Género y poder, un
análisis necesario y digno de nuestros
tiempos
Nunca imaginé lo errada que estaba respecto del
término, de hecho todos los que no lo saben, lo
están, y lo peor es que se entiende así por
años…
Entiendo… para ser unas líneas
introductorias no tienen nada de esclarecedoras, por lo que
comenzaré definiendo el término
(género).
El género, es una palabra que ha sido utilizada
por años como sinónimo de sexo lo cual no es lo
correcto, ya que son conceptos distintos, de hecho a más
de alguien le ha pasado que ha completado algún formulario
donde se le exige establecer su género (haciendo
alusión a género femenino ó masculino), pero
este concepto va mucho más allá de eso, porque
corresponde a una construcción cultural de las diferencias
sexuales. Dicho en otras palabras el género es el conjunto
de características, conductas y lo que es esperado de cada
sexo, o sea características correspondientes a lo femenino
y masculino dependiendo del sexo que el sujeto tenga.
El género a mi parecer ha ido ampliándose
en su concepto, aunque también hay muchos componentes de
este que se han mantenido de generación en
generación, esto debido al proceso de la
endoculturación y por otro lado a las nuevas corrientes de
pensamiento, ya que lo que se espera, o lo que corresponde a una
mujer por ejemplo, no es lo mismo que lo que se esperaba de ella
hace 20 años atrás. Hoy en día todo ha
tenido cierta evolución, y digo cierta, por que en algunas
culturas (sin intención de juzgar) y aun en la chilena
seguimos teniendo patrones de conducta que nos rigen en el actuar
y en el manejar de nuestra vida como hombres o
mujeres.
Desde pequeños es que nos hemos ido creando en
nuestro deber ser. Si no, deténganse un instante y
verán que ya esto es observable en un pequeño pero
gran detalle; la elección de la primera muda de un
recién nacido, no es algo muy complejo de analizar, ya que
si es varón se le pondrá un traje celeste y si es
mujer uno de color rosa, este acto podría analizarlo desde
la perspectiva de que el rosado es de más delicadeza y un
color más suave para la mujer, pero ¿por qué
hago esta distinción si el bebé al nacer tiene los
mismos riesgos como ser indefenso independientemente de ser
hombre o mujer?.
Analicemos esta pregunta de la siguiente forma:
Anteriormente utilicé el color rosado y el celeste como
alternativa para vestir a un bebé recién nacido,
pero detengámonos en el color rosado, al cual le
proporcioné adjetivos calificativos como de delicadeza,
pureza, suavidad, etc., y además utilizado en un
bebé de sexo femenino, pero ¿qué ocurre
cuando este traje puede estarse utilizando con otra
connotación?, referido a la debilidad, al dolor, al de ser
inferior, y en cambio el celeste esté fundado bajo la
noción de fuerza, poder y autoridad. Si bien este es un
acto más que cotidiano, y por lo mismo es que ya
está integrado como componente de nuestra cultura, pero de
la misma forma es que desde ese entonces reconocemos ser
diferentes entre hombres y mujeres, y esto mas allá de las
diferencias sexuales o biológicas, sino de algo subjetivo
que pesa bastante sobre el futuro.
Bueno quien podría analizar todo eso en un
momento tan especial como ese, pero es digno de nuestras
generaciones plantearnos el por qué de las cosas y como
esto influye en nuestro pasar por el mundo, de lo contrario
viviremos siempre por vivir y bajo el alero de lo que la sociedad
espere de nosotros y no de lo que nosotros esperamos de nosotros
mismos, como el ejemplo de la elección entre el traje
celeste y el rosa.
Antes de aventurarme a seguir en esta ruta de las
relaciones existentes entre género y poder debo hacer
hincapié al concepto de sexo, ya que lo mencioné
anteriormente. Éste, en este contexto está
más bien referido a las diferencias biológicas y
naturales que tenemos los seres humanos y no a la relación
intima entre hombre y mujer para concebir un hijo o por
satisfacción.
