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Comedia aristofánica, figura femenina y significaciones obscenas (página 2)




Enviado por Marcelo A. Moreno



Partes: 1, 2

La comedia
aristofánica: características, temáticas y
funciones


En el marco de una periodización
básica relativa al estudio y evolución de la Comedia Clásica
(comedia antigua, comedia media y comedia nueva), situamos la
producción de Aristófanes en el
primer período de su constitución. Una de sus
características fundamentales, oponiéndola a la
tragedia, consiste en que toda comedia se inicia con una
situación angustiosa en la cual está inmerso el
coro, o en algunos casos es afectado por la misma.
Lisístrata presenta un estado de
guerra capaz
de hacer entrar en crisis a toda
la sociedad
griega en su conjunto y los personajes femeninos intentan acabar
con él acompañados por el coro de
mujeres.

La lectura de
las comedias aristofánicas tiene que tomar en
consideración un entramado de constantes temáticas,
tópicos de género y
estereotipos que facilitan la comprensión por parte de los
espectadores e inscriben un marco de previsibilidad en
relación con el desarrollo
argumental de las mismas. Un primer tópico lo reconocemos
en la existencia del elemento sexual que regula las acciones de la
comedia, así como una gama bastante amplia de chistes
obscenos y alusiones con doble sentido. Los actores portan en
ocasiones falos artificiales, a los cuales se alude, y se hace
referencia explícita a los órganos sexuales de los
personajes.

Otro componente significativo es la injuria, ataque,
insulto, que explicitaremos con más detalle cuando
examinemos Lisístrata. Pero, en la visión general
del mundo que la comedia aristofánica pretende mostrar, el
componente mencionado construye un estado de sociedad
caracterizado por la presencia del conflicto y la
violencia.

La
organización estructural de las comedias de este autor
responde a la utilización de escenas- tipo fijas y
tradicionales según el siguiente modelo: la
párodos o entrada del coro; los agones o personajes que
plantean el conflicto central; otras acciones rituales, y el
éxodo o salida final de los actores. También hay
que mencionar la parábasis, instancia retórica en
la cual el autor expresa sus opiniones críticas acerca de
los problemas de
la sociedad y el sentido de su obra. En el texto
analizado este segmento comprende las réplicas entre el
coro de ancianos y el coro de mujeres, que adquiere la forma de
una polémica (versos 615- 645) A este núcleo
básico se agregan el prólogo y los episodios en
que, entre coro y coro, dialogan los personajes. En este sentido,
Lisístrata presenta variaciones respecto al modelo
descripto, pues posee dos coros: el coro femenino y el coro de
ancianos; el prólogo comprende los versos 5- 185, en el
cual se presentan los personajes femeninos y el conflicto central
de la obra (la abstención de relaciones
sexuales por parte de las mujeres). Dichas variaciones pueden
tener la función,
en términos hipotéticos, de establecer una ruptura
con las reglas estatuidas por la convención
dramática .

Un aspecto importante para tener en cuenta es el
valor
político de las producciones de este comediógrafo.
El texto estudiado plantea una posición crítica
acerca de los resultados de la guerra que los atenienses
mantenían con otros pueblos limítrofes y el
consiguiente despilfarro de los recursos
económicos. Por esta razón, la temática de
la paz atraviesa todos los textos de Aristófanes y nos
presenta la visión de un mundo "al
revés".

Por último, otro rasgo importante para comprender
este tipo de comedia son las relaciones intertextuales que
entabla con la tradición de los mitos y el
género de la tragedia de Eurípides, Sófocles
y Homero bajo la
forma de la alusión con otro sentido y la parodia. Veamos
cómo Lisístrata se apropia de una cita de la
Ilíada desde una visión femenina por estar
expresada por el discurso de
Lisístrata, aunque cite en discurso directo las palabras
de un hombre:

LISISTRATA: Yo, cierto que me callaba. Pero cada vez nos
enterábamos de una decisión vuestra peor que la
anterior. Y, luego, preguntábamos:
"Marido,¿cómo es que actuáis de una manera
tan disparatada? Y él, echándome una mirada
atravesada, me decía en seguida que si yo no me
ponía a hilar, mi cabeza iba a gemir a gritos. "De la
guerra se ocuparán los hombres"?
(v. 520)

