Su educación hasta la
adolescencia
estuvo a cargo de su padre, James Mill, quien le sometió a
un rígido programa de
estudio, ya que pensaba que todo lo que pudiera ser un hombre se
debía a la educación. Se
pasaban el día en el despacho paterno, el niño
estudiando a su lado y con la licencia de preguntar cuantas cosas
no comprendiese. John Stuart nos cuenta en su
Autobiografía como se desarrolló su
educación primaria y secundaria, bajo la supervisión y la dirección paterna: empezó a estudiar
griego a los tres años "aprendiéndome de memoria lo que mi
padre llamaba vocablos, que eran una lista de palabras griegas
con su significado en inglés
y las cuales él me escribía en tarjetas".
El estudio del latín no lo comenzó hasta
los siete años, edad a la que leyó seis
diálogos de Platón,
aunque afirma que no comprendió bien el Teeteto; al
mismo tiempo,
aprendía aritmética y una gran cantidad de historia. Pocas veces se le
consentía la lectura de
libros de
entretenimiento, como Robinson Crusoe, del que dice que le
deleitó toda la infancia.
Después de los ocho años John no solo tenía
que aprender sino que enseñar también a sus
hermanos menores. En esa época se dedicaba ya a la
lectura de la
Ilíada y la Odisea, de tragedias de Esquilo,
Sófocles y Eurípides, de los mejores autores
latinos, de una gran cantidad de historia y del estudio minucioso
del gobierno romano.
Antes de los doce años llegó a dominar el algebra,
la geometría, el cálculo
diferencial y algunas otras ramas de las matemáticas superiores. Su mayor
entretenimiento por entonces era leer libros donde se relataban
ejercicios de ciencia
experimental.
A los doce años comenzó a estudiar
lógica.
Leyó todo lo que Aristóteles había escrito sobre el
tema, a varios escolásticos y a Hobbes. Todo
ello con un único profesor, su
padre, y en contacto con los eminentes amigos de éste,
como era J.Bentham. En las horas de descanso paseaba con su padre
y discutían. Al cumplir los catorce años se
juzgó que el muchacho había llegado al momento de
ver algo del mundo y se le envió al extranjero durante un
año. A su regreso comenzaría sus estudios fuera de
casa.
John Stuart Mill cursó estudios superiores,
científicos en Francia y
jurídicos en Inglaterra.
Durante tres años (1865-68) fue miembro de la
Cámara de los Comunes de Inglaterra, desde donde
apoyó, entre otras cosas, la inclusión de las
mujeres en el derecho al voto (el sufragismo femenino),
escribiendo además un libro
titulado: Sobre la esclavitud de las
mujeres (1869), todo lo cual le ha hecho ganar un lugar de
honor dentro del feminismo moderno.
Representante filosófico-científico del
empirismo
inglés y del liberalismo
político, escribió libros científicos,
filosóficos y de economía que fueron
decisivos en la evolución y desarrollo de
todas esas disciplinas.
Expuso su teoría ética por primera vez en su
libro Sistema de la Lógica (1834) cuyo libro
VI, capítulo XII y último, se titulaba
Sobre la lógica de la práctica o del arte, incluyendo
la moralidad y la
prudencia, teoría
desarrollada en su libro El utilitarismo, que
sería publicado en 1863, antes de emprender su actividad
política,
que quedaría subordinada a los principios
éticos expuestos en dicha obra. Como precedentes en el
utilitarismo tuvo a su padre, James Mill y al
también jurista, filósofo y político
Jeremy Bentham[ii],
de quien pronto superaría la estrecha concepción
del liberalismo-mercantilista en la actualidad vigente
como neoliberalismo, orientándose hacia un
liberalismo-emancipatorio cercano al socialismo. Su
intención como pensador, político y escritor era la
de reformar el mundo y hacer mejor la Humanidad, en la
línea progresista abierta por el positivismo de
Augusto Comte.
En la ética sostuvo el criterio
utilitarista de buscar el máximo bienestar del
mayor número de individuos, la felicidad general (General
Happiness) como criterio y fin de la moralidad, apelando al
sentido común de los seres humanos para ser tenido
como principio y guía de la acción.
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