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La cultura de pueblos, como instrumento de transformación social en su relación Hombre – Sociedad – Naturaleza




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    La cultura de pueblos, como
    instrumento de transformación social en su relación
    HombreSociedad – Naturaleza

    En el devenir de los pueblos, la cultura, es un proceso
    de transformación social presente desde tiempos
    históricos, visto como manifestación que identifica
    una sociedad y su correspondiente comunicación entre el
    hombre y su entorno. Por otra parte, permite un acercamiento con
    nosotros mismos para reconocernos y saber cuál es nuestro
    origen, es decir, quiénes somos.

    Dicho proceso cultural, ha variado de un pueblo a otro
    desde tiempos remotos, hasta nuestros días, pero,
    haciéndose siempre presente en la relación hombre
    con cada elemento de nuestro pueblo, siendo el lenguaje una
    condición necesaria de cultura, puesto que, el individuo
    adquiere su cultura por medio de la interacción con su
    grupo. Es así, como la misma es vista como:"…la
    cultura queda entendida como criterio abarcador en el cual no se
    establece diferenciación entre expresiones materiales
    producción de bienes u objetos culturales-, y
    espirituales, mensajes intelectuales de cultura" (Miliani,
    2008:36).

    En tal sentido, cada individuo transmite y expresa ideas
    de acuerdo a la carga cultural donde este inmerso, desde una
    palabra, una obra artística, una fotografía, una
    escultura produciéndose una constante comunicación
    con su mundo, por consiguiente, el hombre actúa como
    creador de su cultura.

    De igual forma, este proceso de cultura no trabaja de
    manera aislada, su entorno esta rodeado de factores que se
    interrelacionan entre si, creando un campo social en tres
    elementos fundamentales: "…los factores a considerar
    abarcan al emisor del mensaje cultural –tanto el
    productor o creador de bienes de cultura, como el transmisor -;
    el producto cultural como mensaje y el receptor
    de cultura, individual o social" (Miliani, 2008:35).

    En toda dimensión cultural, las formas de
    pensamiento, del lenguaje y de acción humana adquieren un
    valor universal desde el punto de vista histórico, a su
    vez adquiere un sentido Nacional y Regional, puesto que
    también se produce en una sociedad de determinado
    país o región y en un tiempo determinado.
    Aquí el hombre, no se ve como un sujeto pasivo sino como
    constructor de sí mismo, un participante consciente en el
    proceso de transformación de la sociedad.

    Es necesario resaltar, que el productor de cultura,
    determinada en cualquier contexto donde se ubique, debe proveer
    la esencia cultural que legitime su cualidad identitaria con el
    medio social, es decir, que su mensaje sea transmitido no cayendo
    en la comercialización ni en la especulación del
    mismo. Esto hace referencia a:

    El intelectual profesionalizado obtiene una libertad,
    una independencia material para la realización de su
    trabajo creador: es decir, ya no depende de su papel funcionario
    de una sociedad. Pero se esclaviza económicamente a las
    fluctuaciones y los juegos de la libre empresa. En tal sentido su
    trabajo se aliena. Y su éxito comercial ya no depende
    tanto de los valores propios de su obra cultural, como de que esa
    obra interese a los propietarios del mercado cultural, quienes
    tienen en sus manos el promoverlo o segregarlo. Su función
    comunicativa ante la sociedad queda cercenada o expuesta al
    riesgo de cualquier artículo en la sociedad de consumo
    (Miliani, 2008:26).

    A pesar de esto, el productor de cultura no sólo
    se ve amenazado por la comercialización de su producto
    cultural, sino que también sea silenciado y removido, si
    éste asume una actitud crítica frente a la
    sociedad. Aunado a esto, hacer llegar dicho producto a todos los
    miembros de una sociedad también implica sentidos
    positivos y negativos desde el punto de vista de las
    colectividades. El producto cultural puede ser distribuido de
    varias formas, por una parte: De forma materializada como es el
    caso de los libros, pinturas, estatuas, en este caso, se puede
    considerar un factor de incidencia negativa, por cuanto, son
    corporaciones encargadas de promocionarlo de acuerdo a sus gustos
    y exigencias más no en el valor ético y
    estético de la cultura.

