- Introducción
- Anorexia mirabilis
- La
anorexia mirabilis: los casos por bell
reportados - El
ayuno como penitencia - El
ayuno y su relación al misticismo y la
ascética - La
confusión no cesa, la confusión
aumenta - Coda
- Bibliografía
- Apéndice
"Ningún animal puede vivir sin
comida. Entonces examinemos este corolario: La comida es la
influencia más importante en la determinación de la
organización estructural del cerebro y de los
comportamientos dictados por dicha organización." (J
Z Young)
"La mayoría de las personas
describen la actividad de comer como experiencia placentera. En
contraste, personas sufriendo de la anorexia nervosa a menudo
dicen que la comida las hace sentir ansiosas, y que rehusarla las
hace sentir mejor. Investigaciones conducidas en la última
década ha provisto nuevas perspectivas para el
entendimiento de los mecanismos cerebrales que están
asociados con los aspectos placenteros del comer. Uno de esos
neurotransmisores es la dopamina, que se libera en la
circulación cuando personas o animales ingieren comidas
apetitosas."
(http://medicalxpress.com/news/2011-05-pleasure-anxious.html)
Santa Catarina de Siena
Introducción
Cuando Rudolph M Bell publicó su
libro Holy Anorexia ("Anorexia Sagrada")
(1985), este historiador no pudo anticipar que examinando las
crónicas de esta espantosa forma de mortificación
auto-impuesta (también conocida como la "anorexia
mirabilis" o "inedia prodigiosa"), atraería algún
interés hacia esta entidad. Ya que esta condición
era relativamente oscura y, hasta entonces, poco descrita (por
creerse inexistente).
Pero, por ser considerada análoga de
la anorexia nervosa, interés atrajo, al menos dentro del
círculo de algunos investigadores de las disorexias,
nosotros entre ellos.
Anorexia
mirabilis
"Anorexia mirabilis" (o "anorexia
prodigiosa") representa la peculiar actividad a la que muchas
mujeres religiosas se dedicaran entre los siglos XIII y XVI y a
la que innúmeras sucumbieran; debido a un rechazo
extraordinario a la ingestión de alimento. Se cree que
estas abstinentes evitaban comer porque la comida para ellas
representaba "lujuria-sensual-corporal", conjugando el pecado con
el poderoso e inefable proceso instintivo que garantiza la
supervivencia de toda especie conocida.
Éxtasis de Santa Teresa. Gian
Lorenzo Bernini (1598-1680)
Antes de proseguir, en este espacio
deseamos proporcionar al lector un entendimiento de la
razón que nos motivara a desarrollar esta ponencia. Para
lograrlo, primero, deseamos establecer, que, como autoridades en
la materia de las enfermedades del comer lo que, nos propusimos
hacer fue ratificar, si la anorexia nervosa y la llamada
"anorexia mirabilis" representan entidades paralelas, pero
independientes, o si forman parte del continuo de una misma
condición — como se presume que sean las tantas
variedades de la anorexia con frecuencia reportadas — y cuyos
lexemas se modifican por sus proponentes con sufijos en forma de
"exias".
Véanse:
Vigorexia: ¿La Nueva
Entidad?
http://www.monografias.com/trabajos57/vigorexia/vigorexiaLas Parorexias
http://www.monografias.com/trabajos50/parorexias/parorexias2?monosearch
yTanorexia: La Piel y las
Emociones…
(/trabajos69/tanorexia-piel-emociones/tanorexia-piel-emociones2Recientemente, la llamada
"Sexorexia"
http://psychcentral.com/lib/2006/what-is-sexual-addiction/Y muchas otras encontradas
en
/cgi-bin/search.cgi?query=disorexia
Proyectamos, que, una vez alcanzado nuestro
objetivo de establecer las distinciones entre ambas
clasificaciones diagnósticas — de éstas existir
— por razones clínicas trataríamos de elaborar
métodos de terapia específicos ajustados para la
mirabilis, como hemos hecho exitosamente con la anorexia nervosa,
las anorexias atípicas y, aún, en el caso que nos
ocupa en esta ponencia. (Véase en la bibliografía,
The Psychiatric Clinics of North America.)
Juana de Arco
La anorexia
mirabilis: Los casos por Bell reportados
Como sacrificio, las mujeres descritas por
este investigador, no se contentaron con renunciar al sexo, como
hicieran cuando tomaran votos de castidad para ingresar al
convento — arriesgando, hoy día, ser catalogadas como
"sexoréxicas" — sino, que igualmente,
renunciaron la ingestión de todo alimento sin que esto, de
ellas, fuese esperado.
