Monografias.com > Biografías
Descargar Imprimir Comentar Ver trabajos relacionados

Gerónimo, el apache


    "Estamos desapareciendo de la Tierra y,
    sin embargo, no creo que seamos inútiles,
    o Usen no nos habría creado".

    INTRODUCCIÓN

    Gerónimo forma parte de los jefes cuyos nombres
    simbolizan la resistencia
    india frente
    al naciente imperialismo
    norteamericano, pero su figura se ha visto envuelta en un halo de
    leyenda que ha distorsionado su verdadera imagen. Durante
    mucho tiempo fue
    considerado como un simple salvaje sanguinario, idealizado
    después como una especie de profeta indio.

    Lo que sí nos consta como cierta es su resuelta
    independencia
    y su gran sentido de la economía de medios, que le
    dio buen resultado a la hora de mantener a su familia, de
    proveer a la banda mediante correrías o de organizar un
    provechoso comercio de
    recuerdos. Tenía una curiosidad intelectual muy viva y un
    pensamiento
    muy original. Era obstinado y práctico, despiadado con sus
    enemigos y amable y leal con sus amigos. El amor que
    sentía por su tierra
    montañosa fue una constante en su vida, junto con su
    profunda religiosidad, y cuando hacía una promesa,
    juramento y ceremonia incluidos, que para los blancos eran
    detalles poéticos, él mantenía su
    palabra.

    EL OCASO DE UN
    PUEBLO

    Al este de Norteamérica llegó un hombre alto,
    de cabellos rubios y ojos azules. Los indios creyeron que era el
    dios que cumplía una de sus profecías. Se llamaba
    Leif Erickson y pertenecía a la tribu de los vikingos.
    Ellos no se quedaron, marcharon a sus tierras de nuevo. Los
    indios esperaron largo tiempo y otros dioses blancos llegaron:
    los conquistadores revestidos de hierro y
    montados en grandes caballos, que traían una
    afición desmedida y malsana por el metal amarillo. Fue una
    verdadera invasión. Y como sólo hallaron cobre y mica,
    decidieron apropiarse de otras riquezas: las tierras.

    Es a principios del
    siglo XVII, con la colonización francesa, cuando se
    perfila la ofensiva europea. En los primeros tiempos la
    situación es delicada para los colonos, sólo son un
    puñado ante 30.000 indios. Poco a poco avanzaron en un
    baño de sangre, pues para
    los puritanos los indios eran crueles salvajes bárbaros,
    hijos de Satán. En este contexto se sitúan las
    guerras contra
    los iroqueses y los hurones. Paradoja de la Historia: La Liga Iroquesa
    tenía un reglamento interno que constituyó, con
    pocos retoques, la primera constitución norteamericana.

    He aquí uno de los primeros prejuicios: "los
    indios vivían en la Edad de Piedra". El argumento
    utilizado: "sus armas no
    tenían puntas de hierro". Juzgamos a los pueblos por su
    tecnología, sin tener en cuenta sus
    progresos en otras áreas del amplio espectro humano. Las
    tribus del sudoeste se componían de grandes constructores,
    como la civilización Hopewell o Cahokia, y su organización social era inmejorable. Hoy
    hablamos del ciclo natural, el reciclaje, el
    cuidado a nuestro planeta, y esto precisamente lo encontramos en
    las tribus indias. Los europeos se quedan impresionados por la
    sabiduría con que los indios cazaban, practicaban la
    agricultura o
    sacaban partido al medio que les rodeaba siguiendo un ciclo
    natural que no agredía a ese medio
    ambiente. Cada pueblo producía lo necesario para
    satisfacer sus necesidades, alimentos, abrigo
    y productos para
    el intercambio con las naciones vecinas. La condición era
    no generar diferencias excesivas entre los miembros de una
    comunidad,
    haciendo funcionar con generosidad el principio de
    redistribución.

    En el siglo XVIII, la impaciencia de los colonos
    está en su punto culminante, pues las mejores tierras
    siguen en manos de los indios. En 1792, con la independencia
    norteamericana, el presidente George Washington decide enviar una
    misión
    de paz al valle de Ohio haciendo saber a los indios que la nueva
    nación
    desea llevarles la civilización y educar a sus
    hijos.

