- Ingredientes
- Utensilios
- Procedimiento
- ¿Qué es un gel
antibacterial? - Recursos para tener limpias las
manos - Enfermedades que previene el gel
antibacterial
Esta es la manera mas sencilla con la que
se puede hacer el gel antibacterial espero qe les guste y que les
sirva.
Ingredientes
-6 cucharadas de alcohol etílico
(etanol al 72%) [90 ml, aproximadamente]
– ¾ cucharadita de
carbopol
– ¼ cucharadita de glicerina pura
(1.125 ml)
– ¼ de cucharadita de trietanolamina
(aproximadamente)
Se consiguen en cualquier
farmacia
se consigue en droguerías
Utensilios
– Tazón de vidrio con capacidad de 1
L
– Colador de malla fina
– Flanera o recipiente chico de
vidrio
– Agitador de globo
– Envase de plástico con tapa de
botón a presión con capacidad de 100 ml.
Procedimiento
Coloque el colador de malla fina sobre una
flanera o recipiente chico de vidrio, vierta el carbopol sobre el
colador y deshaga los grumos con ayuda de una cucharita a fin de
pulverizarlo completamente.
Vierta el alcohol en el tazón y
agite con el globo fuertemente mientras agrega poco a poco el
carbopol.
Agregue la glicerina mientras agita
suavemente con el globo.
Cuando se haya disuelto por completo el
carbopol y no se aprecien grumos, agregue la trietanolamina,
mientras agita suavemente. En ese momento se formará el
gel.
Vierta el alcohol en gel en la botella de
plástico y tape firmemente.
Bueno pues esta fue una manera con las
cuales se pueden hacer el gel antibacterial.
Conservación:El alcohol en
gel se debe mantener en un lugar fresco y seco para evitar la
evaporación del alcohol, que es el ingrediente
germicida.
Recomendaciones de uso:Lave sus
manos utilizando agua y jabón líquido,
frotándolas por lo menos durante 20 segundos. Enseguida
enjuague, seque y aplique el alcohol en gel. Utilizado de esta
manera dará la mejor protección frente a bacterias,
mohos y virus.Si lo usa en la calle y no le es posible lavarse
las manos, aplique sobre una palma y luego frote las manos,
cubriendo principalmente ambas palmas y yemas de los dedos. Deje
que se seque sin agitar las manos.
¿Qué es
un gel antibacterial?
Es un sanitizador, antiséptico,
desinfectante de aplicación externa. Elimina el 99% de los
gérmenes más comunes con solo frotarse las manos.
No requiere agua. El Gel Antibacterial proporciona la higiene
complementaria necesaria en sus manos
El Gel Antibacterial es un producto que
limpia tus manos sin necesidad de usar agua y, desinfecta las
manos sin necesidad de usar toallas o jabón. Elimina 99.9%
de los gérmenes al contacto y es superior a todos los
productos en el mercado porque contiene micro-esferas de vitamina
E que humectan tu piel, con un aroma suave de manzana.
Recursos para tener
limpias las manos
Conoce nuestras recomendaciones para usar
de manera efectiva los principales agentes antibacteriales del
mercado. Recuerda que al comprar productos antibacteriales o
desinfectantes debes leer y seguir las instrucciones de
uso.
Gel: pon una porción en
la palma de la mano y frota ambas manos para distribuir el
producto en dorso, palmas, dedos. Deja secar libremente ya que
sus componentes son muy volátiles. Tenemos
una Tecnología Doméstica
Profeco en la que te enseñamos a preparar gel a
base de alcohol al 70%, la proporción más
eficaz.
Jabones: normalmente deben
aplicarse y frotar por un período de tiempo de 15 a 20
segundos. Los jabones más efectivos son los que agregan
triclosán, que es un agente antibacteriano y fungicida, es
decir, que también combate los hongos.
Spray: se aplica manteniendo el
envase en posición vertical; se rocía en las
superficies limpias durante 3 o 4 segundos desde una distancia de
15 a 20 cm. Los sprays y las toallitas también utilizan
alcohol como ingrediente activo. Debe usarse en superficies y
áreas de constante contacto. Las bacterias son altamente
sensibles al alcohol, que produce su muerte, sin embargo el
comportamiento de los virus es más variable. Ojo, los
sprays no son desinfectantes ambientales.