Haciendo lo último opusieron el
más básico de nuestros instintos, el instinto del
auto preservación predicado en la renunciación a
toda comida (a veces, aun a la exclusión de la
hostia eucarística.) (Véase: Casos
patológicos: Anorexia Post-Aborto en
(/trabajos49/casos-patologicos/casos-patologicos2?monosearch)
y El celibato: ¿Sublimación aberrante? O
¿Aberración sublime? en
(/trabajos48/celibato/celibato)
Pero, ¿fueron ellas
"anoréxicas", aunque distintas? Como el historiador
plantea.
Veamos
De importancia — para una mejor
delimitación inicial del ámbito preciso de ambas
condiciones — es imprescindible subrayar el hecho de que en
ningún momento se demuestra que las abstinencias de estas
religiosas fueran con el propósito de lograr ser
más delgadas, para conformarse al ideal de la extrema
flacura, o para evitar la gordura como acostumbran hacer las
anoréxicas nervosas.
En este sólo aspecto las dos
anorexias son esencialmente diferentes, aunque el
pronóstico y el tratamiento — en casos de ser tratadas
— pueden que sea similares.
En sus biografías, de acuerdo a
Bell, las religiosas afirmaban que lo que ansiaban, rehusando la
comida, era lograr acercarse más a Dios por medio de la
mortificación, consecuencia del sufrimiento ocasionado por
el hambre como si fuera otra flagelación.
El ayuno en esta instancia fue utilizado
como cilicio.
Judíos Orando en la Sinagoga durante
Yom Kippur (Maurycy Gottlieb)
El ayuno como
penitencia
El ayuno per se no es extraño a
muchas religiones. Precisamente, en la Católica, forma
parte de numerosas observaciones rituales y se usa como acto de
purificación.
En su vida terrenal, Cristo mismo se
abstuvo de alimento por los cuarenta días que pasara en el
desierto, lo que se toma como muestra ejemplar de ascetismo, ya
que solamente bebería agua.
"El Espíritu llevó a
Jesús al desierto, "para ser tentado" (Mateo
4:1). Allí Jesús ayunó durante cuarenta
días. En conmemoración de esos cuarenta días
nosotros observamos la cuaresma."
(http://www.corazones.org/diccionario/ayuno.htm)
La Iglesia recomienda el ayuno (cf.
Canon 1249) como ayuda al dominio de las pasiones y como
reparación de los pecados.
Canon 1249
"Todos los fieles, cada uno a su modo,
están obligados por ley divina a hacer penitencia; sin
embargo, para que todos se unan en alguna práctica
común de penitencia, se han fijado unos días
penitenciales, en los que se dediquen los fieles de manera
especial a la oración, realicen obras de piedad y de
caridad y se nieguen a sí mismos, cumpliendo con mayor
fidelidad sus propias obligaciones y, sobre todo, observando el
ayuno y la abstinencia, a tenor de los cánones que
siguen."
(http://noticias.juridicas.com/base_datos/Admin/cdc.l4p3t2.html)
Del mismo modo esta forma de templanza, sin
llegar a los extremos, se observa por los musulmanes durante el
Ramadán y por los judíos durante Yom
Kippur.
"Anna O": ¿Genuina mujer
anoréxica?
El ayuno y su
relación al misticismo y la
ascética
No comerían para acercarse a la
gracia de Dios y para purificar el espíritu vía la
mortificación y el dolor, esas fueron las razones dadas
por las penitentes que Bell estudiara, cuando rehusaron comer. En
estos comportamientos se aprecian los poderes ejercidos por el
misticismo y la ascética.
Examinemos en breve la definición de
estas tendencias religiosas rayanas.
El misticismo y la
ascética
"La mística — o misticismo —
(del verbo griego myein, encerrar, de donde
mystikós, cerrado, arcano o misterioso) designaría
un tipo de experiencia muy difícil de alcanzar en que se
llega al grado máximo de unión del alma humana a lo
Sagrado durante la existencia terrenal.
"Se da en las religiones
monoteístas
(cristianismo, islamismo, judaísmo), así
como en algunas politeístas (hinduismo); algo parecido
también se muestra en religiones que más bien son
filosofías, como el budismo, donde se identifica con
un grado máximo de perfección y
conocimiento."
"La ascética. Se
denomina ascética o ascetismo a la
doctrina filosófica y religiosa que busca purificar el
espíritu por medio de la negación de los placeres
materiales; al conjunto de procedimientos y conductas de
doctrina moral que se basa en la oposición
sistemática al cumplimiento de necesidades de diversa
índole que dependerá, en mayor o menor medida, del
grado y orientación de que se trate. En muchas tradiciones
religiosas, la ascética es un modo de
acceso místico.
"La mayoría de los sistemas
ascéticos desdeñan las
necesidades fisiológicas del individuo por
considerarlas de orden inferior. El fundamento de este aserto
reside en la adhesión a dualismos del tipo
alma-cuerpo, espíritu-materia, bien-mal."