    LA GUERRA

    Tendríamos que volver a nacer para comprender el
    sentido natural de esta palabra, que no tiene nada que ver con
    los últimos 1500 años de guerras occidentales.
    ¿Qué honor hay cuando la guerra se
    convierte en una matanza? Para el indio hay más bravura en
    tocar que en matar a un enemigo.

    Al levantarse, cuando el sol
    lucía y el tiempo era claro, el indio exclamaba:
    "¡Buen día para morir!" Quizá la enfermedad
    mayor del hombre blanco, junto con la hipocresía y la
    ambición, sea su miedo a la muerte, su
    sentir que la vida no tiene otro sentido ni otro destino que
    vivir, o más bien sobrevivir a costa de todo.

    La resistencia india del Este juega sus últimas
    bazas con Tecumesh ("León de la Montaña"), jefe de
    los Shawnees de 1805 a 1811, que fue el más formidable
    enemigo que encontrarían los yanquis en la
    colonización, llamado el Napoleón de los indios, pues
    consiguió, en tiempos de guerra y en tiempos de paz, el
    arma más poderosa contra los blancos: la unidad. Ya no
    bastaba con bravos guerreros, hacía falta un hombre que
    pudiera enfrentarse con políticos y juristas en sus
    "contratos de
    compra". Con su muerte, el
    camino hacia el Oeste se abrió para Europa.

    Quizá resulte ocioso continuar explicando la
    historia. Los hechos fueron repitiéndose siempre de la
    misma forma trágica. Siempre igual; tratados
    incumplidos, engaños, heroica resistencia y
    derrotas.

    EL MITO
    APACHE

    Gerónimo era de la tribu apache de los
    chiricahuas. Los apaches eran un pueblo especialmente feroz,
    maestros en el arte de la
    guerrilla. Eso hizo que sus tierras fueran respetadas largo
    tiempo por los colonos, pero pronto las continuas riadas de
    inmigrantes de todos los países de Europa hicieron que no
    hubiera otras tierras que ocupar más que las de los
    apaches. Al principio éstos no se mostraron demasiado
    hostiles, pero con el asesinato del jefe Mangas Coloradas se
    desencadenó una guerra que se convertiría en la
    pesadilla de los ejércitos norteamericano y mejicano. Es
    la guerra de las praderas y Sierra Madre, que, dicen, pertenece
    más al mito que a la historia.

    El 5 de septiembre de 1886, desde Fort Bowie en Arizona,
    una noticia cruzó como un rayo la nación
    norteamericana:

    ¡Gerónimo ha sido capturado!

    16 guerreros, 14 mujeres y 6 niños
    se rindieron al general Nelson Miles. Se habían necesitado
    5.000 hombres para su captura, 6 generales y una red de puestos para
    transmitir los mensajes y falsas promesas.

    ¿Quién era Gerónimo?

    EL GUERRERO Y EL
    CHAMÁN

    Nació en 1823, 0 1829, no se sabe con seguridad, y se
    le llamó "Goyakla" (el que bosteza). Cuando creció,
    su madre le enseñó las leyendas de su
    pueblo, y su padre las hazañas de los guerreros y el
    sendero de la lucha.

    A los 5 ó 6 años empezó a trabajar
    en el poblado: cuidar de los caballos, recoger bayas y nueces,
    plantar el maíz, el
    tiro al arco… Alrededor de los 14 años pasaban por los
    ritos de iniciación. Para las chicas era una ceremonia
    entrañable que duraba toda una noche de danzas (la
    danza de los
    espíritus de la montaña). La última conocida
    fue la ceremonia para la nieta de Gerónimo, donde los
    indios se las arreglaron para hacer el ritual a escondidas de
    curiosos y periodistas, por lo que sólo conocemos las
    formas, los vestidos, pero no la esencia. Los chicos se
    convertían en "el que va a capturar un caballo". Pasados
    los ritos de purificación, abandonaban el poblado antes de
    que el sol calentara la pradera. Las manadas estaban lejos,
    caminaban días sin parar y sólo bebían
    agua en el
    río. Cuando divisaban la manada, escogían un potro
    y se acercaban. Entonces los caballos echaban a correr en
    estampida. Pero tras varios intentos alguno acaba por apartarse
    de la manada, y ya solitario, sigue huyendo algún tiempo,
    pero la resistencia del caballo sin comer ni dormir es menor que
    la del ser humano. Al tercer día, hambriento, el indio
    consigue que coma de su mano, se deje acariciar, y salta varias
    veces por encima de su lomo, de un lado a otro, sin montarlo.
    Así consigue que el caballo lo acepte como
    jinete.

