Introducción
Hasta llegar el siglo XVI las diferentes civilizaciones
artísticas de Occidente se habían sucedido sin
sobresalto. En siglo XV, Gótico y Renacimiento
habían vivido uno al lado del otro, en buena forma. Pero,
a partir de del siglo XVI, el arte occidental se dividirá
en fuerzas contradictorias que esconden ideologías
diferentes.
Dos figuras vienen a encarnar las ideologías
opuestas: Erasmo y Lutero, el humanista y el profeta, el
conciliador y el revolucionario. Erasmo sueña con hacer
entrar el Panteón en el Paraíso. No viendo sino lo
que las cosas tienen de común, lo intenta todo por salvar
la unidad espiritual de Europa. Lutero el hombre sediento de
Dios, resucita del viejo fondo de la Edad Media la imagen del
hombre débil, el hombre gimiente bajo el destino pecador
que le impone un Dios terrible.
Italia se encontraba dividida por estas dos fuerzas.
Sobre una base intelectual en Roma y sensible en Venecia, Rafael
y Tiziano definen las leyes del clasicismo, que subordina el
conjunto de la obra al equilibrio de todas sus partes entre
sí, lo que hace que se atenúen los rasgos y la
expresión, nace de esta ruptura de equilibrio una
desesperación que atormenta los cuerpos y asómbrese
los rostros. Tales exigencias de la expresión,
sabrá mantenerlas Miguel Angel dentro de los
límites de la belleza, y ahí radica su
milagro.
De la confusa mezcla del clasicismo con el barroquismo,
nace en Italia una crisis conocida bajo el nombre de
"manierismo". Salvo la escuela veneciana, las demás
escuelas quedaran afectadas por esta crisis, conduce a los
artistas a la extravagancia en los gestos y las expresiones, al
alargamiento desmesurado de las proporciones y a las contorciones
en las actitudes.
Sin embargo el prestigio de Roma impuso el Renacimiento,
y Europa se hallaba en un dilema, que era esquivar los temibles
modelos de Miguel Angel, Rafael o Leonardo ya que se está
imponiendo el italianismo, es decir con el manierismo se estaba
desplazando al gótico flamígero. Esta crisis
favoreció a la proliferación del manierismo en
Amsterdam (Países Bajos), Leyden (Holanda), Amberes
(Bélgica), Fontainebleau (Francia), Basilea (Suiza), en el
Danubio y en la Península Ibérica.
Apenas asimilado el Renacimiento, Europa en una
revisión general de los valores, hallara una madurez
definitiva que, tras una nueva crisis de crecimiento,
permitirá que el siglo XVII, se pueda convertir en el
siglo de oro europeo.
Este movimiento que tiende a crear un nuevo humanismo
cristiano, pertenece precisamente al siglo XVI, durante este
extraordinario siglo se incubo un mundo de ideas, de formas y de
sentimientos contradictorios.
El
Renacimiento
BREVE RESEÑA
HISTÓRICA
El período histórico que sucede a la Edad
Media en Europa es conocido como el Renacimiento, comprende todo
el siglo XVI aunque sus precedentes se encuentran en los siglos
XIV y XV y sus influencias se dejan notar en el XVII.
Se inició en Italia y se extendió por toda
Europa favorecido por el invento de la imprenta.
Los escritores del renacimiento adoptaron como modelos
que debían ser imitados a los escritores de la
antigüedad clásica ,y a los grandes italianos del
siglo XIV Dante, Petrarca, y Boccacio .Este movimiento fue
influido por los humanistas que estudiaron la cultura de Grecia y
Roma , entre los que destacan Erasmo de Rotterdam, Antonio de
Nebrija y Juan Luis Vives.
Durante la Edad Media el arte es un medio para honrar a
Dios. En el Renacimiento el centro del mundo es el hombre, los
poetas cantan al amor humano, la naturaleza , los hechos
guerreros, y también tratan temas filosóficos y
políticos.
CONCEPTO
Renacimiento es el nombre dado a un amplio movimiento
cultural que se produjo en Europa Occidental en los siglos XV y
XVI. Sus principales exponentes se hallan en el campo de las
artes, aunque también se produjo una renovación en
las ciencias, tanto naturales como humanas.
El Renacimiento es fruto de la difusión de las
ideas del humanismo, que determinaron una nueva concepción
del hombre y del mundo.
El nombre «renacimiento» se utilizó
porque éste retomaba los elementos de la cultura
clásica. El término simboliza la
reactivación del conocimiento y el progreso tras siglos de
predominio de un tipo de mentalidad dogmática establecida
en la Europa de la Edad Media. Esta nueva etapa planteó
una nueva forma de ver el mundo y al ser humano, el
interés por las artes, la política y las ciencias,
revisando el teocentrismo medieval y sustituyéndolo por
cierto antropocentrismo.
