De todas formas el ex gobernador emprendió camino hacia
el sur, de donde regresó coronado con el doble éxito
de asegurar la frontera y de
alimentar una crisis
política
que haría luego más fácil su regreso al
poder.
El general Martínez por su parte intentó,
"mediante la intriga, desmantelar el aparato militar rosista
precisamente donde es mas fuerte, en el sur de la provincia.
Así le fue…". Tras estos fallidos intentos de volcar el
aparato militar de la campaña a su favor, Martínez
se vio obligado a renunciar el 30 de Octubre. Mientras que
Balcarce sin un apoyo importante que sustentara su agónico
gobierno
debió renunciar el 3 de Noviembre de 1833. La Sala
eligió entonces al general Viamonte como gobernador quien
asumió el día siguiente. Durante su mandato
llevó a cabo una política de conciliación
que intentaba asegurar la estabilidad de la provincia relegando
las diferencias entre las facciones. Rosas, si bien
públicamente apoyaba al gobierno en lo privado se mostraba
disconforme: lo que le molestaba principalmente era su
política que buscaba la conciliación. Por esta
razón el gobierno debió enfrentar los continuos
ataques por parte de los rosistas encabezados por
Encarnación Ezcurra. Este creciente clima de violencia
provocó la emigración de los federales "lomos
negros" hacia Uruguay y el
Interior.
El gobierno atravesaba una grave crisis política, ante
su incapacidad de hacer frente a los continuos hechos de
violencia y a la caótica situación
económica, Viamonte presento su renuncia.
La legislatura
entonces, y ante la negativa de Rosas de aceptar el cargo sin las
facultades extraordinarias, decidió nombrar como
gobernador a Manuel Maza.
Ahora bien, los conflictos en
la región del noroeste encabezados por el tucumano Heredia
(que pretendía convertirse en figura dominante de la
región para poder autonomizarse de la tutela de
Buenos Aires)
y el gobernador de Salta, de la Torre, y la muerte de
Quiroga, significaron un duro golpe para el gobierno. La ola de
temor que recorrió Buenos Aires fue aprovechada por Rosas
quien obtuvo finalmente los instrumentos legales que
exigía, los poderes extraordinarios, pero también
la suma del poder publico.
Si durante el primer gobierno, el accionar de Rosas se
orientó principalmente hacia la definitiva
supresión de la oposición interna y externa en
Buenos Aires, en su segundo mandato, la provincia comenzó
a mostrarse, "monolíticamente federal hasta en sus
mínimas, y no por eso menos importantes, expresiones".
Bajo estas condiciones, Rosas dirigiría una
política de expansión sobre el resto de las
provincias rioplatenses.
Segunda
Gobernación (1835-1852)
El 13 de abril Rosas prestó juramento ante la
Legislatura y asumió el mando. Por mecanismos legales y
con todo el ceremonial se estableció "un régimen
republicano de excepción" un régimen que para
garantizar el mantenimiento
del sistema de
representativo, concentró buena parte de las facultades de
otros poderes y suspendió ciertas libertades
individuales.
El orden instaurado en 1835 pretendía sostener el orden
federal por encima de todo, "… y por medio de él la
independencia
de la Confederación, el gobierno republicano y la igualdad ante
la ley", era
republicano porque la legitimidad del gobierno estaba basada en
la voluntad popular y había sido elegido dentro del marco
institucional de la
República. La opinión publica en este sentido,
constituía la base de la legitimidad y poder del
régimen.
La oposición y las críticas al gobierno de los
llamados por Rosas "unitarios", "herejes", "impíos"
etcétera, si bien no desaparecieron, la exclusión y
la intolerancia política que formaba parte del "federalismo
rosista", así como el terror tan característico de
este régimen provocaron un importante debilitamiento de
los mismos.
El terror que aparece y se afirma en la segunda parte de la
década del 30 es un instrumento de disciplina
nada desdeñable, un arma de lucha política
utilizada a conciencia para
amedrentar a los opositores y hacer gobernable a la
provincia.
El uso mandatario de la divisa y del cintillo federal,
así como la prohibición de expresar opiniones
contrarias al rosismo, constituyeron otras formas de
exclusión política.
La Sociedad
Popular Restauradora, una organización para-policial estaba encargada
de la identificación y separación de los unitarios
del cuerpo de la República. Su fuerza de
choque, la Mazorca, llevaba adelante los asesinatos y las
intimidaciones.
El federalismo rosista pretendía restaurar el orden
político, económico y social, este era vital para
el sostenimiento de las instituciones
republicanas. El orden federal era un orden de carácter coercitivo puesto que
pretendía controlar a las provincias para encauzarlas
hacia el federalismo, la tranquilidad social y el imperio de la
ley. Las bases del discurso
rosista se basaba en: una sociedad agraria estable, un
americanismo moderno enfrentado a la tradicional Europa, la
amenaza permanente de conspiradores unitarios y una
"obsesión por el orden".
