La pintura geográfica en el siglo XVI y su relación con una propuesta actual de la difinición de "paisaje"
Resumen: Durante el siglo XVI, el
concepto de "paisaje" se fue
acuñando tanto en lenguas germánicas como latinas. En
castellano, el concepto se
formó en ese mismo siglo pero el término para
designarlo entonces era otro: el de "pintura". Más tarde, el
castellano también adoptó la palabra "paisaje" como en
el resto de las lenguas modernas para denotar esa realidad
territorial. Era entonces un concepto de mucha riqueza y claridad
que sin embargo las ciencias despojaron de su
carácter integral en aras
de la especialización. Así quedaron separados sus
componentes naturales de los culturales. El trabajo aquí planteado
consiste en analizar dos pinturas originadas en el tránsito
del siglo XVI al XVII; una realizada en Europa occidental y otra en la
Nueva España.Este ejercicio
pretende reconocer la definición histórica de "paisaje"
para enunciar los elementos que se han perdido restándole
cierto alcance metodológico al concepto. Asimismo proponemos
enriquecer la definición actual para estudiar casos propios
de la geografía
histórica.
Palabras clave: Paisaje, pintura, geografía
cultural, Relaciones Geográficas,
Metztitlán.
Geographical Painting at the 16th Century and its
relation with a new Landscape definition (Abstract) Landscape
as a concept was coined during the 16th century in
either Germanic or Latin languages. In Castilian, this concept
was also shaped along those years but the term used was
pintura (painting). Later on, the Castilian tongue turned
to use it, as all the other modern languages to denote such
territorial reality. It was then a very rich and clear concept
but sciences took away from it, its integral character in the
call for specialization. Therefore its natural and cultural
components were separated. In this work we analyze two paintings
from the turn of the 16th century; one preformed
in Western Europe and the other in New Spain (Mexico). This
exercise aims to recognize the historical definition of
"landscape" in order to enunciate the lost elements of this
concept and the decrease of its methodological possibilities. We
also propose to enrich today’s definition to study
historical geography issues.
Key words: Landscape, painting, cultural
geography, Relaciones Geográficas,
Metztitlán.
Actualmente el paisaje es concebido por un gran
número de geógrafos y otros especialistas
como la imagen de un espacio susceptible
de ser descompuesta en unidades menores de análisis cuyas
características pueden ser medidas (García Romero, A.,
2002:270-271). Este análisis mesurable permite identificar
las formas y los elementos dinámicos que explican el
funcionamiento de dicho espacio (García Romero, A y J.
Muñoz, 2002:13).Otros autores prefieren pensar que esa
medición no explica su
funcionamiento e incluso que no es siempre posible hacerla.
Tampoco creen que el paisaje sea una imagen con
características y límites objetivos sino que su
definición depende de la subjetividad del observador.Pese a
lo opuesto de estas dos visiones, parece existir, en principio,
el acuerdo consistente en aceptar que las formas y los elementos
del paisaje son consecuencia tanto del ambiente natural como de la
intervención humana sobre el espacio (Dollfus, O., 1971:9).
En el presente artículo intentaremos explicar la
definición de paisaje desde un enfoque cultural, lo cual
implica sumergirse en la historia del término y de los conceptos
geográficos a los que ha hecho referencia en distintas
épocas. El enfoque cultural propone abordar el análisis
tomando en cuenta la circunstancia espacio-temporal en la que se
desarrolla el concepto, de manera que el análisis
etimológico del término "paisaje" en las lenguas
originales en las que se concibió es de suma utilidad. Aquí nos
adentraremos en las etimologías germánicas y en las
latinas teniendo siempre como eje del discurso a la práctica profesional del
geógrafo.
En rigor histórico, la noción popular de lo
que es un paisaje es más acertada de lo que admiten
generalmente los académicos dedicados a este tema.
Supongamos que en la producción de la pintura,
el autor se detuvo ante una escena real y quiso reproducirla con
la mayor fidelidad de la que era posible. De esta manera
plasmó lo que estaba ante su vista. No más; no menos.
Esto es lo mismo que hace un geógrafo al analizar un
paisaje: intenta explicarlo con la mayor fidelidad desde su punto
de vista. El pintor realiza su trabajo en varios días,
tal vez en varios meses, lo que le permite conocer con cierta
profundidad los rasgos del paisaje. Para hablar del paisaje, el
geógrafo también se toma el tiempo necesario en trabajo de
campo(Sauer, C., 1956: 287-298). En ambos casos la calidad del resultado depende de
la destreza y de las técnicas utilizadas así
como de la formación y los conocimientos previos con los que
cuenten los autores. En pintura, las técnicas, los materiales y las corrientes
del conocimiento evolucionan con
los siglos lo mismo que en geografía, de manera que un autor
también mira su paisaje antes de trabajarlo con una serie de
filtros aprendidos durante su experiencia académica y
profesional.
Esta idea del paisaje propia del imaginario popular es
esencialmente la misma que se desarrolló en los tiempos en
los que se acuñó el término tanto en lenguas
germánicas como latinas. Sin embargo, en la ciencia actual, preocupa
que los especialistas del paisaje tomen cada vez menos en cuenta
el estudio de la mirada del sujeto que analiza el paisaje y se
inclinen más en analizar sus aspectos tangibles; esto es, la
forma y ubicación de los objetos en un espacio que ellos
delimitan, frecuentemente, a priori. En esta práctica
parcial desarrollada especialmente por ecólogos y
geomorfólogos, hay una pérdida epistemológica
importante: en busca de la objetividad reducen la importancia del
sujeto y traicionan la esencia del concepto de paisaje formulado
en el tránsito del siglo XVI al XVII. A menudo, los
investigadores de todo el mundo se sirven del concepto en
inglés (landscape)
y lo traducen, por ejemplo en español, simplemente como
"paisaje" sin rastrear los matices que se pueden establecer entre
ambos términos.
En los siguientes apartados analizaremos las
etimologías germánicas y latinas para reencontrar en
ambas la riqueza y carácter integral del concepto, amplitud
que buscamos ejemplificar con las tres pinturas elegidas.
Pensamos que por medio de este ejercicio se tiene la posibilidad
de proponer una definición actualizada de paisaje que sea
aplicable a las investigaciones geográficas
de nuestro tiempo.
En la acuñación de los términos
"Landschaft" y "paisaje" hacia el siglo XVI
influyó una serie de nuevos intereses relacionados con la
manera de concebir el territorio. Enumeremos seis de ellos: a) la
exigencia de registro y medición exacta
de propiedades, b) la invención de instrumentos más
exactos para medir distancias, ángulos, alturas y
áreas, c) el mejoramiento de técnicas y métodos topográficos,
d) la edición de manuales para agrimensores, e) la
creación del dibujo en perspectiva para
representar tierras, y f) aparición de mapas catastrales. Estos seis
intereses tendieron a dar mayor precisión a la
delimitación de los espacios en Europa y en sus dominios.
Las diferencias físicas, socioeconómicas y culturales
de los ámbitos germánico y latino dieron lugar a la
definición de términos disímiles que buscaban
definir la misma abstracción de la realidad.
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