CARACTERÍSTICAS
Reencuentro deliberado del hombre con la
antigüedad clásica. Los escritores y los artistas
rechazaron la tradición medieval y prefirieron tomar
como modelo las ideas y las obras del período
clásico de Grecia (siglos V al II antes de Cristo) y
Roma (que recoge la herencia griega). Volvieron a imponerse
la ordenación lógica, el canon del arte griego,
el cultivo del latín y del griego, etc.Desprecio por las formas medievales. En el
Renacimiento se dio al arte medieval el nombre de
«gótico» porque en aquel tiempo lo
consideraban propio de los godos o
bárbaros.Consideración del hombre como centro de la
reflexión y de las preocupaciones (humanismo), a
diferencia de la Edad Media, que tuvo a Dios como eje de toda
actividad intelectual (teocentrismo). El hombre del
Renacimiento se llamó a sí mismo humanista, y
consideraba que el arte, la literatura y la música
debían reflejar también sus problemas,
sentimientos y aspiraciones, abandonando el tema
exclusivamente religioso.Visión optimista del hombre y de la
naturaleza. La recuperación de la filosofía
platónica trajo como consecuencia la búsqueda
de la armonía y de la proporción. La
preocupación por el hombre tuvo como efecto un arte
humanizado.
Representantes
PINTORES Y ESCULTORES DEL
QUATTROCENTRO
1. MASACCIO (1401
-1428)
Tommaso di ser Giovanni di Mone Cassai llamado Masaccio
(San Giovanni in Altura, hoy San Giovanni Valdarno, Arezzo, 21 de
diciembre de 1401 – Roma, otoño de 1428) fue un
pintor cuatrocentista italiano. A pesar de la brevedad de su
vida, su obra tuvo una importancia decisiva en la historia de la
pintura: generalmente se considera que fue el primero en aplicar
a la pintura las leyes de la perspectiva científica,
desarrolladas por Brunelleschi
Su primera obra documentada, el tríptico de San
Juvenal (1422), es una creación que supera plenamente el
gótico. En el posterior políptico para el Carmine
de Pisa (1426), la composición a base de pocas figuras
esenciales y la plasmación natural de la luz definen su
estilo característico, que se despliega plenamente en su
obra maestra: el ciclo de frescos sobre la Vida de san Pedro y la
Expulsión del Paraíso, que pintó para la
capilla Brancacci de Santa Maria del Carmine, en Florencia, en
colaboración con Masolino.
Las figuras de Adán y Eva expulsados del
Paraíso son prototípicas de la concepción
que Masaccio tenía de la pintura, basada en la masa y el
volumen de las figuras, en una única fuente de luz y en la
representación científica de la perspectiva. La
importancia de estos frescos fue tal que todos los grandes
pintores posteriores, incluidos Leonardo, Rafael y Miguel
Ángel, los estudiaron.
Probablemente, en 1428, Masaccio realizó su
última obra: un fresco de la Trinidad en Santa Maria
Novella, que ha pasado a la posteridad como un ejemplo
emblemático de perspectiva y composición. Poco
después de acabar esta pintura, Masaccio se
trasladó a Roma, donde murió de repente, se ha
llegado a decir que por envenenamiento. Era una figura
prácticamente desconocida, pero su obra no tardó en
proyectarlo al primer plano de la actualidad y ejerció una
gran influencia durante el Renacimiento.
2. PIERO DELLA
FRANCESCA
(Piero di Benedetto; Borgo San Sepolcro, actual Italia,
h. 1416-id., 1491) Pintor italiano. Por su profundo conocimiento
de la pintura florentina, se cree que pasó una larga
temporada en Florencia, pero su presencia en dicha ciudad
sólo está documentada en 1439, cuando colaboraba
con Domenico Veneziano en los frescos (perdidos) de San Egidio.
Su aprendizaje florentino parece indudable en obras como el
Bautismo de Cristo, deudoras del vigoroso planteamiento
plástico de Masaccio, del riguroso orden compositivo de
Fra Angélico o de la luminosidad de las gamas
cromáticas de Domenico Veneziano.
Después de realizar otros frescos, hoy perdidos,
hacia 1452 Piero della Francesca empezó a trabajar en el
coro de San Francesco de Arezzo, donde dejó un
magnífico ciclo sobre la Leyenda de la Vera Cruz. Esta
obra, que es considerada la más sobresaliente de toda su
producción, está basada en una leyenda medieval muy
compleja, y plasmada con grandiosidad y solemnidad, mediante un
perfecto estudio de las proporciones, de tal forma que
naturaleza, arquitectura y personajes se entrelazan y relacionan
con una armonía y un equilibrio perfectos.
Al acabar esta obra (1465), Piero fue llamado a la corte
humanista de Federico de Montefeltro, en Urbino, donde
permaneció casi hasta el final de sus días.
Allí pintó el famoso Díptico de Urbino, con
los retratos y los «triunfos» de Federico y su
esposa, una de las obras más notables del Quattrocento
italiano, y la enigmática Flagelación, de la que se
han hecho numerosas interpretaciones.