Distorsión de la imagen
corporal
(Wikipedia Es)
Estas palabras lo expresan todo:
"La mayoría de los sistemas
ascéticos desdeñan las
necesidades fisiológicas del individuo por
considerarlas de orden inferior."
Continuando
Para elaborar su tesis, el escritor revisa
los historiales de 261 mujeres piadosas que vivieron entre los
años 1200 y 1500 en Italia, reconocidas como enaltecidas
por la Iglesia Católica, la cual las consagraría a
la condición — por lo ejemplar de sus vidas
excepcionales — de ser beatíficas, glorificadas, o
merecedoras de ser consideradas "Sirvientas de Dios".
Por razones prácticas, y por su
interés en Caterina de Siena, Bell circunscribió su
disertación a la península Itálica, aunque
otros casos similares de mujeres devotas que rehusaban la comida
por motivos idénticos existieran en otros lugares.
Notables entre ellas Marie d"Oignies, Juana de Arco, Santa Rosa
de Lima y Teresa de Ávila.
De todas las mujeres pías descritas,
Santa Catarina de Siena ocupa el lugar preeminente, por lo
dramático de su existencia y por su relación
peculiar con la autoridad eclesiástica — disputando al
Papa Gregorio XI — y con la comida, ya que se ha documentado
que en una ocasión, habiendo sentido revulsión por
el pus acumulado en la llaga de una persona a quien atendiera.
Para enmendar la repugnancia — a pesar de que rehusaba agua y
alimento — Caterina bebió de la
supuración.
¡No me obligues, que no lo
deseo!
Una de las teorías defendidas en
Holy Anorexia plantea que la "anorexia mirabilis", en
los casos detallados en el libro, representa no sólo un
fenómeno de naturaleza y origen intrapsíquico —
como el historiador sospecha sea idéntico en el caso de la
anorexia nervosa — sino que asimismo obedece a una
percepción social y del entorno. El problema aquí,
es que, mientras expresa estas ideas, desafortunadamente, lo que
el investigador omite es suministrarnos las pruebas requeridas
para soportar la última aserción — la cual es de
importancia crucial para este trabajo y el propio. (Véanse
mis ponencias al respecto en la bibliografía de este
artículo, especialmente: La Anorexia Nervosa: La
Realidad y los Hechos…)
El proceso diagnóstico utilizado en
las vidas estudiadas por Bell
Para determinar la clasificación
diagnóstica de las mujeres incluidas en su tratado, Bell
utiliza el clásico, ajado, y obsoleto criterio que
Feighner y sus asociados propusieron en 1972, el cual el
historiador, amén de utilizarlo, somete a una
crítica arbitraria, aunque, en muchos aspectos, acertada y
válida.
De éste nos advierte que los
síntomas que Feighner describe son derivados de la
observación empírica y frecuencia
estadística en lugar de establecer una ordenación
de "mecanismos causales", lo que es cierto, y redundante en
principio, porque los mecanismos causales para la anorexia
nervosa permanecen desconocidos.
Sin embargo, lo que, extrañamente,
Bell ignora en su interpretación, es que los criterios
nosológicos de Feighner y su grupo fueron diseñados
en esencia para validar la investigación
psiquiátrica y no como sistema
diagnóstico. Ya que esta última misión la
asumiría DSM, manual éste que estuvo disponible, si
el investigador hubiese deseado hacer uso del mismo, para su
beneficio.
Basado en lo especificado por Feighner y
sus colaboradores, el autor concluye con la observación de
que el síndrome de la anorexia nervosa se reconoce
primordialmente de manera indirecta, porque los autores estipulan
como parte del criterio diagnóstico, la ausencia
de ciertos componentes clínicos.
Alimentación vía tubo
naso-gástrico
En lo último Bell está
parcialmente equivocado, ya que quienes hayan presenciado casos
atípicos de la anorexia nervosa estarían de acuerdo
con la última reflexión, si sólo se aplica a
pacientes cuyas condiciones se apartan de la aparición
clásica. La presentación habitual se reconoce por
todos, directamente, y sin obstáculos. (Véase en la
bibliografía: Casos atípicos)
Actualmente, para el diagnóstico
psiquiátrico, la mayoría de los clínicos
utilizan el manual DSM-IV-TR camino a convertirse en DSM-V. El
uso de este manual, y no los criterios de Feighner, hubiese
simplificado la tarea del hagiógrafo.
Prosiguiendo
Como historiador de profesión, en su
tratado, por muchas páginas, Bell abandona el derrotero
formalmente científico a favor de hacer desvíos
interesantes, pero superfluos, cuando nos reintroduce a la
progresión histórica de la anorexia nervosa,
retornando a las descripciones originales de Richard Morton,
Giorgio Baglivi, Robert Whytt, Ernest Charles Lasègue,
William W. Gull, Phillippe Pinel, Jean Martin Charcot, Sigmund
Freud y otros, mientras que omite las importantes contribuciones
de algunos, por ejemplo las de Georges Gilles de la Tourette.
