agua y electrólitos, además de un
efecto marcado sobre la función de los linfocitos T y la
recuperación inmunológica general. (37)
Se considera que el cinc es decisivo para que los
niños desnutridos se recuperen de la enfermedad diarreica,
al demostrarse relación entre diarrea y reducción
de sus niveles plasmáticos, y además porque la
administración del oligoelemento reduce el número y
el volumen de las deposiciones y la duración de los
episodios. Los mecanismos que se han postulado para explicar los
beneficios de cinc en niños con enfermedad diarreica son:
favorecimiento de la absorción de agua y
electrólitos por el intestino, de la regeneración
del epitelio intestinal y restauración de sus funciones,
incremento de los niveles de las enzimas del borde en cepillo de
los enterocitos y mejoramiento de los mecanismos
inmunológicos locales contra la infección, que
incluyen inmunidad celular y elevación de los niveles de
anticuerpos secretores, a la vez que mejora el apetito y por
tanto el ingreso de nutrientes. Todos estos elementos permiten
incluir a la deficiencia de cinc dentro del concepto de "Hambre
Oculta", y ponen de manifiesto la importancia de su profilaxis y
de una adecuada y oportuna corrección una vez establecida
en el niño malnutrido y en el eutrófico.
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