3. SANDRO BOTTICELLI
(1445-1510)
(Alessandro di Mariano Filipepi; Florencia, 1445 – id.,
1510) Pintor italiano. Muy valorado en la actualidad, Sandro
Botticelli no se cuenta entre los grandes innovadores del
Renacimiento, sino que se inscribe más bien en un grupo de
pintores que rehuyó el realismo a ultranza y se
inclinó por un estilo basado en la delicadeza, la gracia y
un cierto sentimentalismo.
En 1470, Botticelli, que contaba ya con un taller
propio, se introdujo en el círculo de los Médicis,
para los que realizó sus obras más famosas. Un
primo de Lorenzo el Magnífico, Pier Francesco de
Médicis, le encargó la alegoría de La
primavera y también, al parecer, El nacimiento de Venus y
Palas y el centauro.
Fue toda una novedad en aquella época realizar
obras de gran formato que no fueran de temática religiosa,
y ello se debió seguramente a la vinculación del
mecenas con la filosofía neoplatónica, cuyo
carácter simbólico debían reproducir las
obras encargadas. De ellas se han realizado interpretaciones de
enorme complejidad, que van mucho más allá de su
gracia evocadora.
A la misma época corresponden también La
adoración de los Reyes Magos y el Díptico de Judit,
obras igualmente emblemáticas. El hecho de que en 1481
fuera llamado a Roma para decorar al fresco la Capilla Sixtina
junto con otros tres grandes maestros, hace suponer que ya gozaba
de un gran prestigio. A su regreso a Florencia realizó
obras, como la Natividad mística, más solemnes y
redundantes, probablemente influido por la predicación
tremendista de Savonarola. Se le deben también
bellísimos dibujos para un manuscrito de la Divina Comedia
de Dante.
Eclipsado por las grandes figuras del siglo XVI
italiano, Botticelli ha permanecido ignorado durante siglos,
hasta la recuperación de su figura y su obra a mediados
del siglo XIX. Su estilo se perpetuó en cierto modo a
través de los artistas formados en su taller, entre ellos
el hijo de Filippo Lippi, Filippino Lippi.
4. PERUGINO
(1450-1523)
(Città della Pieve, actual Italia, h.
1445-Fontignano, id., 1523) Pintor italiano. Vivió y
trabajó esencialmente en Perugia, de donde le viene el
sobrenombre. Se cree que se formó en Florencia con A.
Verrocchio y está documentada su presencia en Roma, donde
pintó en la Capilla Sixtina el famoso fresco de la Entrega
de las llaves a san Pedro. Tuvo un próspero taller en
Perugia, en el que en 1496 ingresó Rafael, que
heredó los principales rasgos estilísticos de su
maestro: composición clara y armoniosa, figuras
idealizadas y tratamiento suave y sentimental de los temas
religiosos. Decoró al fresco la sala de audiencias del
Colegio del Cambio de Perugia, pero se le recuerda sobre todo por
sus obras de caballete, en particular la Asunción y los
Desposorios de la Virgen. Fue autor también de algunos
retratos de mérito.
5. DONATELLO
Donatello fue el hijo de Nicolo di Betto Bardi, un
cardador de lana, y nació en Florencia, probablemente en
1386. Su padre era de vida tumultuosa que participó en la
revuelta de los Ciompi, un levantamiento popular del año
1378, organizado por los cardadores de lana. Nicolás
Maquiavelo describió esta revuelta años más
tarde (1520-1525), dentro de su Historia de Florencia. Más
tarde, su padre, también participó en otras
acciones en contra de Florencia, que le condujeron a ser
condenado a muerte y después indultado, fue un personaje
muy diferente a su hijo, que era noble, elegante y delicado, por
sus amigos y demás artistas era conocido bajo el nombre de
Donatello.
Según unos informes de Vasari, el artista
pasó sus últimos días abandonado por la
fortuna, sus últimos años a consecuencia de una
enfermedad paralizante los pasó en la cama y sin poder
trabajar.
Murió en Florencia en el año 1466 y se
dispuso su enterramiento en la Basílica de San Lorenzo en
la cripta debajo del altar y al lado de la tumba de Cosme el
Viejo. Entre los hombres que portaron el ataúd se
encontraba Andrea della Robbia. El cenotafio de Donatello fue
realizado en 1896 por el escultor Raffaello Romanelli.
A su muerte aún le quedó la deuda de 34
florines de pago por el alquiler de su casa y esto ha dado lugar
a debatir sobre su estado real de pobreza, pero la
cuestión parece más bien relacionada con su total
indiferencia en los asuntos financieros, que en toda su vida
demostró tener el artista, por las cuestiones
económicas. Muchas anécdotas dan testimonio de esta
actitud, como cuando en el momento de su mayor apogeo de trabajo
en su taller, solía colgar una cesta llena de dinero, del
que sus ayudantes podían aprovechar libremente,
según fuera necesario. Los honorarios que recibió
por su trabajo le habían asegurado grandes ganancias y
también por otra parte Cosme de Médicis le
había concedido una paga vitalicia semanal hasta el fin de
su vida.