(Véase: LAROCCA, F E F: GILLES DE LA TOURETTE"S
(THE MOVEMENT DISORDER): THE ASSOCIATION WITH A CASE OF
ANOREXIA NERVOSA IN A BOY, Int. J. Eating Dis. Vol. No. 3, Spring
1984. pp. 89-93.)
Lo que aquí deseamos significar es
que si Bell iba a relatar la historia de la anorexia nervosa de
nuevo, hubiéramos deseado que lo hiciera de manera
más prolija y, posiblemente en otro contexto.
Freud, el psicoanálisis, y la
anorexia nervosa
A pesar de que Freud, descriptivamente, no
tratara específicamente ninguna paciente padeciendo de
esta condición, se sugiere que el caso de Anna O. fue el
de una mujer anoréxica cuyo curso crónico paralela
el de muchas de las víctimas de esta enfermedad. Lo que
Freud, en su tiempo y lugar, aparentemente, no
reconociera.
Flagelantes
Otro paciente que Freud reportara, en la
que hoy se propone que la anorexia nervosa fuera el
diagnóstico, es el de Emmy von N. cuya actitud el Padre
del Psicoanálisis describe como una de rebelión
abierta contra el tratamiento y el terapeuta (mucho por el estilo
de las anoréxicas que hoy atendemos). Pero, omitido por
Bell, en su reporte, es el hecho de que Freud tampoco asignara a
esta paciente el diagnóstico de la enfermedad
sospechada.
De todas maneras, en los sumarios
atribuidos a Freud, y por Bell mencionados en su libro, la
evidencia es inconcluyente y los síntomas
imprecisos.
En esta coyuntura, creemos haber cubierto
lo suficiente acerca de la cronología de la enfermedad, de
la historia de las anorexias, y de la "importancia"
(indocumentada) de las contribuciones — que el autor atribuye
— Freud hiciera al entendimiento de la anorexia
nervosa.
Otros factores
Para Bell el vómito autoinducido, si
comían o no, se describe como un detalle común en
las vidas de las mujeres por él investigadas aunque el
hartazgo seguido por el vómito no aparentaba serlo. Lo que
contrasta con los criterios diagnósticos de ambos,
Feighner y DSM. (Véanse los apéndices).
Reflexionando en las importantes
contribuciones de Hilde Bruch, más adelante en el texto,
el investigador expresa que en el libro The Golden Cage
esta autora enfatiza los temas de identidad, autonomía y
perfección como los factores que forman la piedra angular
desde donde se origina la sintomatología de las
anoréxicas — lo que el autor, de manera sorprendente,
propone que fuera en el caso de las mirabilis — tornando la
fenomenología, como siendo idéntica en ambas
condiciones, lo que las confunde como entidades
diagnósticas, y lo que está en conflicto con lo que
él mismo plantea y con nuestros propios objetivos en este
artículo.
He aquí la confusión que el
historiador hilvana. En su descripción de la "anorexia
mirabilis" y sus "víctimas" extasiadas, Bell,
prudentemente, se aleja de la presentación clásica
hoy aceptada para la anorexia nervosa y se concentra totalmente
en los aspectos espirituales y de autonomía (el
último incierto) de dicha condición.
Apartándose de la tenacidad del deseo de ser
extremadamente delgadas a todo costo, de la actividad
física para perder más peso y de la
distorsión patognomónica de la imagen corporal —
todas distintivas del cuadro clínico típico de la
anorexia nervosa, por todos aceptada. Pero mientras lo hace, Bell
simultáneamente, enfatiza el hecho de que ambas
condiciones solapan y se confunden entre sí, lo que, como
veremos, es tan contradictorio como falso. (De asombroso
interés es que William N Davis en el Epílogo del
libro, utiliza para llegar a las mismas conclusiones del autor,
una exegesis diagnóstica merecedora de haberla sometido a
las maniobras famosas del legendario Lecho de
Procustes.)
La
confusión no cesa, la confusión
aumenta
Por su propia estimación, Bell
propone que, la "anorexia mirabilis" y la anorexia nervosa
dependen para el diagnóstico diferencial esencialmente en
el ambiente cultural dentro del cual la mujer afligida trata de
controlar su vida, lo que al final, asimismo, tiene como
efecto, paradójicamente, oscurecer la demarcación
entre ambas, ya que la anorexia mirabilis no es asunto de
control, sino de mortificación ascética y
¿de la anorexia nervosa? no sabemos aún cuál
es su etiología verdadera, aunque muchos creen que sea el
insólito deseo de no engordar.
En otras palabras, que mientras las unas
aborrecen la gordura, las otras ansían la fusión
con la divinidad.