Lisístrata


No realizaremos un análisis exhaustivo de la comedia, sino que
seleccionaremos aquellos aspectos considerados pertinentes para
el objetivo del
trabajo: la
construcción de representaciones en
torno a la
sexualidad y
la obscenidad. Dichos aspectos son: a) configuración de la
figura femenina en interrelación con la visión
hegemónica masculina. b) Concepto de
obscenidad y su función en el texto. c) Pertinencia de lo
cómico para poder hablar
de la sexualidad.

En relación con el primer punto, no podemos dejar
de tener en cuenta la situación histórica que
contextualiza la obra. Como consecuencia de las guerras del
Peloponeso, Atenas lleva varios años en conflicto con los
otros pueblos de la zona y regresa derrotada. Dicha derrota
provoca la caída de la democracia.
Por esta razón, las mujeres atenienses y espartanas
deciden hacer una huelga sexual
y ocupar la Acrópolis hasta conseguir la paz.

La distribución, los roles y posición
social de la figura femenina en la sociedad ateniense y espartana
se organizaba según los siguientes tipos: a) las esposas,
b) las heteras, c) las concubinas y d) las esclavas. De acuerdo
con estos roles, el personaje de Lisístrata puede ser
caracterizado casi como una prostituta. A su vez, esta
clasificación se estructuraba de acuerdo con la
oposición entre lo público (dominio de lo
masculino) y lo privado (ámbito de lo femenino). La figura
femenina no tenía participación en asuntos de
índole pública (gobierno,
administración y seguridad de la
polis) y su función se reducía solamente a la
procreación o la satisfacción de los deseos
sexuales de los hombres:

CLEONICE: Y, ¿qué plan sensato o
inteligente podrían realizar las mujeres, si lo nuestro es
permanecer sentadas, bien pintaditas, luciendo la túnica
azafranada, adornadas con el vestido recto y con las zapatillas
de moda??
(v. 45)

La cita precedente hace referencia a un estereotipo de
mujer presente en
la ciudad ateniense. Según el historiador español
Juan Eslava Galán (1997), a propósito de esta
representación, afirma: "Es curioso que casi todos los
autores incidan en una serie de presuntos defectos de la mujer:
absorbente, voluble, superficial, liante, rencorosa, parlanchina,
manirrota, pero ninguno menciona lo que seguramente
constituía el más poderoso motivo: el miedo al eros
femenino. En efecto, el griego estaba convencido de que la mujer era una
irresponsable incapaz de dominar su libido, lo que ponía
en constante peligro no sólo el honor del marido sino la
estabilidad de la
familia."

También hallamos la oposición entre
mujeres jóvenes y mujeres ancianas; estas últimas
manifiestan su posición frente a la guerra según
una representación del cuerpo femenino:
LISISTRATA: (…) Pues cuando el hombre
regresa, aunque esté lleno de canas, enseguida lo tienes
casado con una jovencita. Pero el momento de la mujer es muy
breve, y si no lo aprovecha, nadie quiere casarse con ella, y
ahí se queda alimentando ilusiones.
(v. 595).

Pero nos parece que el segmento en el cual se observa
con más detenimiento la intrusión de lo
privado-femenino en el ámbito público-masculino es
en "la forma femenina de gobernar":

LISISTRATA: Primero, a la ciudad como al vellón
de lana, después de haberle quitado la mugre
lavándola en un baño, habría que ponerla
sobre un lecho, apalearla para que eche a los sinvergüenzas
y sacarle los abrojos; y a esos que se reúnen y aglomeran
frente a los cargos públicos, separarlos con el cardado y
arrancarles…las cabezas. Después habría que
esponjar la buena voluntad común y echarla en un cestito,
mezclando a todos, a los metecos, a los extranjeros que sean
amigos nuestros, y a los que tengan deudas con el Estado:
también a esos mezclarlos ahí. ¡Por Zeus!, y
las ciudades, todas las que son colonias de esta tierra,
habría que tener una idea clara de que para nosotros son
como los copos de lana que están cada uno por su lado;
luego se cogen estos copos que forman cada una de ellas, se
reúnen y se juntan en uno solo, y después se hace
una gran bola y, con ella, se teje un vestido para la
gente.