6. GIOGIONE
Pintor italiano que revitalizó la escuela
veneciana de pintura y fue un maestro sin igual en el retrato.
Los pocos datos que existen sobre su vida y su carrera
artística son confusos, pero parece que nació en
Castelfranco y que fue discípulo del pintor veneciano
Giovanni Bellini. Probablemente su nombre verdadero fuera Giorgio
Barbarelli. No existen obras firmadas ni fechadas por él;
se le atribuye un pequeño número de ellas, entre
las que se incluyen el Retablo de Castelfranco (1504,
Castelfranco, Veneto), Los tres filósofos
(Kunsthistorisches Museum, Viena, Austria), La tempestad
(Academia, Venecia, Italia) y Concierto campestre (1510, Museo
del Louvre, París, Francia). Hay otras obras que se le
atribuyen basándose en datos indirectos, aunque muchas son
todavía objeto de debate. La mayoría de las obras
de Giorgione están compuestas por una figura o un grupo de
figuras integradas en paisajes amplios. Sus pinturas, a
diferencia de obras anteriores del mismo tipo, utilizan la luz de
un modo innovador, produciendo un gran lirismo: se trata de una
luz suave y tamizada, más destinada a crear una
atmósfera determinada dentro de la composición que
a definir los objetos dentro de la escena. Prescindió
deliberadamente de los bocetos previos y prefirió componer
directamente sobre el lienzo, pues creía que así
conseguía expresiones más profundas y efectos
cromáticos más sorprendentes. Sus innovaciones en
el tratamiento de los temas tuvieron especial importancia en dos
áreas: el paisaje y el desnudo femenino. Antes de
él las escenas paisajísticas se tomaban de fuentes
bíblicas, clásicas o alegóricas, pero La
tempestad no parece haber recurrido a ninguna de esas fuentes y
se alza por sí misma como una obra puramente imaginativa.
Desató una revolución contra el elemento narrativo
dentro de la pintura paisajística y preparó el
camino a maestros posteriores como Claudio de Lorena y Rembrandt.
En el Museo del Prado de Madrid (España), La virgen con el
niño en brazos, entre san Antonio de Padua y san Roque
(1510) se considera la primera obra de madurez del artista. La
Venus dormida (c. 1510, Galería de pinturas, Dresde,
Alemania), obra que se le atribuye, es una de las primeras obras
modernas dentro del arte en la que un desnudo femenino constituye
el tema principal de un cuadro. Inauguró la
utilización de desnudos en paisajes como uno de los
grandes temas del arte europeo lo cual lleva directamente a la
obra de pintores como Tiziano y Petrus Paulus Rubens.
7. TIZIANO
(Pieve di Cadore, actual Italia, h. 1490-Venecia, 1576)
Pintor italiano. Aunque Tiziano alimentó durante los
últimos años de su vida la idea de que había
nacido en 1475, para hacer creer que era un anciano venerable e
inspirar respeto y compasión, la crítica moderna ha
establecido casi con total seguridad que nació en 1490 y
que murió a una edad más que respetable, con
ochenta y seis años. Recibió su primera
formación en el taller de Giovanni Bellini, del que
salió a los dieciocho años para integrarse en la
escuela de Giorgione.
Aunque sus obras más conocidas y admiradas en el
presente son las de tema alegórico y mitológico, el
artista comenzó la parte más brillante de su
carrera con una serie de retablos de colores fuertes y
contrastados y figuras poderosas, como La Asunción o el
Retablo Pesaro para Santa Maria dei Frari. Son obras de
composición enérgica que muestran una gran
vitalidad. Los mismos esquemas dinámicos se repiten en las
obras mitológicas de este período, como La bacanal
o Baco y Ariadna
En 1545-1546, Tiziano, que sólo había
abandonado Venecia en 1511 para trabajar en Padua, realizó
un viaje a Roma, que supuso el punto de partida hacia un nuevo
tratamiento del color a base de pinceladas largas y atrevidas, y
de manchas y toques que deshacen las formas y dan una apariencia
ligera y agradable a las pinturas, lo cual esconde el gran
trabajo subyacente. Entre 1548 y 1562 fue reclamado por Carlos I
y luego por su hijo Felipe II, para quien, además de
retratos, realizó una serie de cuadros de tema
mitológico denominados por el propio pintor
«poesías» por su carácter
idílico y distante.
Su última obra documentada es la Piedad de
Venecia, que presenta ciertas afinidades con el manierismo. La
grandeza de Tiziano como pintor, su fama de artista inimitable y
la gran influencia que ejerció sobre sus coetáneos
y sucesores contrastan con su carácter de hombre
avaricioso, que siempre se quejaba de ser pobre pese a las
grandes riquezas que había acumulado, y que se
servía en ocasiones del engaño para obtener
ventajas.