Además, cuando Bell contrasta la
anorexia nervosa de los siglos XX y, ahora, XXI, con la "anorexia
mirabilis", este autor no nos ofrece una línea de
demarcación precisa que baste para distinguir las
entidades, omitiendo mención de factores de importancia
— hoy reconocidos — como serían los genéticos,
epigenéticos y miméticos.
Esta última observación es
muy importante y debe de ser considerada cuidadosamente, como
proponemos hacerlo en esta disertación.
Véanse:
Anorexia and genetics
(http://www.anorexia-reflections.com/anorexia-and-genetics.html),New Genetics Work Challenges Basic
Ideas about Mental Illness
(http://www.scientificamerican.com/article.cfm?id=new-genetics-work-challenges-basic-ideas-about-mental
illness&WT.mc_id=SA_CAT_MB_20110518)La personalidad as if: La Personalidad
Mimética, un concepto ignorado en la
psiquiatría
(/trabajos49/personalidad-mimetica/personalidad-mimetica2?monosearch)
Pero, ¿son la anorexia nervosa y la mirabilis entidades
semejantes o son diferentes? Nos interrogamos
Éstas representan dos cuestiones que
constituyen partes de las bases científicas de esta
lección.
En las treinta y una páginas que
Bell dedica (en su tratado de 190 páginas) a la batalla
que Caterina librara en su ayuno y en sus deseos de permanecer
autónoma e independiente de toda autoridad de cualquier
naturaleza, el investigador no ofrece argumentos persuasivos para
el diagnóstico de una condición similar a la
anorexia nervosa ("falta de apetencia", aunque ésta sea
sagrada) que propone en el título de su obra. Para
nosotros no está claro lo qué el escritor pretende
establecer, como no lo estaría en el caso de una persona
que decide comenzar una huelga de hambre para decidir que, por su
comportamiento, ese individuo sufre de la anorexia nervosa
atípica, aplicando el mismo criterio al personaje de
Un Artista del Hambre (Ein Hungerkünstler) por
Franz Kafka.
Cristo en el desierto
Por nuestra parte, la mejor manera de
entender la entidad estudiada por Bell y descrita más
adelante en este artículo, es dentro de la perspectiva de
la anorexia nervosa per se, que fuera la que originalmente
inspirara al autor en sus investigaciones
biográficas.
La anorexia nervosa en sí se
considera un término inexacto, ya que ni es anorexia (la
persona afligida no carece de la sensación de hambre, por
lo contrario, sufre los dolores resultado de oponer esta
pulsión) ni es nerviosa (la persona no está agitada
ni se siente ansiosa.)
La mejor, más acertada, y precisa,
definición de la anorexia mirabilis, desde el punto de
vista clínico, para nosotros, sería una que
reconozca el marco histórico específico para esta
condición y que establezca la relación de la
persona afectada con la comida y no con el sobrepeso,
consignando a la anorexia nervosa el factor de la
distorsión de la imagen corporal, de la actividad
física para inducir mayores pérdidas de peso, de
los períodos de hartazgos con vómitos
autoinducidos, de la amenorrea en los casos aplicables, y del uso
de enemas o catárticos.
En otras palabras, demarcando sus lindes
con precisión.
Basado en lo antedicho, como
definición, proponemos la siguiente:
"Anorexia mirabilis". Término
arcaico usado en las edades medias para describir
renunciación expiatoria a la comida (sin carencia de la
sensación de hambre) en una persona inspirada por la
divinidad y no por el empeño de ser flaca.
Jerónimo Bosch: Jardín de las
Delicias
Esta condición, que afligía
mujeres penitentes, consagradas a la vida religiosa, fue
común entre los años 1200 y 1500.
Se consideraba portentosa ("mirabilis")
cuando algunas de ellas sobrevivieron períodos inusitados
de ayuno con la resultante emaciación extrema, insistiendo
en que no podían consumir "comidas mundanas" (la
eucaristía no lo era) por ser impuras o hacerlo para
meramente satisfacer los apetitos del cuerpo (Véase:
La confluencia de los instintos en
(/trabajos77/gordura-instinto-desregulacion-afectiva/gordura-instinto-desregulacion-afectiva2).
Reiteramos, que en los casos, por Bell
estudiados, no se observan criterios enteramente aplicables a lo
que hoy se aceptarían como variedades de la anorexia
nervosa, aunque éstas fueran atípicas. Parece ser
que las biografías descritas por este investigador
pertenecen a una condición completamente diferente y
extraña para nosotros. Ya que éstas no están
limitadas a mujeres jóvenes que deseaban alcanzar un grado
de perfección física idealizado, evitando la
corpulencia, como hoy, generalmente, se aprecian.