Finalmente recuerda
que desinfectante y antiséptico no
es la mima cosa. El primero es un producto que destruye
gérmenes localizados en los pisos, los baños u
objetos, mientras que los segundos actúan
únicamente sobre tejidos vivos (como la piel).
Varios compuestos son desinfectantes y antisépticos, como
el alcohol al 70% y el triclosán.
También existen antisépticos
para labores muy específicas, por ejemplo el lavado de
manos quirúrgico en el que se usa una solución
acuosa de clorhexidina.
A raíz de la pandemia AH1/N1 ha
crecido la demanda de los productos antibacteriales.
Benjamín Ruiz Loyola, jefe de la Sección de
Química Experimental Aplicada de la Facultad de
Química de la UNAM, nos ilustra sobre el tema:
¿Qué tan eficiente son realmente los jabones
antibacteriales?, ¿Cuál es la concentración
más efectiva en una solución de alcohol? Y la
importancia del cloro o incluso las propiedades del
orégano y el tomillo… No dejes de ver esta
emisión de Contenido Neto.
Dentro de un par de meses llegará el
invierno y debes prevenirte del contagio de enfermedades como la
influenza. Por ello, la Tecnología Doméstica
Profeco de hoy te revela los pasos para crear tu propio gel
antibacterial: para prepararlo sólo tienes que invertir 15
minutos y podrás ahorrar 40% de lo que gastarías en
el producto comercial. Toma tus precauciones y defiéndete
de los virus, mohos y bacterias que pueden robarte la
salud.
La limpieza de tus manos es básica
para mantenerte sano. Con este video aprenderás a elaborar
tu propio gel antibacterial, con lo que ahorrarás hasta
40% respecto al precio comecial
El alcohol en gel,
también conocido como gel
antiséptico, gel
desinfectante, gel de
alcohol, alcogel o gel limpiador
bactericida, es un producto antiséptico que
se emplea como alternativa al agua y
el jabón para lavarse las manos.
Los principios activos en la mayoría de los
geles sanitizantes son alcohol
isopropílico, etílico o propílico.
Sin embargo, también existen geles desinfectantes sin
alcohol, con cloruro de
benzalconio y triclosán
Enfermedades que
previene el gel antibacterial
La
gripe H1N1 o H1N1 humana es un
subtipo de Influenzavirus tipo
A del virus de la gripe, perteneciente a
la familia de los Orthomyxoviridae
El H1N1 ha mutado en diversos
subtipos que incluyen la gripe española (extinta
en la vida silvestre), la gripe porcina, la gripe
aviar y la gripe bovina. La cepa mantiene su
circulación después de haber sido reintroducida en
la población humana en los
años 1970.
Cuando se comparó el virus de 1918
con el actual, el
virólogo estadounidense Jeffery
Taubenberger descubrió que únicamente hubo
alteraciones en solo 25 a 30 aminoácidos de los
4.400 que componen el virus. Estos ligeros cambios pueden
convertir al virus en una enfermedad que se puede transmitir de
persona a persona.1
Actualmente, existen algunas mutaciones del
virus H1N1 en la vida silvestre, causando al menos la mitad de
infecciones de gripe ocurridas durante el
año. 2006.