De esta forma es que se puede decir con precisión
que el sexo está determinado por las
características genéticas, hormonales y
físicas que los seres humanos poseen. Por otro lado
debemos reconocer que debido a estas diferencias
biológicas, también son reconocidas otras
diferencias que acompañan los modos de actuar de cada
sexo, me refiero aquí, a lo siguiente;
Cuando nacemos tenemos dos posibilidades sexuales, las
de ser hombre o mujer, pero luego con el pasar de los
días, meses, años, se van integrando formas de
actuar referente a nuestro sexo, ya que si eres niña, te
compraran muñecas, peines, tasitas, etc., y si eres hombre
te añadirán la utilización de pelotas de
futbol, autos, robots, y otros.
Por lo tanto lo que intento decir con este ejemplo es
que cada persona nace con determinadas características
biológicas o sexuales, pero luego de reconocido esto se
les van asignando determinadas actividades, roles, valores, etc.,
que al final nos van diferenciando unos con otros respecto de las
tareas que deben ser cumplidas por hombres y mujeres, y en muchos
casos realizando exclusivamente las establecidas.
Pero volvamos al género, ya que hemos echado un
vistazo por su concepto en general pero aun no hemos entrado a
distinguir o afirmar relaciones existentes entre el género
mismo y el poder.
Quiero poner énfasis en esto cuando me refiero a
poder lo hago en toda la amplitud del término, no referido
específicamente a la política, ya que no es
necesario estar inmerso en ella para ejercer algún tipo de
poder. El poder según el diccionario de la real academia
española es (en resumidas cuentas) el dominio o influencia
que se tiene sobre alguna cosa.
Entonces ya logrando comprender el término, es
que podemos aventurarnos a analizar algunos aspectos que se han
visto influidos por la relación existente entre
género y poder, y pongo de manifiesto una relación
por que no es un misterio que tanto como hombres como mujeres nos
veamos de alguna u otra manera pasados a llevar por el
género opuesto en alguna situación donde tengamos
que ejercer un tipo de poder.
Recuerdo que cuando ganó las elecciones de Chile
la candidata Michelle Bachelet, sentí una alegría
en mi interior inexplicable, ya que me sentí identificada
y valorada como si yo estuviera en su lugar, sentí una
satisfacción que se condice con esas ganas de demostrar lo
buena que somos en lo que hacemos, aunque de forma diferente a la
que acostumbramos, porque ella si se hizo notar, alzó la
voz, los brazos, y promesas, pero promesas no alejadas de la
realidad, sino cosas que en un futuro no muy lejano
podrían ser palpables por todos los chilenos, a diferencia
de la mayoría que siempre somos la admiración de
algunos pero ojala de algunos pocos, "porque hay que ser
humildes"…
Que erradas que estamos; cuando podríamos ser las
mejores relacionadoras públicas, las mejores jefas de
proyectos, planes y programas, y no por eso dejaríamos de
ser buenas madres, hijas o esposas.
Es que tenemos tan internalizado "nuestros roles", que
resulta difícil escapar de ellos y darle otro enfoque a
nuestras vidas. Nos cuesta tanto sacarnos nuestro papel de hija,
madre, esposa, etc., que nos olvidamos de vivir para nosotras
mismas, al final vivimos para cumplir y cumplirle a quien, a un
tercero que por años no ha sabido valorar lo dotada de
todo que esta una mujer, lo grandiosa que es por concebir hijos,
traerlos al mundo, criarlos, cuidarlos y aun sin la ayuda de
nadie, es impresionante lo capaz que es una mujer para realizar
cualquier labor, y lo resiliente que es para resistir la
pérdida de un familiar, el abandono de la pareja, el estar
sin trabajo etc.
Con todo lo anterior y más una mujer es capaz de
salir adelante luchar por ella e hijos y no correr a una
botillería cercana y beber por meses como si todo lo que
ha construido no valiera de nada. Puede ser radical mi
expresión pero estoy tratando de generalizar ya que se que
existen muchas mujeres que si hacen lo ultimo mencionada,
así como existen hombres que hacen lo mismo con sus hijos
y vidas, pero esto es la minoría, y lamentablemente pienso
que esto se da porque nosotras, si nosotras como mujeres hemos
permitido que ocurra esto. Siempre recuerdo las frases de una
persona muy especial para mí que dijo << porque
tenemos que agradecerles que laven la loza acaso eso no lo
hacemos todos los días y nadie nos aplaude por
aquello<<.