Al contrario, muchas de estas mujeres
ascetas no eran jóvenes, harían todo lo posible por
lucir poco atractivas (escapando la sexualización de sus
cuerpos), asociando santidad con la virtud de renunciar los
placeres y necesidades de la carne (resistiendo el hambre) a
favor del sacrificio purificador y de la vida contemplativa.
(Véanse los poemas de Santa Teresa).
Una cosa es evitar la comida para no ser
gorda, y la otra, cesar su consumo para acercarse más a
Dios.
La gula (La Commedia, Dante)
Entonces, pausemos, tomando la oportunidad
para reflexionar de manera contemplativa, como las mirabilis
hicieran.
¿Por qué sería
importante para nosotros esclarecer este diagnóstico, si
se cree que esta condición es ambigua y ya no
existe?
Porque aún existe, aunque
en formas discretas, como veremos. Y porque existe y
existirá puesto que la mortificación virtuosa o por
otros fines (predicada en el ayuno prolongado o huelga de hambre)
es parte enigmática de la psicología de muchos
seres humanos como la auto-inanición y el suicidio
resultan ser. (Véase: Great Soul: Mahatma Gandhi and His
Struggle with Indiapor Joseph Lelyveld en
el New York Review of Books.)
Reflexionando, apuntamos,
¿sería posible que la anorexia mirabilis, como
variedad de la anorexia nervosa, aún se manifieste en lo
que los galenos franceses califican como formes frustres
de toda patología?
Para ilustrarlo, en anticipación a
dar la respuesta, nos referiremos brevemente a nuestro
artículo:
La Anhedonia, síntoma residual y frecuente de algunas
depresiones y de cómo tratarla
En esta circunstancia la mujer a quien atendiéramos se
había diagnosticado como anorexia nervosa mientras que,
quienes la refirieran, no detectaron detalles importantes del
cuadro clínico que apuntaban en otra dirección
enteramente.
Habiendo determinado que su condición era totalmente
distinta de la anorexia nervosa clásica nos
permitió poner en efecto métodos de terapia, no
específicos para la anorexia nervosa, que, felizmente,
resolvieron la situación presentada por la paciente en
cuestión.
(/trabajos49/la-anhedonia/la-anhedonia2)
Continuando: Aquí ofrecemos nuestra anticipada
respuesta
"Anorexia mirabilis: Siglo XX" Presentación de un
caso
Pamela cumplía 11 años cuando fuera referida.
Residía con su familia en una estancia en la vecindad de
la ciudad de Saint Charles, Missouri.
Era la segunda de seis hijos nacidos a una pareja de
granjeros, aparentemente bien ajustada y feliz.
Los padres, de naturaleza muy reservados, llevaban una vida
donde la familia, los deportes, el cuidado de las siembras y los
animales eran asuntos de la mayor importancia a exclusión
del mundanal ruido.
Pamela se destacó en los deportes y en el estudio de
las vidas de los santos, cuyas biografías se
incluían dentro del currículo de la escuela
parroquial, de la jurisdicción donde residiera.
Alumna excepcional, que, desde una edad temprana, amaba los
libros, Pamela había leído varias veces La
Imitación de Cristo (Thomas de Kempis), obra que,
eventualmente, la inspirara a instruirse en la vida de Teresa
de Ávila.
Movida por el modelo de lo que leyera acerca de Santa Teresa,
subrepticiamente, Pamela comenzó a incubar el deseo de
dedicar su existencia temporal a la vida enclaustrada, lo que
confesara al párroco local quien, sensatamente, le
aconsejaría contener su entusiasmo religioso hasta que
fuese más madura.
A pesar de la amonestación del buen cura, y siguiendo
su ambición de emular la vida de la fundadora de las
Carmelitas Descalzas, Pamela comenzó a restringir sus
refrigerios los que, a menudo, alimentara furtivamente a los
perros que abundaban en la propiedad, o los compartía con
otros diciendo que estaba repleta.
La niña, antes de la decisión de renunciar la
comida, no había sido corpulenta ni acariciaba el ideal de
ser extremadamente delgada. Lo que Pamela deseaba más que
nada era "servir la voluntad de Dios" evitando los regodeos de la
carne.
Debido a su dieta rigurosa, el peso
comenzó a bajar ostensible y progresivamente.
Los padres, a tiempo debido, se percataron de que la hija
consumía muy poco o casi nada de lo que le sirvieran, no
diciendo que no sintiera hambre, sino que no deseaba
comer.
Cuando el pediatra la refirió había perdido 20lb
(9kilos) lo que le daba una apariencia lóbrega, emaciada y
pálida.
Una profesional experta comenzó el tratamiento de
Pamela, descubriendo que era una joven muy inteligente y
perspicaz con quien fuera fácil establecer una
relación terapéutica. Lo que la jovencita no
deseaba, era hablar de la comida para nada.