Desde mediados de marzo de 2009, al
menos 900 casos mortales han ocurrido
en Europa y América por
la pandemia de una nueva cepa de H1N1, otras 100 muertes en
México aún no están oficialmente confirmadas
como casos de influenza H1N1. La situación al 14 de junio
del 2009 registrada por la OMS es de 29.669 casos
confirmados de gripe provocada por la nueva cepa del virus H1N1 y
cientos de casos mortales en total a nivel mundial. Haciendo un
seguimiento diario de los últimos datos publicados por
la OMS, el número de pacientes declarados se dobla
cada día en distintos países
Los virus de influenza se enlazan
mediante hemaglutinina en residuos de azúcares
de ácido siálico en las superficies de
las células epiteliales; típicamente en la
nariz, garganta y pulmones de mamíferos o en
el intestino de las aves
Sintomatología
En la mayoría de los casos, la
infección por el subtipo H1N1 se manifiesta de forma
similar y con síntomas clásicos a cualquier otro
caso de infección por gripe común (influenza de
tipo A), como aumento de secreción
nasal, tos, dolor de garganta, fiebre alta
(mayor a 38º C), malestar general,pérdida del
apetito, dolor en los músculos, dolor en las
articulaciones, vómitos, diarrea y, en
casos de mala evolución, desorientación
y pérdida de la conciencia. La diferencia radica en
que el subtipo H1N1 es capaz de expresarse ocasionalmente de modo
mortífero, aunque dichos casos son estadísticamente
regulares (rondando el 45% aproximadamente del total de
afectados).
Siempre existirá un subgrupo de
personas en que la infección por el subtipo H1N1 se
manifiesta más agresivamente (debido a un sistema
inmunitario suprimido) y en el que se llega a
contraer neumonía, cuya mortalidad alcanza a 1 de 1
aprox. de estos pacientes.
Grupos de población más
vulnerables
Entre los grupos poblacionales más
vulnerables a la influenza tipo A subtipo H1N1 se
encuentran:
En general, personas en los extremos de
vida como niños entre 6 meses a 2 años y
adultos mayores a 65 años de edad.Pacientes con afecciones
crónicas de los sistemas pulmonar y
cardiovascular.Pacientes con enfermedades
metabólicas e insuficiencia renal.Niños o adolescentes que
están bajo terapia prolongada con ácido
acetilsalicílico (aspirina).Pacientes inmunodeficientes o
bajo tratamiento inmunosupresor.Embarazadas que estén cursando
su 2do – 3er trimestre de gestación.Niños en estado de riesgo como
nacidos prematuros, especialmente aquellos con peso menor a
1.500 gramos.
Las
palabras gripe y gripa proceden
de la francesa grippe (procedente del
suizo-alemán grupi) (acurrucarse), mientras
que influenza procede del italiano.
En los seres humanos afecta a las
vías respiratorias, inicialmente puede ser similar a
un resfriado y con frecuencia se acompaña de
síntomas generales como dolor de garganta, debilidad,
dolores musculares (mialgias), dolor estomacal, articulares
(artralgias) y de cabeza (cefalea), con tos (que
generalmente es seca y sin mucosidad), malestar general y algunos
signos como pueda ser la fiebre. En algunos casos más
graves puede complicarse con pulmonía (neumonía),
que puede resultar mortal, especialmente en niños
pequeños y sobre todo en ancianos. Aunque se puede
confundir con el resfriado común (catarro), la gripe es
una enfermedad más grave y está causada por un tipo
diferente de virus. También puede provocar,
más a menudo en
niños, náuseas y vómitos, que
al ser síntomas de gastroenteritis hace que se
denomine gripe estomacal o abdominal
La gripe se transmite desde individuos
infectados a través de gotas en aerosol cargadas
de virus (procedentes de saliva, secreción
nasal y bronquial), que son emitidas con la tos o los
estornudos o sólo al hablar. Ya mucho más
raramente, a través de las heces de
pájaros infectados. También es transmisible por
la sangre y por las superficies u objetos contaminados
con el virus, que se denominan fomites.
Los virus de la gripe resisten más
en ambiente seco y frío. Pueden conservar su capacidad
infectiva durante una semana a la temperatura del cuerpo humano,
durante 30 días a 0 °C y durante mucho más
tiempo a menores temperaturas. Puede ser fácilmente
inactivado
mediante detergentes o desinfectantes.