    Por otra parte, como transmisores de cultura en este
    caso, las instituciones educativas, ateneos, sindicatos,
    organismos estatales de cultura, educadores puede resultar un
    instrumento efectivo para contrarrestar la cultura dirigida, pero
    es importante señalar que no debe ser una educación
    cerrada sino libre, que pueda llegar hasta aquellos sectores
    más desposeídos donde se ponga en práctica
    la libertad creadora cercana a nuestro contexto cultural. Esto
    hace referencia a:

    La vuelta a una cultura de Ágora, parece ser el
    camino más certero y exitoso como manera de contrarrestar
    las influencias destructivas de los sub-factores intelectuales
    mal empleados. El cine en la calle, el libro en los mercados,
    sindicatos, parques recreacionales, etc.; es mucho más
    efectivo que la cultura de recintos a la cual el pueblo
    –receptor condicionado por los medios estupidizantes de una
    cultura dirigida a su deformación-, o no tiene acceso o
    tiene temores y reservas que le han sido inyectados por la propia
    concepción elitesca de los organismos institucionalizados
    de la cultura (Miliani, 2008:31).

    De modo que, la educación será la base
    fundamental para crear lectores críticos que desarrollen
    su conciencia ante el proceso cultural donde estén
    inmersos y no sólo eso, sino que también creen
    mediante el lenguaje, su relación con el mundo y sus
    interrelaciones con el otro, promoviendo el sentido de
    pertenencia con lo autóctono, lo nuestro, y no así
    el desarraigo de nuestras raíces.

    Por ultimo, los medios de comunicación que aunque
    representan un gran auge para dar a conocer lo desconocido,
    conocido o por conocer, también se ve influenciado por la
    era tecnológica y en consecuencia por la fuerza
    mediatizadora que reprime en cierta forma el sentido de
    pensamiento libre debido a su fuerza de sugestión. Esto
    hace referencia a:

    La cosificación del hombre a través de la
    influencia de los medios de comunicación social, vulnera
    su individualización y lo hace hombre- masa, escenario
    masificado donde se dirige un mensaje publicitario o
    político con la finalidad de ganar adeptos, de
    convertirlos en consumidores electores que respondan ciegamente a
    los mensajes sin reflexionar sobre ellos. En este sentido, los
    valores personales y de ciudadanía conculcan ante la
    formación de un bárbaro ilustrado, insensible
    frente al arte y la historia, indiferente a las manifestaciones
    culturales propias y alienado en cuanto a los valores culturales
    foráneos (Hernández, 2008:60).

    En consecuencia, los medios de comunicación
    coartan al individuo en su forma de pensamiento crítico-
    reflexivo alejándolo de su acervo cultural,
    histórico y social.

    En la sociedad moderna, se puede observar como el hombre
    poco a poco se ha ido deshumanizando y automatizando a
    través de las grandes eras tecnológicas que nos
    bombardean constantemente, cambiando a la sociedad en un medio de
    consumo mercantilista donde la moral de cada individuo ha quedado
    atrás y ha dado paso a la cosas superfluas,
    colocándose por encima del patrimonio cultural de cada
    región. Aún así, no es que las
    tecnologías tengan perspectiva positiva o negativa, el
    hecho ocurre cuando no se la da el debido uso, es decir, cuando
    lo tecnológico no es utilizado como medio eficaz para
    transformar y resolver situaciones inmediatas o futuras, sino que
    se convierten en mecanismos que revolucionan una sociedad y la
    condicionan a una situación artificial, es allí
    donde nace un llamado al cambio de conciencia y el frenar de la
    distorsión de los valores culturales y a la
    manipulación transformadora y creadora de estos medios.
    Esto hace referencia a:

    La inmersión en el paisaje, la cercanía a
    lo natural, la familiaridad minuciosa con los pormenores del
    medio ambiente, el entretejimiento finamente hilado de lo
    humanamente creado con lo espontáneamente dado negaban de
    antemano la posibilidad de un mundo artificial, de la vida
    colectiva en residencia totalmente diseñada, programada,
    fabricada, controlada por el hombre (Briceño,
    1993:40).

    Pero, el estudio de todos estos factores planteados
    anteriormente, no es actual sino que parten de una
    concepción anterior, por tratar de identificar elementos
    como: ¿Qué es una cultura?, ¿Qué nos
    identifica como pueblo?, ¿A que cultura pertenecemos? Para
    tal efecto, se necesitan de medios que permitan ampliar el
    conocimiento relacionado con el proceso complejo de la cultura.
    De manera que, el lenguaje constituirá un medio eficaz
    para la comunicación cultural, cada lenguaje responde a un
    código que es conocido y decodificado por el receptor
    permitiendo ver más allá de la simple
    relación Hombre- Naturaleza, visionándose en una
    nueva apertura del saber; porque a medida que sea la capacidad
    expresiva y critica, así será su potencial en la
    cultura recibida.

    Es por ello, que se debe insistir constantemente en la
    inserción de patrones culturales, educando al individuo
    para el reconocimiento y la interpretación de su mundo,
    que la cultura sea vista como parte de si mismo, y no como
    proceso informativo de lo que se quiere dar a conocer.