Rosas intentó proclamar la igualdad ante la ley como
uno de los logros de su gobierno, pero esto es necesario
matizarlo, ya que en la práctica, existieron importantes
desigualdades. Las clases subalternas (principalmente los peones
y jornaleros), por otra parte, las verdaderamente comprometidas
con el régimen, fueron las proveedoras de hombres para los
ejércitos de Rosas, era normal que los estancieros no
cumplieran con los servicios que
si llevaban a cabo estos sectores de la población, esto a largo plazo va a provocar
importantes roces entre los diferentes sectores que de alguna
manera, eran federales pero de diverso "grado".
Una de las medidas adoptadas en su primer año de
gobierno fue promulgar la nueva Ley de Aduanas y la Ley
Agraria.
Desde 1810 nuestro pais aplicaba el Sistema Librecambista, que
al permitir la libre contratacion, beneficiaba a los comerciantes
porteños y a sus proveedores
extranjeros, pero perjudicaba a los productores del Interior.
La Ley de Aduanas de 1835, al gravar con mayores impuestos a los
productos
extranjeros inicio el Proteccionismo Economico que favorecio al
interior sin por ello desproteger a los comerciantes
porteños.
De esta forma se fortalecio la incipiente INDUSTRIA
ARGENTINA: aparecieron las primeras fabricas que utilizaban
maquinas a vapor, se abrieron talleres de tejidos e hilados
y se multiplicaron las artesanias.
La Ley de Agraria fue aprobada por la Sala en 1836, y tuvo por
finalidad expandir la colonizacion
de las tierras publicas, divididas en parcelas entregadas en
Propiedad.
Las tierras publicas continuaron afectadas al pago del
Emprestito contraido con la Banca Baring,
pero pasaron a ser propiedad de los colonos, con garantia del
Estado, de no
ser molestados en sus derechos.
Del mismo modo muchos latifundios no cultivados, al ser
gravados con altos impuestos, fueron devueltos al gobierno, el
cual procedió a venderlos o repartirlos gratuitamente
entre los soldados y empleados publicos que se comprometian a
trabajarlos.
La conspiracion unitaria aliada al extranjero había
decidido el derrocamiento de Rosas sin escrupulos en los medios para
lograrlo. Montevideo fue el centro de esa conspiracion, cuyos
metodos eran el terrorismo, el
asesinato, el fraude, la union
con elextranjero, confiscaciones. Los opositores sentenciaron a
Rosas a gobernar sin un dia de tranquilidad.
Los unitarios iniciaron una maniobra envolvente para sitiar a
la Confederación desde el Uruguay y Bolivia,
contando para ello con la ambiciosa política de la
Confederación Peruano-boliviana en 1837 y antiguo apoyo
unitario en el norte.
El 13 de febrero de 1837 Rosas cortaba toda comunicación con el gobierno de Santa Cruz
y el 19 declaraba la guerra
justificada en un extenso manifiesto.
La guerra fue deslucida. Las enormes distancias que separaban
las provincias norteñas del teatro operativo,
la falta de recursos, y
luego, el conflicot con Francia,
impidieron un accionar belico eficiente.
La derrota de Santa Cruz constituyo un fracaso de la
política expansionista de Francia en America y la
determino a intervenir en forma mas directa, iniciando su ataque
contra nuestro pais mediante injustos reclamos diplomaticos.
Cuando estos reclamos fueron refutados, los franceses
bloquearon el puerto de Buenos Aires con sus torpas. Si bien las
perdidas economicas fueron enormes, en ciertos aspectos el
bloqueo resulto beneficioso ya que contribuyo al desarrollo de
las industrias
locales que comenzaron a producir articulos que hasta entonces se
importaban del exterior.
Se organizó entonces una conspiración general
contra el rosismo, una coalición entre unitarios y
franceses. La iniciativa surgió desde Corrientes. Luego de
resivir varias presiones, el gobernador se vio obligado a ceder
en muchos de los reclamos.
El tratado establecia el reconocimiento de " las
indemnizaciones debidas a los franceses ", el levantamiento del
bloqueo, la amnisitia a los enemigos o combatientes.
Ocupado por nuevos incidentes internacionales, Rosas
consideraba la oportunidad de terminar con el problema uruguayo.
Desde principios de
1841 había decretado, en represalia, el bloqueo del puerto
montevideano y además busco controlar los rios
interiores. Este sitio de Montevideo deterioro repentinamente las
relaciones con Gran Bretaña.
Rivera y la comision de exiliados solicitaban una nueva
intervencion europea, bajo el pretexto de la mediacion
franco-inglesa para evitar la caida de Montevideo en manos
oribistas y además inteligentemente se instrumento una
campaña periodistica y literaria mundial, tendiente a
demostrar la necesidad humanitaria de la intervencion contra la
tirania.