Muy versada en la anorexia nervosa, la paciente aseguró
a la terapeuta que ella no era "una de esos cadáveres"
(las anoréxicas que entonces abundaban) y que ser delgada
no la movía.
Compartió asimismo con ella, que sufría de
hambres intensas y, a veces, dolorosas. Pero, que las
recibía con gozo porque la mortificación y el
sufrimiento eran el sendero a Dios y a la salvación.
Astuta, como la profesional fuera, una vez citó a
Pamela un evangelio del Apóstol Lucas (10:7) que reza
así: "Y Jesús comandó: posad en aquella
misma casa, comiendo y bebiendo lo que os den…"
A lo que Pamela, sagazmente, replicó: "Velad y
orad, para que no entréis en tentación. El
espíritu, a la verdad, está dispuesto; pero la
carne es débil" Mateo (26:41).
Como parte de los esfuerzos a persuadir a
que la paciente comiera, el cura confesor — de la misma manera
que hicieran tantos vicarios quienes dirigieran espiritualmente a
Caterina de Siena, Teresa de Ávila, Marie d"Ognier y
tantas otras santas mujeres hace siglos — no pudo persuadir a
la niña a que cesara su ayuno.
Habiéndose desmayado una vez durante misa Pamela
ingresó a una unidad especializada para recibir
tratamiento.
ANTES "Dieta de agua y frutas"
DESPUÉS
El tratamiento fue prolongado y dificultoso necesitando varias
hospitalizaciones, el uso de la alimentación vía el
catéter nasogástrico y la psicoterapia
intensiva.
Desenlace
Hoy esta mujer se ha recuperado totalmente, es profesional con
especialidad en el derecho corporativo, está casada y es
madre de tres hijas normales.
Discusión
El problema diagnóstico en el caso de Pamela no fue
solamente entre la anorexia nervosa en su presentación
clásica y la "anorexia mirabilis" — de las santas
mujeres del período descrito por Bell en su libro — sino
que también hubo que considerar otra condición muy
cercana en apariencias, conocida como la cibofobia (véase
la bibliografía), la cual fuera descartada en principio y
la que Bell no considerara, aunque dudamos que fuera aplicable a
sus casos.
La paciente presentada no sufría de una necesidad de
controlar su entorno familiar con la restricción
calórica para ser más delgada, ya que
había logrado un confortable módico de
autonomía dentro de un medio ambiente que condujera a su
independencia de acción.
Nuestra paciente tampoco se amoldaba a los criterios
diagnósticos de la anorexia nervosa. Dejando solamente una
posibilidad, la de la "anorexia mirabilis, Siglo: XX".
Cibofobia
Coda
La anorexia nervosa es una enfermedad de actitud. Una actitud
de rechazo hacia la comida y sus efectos en la apariencia y el
sobrepeso, que hace caso omiso a la razón y que resiste
todo esfuerzo a cambiar sus comportamientos. Por ello muchas de
sus víctimas sucumben.
Asimismo, la anorexia nervosa no es un acto de
rebeldía, expresado por el ayuno en sus formas extremas,
por parte de sus víctimas para establecer una medida de
control sobre figuras en autoridad presumiblemente opresivas,
sino que es una "actividad" impuesta en sus atormentados por
fuerzas bio-socio-psicológicas muy intensas que
interfieren con el uso del buen juicio y el poder de los
instintos. (Véase: Larocca, F.E F and Stern J H:
EATING DISORDERS AND SELF-HELP IN MISSOURI, Missouri
Medicine, Dec. 1984, pp.764-773.)
De no ser así, existirían más casos y los
que existen eludirían la muerte.
En nuestra experiencia, las mujeres no escogen ser
anoréxicas, la anorexia las escoge a ellas. La enfermedad
siendo muchas veces anticipada por la cesación de los
períodos antes del comienzo de la dieta rigurosa,
lo que apunta en la dirección de factores
biológicos, posiblemente genéticos. (Véase
El Lavado del Cerebro y los cultos: El Modelo Tripartita y la
Neurociencia
(/trabajos66/lavado-cerebro/lavado-cerebro2?monosearch)
Para apuntalar las bases presuntas de la
existencia de factores orgánicos, basta recordar que la
evidencia continúa acumulando en el efecto tangible del
hambre de las anoréxicas en los centros cerebrales de la
aversión y el placer y de su influencia recíproca
en el comportamiento de las pacientes y de los productos de sus
gestaciones. (Véase asimismo: Larocca, FEF:
Concurrence of Turner's syndrome, anorexia nervosa, and mood
disorders: case report J Clin Psychiatry. 1985 Jul; 46
(7):296-7.)
Por su parte, "anorexia mirabilis" es terminología
desacertada ya que enfatiza indebidamente la abolición —
inexistente — del hambre y desestima la realidad de que el mal
de estas personas resultaba de un misticismo masoquista y
ascético extremo. (Véase: El duelo y la
Melancolía en
(/trabajos67/el-duelo-melancolia/el-duelo-melancolia2?monosearch)
La "auto-inanición mística" parecería ser
expresión más acertada para describirla.