    Es así, como la educación debe convertirse
    en la sociedad como el modelo eficaz para que las generaciones se
    formen en el sentido del conocimiento, estrategia fundamental que
    ayude al proceso de culturización y ataque de forma
    progresiva la desculturización que abre campo a la
    transculturización, es decir, como lo ajeno a nosotros y
    lo que esta más allá de nuestras fronteras se
    apodera de nuestro territorio. Educación que vaya
    postulada a una conexión entre la realidad
    histórica pasada y la realidad actual que nos invade, que
    se cree conciencia y halla un enriquecimiento de la memoria
    cultural. Esto hace referencia a: "La escuela representa el
    más alto contenido de la conciencia nacional, la cultura y
    las tradiciones de cada pueblo" (Hernández,
    2008:56).

    Pero, este proceso educativo nos escapa de los
    constantes cambios producido en el campo social con la llegada de
    la era tecnológica y la presencia de los medios de
    comunicación, el producto cultural pierde su esencia
    creadora, su sensibilidad y sentido estético en el valor
    cultural de los pueblos. Es por ello, que el proceso educativo,
    debe estar directamente relacionado con el fenómeno de la
    comunicación, orientar a la lectura de los lenguajes
    modernos, e ir adelante en el desarrollo de modelos
    pedagógicos que permitan abordar las esferas de las
    culturas.

    Por esta razón, la cultura emerge como un proceso
    de comprensión del mundo que nos rodea, a su vez como
    generadora de múltiples lenguajes, haciendo que el mensaje
    comunicado se transforme en producto que perdure en el tiempo y
    más aún que dicho producto cultural sea portador de
    un proceso de retroalimentación entre el productor y el
    receptor cultural produciendo un dinamismo en ambos discursos
    para la producción de nuevos mensajes culturales. La
    integración de los individuos a una sociedad debe darse a
    través de lo autóctono de cada pueblo y no por la
    alienación de patrones culturales.

    No obstante, se ha hablado de dos elementos que han
    incido en el proceso de cultura, como es el caso de lo medios de
    comunicación y la educación que pueden ser
    identificados como medios para adquirir conocimientos, pero,
    donde cada uno de ellos muestra una perspectiva distinta a la
    hora de abordar la realidad. Los medios de comunicación,
    destinados a crear un pensamiento ideológico sin sentido
    de pertenencia y la educación que intenta visualizar un
    individuo integrador con pensamiento crítico y conocedor
    de sus raíces y su historia. Por lo tanto, hoy día
    se puede ver en las sociedades, como lo tecnológico ha
    acaparado los medios de comunicación haciéndolo
    cada más fuerte ante una colectividad y
    convirtiéndose en una práctica que utiliza ciertos
    elementos que cercenan la verdadera esencia de educar en valores
    y con conciencia, es decir, individuos inclinados sólo a
    lo material y no al valor de su entorno geográfico. Esto
    hace referencia a:

    El objeto fundamental es inundar la cultura cotidiana de
    elementos irrelevantes que no propicien una conciencia critica de
    los individuos, sino más bien, una suerte de
    adormecimiento que deje libre el camino de las ideologías
    para el juego de subyugación y
    subordinación(Hernández,2008:53).

    El uso de nuevas herramientas tecnológicas como
    el internet, los mensajes de textos, el computador nos enmarcan
    en un tipo de sociedad artificial creando cierta preferencia por
    una sociedad de consumo donde el discurso va dirigido a un modelo
    mecánico, que nos hace olvidar la visualización de
    un paisaje, la creación de una obra artística
    modelada con nuestras propias manos y la lectura y
    reflexión de un libro, que nos hace seres más
    humanos y acercados a la idiosincrasia de nuestro
    pueblo.

    Pero, la idea expuesta no es eliminar ni dejar a un lado
    completamente lo tecnológico sino restablecer programas
    pedagógicos dentro de los medios, incentivando la
    comprensión de lo que se quiere dar a conocer, que la
    transmisión del conocimiento no nace de un producto
    alejado de la realidad sino que esta inmersa en ella y que
    nosotros como individuos de una sociedad necesitamos conocer
    nuestra cultura, de donde vinimos y sobretodo valorar nuestro
    patrimonio cultural. Y es allí donde se deben implementar
    políticas de inserción cultural que partan de una
    verdadera educación que fomenten y fortalezcan los valores
    autóctonos que poseemos.