    Gerónimo acababa de iniciarse en la caza cuando
    murió su padre. Así que fue admitido en el consejo
    de guerreros a la edad precoz de 17 años, como Hijo del
    Agua, aprendiz de guerrero. Y se enamoró. Ella se llamaba
    Alope.

    Pero en el verano de 1858, un día en que los
    guerreros estaban fuera del campamento, los mejicanos
    exterminaron a mujeres y niños. Gerónimo
    perdió allí a su mujer y sus
    hijos. Mangas Coloradas era el jefe de los apaches bedonkohoes.
    Reunidos en consejo, vieron que nada podían hacer frente a
    los mejicanos, y partieron esa noche en silencio. Gerónimo
    quemó todas las pertenencias de Alope, su tipi, y
    juró vengar a los apaches.

    Mediante esa experiencia, Gerónimo
    recibió, al parecer, un don del Poder que iba
    a tener un papel importante el resto de su vida. Él
    describe la aparición de un oso gris de pelos de puntas
    blancas, que le aseguró que ningún arma de fuego
    podría jamás matarle y que sus flechas
    serían guiadas.

    Empezaron a vivir en un estado de
    asedio y de incursiones a Méjico. Sin embargo, en el
    primer contacto con el gobierno de los
    EEUU, se sembró la semilla de la madeja enmarañada
    de las futuras relaciones.

    Una de los mayores afrentas a los indios se debió
    a la crueldad y estupidez de los soldados. Mangas Coloradas, jefe
    reconocido por todos los apaches, fue al encuentro de los blancos
    en son de paz, y no sólo lo atacaron, sino que lo ataron,
    azotaron y asesinaron cuando supuestamente trataba de escapar
    (1863). El sentido del honor y el orgullo se alzó en
    Cochise y Gerónimo, y ya no negociaron más.
    Gerónimo estuvo íntimamente ligado a Cochise y
    luego a sus hijos Taza y Naiche, a quien él siempre
    respetó.

    RESERVAS Y
    LIBERTAD

    En 1871 llega el general Crook. Washington decide que
    algo hay que hacer con esos indios hostiles, y les ofrece un
    lugar, una reserva y medios de subsistencia. Pero esa no era vida
    para los indios acostumbrados al aire libre de la
    Sierra.

    Entre 1877 y 1886 la frontera entre
    los EEUU y Méjico fue asolada por dos pequeñas
    bandas de indios apaches, liderados por los jefes Victorio y
    Gerónimo, que mantuvieron en jaque a las tropas federales
    durante casi 10 años.

    El 2 de septiembre de 1877, 300 mimbreños apaches
    se escaparon de la reserva de San Carlos, en el sur de Arizona, y
    siguieron a Victorio hacia las montañas del norte. Aunque
    la mayoría de ellos se rendiría tan sólo un
    mes después, Victorio y otros 80 guerreros consiguieron
    eludir la persecución del ejército hasta el
    otoño de 1882, cuando 350 soldados mejicanos les
    derrotaron en la batalla de Tres Castillos. Aunque Victorio y la
    mayoría de sus hombres perecieron, la resistencia apache
    no había terminado.

    La vida de Gerónimo se centró en Sierra
    Madre después de su fuga, la tercera, de San Carlos en
    1881, y allí se reunieron las bandas de Juh, Nana,
    Chiricahuas, Nednais y Bedonkohones. En un sólo campamento
    hubo el mayor número de apaches reunidos desde
    hacía muchos años, con guerreros
    expertos.

    La cooperación entre ejércitos de ambos
    países obligó a Gerónimo a volver a la
    reserva. El general Crook enroló exploradores apaches en
    su persecución y consiguió que Gerónimo se
    rindiera, pero éste no regresó a la reserva como
    pueblo derrotado, sino que llevó consigo pertenencias y
    ganado. Gerónimo no duró mucho en la reserva. Al
    año siguiente, en 1885, volvió a marchar a la
    montaña con 150 seguidores.

    LOS ÚLTIMOS
    AÑOS

    La historia se repite para Gerónimo: corre,
    acosa, lucha, se oculta, luego acosa de nuevo, pero ni una sola
    vez en toda su trayectoria violó su "salvaje" código
    de honor. Gerónimo pidió la paz, parlamentó
    con Crook; sólo quería que su pueblo fuera
    gobernado por un hombre justo. Crook no le
    creyó.