La gripe se distribuye
en epidemias estacionales que provocan cientos de miles
de defunciones, que pasan a ser millones en los años de
pandemia (epidemia global). Durante el siglo XX se
produjeron cinco pandemias de gripe debido a la aparición
por mutación de diferentes cepas del virus. A
menudo estas nuevas cepas han surgido a partir del trasvase de
cepas típicas de animales al ser humano, en lo que se
denomina salto de especie o heterocontagio. Una variante mortal
del virus de la gripe
aviar denominada H5N1 pasó por ser la
principal candidata para la siguiente pandemia de gripe en
humanos desde que traspasó la barrera de especie
en los años 1990 y provocó decenas de
defunciones en Asia, hasta la aparición de la neogripe A
(H1N1) en 2009. Afortunadamente aquella variante aviar no
mutó y no puede transmitirse de persona a persona, pues
sólo afectó a humanos desde aves contagiadas y ese
contagio no es fácil pues requiere unas condiciones muy
especiales
En los países desarrollados se han
establecido campañas de vacunación anual frente a
la gripe para las personas con mayor riesgo de contraer la
enfermedad o que son más vulnerables a sus complicaciones,
así como controles estrictos a las aves de corral. La
vacuna humana habitual es la trivalente, que contiene
proteínas purificadas e inactivadas de las tres cepas se
consideran van a ser más comunes en la siguiente epidemia:
dos subtipos del virus A de la gripe y uno del virus
B. Una vacuna elaborada un año puede no ser eficaz al
siguiente debido a las frecuentes y rápidas mutaciones
(cambios en sus antígenos) que sufre el virus, y a la
dominancia variable de las diferentes cepas.
El tratamiento es sólo
sintomático y en los casos graves y hospitalarios es
sólo de mantenimiento de constantes, pues los
fármacos antivirales tienen una eficacia muy
limitada (los más eficaces son los inhibidores de
la neuraminidasa) y no carecen de toxicidad. Los
antibióticos sólo son útiles si hay
infección bacteriana asociada.
El pronóstico es bueno con
recuperación parcial a la semana y total a los quince
días, siendo, en las epidemias habituales,
los exitus letalis consecuencia de la
patología o del deficiente estado inmunitario, previos a
la infección gripal.
En España la gripe es de
declaración obligatoria, no nominal y no urgente. Todos
los viernes ha de remitirse a las autoridades sanitarias el
número de casos nuevos atendidos durante la semana. Antes
de 2009 nunca se requería encuesta epidemiológica,
dada su alta morbilidad (cantidad porcentual de
afectados) pero está sí debe realizarse actualmente
en los casos de neogripe A, incluso antes de la
confirmación por el laboratorio.
Los síntomas de la gripe en humanos
fueron descritos por Hipócrates hace unos 2.400
años. Desde entonces el virus ha causado,
además de la epidemia anual, numerosas pandemias. Los
datos históricos sobre la gripe son difíciles de
interpretar porque los síntomas pueden ser similares a los
de otras enfermedades, como la difteria,
la neumonía, el dengue o el tifus.
Desde 1510 se han descrito unas 31 pandemias. El primer
registro detallado de una pandemia gripal se produjo
en 1850. Comenzó en Asia y se
extendió a Europa y a África. Las
pandemias se sucedieron durante los
siglos XVII y XVIII siendo la
de 1830–1833 especialmente virulenta y de
gran morbilidad, ya que infectó aproximadamente una
cuarta parte de la población expuesta.
La pandemia más letal y conocida fue
la denominada gripe española (virus A,
subtipo H1N1), que duró
desde 1918 a 1919. Se denomina así porque
España era el país que publicaba más datos
sobre el desastre sanitario que estaba ocasionando pues muchos
los censuraban con motivo de la primera guerra mundial en la
cual estaban inmersos. Las estimaciones más antiguas
hablaban de unos 40 ó 50 millones de muertos causados por
ella, aunque las aproximaciones más actuales
sitúan la cifra entre 50 y 100 millones de personas
fallecidas por aquella gripe en todo el mundo.Esta pandemia ha
sido descrita como el mayor holocausto médico de la
historia, y causó al menos tantos muertos como
la peste negra. Esta gran mortalidad fue debida a la
gran tasa de infectividad (hasta el 50% de la
población expuesta) y a la gravedad de los síntomas
causados por la producción masiva
de citoquinas (tormenta de citoquinas). A esto hay
que sumar que los primeros síntomas, en 1918, fueron
atribuidos a otras enfermedades
como dengue, cólera, o la fiebre tifoidea.