ARQUITECTOS
1. FILIPO
BRUNELESCHIL
Filippo di Ser Brunellesco Lapi, Filippo Brunelleschi
(1377 – 15 de abril de 1446) fue un arquitecto, escultor y
orfebre renacentista italiano.
Es conocido, sobre todo, por su trabajo en la
cúpula de la catedral de Florencia Il Duomo. Sus profundos
conocimientos matemáticos y su entusiasmo por esta ciencia
le facilitaron el camino en la arquitectura, además de
llevarle al descubrimiento de la perspectiva
cónica.
Fue contemporáneo de Leon Battista Alberti,
Ghiberti, Donatello y Masaccio.
Su biografía viene descrita en el cuento de
Giorgio Vasari: Vida de los mejores arquitectos, pintores y
escultores italianos (Vite de' più eccellenti architetti,
pittori, et scultori italiani, da Cimabue insino a' tempi nostri
— 1542–1550).
2. LEON BATISTA
ALBERTI
(Génova, 1404-Roma, 1472) Arquitecto,
teórico del arte y escritor italiano. Alberti fue, con
Leonardo da Vinci, una de las figuras más representativas
del ideal del hombre del Renacimiento, ya que reunió en su
persona todos los conocimientos y habilidades de la época:
erudito, humanista, escritor, arquitecto, escultor, pintor,
cortesano y hombre de mundo.
Hijo natural de un mercader florentino, se educó
en Padua y Bolonia, antes de trasladarse a Roma en 1432 para
desempeñar un cargo en la corte pontificia. Su contacto en
Roma con los monumentos de la Antigüedad clásica dio
pie a uno de sus primeros escritos: Descriptio urbis Romae
(1434), primer estudio sistemático de la Roma antigua. Ese
mismo año regresó a Florencia, donde trabó
amistad con los grandes artistas del momento, de Brunelleschi a
Donatello y Masaccio. A Brunelleschi dedicó precisamente
su tratado Della pintura (1436), en el que se describen por
primera vez las leyes de la perspectiva científica,
además de dar una visión naturalista del arte de la
pintura.
En Roma, adonde se trasladó por deseo expreso del
papa Nicolás V, redactó De re aedificatoria, un
completo tratado de arquitectura en todos los aspectos
teóricos y prácticos. Posteriormente se
desplazó a Rímini, donde construyó el Templo
Malatestiano, y a Mantua, donde se le deben las iglesias de San
Sebastián y San Andrés. Estas obras, que
constituyen la síntesis de sus criterios
arquitectónicos, se convirtieron, junto con las de
Brunelleschi, en los grandes modelos del arte constructivo
renacentista. También escribió un tratado sobre la
escultura (De statua) y algunas obras de perspectiva y
matemáticas.
PINTORES DEL CINQUENCENTRO
(RENANCISTA)
1. LEONARDO DA VINCI
(1452-1519)
Leonardo da Vinci nació el 15 de abril de 1452.
Hay dudas sore el lugar donde nació, para algunos
historiadores su cuna fue un caserío de Anchiano, un
municipio de Vinci, y para otros fue el pueblo de Vinci, situado
en la ribera derecha del Arno, cerca de los montes Albanos, entre
Florencia y Pisa.
Fue hijo ilegítimo de Ser Piero, como lo
expresó Antonio de Vinci, el abuelo paterno: "Nació
un nieto mío, hijo de Ser Piero, mi hijo, el 15 de abril,
sábado, a las 3 de la noche -equivalentes a nuestras
22:30-. Fue llamado Lionardo. Lo bautizó el sacerdote
Piero di Bartolomeo de Vinci".
Su madre, Caterina, contraería matrimonio con un
hornero, Accattabriga di Piero del Vaccha, .
En ese año en el que nació Leonardo, su
padre, Ser Piero, se casó con Albiera di Giovanni Amadori.
Ser Piero contrajo matrimonio cuatro veces y tuvo doce hijos. El
primero legítimo (Antonio), nació en 1475, en sus
terceras nupcias con Margherita di Francesco.
Leonardo se crió con su padre y su familia
paterna en Vinci, educado y querido, por su tío Francesco
y su abuelo Antonio, quien falleció en 1468, cuando
Leonardo contaba 17 años.
Fue célebre como artista y como
inventor.
Entre las obras más sobresalientes se
encuentran:
La Gioconda, Retrato de Mona Lisa
San Jerónimo
Madona de las Rocas
La Última Cena (Fresco famosísimo
realizado en el refectorio de Santa María delle
Grazie, en Milán). Llamado también la Santa
CenaRetrato de un músico
Estudio de las proporciones del cuerpo
humanoLa Virgen y el Niño con Santa Ana
La Madona del Clavel
Isabella d'Este
La Virgen, el Niño con el cordero y Santa
AnaSanta Ana, la Virgen, el Niño y
San Juan niñoRetrato de la Dama con un
armiñoRetrato de Ludovico el Moro
2. MIGUEL ÁNGEL
(1475-1564)
Miguel Ángel fue arquitecto, pintor, escultor y
poeta. Nació 6 de marzo de 1475 en el pueblo de Caprese,
de esencia florentino mantuvo sus lazos con Florencia su arte y
su cultura. La mayor parte de su madurez la pasó en Roma,
trabajando en los encargos de los continuados papas. Su deseo fue
ser enterrado en Florencia en la iglesia de Santa Crose y
así fue después de su fallecimiento.