(v .575-585)

Y en la manera de entender la guerra:

LISISTRATA: Igual que el hilo, cuando se nos ha
enredado, lo cogemos así (muestra con
gestos lo que está diciendo), y con los husos por un lado
y por otro, lo traemos a su sitio, así también
desenmarañaremos esta guerra, si es que nos dejan hacer,
poniendo las cosas en su sitio por medio de embajadas a un lado y
a otro.

(v. 565)

Los enunciados masculinos, en palabras del Corifeo?,
ingresan en una polémica con las voces
femeninas:

CORIFEO: Pues terrible que éstas se pongan a
reprender a los ciudadanos; que parloteen, ellas,, , unas
mujeres, de los escudos de bronce, y que se dispongan a
reconciliarnos con los Laconios (espartanos), en los que se puede
confiar tanto como en un lobo con la boca abierta. Esto lo han
tramado, compañeros, con vistas a una tiranía. Pero
lo que es a mí, no van a tiranizarme, porque estaré
alerta y "llevaré mi espada" en lo sucesivo "en una rama
de mirto", pasearé por la plaza con mis armas cerca de
Aristogitón, y me pondré en pie junto a él
así (Adopta actitud de
estatua ,levantando el puño), que me está entrando
ganas de darle un puñetazo en la mandíbula a la
odiada por los dioses, a la vieja ésta. (Amenaza a la
Corifeo).
(v. 630-635)

Las citas precedentes revelan la inversión del orden social de lo
público y lo privado porque las mujeres toman
participación activa en los asuntos específicos de
los hombres, y ejercen una forma de poder mediante el ejercicio
de la violencia (los baldes de agua arrojados
al coro de ancianos y se hallan armadas con piedras y palos). Lo
mismo sucede con los personajes masculinos, por lo cual el
conflicto básico de la comedia ilustra un enfrentamiento
de poderes.

Por otra parte, las caracterizaciones femeninas revelan
una metis (astucia) antropológica en la medida en que se
configura una serie de comportamientos estratégicos
sociales femeninos en los cuales las mujeres ingresan en los
dominios masculinos sin perder su especificidad de género,
pues recurren al terreno de lo sexual como instrumento de
presión.

En este sentido, observamos cómo en esta comedia
el discurso femenino adquiere otra posición y
jerarquía en relación con la lectura
masculina. Subvierte la concepción predominante masculina
para la voz social de la figura femenina, según la cual
consideraba que esta última representa sólo un
área pequeña y limitada de un mundo más
amplio.

Sexualidad y
obscenidad


Para el examen de este segundo aspecto
recuperamos, además de las reglas mencionadas con
anterioridad a propósito de los protocolos la
distinción griega entre philía (afecto, respeto hacia las
esposas) y eros (impulso y deseo sexual apasionado). En la
comedia que nos ocupa existe un predominio de eros ya desde la
configuración textual del cuerpo de Lampito-que responde
al estereotipo de la mujer de Esparta- y de Conciliación,
que suscitan el deseo de los hombres:

LISISTRATA: (…) Aquí viene Lampito.
¡Hola, Lampito, querida Laconia! ¡Cómo reluce
tu belleza, guapísima!, ¡qué buen color tienes,
cómo rebosa vitalidad tu cuerpo! Podrías
estrangular incluso a un toro.
(v. 80) (Configuración por ampliación porque se
refiere a la totalidad del cuerpo)

Respecto al personaje de Conciliación,
también con rasgos estereotipados, que aparece con la
figura de una mujer desnuda:

LACONIO: Zomoh inhuhtoh, pero (mirando a CONCILIACION)
¡qué culo, qué maravilla!, no se puede ni
desí. (Somos injustos, pero ¡qué culo,
qué maravilla!, no se puede ni decir.
(v. 1145) (Configuración por metonimia)
Por otra parte, las referencias a la sexualidad en esta comedia
aparecen textualizadas mediante alusiones y expresiones verbales
con doble sentido gracias a la presencia de las figuras
retóricas:
MUJER SEGUNDA: ¡Desgraciada de mí, desgraciada!,
¡el lino que he dejado en casa sin pelar! (v. 735)
(metáfora de la suspensión de la actividad sexual
por referencia a una labor doméstica femenina)
Al respecto, resulta muy significativo el personaje Cinesias,
marido de Mírrina?, cuyo nombre proviene
etimológicamente de la raíz griega kino que
significa mover pero también posee una connotación
sexual pues se refiere al verbo coger, proveniente del
español rioplatense:

CINESIAS: (…) Me ha matado, me ha hecho trizas mi
mujer, y encima de todo lo demás, se marcha y me deja
así, descapillado. ¡Ay!, ¿qué hago?
¿A quién joderé, rechazado por la más
guapa de todas? ¿Cómo cuidaré a esta
cría? (Señala el miembro) ¿Dónde
está el Perrozorro? Alquílame la
nodriza.

EL CORIFEO: En terrible desgracia, desdichado, tienes el
alma afligida
por haber sido engañado. También yo te compadezco.
Ay, ay, pues, ¿qué riñón
podría aún resistir, qué alma, qué
pelotas, qué ijada, qué culo, estar así de
tieso y sin joder por la mañana?

CINESIAS: ¡Ay, Zeus, qué terribles
espasmos! V.555-565?(Configuración por descripción)

Por otra parte, el concepto de obscenidad pertinente
para la sociedad griega ateniense y espartana en la época
clásica puede definirse, según Henderson como
"aquellas referencias verbales a ciertas áreas o
comportamientos del cuerpo que son considerados tabú por
una sociedad". Dicho concepto alude entonces a lo que es
apropiado o no de acuerdo con el status social, y también
se entiende por obsceno a la exposición
en público de comportamientos y actitudes que
debían permanecer en privado. En tal sentido, algunas
formas obscenas son los insultos, maldiciones y poemas
yámbicos.

El autor distingue entre obscenidades primarias y
obscenidades secundarias. Las primeras son las palabras con
connotaciones obscenas y las segundas constituyen las expresiones
de doble sentido. Un ejemplo de obscenidades primarias son las
siguientes palabras: orchis (pelotas), stuesthai (tener una
erección), binein (coger), dépesthai
(masturbarse).
Algunos ejemplos del uso de obscenidades en
Lisístrata:

EL CORIFEO: (…) ¡Maldita y bien maldita, oh
Zeus! Ojalá que tú a ella, como los montones de
paja, con una gran tempestad y torbellino, dándole vuelcos
y revuelcos, te la llevaras lejos y luego la soltaras, y ella
cayera de nuevo a tierra, y ¡plaf! se montara en el cipote?
descapillado. (Llegan un HERALDO lacedemoniomio y un PRITANIS
ateniense. El lacedemonio con un gran falo en erección que
se destaca bajo la capa).
(v. 978)
Y en relación con la mujer:
PRITANIS: ¡Por Zeus!, por pasarnos eso estamos hecho polvo,
así es que si alguien no hace en seguida la paz con
nosotros, no habrá manera de que no jodamos? a
Clístenes.
( v. 1090)
Otro ejemplo:
CINESIAS: (…) Ven aquí, tesoro.
MIRRINA: El sujetador me lo suelto ya. Y recuerda: no vayas a
engañarme en eso de hacer las paces.
CINESIAS: ¡Que me muera, por Zeus!
MIRRINA: ¡Pero si no tienes manta!
CINESIAS: Por Zeus, ni la necesito; joder es lo que quiero.
MIRRINA: Descuida, eso lo harás, que vengo en seguida.
(Sale)
CINESIAS: La tía ésta me va a hacer polvo por culpa
de las mantas. (Entra MIRRINA)
MIRRINA: Ponte erguido.
CINESIAS: Bien erguida está ésta (Señala el
miembro)
MIRRINA: ¿Quieres que te eche perfume?
CINESIAS: No, por Apolo, a mí no.
MIRRINA: Sí, por Afrodita, quieras o no. (Sale)
CINESIAS: Ojalá se le derrame el perfume, Zeus
soberano.
(v. 930- 935)