Un observador escribía que "una de las peores
complicaciones es la hemorragia de las mucosas,
especialmente la nasal, la del estómago o
la intestinal. También son frecuentes el sangrado de
oídos y las petequias". La mayor parte de las
muertes ocurrieron por neumonía bacteriana, una
infección secundaria provocada por la gripe, pero el virus
también mató, directamente, a consecuencia de las
hemorragias masivas y el edema pulmonar.
La pandemia de la gripe española
tuvo un origen geográfico aún dudoso y se
extendió por todo el planeta incluso
al Ártico y a remotas islas
del Océano Pacífico. La gravedad inesperada de
la enfermedad produjo la muerte de entre el 2 y el 20% de todos
los infectados, (frente a la tasa habitual de
mortalidad de la gripe común, que está en
torno al 0,1%). Otra característica diferencial de
esta pandemia fue que la mortalidad afectó sobre todo a
adultos jóvenes, con un 99% de las muertes en personas por
debajo de los 65 años, y más de la mitad en adultos
entre los 20 y los 40 años. La gripe común
tiene sus mayores tasas de mortalidad, por el contrario, en los
estratos de población más joven (menores de dos
años) y sobre todo entre los mayores de 70. La mortalidad
total real de la pandemia de gripe de 1918–1919 no se
conoce con certeza pero se estima que en torno al 2.5% al 5% de
la población mundial murió por su causa (unos 25
millones de personas sólo en las primeras 25 semanas). Fue
la pandemia más mortífera de la historia de la
humanidad, superando a la de la peste negra. Valga como
comparación que el virus del sida ha causado esa
misma cantidad de muertes en sus primeros 25 años de
existencia.
Con la reciente disponibilidad de muestras
de fallecidos por el virus de la gripe española, cultivos
de virus de la gripe y las novedosas técnicas de
biología molecular se ha conseguido clonar el genoma
completo del agente causal de la pandemia de 1918. Para ello, se
ha utilizado metodología basada en la genética
reversa para generar un virus de influenza que contiene los ocho
segmentos genéticos de este virus. Este logro permite
estudiar las propiedades asociadas a su extraordinaria
virulencia. En marcado contraste con la influenza humana
contemporánea (el virus virus H1N1), en los ensayos
realizados in vitro el virus de la pandemia de
1918 tuvo la capacidad de replicarse en ausencia de tripsina, lo
que le permitió causar la muerte en ratones y embriones de
pollo, mostrando un fenotipo de alta replicación en las
células epiteliales bronquiales. Por otra parte, la
expresión coordinada de los 1.918 genes del virus sin duda
otorga un fenotipo único de alta virulencia observada con
este virus pandémico y que no se ha observado en
nigún otro virus de la influenza analizado hasta este
momento.
Los Influenzavirus A, B y C poseen una
estructura muy parecida. Las partículas
víricas alcanzan un diámetro de entre 80 y
120 nanómetros con una forma más o
menos esférica, aunque en ocasiones pueden verse
algunos ejemplares de tipo filamentoso. Aunque inusual para
un virus su genoma no es un fragmento único
de ácido nucleico sino que contiene siete u ocho
fragmentos de ARN inverso. El genoma del tipo A codifica
11 proteínas:Hemaglutinina (HA), Neuraminidasa (NA), Nucleoproteína (NP),
M1, M2, NS1, NS2(NEP), PA, PB1, PB1-F2 y PB2.
HA y NA son grandes
cadenas glicoproteicas que se proyectan del exterior de
la partícula vírica. HA es
una lectina mediadora de la fijación del virus a
la célula diana y de la entrada del material
genético en ella, mientras que NA está involucrada
en la liberación de la progenie viral desde las
células infectadas al exterior, mediante la ruptura de
azúcares que ligan a las partículas virales
maduras. Estas proteínas son objetivos para
los fármacos antivirales. Además cumplen una
función de antígeno al que los anticuerpos pueden
fijarse. Los influenza virus A están clasificados en
subtipos basándose en la respuesta antigénica a HA
y NA, dando lugar a la
nomenclatura H y N como se
mencionó más arriba.
Autor:
Christopher
Martìnez