- De la
serie Homenaje a Ana Mendieta. - De
la serie Memoria de la Postguerra. - De
la serie Lo que me corresponde. - De la
serie Dédalo el Imperio de
Salvación. - De la
serie El peso de la culpa. - De
la serie El silencio del cuerpo. - De la
serie Ingeniero de almas. - Últimas
instalaciones. - La
isla en peso. - Sin
título. Documenta 11. - Justicia
poética. - Autobiografía.
- Cátedra de
arte de conducta.
Hay creadores que utilizan el performance de manera ocasional,
ven en el mismo una de las tantas herramientas que, acomodada en
uno de los anaqueles de la Historia del Arte, está siempre
presta para ayudar a articular un discurso artístico.
Tania Bruguera, por el contrario, ve en el performance su
particular modo expresivo, se mete en la piel de esta
técnica multidisciplinaria para edificar un proyecto
personal a través del cual intenta, como bien asegura
ella, llevar una experiencia íntima, personal, a un
espacio colectivo. Intenta, al menos, concebir el arte como una
actitud vital y de reflexión crítica.
Tania Bruguera nace en La Habana, en 1968 y, según las
notas que aparecen en sus catálogos, hoy vive y trabaja
entre su ciudad natal y la ciudad de Illinois, en Chicago.
Durante doce años consecutivos ha recibido una gradual
educación artística en La Habana: una Escuela
Elemental de Artes Plásticas, una Academia de Artes
Plásticas, y un Instituto Superior de Arte. Además,
ha recibido un master en la escuela de
arte del Instituto de Chicago. Su experiencia expositiva
también es importante: se ha presentado en bienales como
la de La Habana, Venecia, Sao Paolo, Santa Fe en EE.UU.,
Johannesburgo en Sudáfrica, Shangai, o en la Documenta de
Kassel.
Con esta conferencia examinaremos no sólo los
presupuestos teóricos de esta artista performática,
también haremos un recorrido a través de su obra,
haciendo algunas paradas donde es menester: desde ese extenso
período de de-construcción, mimesis
analítica y término de la obra de la fallecida Ana
Mendieta, hasta el polémico proyecto de
periódico-performance Memorias de la Posguerra.
Desde el presupuesto de obra colectiva en Cabeza
Abajo y Lo que me
corresponde, y las propuestas de
auto-agresión simbólica y
sacrificio-creación en Lágrimas de
Tránsito, El peso de la
culpa y El cuerpo del
silencio, hasta sus más recientes proyectos.
Son siete series que incluyen performances, y cinco instalaciones
que dan buena cuenta de la obra de Bruguera. Algunos recursos
simbólicos que trabaja (tierra, sangre, agua, pelo,
piedra, carnero…) serán igualmente objeto de
estudio.
Finalmente nos detendremos en la Cátedra de Arte de
Conducta que -para ser coherente con una obra de praxis social y
profundamente pedagógica, y a un tiempo consecuente con la
herramienta a través de la cual se expresa- Tania Bruguera
ha creado un taller de entrenamiento de performance para
jóvenes artistas y estudiantes de arte que,
presumiblemente y si los resortes extra-artísticos se lo
permitan, se puede convertir en su obra performática mejor
lograda.
De la serie Homenaje a Ana
Mendieta.
A partir de la serie performática Homenaje a
Ana Mendieta, la obra de Tania Bruguera
comenzó a conocerse internacionalmente. Fue un extenso
período de de-construcción, mimesis
analítica, y término de la obra de la fallecida Ana
Mendieta, que se extendió a largo de una década
(1988-1997).
Desde el punto de vista de la práctica
artística, Homenaje a Ana Mendieta
fue la experiencia que le permitió a Tania Bruguera
consolidar la práctica del performance y la
instalación, asumiendo en estos dos toda aquella
experiencia artística anterior conocida por la
crítica como arte del cuerpo, minimalismo, arte tierra,
foto-arte, video-arte, etc. También, introdujo a Tania
Bruguera en aquellos elementos del feminismo, el espiritualismo y
el ritual. Tania se dio a la tarea de estudiar aquellos elementos
simbólicos que sustentan la obra de Mendieta, sobre todo
aquellos elementos-símbolos del poder de la hembra: la
sangre, el agua, las piedras, los metales, el desnudo …
En este extenso Homenaje… Tania ha
recorrido el camino desde la apropiación a la
re-creación, y viceversa. Desde Rastros
Corporales, sobre performance homónima de Ana
Mendieta (1982), donde la artista arrastra sus manos llenas de
una mezcla de sangre de animales y pintura roja sobre una pared,
hasta las series Siluetas, donde incorpora
su cuerpo a la naturaleza. En una de estas
Siluetas, Tania Bruguera permanece
acostada como un cadáver mientras su cuerpo simula estar
sometido a la cremación. La desnudez femenina, la
fascinación por la sangre como "algo poderoso y
mágico, que no es fuerza negativa", y el intento por
convertirse "en extensión de la naturaleza", al decir de
Mendieta, serán símbolos que
acompañarán a Tania a lo largo de su obra.
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