La función de estos usos de lo obsceno consiste en
presentar un modo diferente de comprender las relaciones y
comportamientos sociales, la figura de la mujer y la
articulación entre las zonas y prácticas de los
ámbitos de lo público y lo privado.

Por último, podemos preguntarnos: ¿por
qué se selecciona el género comedia y la forma de
lo cómico, en relación con la tragedia, para poder
hablar del sexo y la
obscenidad?
Entendemos por forma de lo cómico en la comedia antigua
aquellas configuraciones verbales, discursivas, estéticas
y situacionales, variables
históricamente, que tienen por objeto la denuncia de
vicios, de comportamientos reprobables, de descarríos del
orden. Ello se genera a partir de la inversión de
situaciones y prácticas tendientes a la producción
de la risa en relación con un sistema social y
político que establece un entramado de pautas de
funcionamiento aceptables para ese estado de sociedad. En tal
sentido, la forma de lo cómico intenta la
corrección de esos vicios o comportamientos.

Por dichas razones, la forma de lo cómico
vinculada a las representaciones del sexo y la obscenidad se
configura en el texto estudiado a partir de los siguientes
procedimientos
textuales ya mencionados: construcción de la corporalidad
según distintas figuras retóricas, los significados
en las designaciones (nombres) de los personajes y, por
último las expresiones verbales con doble
sentido.

También esta forma de lo cómico establece
relaciones con una utilización particular del humor
caracterizado por una política libertaria .
Este concepto se refiere a los efectos del humor y lo
cómico de acuerdo con una ley (un orden
social preestablecido) que cuestiona dicho orden, pero no rompe
con la ley vigente para instalar otra, ni mucho menos le obedece
dócilmente, ni tampoco subvierte totalmente el
ordenamiento de las prácticas sociales. Después que
los espectadores asisten a la representación
escénica de Lisístrata los hombres y las mujeres
vuelven a recuperar las posiciones sociales de acuerdo con las
reglas establecidas.

Conclusión

Nuestro trabajo ha presentado los conceptos,
representaciones y prácticas sociales del sexo y la
obscenidad en la Grecia
ateniense a partir de un texto de Aristófanes que
cuestiona sin subvertir completamente la organización de un orden social pero que,
sin embargo, pone en tensión roles de género
sexual, formas de representación del cuerpo y modos de
lectura del funcionamiento político de una sociedad en
particular. De esta manera, se relativizan las ideas de orden,
equilibrio y
universalidad que han impregnado los estudios académicos
de la cultura
clásica.

BIBLIOGRAFÍA:


– ARISTÓFANES: (1995) Las Nubes,
Lisístrata, Dinero.
Alianza Editorial, Madrid.
Traducción y notas de Elsa García
Novo.
– BARTHES, Roland: (1975) Sade, Fournier, Loyola. Seouil,
París.
– D`ANGELI, Concetta y PADUANO, Guido: (2001) Lo cómico.
Ed. La Balsa de la Medusa, Madrid.
– ESLAVA GALÁN, Juan: (1997) Amor y sexo en
la Antigua Grecia. Ediciones Temas de Hoy, Madrid.
– FLORES, Ana B: (2000) Políticas
del Humor. Ferreyra Editor, Córdoba.
– HORNBLOWER, S y SPAWFORTH, T: (1996) Oxford Classical
Dictionary. Oxford, Tercera edición.
– WINKLER, John J: (1994) Las coacciones del deseo. Antropología del sexo y el género en
la Antigua Grecia. Manantial, Buenos
Aires.

 

Marcelo A. Moreno

maralemor[arroba]hotmail.com

Partes: 1, 2
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