Caprese es un pequeño centro del valle Tiberino,
actual provincia de Arezzo, su padre Ludovico de Leonardo de
Buonarroto Simoni era podestá en nombre del gobierno de
Florencia, Miguel Ángel habiendo finalizado el mandato
paterno regresa a Florencia, donde transcurre su infancia,
juventud y algunos años de su madurez. Siendo niño
demuestra su fastidio por las lecciones de gramática del
humanista Urbino, a quien el padre confió su
formación. Pero a Miguel Ángel le cautiva el dibujo
y el estudio del arte, se deleitaba en recorrer las iglesias y
copiar las pinturas abandonando a veces las lecciones de
gramática.
A los 13 años de edad ingresa en el taller de
Doménico Ghirlandaio para aprender a pintar y dedicarse a
ese oficio, su instrucción duraría tres meses, este
es el taller de uno de los principales maestros de Florencia de
finales del quatrocento.
3. RAFAEL SANDIO
(1483-1520)
Raffaello Sanzio (Urbino, 6 de
abril de 1483 - Roma, 6 de
abril de 1520 ), también conocido
como Rafael de Urbino o, simplemente,
como Rafael, fue
un pintor y arquitecto italiano del Alto
Renacimiento. Realizó importantes aportes en la
arquitectura y, como inspector de antigüedades, se
interesó en el estudio y conservación de los
vestigios grecorromanos.
Hijo de un pintor y criado entre artistas, a los 25
años obtuvo su primer encargo oficial, la
decoración de las Estancias Vaticanas, donde pintó
algunos frescos como La escuela de Atenas,
considerado una de sus obras cumbres. Es célebre por la
perfección y gracia de sus artes visuales, destacando
en trabajos de pintura y dibujo artístico. Junto
con Miguel Ángel y Leonardo da
Vinci forma el trío de los grandes maestros del
período.
Nació en Viernes Santo y
falleció en esta misma festividad el día que
cumplió 37 años. Fue un artista muy
productivo, dirigió un taller conformado por numerosos
colaboradores, y a pesar de su muerte prematura, gran parte
de su obra aún se conserva. La mayor parte de su trabajo
está alojado en los Museos Vaticanos, donde
decoró con frescos las habitaciones conocidas como
las Estancias de Rafael, el principal encargo de su carrera,
quedando sin terminar a causa de su muerte.
Después de sus años de juventud
en Roma, gran parte de su obra, a pesar de haber sido
diseñada por él, fue ejecutada por su taller, con
una considerable pérdida de calidad. Ejerció gran
influencia en su época; aunque fuera de Roma su obra fue
conocida sobre todo a través de la producción que
hicieron los talleres de grabado que colaboraban con él.
Después de su muerte, la influencia de su principal rival,
Miguel Ángel, se intensificó hasta los siglos
XVIII y XIX, cuando las cualidades más serenas y
armoniosas de Rafael, fueron consideradas de nuevo como un modelo
superior.
Su carrera se dividió de manera natural en tres
fases y tres estilos, descritos así por Giorgio
Vasari: sus primeros años en Umbría, el
periodo posterior de cuatro años
en Florencia (1504-1508), donde absorbió
las tradiciones artísticas de la ciudad, y finalmente
su último y triunfal período de doce años
en Roma, trabajando para los papas y
su corte.
4. GIOVANNI BELLINI (H.
1430-1516)
Pintor Italiano (veneciano) Giovanni Bellini
nació en la ciudad italiana de Venecia. Giovanni Bellini
inició su carrera como ayudante en el taller de su padre.
Giovanni Bellini en su primera época sufrió una
gran influencia por su cuñado, el pintor de Padua Andrea
Mantegna, de quien tomó el aspecto escultórico de
las figuras, la potencial elocuencia de los contornos muy
marcados y, en ocasiones, el tipo de composición, como en
la obra de su primera época La oración del huerto
(década de 1460, National Gallery, Londres). En las obras
de Giovanni Bellini se puede captar una percepción, propia
y sutil, del color y la luz, de una excepcional sensibilidad para
los paisajes y de una compenetración con el tema humano
mucho más directa y delicada que la de
Mantegna.
Giovanni Bellini comenzó a tomar contacto con el
óleo a través de la pintura flamenca y de la obra
de Antonello da Messina. Su colorido adquirió mayor
profundidad y se dedicó a investigar las interacciones de
color, luz, aire y materia más a fondo. El resultado fue
que la distinción entre masa y espacio se tornó
menos clara; el aire comenzó a adquirir cuerpo entre
ellos; las líneas de los contornos empezaron a desaparecer
gradualmente para ser reemplazadas por transiciones de luz y
sombra. San Francisco (c. 1480, Colección Frick, Nueva
York) representa un primer estadio de ese proceso, que ya denota
una evolución más avanzada en dos obras fechadas en
la década de 1480: Madona de los arbolitos (1487,
Academia, Venecia) y La Virgen, el Niño y santos (1488,
Iglesia de Santa María dei Frari, Venecia) y culmina hacia
1500 en el espléndido periodo final de Giovanni
Bellini.
