LEGITIMACIÓN DEL DISCURSO Y LA
PRÁCTICA ANTROPOLÓGICA COMO EL MODO
CIENTÍFICO-VERDADERO DE HABLAR DEL OTRO Y LA SOCIEDAD.
"La relación del sujeto con el objeto, la
relación de conocer tiene una historia."
M. Foucault.
Inicié esta monografía retomando libremente y a modo de
reflexión más que de análisis los textos de la unidad tres:
"Magia, Ciencia y
Religión.
Proceso de
legitimación de la ciencia
como única detentadora de conocimiento
verdadero" de nuestro seminario. Espero
no se pretenda rigurosidad a la hora de referencias, basta con
decir que use íntegramente los textos de la unidad excepto
el de Bacon. En el momento de la cursada, cuando me tocó
tratar esta unidad recuerdo que quedaron en mi mente dos
sensaciones que me sirvieron hoy como guía. La primera
(partiendo de la propuesta de Foucault sobre historizar el camino
de la ciencia y las disciplinas para ver de que manera se
constituyen determinados dominios de saber o como determinados
discursos se
erigen en "verdaderos" por sobre los otros) fue la
sensación de que discutíamos dando por supuesto que
este proceso de legitimación de la ciencia había
existido, había tenido un inicio y un final (cuando la
ciencia monopoliza y domina el saber valido y "verdadero") y este
estado de
cosas se había definido de una vez y para siempre. Me
resultó ambiguo ya que si bien entiendo que los que
estábamos discutiendo en el grupo (por
nuestra formación en ciencias
sociales) entendíamos que los procesos por
los que algunos discursos se levantan dominantes sobre otros y
algunas disciplinas se erigen en portavoces privilegiados y
únicos de determinadas realidades es un proceso que no
termina sino que continua indefinidamente en las prácticas
de los sujetos, los que estábamos allí no nos
hacíamos parte integrante y conformadora de este proceso.
No hacíamos presente que la misma discusión que
teníamos en el ámbito de la UBA era una forma de
dar lugar a ese proceso de legitimación de algunos
discursos por sobre otros. Sé que no es una novedad esto,
pero me resultó necesario ahondar y profundizar en el tema
a fin de realmente poder, a mi
trabajo en
ciencias
sociales, iluminarle un poco las implicancias políticas
e ideológicas que la misma praxis genera.
Es decir ir un poco mas allá de rasgarme las vestiduras
por la prepotencia del discurso científico,
académico del que formo parte a fin de relativizar mis
practicas para que contribuyan a generar una mas equilibrada
forma de relación entre las manera diversas de conocer que
los sujetos construimos.
La segunda idea que me quedó rondando, anida
dentro de lo expuesto anteriormente. En el grupo tratamos mucho
la discusión clásica de antropología sobre el pensamiento
salvaje versus el pensamiento científico. Lo retomamos de
manera anecdótica, considerándola una
discusión caduca superada por los ideales
post-evolucionistas, relativistas y posmodernos. Sin embargo
nuevamente me planteé cuan cerrada y terminada estaba esa
discusión dentro de la antropología. ¿La
habíamos terminado o simplemente cambiamos un poco los
términos para referirnos a los salvajes y maquillamos un
poco los supuestos objetivos de
la discusión? Me sirvió pensar la actualidad de
esas distinciones y discusiones en la antropología actual
como un buen ejemplo para entender como hoy, continuamos el
proceso de recreación
constante del discurso científico como único
verdadero. También para ilustrar cómo dentro de
nuestra disciplina la
práctica
profesional conduce a que la antropología se erija en
la detentadora legítima de la voz para hablar con "verdad"
sobre el otro y sobre la cultura.
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