    Así mismo, es lamentable ver como en una sociedad
    de consumo se incentivan a la población a condicionarse en
    un mercado de violencia, modas y gustos muy alejados de lo que
    realmente debe tener valor para nosotros, como nuestros valores y
    costumbres. A medida que transcurre el tiempo se hace cada vez
    más fuerte este tipo de comunicación cultural o
    más bien un tipo de comunicación que va dirigido a
    un grupo de masas par formar un individuo alejado de su propio
    contexto cultural. Esto hace referencia a:

    Las sociedades capitalistas intentan formar
    bárbaros pensantes, por eso estimulan la educación
    tecnócrata que prefiere el conocimiento irreflexivo,
    alejado de la dialéctica cultural que provea a los
    ciudadanos de una autenticidad cultural que permita luchar contra
    las imposiciones políticas como discurso de poder
    (Hernández, 2008:63).

    Es por ello que en la comunicación del hombre con
    su entorno social nos remite al campo de la cultura, el hombre
    crea valores culturales y siente la necesidad de darlos a conocer
    no importa el lenguaje que utilice sea a través de un
    libro, una obra artística, la poesía lo importante
    es que su mensaje sea liberado en su proceso creador e
    imaginativo sin necesidad de sentirnos cohesionados por fuerzas
    externas que nos aleje de la verdadera intención que es
    crear desde el Ser mismo, de la autenticidad y no desde el simple
    hacer.

    En consecuencia, cultura producida desde la
    interacción misma que represente nuestra gente, nuestro
    pueblo dentro del conglomerado de una realidad humana activa y
    diversa. Es por ello que el hombre se refleja en el devenir
    histórico, cultural y social que construye su mundo a
    través de su lenguaje y pensamiento.

    En tal sentido, el hombre debe observar que su verdadera
    esencia esta en la naturaleza misma, que no es lo mismo leer un
    libro sentado bajo el cobijo de un árbol que leer un libro
    digitalizado, esto quiere decir, que muchas veces olvidamos que
    la idiosincrasia de un pueblo se construye desde la sensibilidad
    del hombre y no en las cosas superfluas y vacías de la
    vida.

    Ahora bien, no sólo lo cultural se refleja en lo
    culto, lo cultural también se halla inmerso dentro de un
    grupo social que no ha tenido la oportunidad de formarse en
    escuelas, liceos o universidades pero que también siente
    la necesidad de mostrar su valor como persona. Grupos sociales,
    que a través de sus trabajos son impulsadores de su tarea
    creadora para convertirse en actores activos de
    comunicación del producto cultural a
    transmitir.

    Es por ello, que se llama a la conciencia individual y
    grupal para rescatar nuestro acervo cultural de una sociedad
    consumista que nos transforma en seres mecanizados, consumistas
    acercados a modalidades culturales que no tienen nada que ver con
    nuestra región. Se debe promover el rescate de la cultura
    que esta mediatizada y alienada por falsos valores culturales.
    Esto hace referencia a:

    Si la cultura de nuestro tiempo está en
    vías de ser extirpada o sustituida por falsos valores
    kitsch de mediatización y alienación, el papel
    crítico y correctivo ya deja de ser un problema de
    individuos, de sectores, de clases, para convertirse en un
    problema de supervivencia de la especie… (Miliani,
    2008:32).

    Sin duda, alguna el hombre en sociedad se ve en dos
    perspectivas que lo marcan a través del tiempo, desde el
    punto de vista de la civilización el humano ser en todo su
    proceso creador desde el punto de vista tecnológico
    incluyendo nuevas formas de ver el mundo. Pero, en la actualidad
    se hace necesario plantearse modelos donde se combine la
    capacidad creadora del individuo en sociedad y donde se incorpore
    el desarrollo tecnológico para el desarrollo de una
    civilización constructiva, es decir, provisto de
    experiencias enriquecedoras en el pensamiento y en la
    acción humana dentro del proceso de la cultura.

    En otro sentido, la cultura es representada en la
    memoria de una colectividad, que funciona como un dispositivo que
    se registrará y mantendrá en el tiempo de acuerdo a
    los mecanismos de organización y conservación
    utilizados en la misma. Esto hace referencia a:

    Una cuestión específica de la cultura como
    mecanismo de organización y conservación de
    información en la conciencia de la colectividad es la
    larga duración. Esta cuestión tiene dos aspectos:
    La larga duración de los textos de la memoria colectiva y
    la larga duración del código de la memoria
    colectiva (Lotman, 2000: 173).

    A estos se resalta que la cultura, no puede ser vista
    como una especie de adorno que usamos y quitamos, la cultura es
    el hombre mismo que abarca desde su raíz fundacional y se
    mantiene en el tiempo en carácter transformador de una
    sociedad.

     

     

    Autor:

    Jackelyn Betancourt.

     

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