La última obra de la serie de Giovanni Bellini,
La Virgen rodeada de santos (1505, Iglesia de San Zaccaria,
Venecia), es típica de su época final: complejas
modulaciones cromáticas imprimen un suave tono general en
el que las figuras, los elementos que las rodean, la luz y el
aire parecen inseparables, como si no fueran más que
diferentes aspectos de una misma identidad. Las formas son
amplias pero menos densas que antes y la pintura está
aplicada con trazo delicado para lograr contornos y superficies
de una difuminada imprecisión. El festín de los
dioses (1514, National Gallery, Washington, D.C.), cuyo paisaje
fue concebido por Tiziano, nos muestra a un Giovanni Bellini que
sigue evolucionando y creando después de los 80
años y que se interesa por los temas clásicos y
paganos poco antes de su muerte en Venecia en 1516.
5. GIORGIONE(H.
1477/78-1510)
Castelfranco Veneto, actual Italia, h. 1477-Venecia,
1510) Pintor italiano. Es una de las figuras más oscuras
de la historia del arte, ya que nada se sabe de su vida y muy
poco de su obra, sobre la que existen numerosos problemas de
atribución, entre otras razones porque dejó varios
cuadros inacabados, que completaron otros pintores. Pese a ello,
puede afirmarse sin lugar a dudas que el artista fue un
innovador, una figura fundamental en la evolución de la
pintura veneciana.
Llegó a Venecia hacia el año 1500 y se
formó en el taller de Giovanni Bellini, antes de
establecerse por su cuenta en asociación con Vincenzo
Catena. Participó en dos importantes encargos
públicos: un lienzo para la sala de audiencias del palacio
ducal (perdido) y los frescos exteriores del Fondaco dei
Tedeschi, en colaboración con Tiziano. Además,
pintó por encargo para coleccionistas privados, y en esto
se diferencia de los otros artistas de su tiempo, que trabajaron
sobre todo para grandes instituciones públicas o de la
Iglesia.
Se le considera el inventor del paisaje emocional, es
decir, de la naturaleza representada en función del estado
de ánimo del artista. Constituye una buena muestra de ello
su obra más admirada, La tempestad, donde el tema parece
un mero pretexto para la realización de un ejercicio de
imaginación creadora; este cuadro, de colores fríos
y saturados, ejerció una gran influencia en la pintura
posterior.
Un papel de primer orden desempeña también
el paisaje en otra de las grandes creaciones de Giorgione, Los
tres filósofos, una pintura de significado incierto en la
que resulta muy innovador el que la pincelada se orinte casi
exclusivamente a la creación de efectos cromáticos.
Obras de atribución segura son también el retrato
de Laura y Venus dormida. Giorgione murió de forma
prematura, probablemente a causa de la peste, cuando contaba poco
más de treinta años de edad.
6. TINTORETTO
(Venecia, 1518 – id., 1594) Pintor italiano. En la
Venecia de la generación posterior a la de Tiziano, las
dos grandes figuras de la pintura fueron Tintoretto y el
Veronés; mientras que éste se trasladó a la
ciudad de la laguna desde su Verona natal, El Tintoretto era
veneciano y prácticamente no se movió de la ciudad
que lo vio nacer.
Apenas nada se sabe de su etapa de formación,
para la cual se apuntan diversos nombres en función de los
rasgos estilísticos de sus primeras obras. Lo único
seguro es que tenía en la pared de su estudio la frase
«el dibujo de Miguel Ángel y los colores de
Tiziano», que constituye una muestra clara de sus
preferencias estilísticas.
Aunque se estableció por su cuenta en 1539, El
Tintoretto no realizó una obra verdaderamente notable
hasta 1548 (El milagro del esclavo), siendo aquellos primeros
años de mera supervivencia; al parecer, no dudaba en
competir deshonestamente con sus rivales para llevarse él
los encargos.
Más tarde no le faltó trabajo, ya que
gustó mucho su pintura de efectos espectaculares,
ambientada en espacios que parecen escenarios teatrales y animada
por una iluminación, unos gestos y un movimiento que
acentúan los efectos de dramatismo; basta con pensar, por
ejemplo, en su abundante recurso a los escorzos.
Sus obras de mayor alcance son las que realizó
entre 1565 y 1587 para la Scuola de San Rocco, que se conservan
in situ. Son una serie de escenas de la vida de Cristo en la
planta superior y de la vida de la Virgen en la inferior,
interpretadas con un gran sentido decorativo y una viveza
cautivadora.