Las acciones se
iniciaron el 2 de agosto de 1845 con al captura de la flota
argentina del almirante Brown, en el Río de la Plata, y el
izamiento de las banderas de Francia y la de Inglaterra. El
robo de la escuadra nacional dejo abierto el río Parana y
facilito la penetracion militar y comercial de los barcos
extranjeros.
Con toda prisa se armo una poderosa flota anglofrancesa
seguida de 90 navios mercantes que una ve abierto el río
Parana, llevaria los productos a Corrientes y Paraguay. Los
navios zarparon en Noviembre confiados en su fuerza. Rosas
dispuso la defensa fluvial y terrestre al mando del general Lucio
V. Mansilla, alguno voluntarios y tropas populares.
La resistencia se
mantuvo admirablemente. Las provincias suplieron a la importacion, y
sus producciones artesanales crecieron en forma complemetaria con
la economia bonaerense.
Al cabo del tiempo el
bloqueo resultaba un fracaso político, militar y
economico, por su costo y las
continuas subvenciones dadas a Montevideo.
El repetido fracaso de los diplomaticos europeos agudizaba el
problema y tenia visos de nunca acabar. Por ello, a comienzos de
1849, el Premier Palmerston envio a Buenos Aires a Henry Southern
munido de especiales instrucciones, quien tras arduas
negociaciones anuncio que su pais aceptaba la posicion defendiad
por nuestro gobierno.
El peligro ahora no venia de Europa. Mejor dicho, ciertos
intereses europeos se trasladaban a su tradicional enclave
continental: el Brasil.
Allí unian sus conveniencias contra la
Confederación Argentina, cuya preeminencia americana,
siempre desagrado a los lusitanos.
A comienzos de 1850 y culminando una larga serie de fricciones
diplomaticas, la Confederación Argentina presento al
gobierno de Río muy serias reclamaciones, fundadas entre
otros motivos, en las correrías que bandaas armadas
brasileñas, amparadas por la policia, hacian sobre el
territorio del Uruguay, incluso en la zona ribereña
correntina.
Brasil con graves problemas
internos, y con un ejercito integrado en gran parte por
mercenarios, tenia pocas probabilidades de éxito frente al
poderío de la Confederación. Por ello su Ministro
Paulino soares de Souza inicio un habilisimo operativo
diplomatico para revertir la situación. Y en estas
gestiones, pronto logro un inesperado éxito, al ganar para
su causa al jefe del Ejercito Argentino de Operaciones,
Justo J. de Urquiza y las fuerzas que el comandaba.
La actitud de
Urquiza puede explicarse por razones economicas y politicas:
·
El federalismo rosista en la practica, subordinaba la economia de
las provincias a Buenos Aires, ya que su aduana percibia
las rentas de todo lo que consumia el pais adquirido en el
extranjero. Urquiza se oponia a estos terminos.
·
El prolongado bloqueo perjudicaba a ciertas provincias, sobre
todo las del litoral, que como Entre Ríos veian impedido
su comercio con
el exterior, que había sido su mayor fuente de
recursos.
·
El federalismo que sostenia Rosas era muy discutido, ya que
aunque solo gobernador de Buenos Aires y Encargado de la
representación Exterior de la Confederación, en
realidad regia los destinos de todo el pais.
La alianza brasileña-entreriana-oriental fue firmada en
secreto el 29 de mayo, y elejercito argentino de operaciones
entregado de esta manera al enemigo.
Rosas menosprecio el poderío enemigo, creyó
contrarrestarlo mediante propaganda y
su conocida estrategia
sociológica. El 9 de Julio presidio un imponente desfile
militar y el 18 de agosto le declaro la guerra al Brasil.
Bajo estas circunstancias se firmo el tratado definitivo de
alianza el 21 de Noviembre, una vez obtenida la
capitulación de Oribe y de su gobierno del Cerrito. Entre
Ríos, Corrientes, Uruguay y Brasil se comprometieron a "
liberar al pueblo argentino de la opresión ".
Brasil contribuiría con su flota y una fuerte suma de
dinero que le
seria devuelto, con intereses, al finalizar la guerra..
Al constatar su derrota, Rosas abandono el campo y regreso a
la ciudad acompañado de su asistente: en las afueras
escribió la RENUNICA A SU CARGO, dirigida a la
Legislatura. Luego, llego a la casa del cónsul
británico y una fragata que quedo fondeada frente a
Montevideo. Luego patrio para Gran Bretaña en calidad de
aislado y se estableció en Southampton, alejado de toda
actividad política, hasta su fallecimiento en 1877 a los
84 años de edad.
Autor:
Agustín Garrido
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