Con esto terminamos de explicar nuestro caso, como dicen los
juristas en las cortes de la ley.
Advertencia
Pero, no compartamos esta categoría diagnóstica
con los arquitectos de DSM-V (siempre en búsqueda de
nuevas entidades que añadir a su manual) para que no
contemplen incluirla en la nueva nomenclatura, con otras
absurdidades ya proyectadas, como serán El
Síndrome de la Alienación Parental, y La
Adicción al Sexo, en la actualidad ambas
categorías siendo consideradas para inserción en su
nueva "Biblia de la psiquiatría."
(http://www.cbc.ca/thecurrent/episode/2011/05/17/parent-alienation-syndrome/)
Bibliografía
Young, JZ: (1968) Biology of the Brain AAAS
Bell, RM: (1985) Holy Anorexia U of Chicago Press
Larocca, FEF: (1984) AN INPATIENT MODEL
FOR THE TREATMENT OF EATING DISORDERS THE PSYCHIATRIC CLINICS
OF NORTH AMERICA Issue on Eating Disorders (7:2), W.B.
SaundersFeighner, JP et al: Diagnostic Criteria for Psychiatric
Research Arc Gen Psy 26 (1972) 57-63Larocca, FEF: La anorexia nervosa: La realidad y los
Hechos: Así hablan los expertos en
monografías.com. psikis.cl y el portal de la salud
Larocca FEF: La felicidad improbable. El
caso de Yolanda en monografías.com
Larocca, FEF: La Anhedonia, síntoma residual y
frecuente de algunas depresiones y de cómo tratarla en
monografías.com psikis.cl, elportaldelasalud.com
Larocca, FEF: Anorexia Nervosa
Atípica: Un Concepto Crítico, Habitualmente
Ignorado en monografías.com y psikis.cl
Larocca, FEF: Kraepelin, Freud, el Futuro
de la Psiquiatría y el Finale de DSM-ETC. ¿La casa
de naipes que Bob Spitzer construyó? en
monografías.com y en psikis.cl
Larocca, FEF: Auto mutilación — La
"cirugía" plástica del neolítico que sosiega
el ego en monografías.com y en psikis.cl
Larocca, FEF: El dilema de quienes dietan
en monografías.com
Cassell, DK & Larocca, FEF: (1994) The
Encyclopedia of Obesity and Eating Disorders Facts on File (p.
11)
Larocca, FEF (Ed): (1986) Eating Disorders
Jossey Bass (p. 87)
Larocca, FEF & Meermann, Rolf: (1989)
Anorexie und Bulimie die BASH Methode Verlag (p. 68)
Cibophobia:
http://phobias.about.com/od/phobiaslist/a/cibophobia.htm?p=1
Para un video interesante:
http://www.youtube.com/wa emmy von ntch?v=SWfiij2HltU
Apéndice
Anorexia Nervosa DSM-IV-TR 307.61
Criterios para el diagnóstico de
Anorexia Nervosa (DSM-IV)
A. Rechazo a mantener el peso corporal
igual o por encima del valor mínimo normal considerando la
edad y la talla (p. ej., pérdida de peso que da lugar a un
peso inferior al 85 % del esperable, o fracaso en conseguir el
aumento de peso normal durante el período de crecimiento,
dando como resultado un peso corporal inferior al 85 % del peso
esperable).
B. Miedo intenso a ganar peso o a
convertirse en obeso, incluso estando por debajo del peso
normal.
C. Alteración de la
percepción del peso o la silueta corporales,
exageración de su importancia en la autoevaluación
o negación del peligro que comporta el bajo peso
corporal.
D. En las mujeres pospuberales, presencia
de amenorrea; por ejemplo, ausencia de al menos tres ciclos
menstruales consecutivos. (Se considera que una mujer presenta
amenorrea cuando sus menstruaciones aparecen únicamente
con tratamientos hormonales, p. ej., con la administración
de estrógenos.)
Especificar el tipo: Tipo restrictivo:
durante el episodio de anorexia nerviosa, el individuo no recurre
regularmente a atracones o a purgas (p. ej., provocación
del vómito o uso excesivo de laxantes, diuréticos o
enemas) Tipo compulsivo/purgativo: durante el episodio de
anorexia nerviosa, el individuo recurre regularmente a atracones
o purgas (p. ej., provocación del vómito o uso
excesivo de laxantes, diuréticos o enemas).
Criterios de Feighner para la
clasificación de la anorexia nervosa:
1. Edad de inicio antes de los 25
años
2. Anorexia acompañada de una
pérdida de peso correspondiente por lo menos, al 25 % del
peso corporal original.
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