Además de estas pinturas, las más
apreciadas de su prolífica producción son el
Lavatorio de los pies y la Última Cena, esta última
destacable sobre todo por la novedad de la composición y
la iluminación con respecto a los modelos anteriores. La
arquitectura, el lujo de los vestidos y las joyas, y la
ambientación fantástica son rasgos que caracterizan
algunas otras de sus obras mayores.
7. EL
VERONÉS
(Verona, Italia, 1528-Venecia, 1588) Pintor italiano.
Hijo de un modesto picapedrero, a los trece años de edad
su padre lo llevó al taller de Antonio Badile, donde se
formó en el arte del dibujo. Su primera obra conocida, un
retablo para la familia Bevilacqua, la realizó entre 1546
y 1548. Por alguna razón que se desconoce, hacia 1551
decidió trasladarse a Ve necia, donde sus colegas le
impusieron el apodo de Veronés (por su ciudad de origen)
con el que se le conoce habitualmente. Venecia era por entonces
una de las ciudades más brillantes de Europa, y el
Veronés supo reflejarlo cabalmente en sus obras, en
particular en las llamadas «Cenas», en las que la
temática religiosa no es más que un pretexto para
retratar a la sociedad veneciana: sus tipos, la opulencia de sus
fiestas y banquetes. Son estas obras (la Cena de Simón, la
Cena de los Serviti, la Última Cena), realizadas a partir
de 1561, las que mejor reflejan su arte brillante, pomposo,
alegre y lleno de soltura, el arte que lo convirtió en el
gran decorador de su tiempo. Su primer encargo oficial en la
República de Venecia fueron las pinturas del techo de la
Sala del Consejo de los Diez y de la contigua Sala de las Tres
Cabezas, en el Palacio Ducal. A continuación se
ocupó de la decoración al fresco de la iglesia de
San Sebastiano, que consolidó definitivamente su fama. Por
entonces conoció a Palladio, que acababa de finalizar la
villa de los hermanos Barbaro en Maser, cuya decoración
pictórica se le encargó. Al terminar las pinturas
de Maser, regresó a Venecia, donde dio vida a su etapa
creativa más fecunda, que comenzó con el gran
lienzo de las Bodas de Caná y siguió con las
mencionadas «Cenas». A consecuencia de una de ellas
tuvo que enfrentarse a la Inquisición, que lo acusó
de no haber respetado la temática sagrada de la
Última Cena. Acusado de herejía, se le
obligó a modificar o destruir la obra; el problema se
zanjó finalmente cambiando el nombre del cuadro por el de
Cena en casa de Leví (1573). Circunstancias fortuitas,
como los incendios del Palacio Ducal en los años 1574 y
1577, le permitieron volver a trabajar para el Estado veneciano,
en la decoración de la sala del Colegio y después
en la de la sala del Gran Consejo, donde pintó el Suntuoso
Triunfo de Venecia.
ARQUITECTOS
1. DONATO
BRAMANTE
(Monte Asdruvaldo, actual Italia, 1444-Roma, 1514)
Arquitecto y pintor italiano. Fue el mayor arquitecto del
Renacimiento italiano, a caballo entre los siglos XV y XVI,
heredero de Brunelleschi y Alberti e inspirador de muchas de las
grandes figuras de la arquitectura posterior, de Sansovino a
Antonio de Sangallo el Joven.
Aprendió de Brunelleschi y Alberti el arte de la
creación de espacios armoniosos y proporcionados, y
añadió al estilo de aquéllos un
interés nuevo por la perspectiva que le llevó a
crear singulares efectos de profundidad y espacio en sus obras.
Un ejemplo emblemático de ello es el templete de San
Pietro in Montorio, en Roma, una pequeña
construcción circular en el centro de un patio
rectangular, proyectada para ser el centro de un recinto
porticado que debía acentuar sus efectos
escenográficos.
Se formó probablemente en Urbino, y en 1477
está documentada su presencia en Bérgamo,
trabajando en la decoración al fresco del palacio del
Podestà. En 1480 se estableció en Milán,
donde desplegó una gran actividad como pintor y arquitecto
que puede sintetizarse en el impactante Cristo a la columna y,
sobre todo en la construcción de Santa Maria presso San
Satiro, donde dotó al coro, de pocos centímetros,
de una gran sensación de profundidad.
En 1499, tras la caída de Ludovico el Moro, se
trasladó a Roma, donde trabajó principalmente al
servicio del papa Julio II. En 1503 proyectó el patio del
Belvedere y en 1506 se hizo cargo del proyecto de la nueva
basílica de San Pedro. Ninguna de las dos obras se
llevó a cabo tal como Bramante había previsto, pero
la genialidad de las soluciones por él propuestas
imprimió una nueva orientación, más
monumental y escenográfica, a la arquitectura del
Renacimiento. Intervino también en la
sistematización de algunos barrios de Roma, ofreciendo con
su palacio Caprini un nuevo prototipo de residencia
urbana.
2. RAFALES
SANZIO
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