    La última huida de Gerónimo no fue masiva.
    Los soldados le convencieron de que lo querían ahorcar, y
    se escapó (quinta fuga), mientras era trasladado a un
    fuerte militar, con 24 indios apaches. La leyenda se
    completó, eludió al ejército durante
    más de 5 meses con 5.000 soldados asignados a su
    persecución.

    El gobierno de los EEUU destituyó a Crook y
    llegó el general Miles. Durante estos meses las
    persecuciones fueron muy difíciles, pues el
    ejército no estaba acostumbrado a tener un enemigo tan
    poco numeroso. El teniente Gatewood, un hombre íntegro que
    conocía la lengua apache,
    consiguió hacer abandonar la senda de la guerra a
    Gerónimo.

    Gerónimo quería regresar y tener una
    tierra para él y su tribu. Miles tenía orden de
    llevarlos a Florida. El tratado lo sellaron con una piedra.
    Duraría hasta que la piedra se hiciera polvo.

    Miles redactó un informe para
    contentar a los burócratas. E incluso quiso sacarlos a
    escondidas antes de que llegara una orden contraria de Washington
    y no pudiera cumplir su palabra. No tuvo suerte, las distintas
    bandas de indios se encaminaban a 27 años de cautiverio.
    Los exploradores del ejército acabaron su misión:
    ya no quedaban indios en libertad.

    Los subieron al tren. Hacinados, no soportaban el hedor,
    ni el ruido, y
    empezaron los primeros brotes de tuberculosis. La
    mortalidad era exagerada, 5 de cada 6. ¿La humedad de
    Florida? ¿La nostalgia? Parecía la extinción
    de una raza. Los burócratas especulaban sobre
    degeneraciones físicas, por lo que les prohibieron danzar
    en invierno (a un pueblo que siempre había vivido en la
    nieve). Gerónimo dijo:

    Estamos desapareciendo de la Tierra, y sin embargo no
    creo que seamos inútiles, o Usen no nos habría
    creado.

    Gerónimo reconoció la importancia de
    adquirir los conocimientos del hombre blanco, y fue un partidario
    entusiasta de las escuelas.

    Durante los años de Fort Still, Gerónimo
    se convirtió en un bien comercial, un objeto de exposición
    para asegurarse el éxito
    de cualquier celebración. Era cortés, dueño
    de sí mismo, alerta y amable, y observaba y
    aprendía con fresca curiosidad y mente despierta.
    Pedía siempre el regreso a su patria natal. Era un hombre
    de una pieza, una personalidad
    sin fisuras a pesar de haber perdido a toda su familia, hijos,
    nietos, mujer…

    En la vejez, la
    más persistente de las contaminaciones traídas por
    los blancos, el alcohol, lo
    llevaría a la muerte. El 15 de febrero de 1909 lo hallaron
    en el agua,
    borracho. Cogió una pulmonía. Su fuerte
    espíritu luchó contra la muerte y en la noche del
    17 de febrero se rindió.

    Naiche, alto, erguido, al pie de su tumba, hizo un
    discurso breve
    pero impresionante en lengua apache, recordando episodios de
    guerra. Hoy hay un solemne monumento de piedra coronado por un
    águila en el lugar.

    En 1911 muere de tuberculosis la última
    descendiente de Gerónimo y los apaches.

    Sara Ortiz Rous

    http://www.revistaesfinge.com

    Estos artículos son Copyleft bajo
    una
    licencia de
    Creative Commons
    . Pueden ser distribuidos o
    reproducidos, mencionando su autor y la web fuente de la
    información, siempre que no sea para un uso
    económico o comercial. No se pueden alterar o transformar,
    para generar unos nuevos.

    Nota al lector: es posible que esta página no contenga todos los componentes del trabajo original (pies de página, avanzadas formulas matemáticas, esquemas o tablas complejas, etc.). Recuerde que para ver el trabajo en su versión original completa, puede descargarlo desde el menú superior.

    Todos los documentos disponibles en este sitio expresan los puntos de vista de sus respectivos autores y no de Monografias.com. El objetivo de Monografias.com es poner el conocimiento a disposición de toda su comunidad. Queda bajo la responsabilidad de cada lector el eventual uso que se le de a esta información. Asimismo, es obligatoria la cita del autor del contenido y de Monografias.com como fuentes de información.

    Categorias
    Newsletter