Esa expresión caló muy hondo en mi
pensamiento, ya que la he escuchado en reiteradas ocasiones:
"Gracias por ayudarme", "No, yo no tengo nada que decir él
me ayuda en los quehaceres de la casa", "Le saco el sombrero a mi
marido como padre", será que utilizamos estas frases
porque a los hombres que tenemos los comparamos con otros y
éstos otros no realizan ninguna de estas
actividades.
Quizás esa sea la razón quien sabe, pero
no hay algo que más me desagrade que decir "ayuda", no
puedo apreciar esa palabra, porque siento que doy pie para hacer
una distinción entre lo que yo hago y lo que debe hacer un
hombre, me molesta siento que no va al caso, por lo menos en
estos tiempos donde la comunicación, información y
otros, ya están al alcance de todos (o por lo menos de
muchos). Es que no me puedo sacar el sombrero por ver a un hombre
secando la loza y decir: "gracias por ayudarme", porque acaso
¿él nunca se había dado cuenta que yo lavaba
la losa todos los días? Un hombre solo se da cuenta lo
extenuante que es hacerse cargo del hogar cuando lo hace,
mientras tanto solo seguirán siendo sus actitudes
simplemente paleativas o de "ayuda".
La diferencia de géneros en cuanto a poder se
limita tanto a lo que es perteneciente o propio a cada sexo, que
resulta difícil, tratar de ampliar la mentalidad de muchos
que se han criado, formado y culturizado bajo estos
estándares.
De hecho es común ver como hombres se hacen cargo
de muchas empresas a diferencia de la mujer que en muchas
ocasiones se le ve negada esa oportunidad de ejercer alguna
jefatura en una empresa debido a que ésta posee más
riesgos que un hombre, me refiero a riesgos por ejemplo: la mujer
se embaraza, tiene más tendencia a tener problemas de
salud, prioriza más la familia, por lo cual está
sujeta a cualquier eventualidad familiar, donde se tendrá
que ausentar, etc., estas son algunas razones que se dan de
manifiesto en reportajes referidos a esta temática
tratada.
¿Tiene que ver con discriminación o es
algo que exclusivamente pasa por el sexo?, esto es difícil
de responder sin hacer un análisis profundo del tema,
aunque a mi juicio hay una relación profunda entre ambos,
porque no podríamos hablar de "diferencia de
géneros" sin estar hablando de discriminación,
hacemos esta diferencia entre lo que es propio de las mujeres y
lo que es propio de los hombres y además de estos le damos
connotaciones especiales a cada una, de modo que al encontrarse
estas actividades al reverso la persona del sexo que no
esté realizando su rol será juzgada. Es por esto
que a mi parecer el tema está referido a las dos partes,
ya que se reconoce una diferencia y consigo una
discriminación entre lo que corresponde a cada
sexo.
El género es algo que se ha estudiado por
distintas disciplinas, y de hecho en cuanto a lo teórico
han habido bastantes avances, existen libros de
antropología, sociología y de hasta otras ramas
ajenas a lo social que han escrito sobre ello y han llegado a
conclusiones que para mi gusto son bien acertadas, o bien
cercanas a realidad.
Recolectando información llegué a una que
me llamó de sobremanera la atención, esta
corresponde a un seminario titulado "genero en el poder", en el
cual se expresa que la autonomía sobre el cuerpo y la
mente es fundamental para superar la subordinación, sobre
la cual existe marginación, discriminación y una
serie de hechos que van en desventaja y en desmedro del
género femenino.
Lo mencionado se expresa de forma clara en el libro
"antropología sociocultural" de Marvin Harris. En
él aparecen distintas culturas que están en boga
debido a su estructura familiar, a sus roles sexuales,
producción, entre otros temas tratados, pero en uno de los
capítulos (aunque en gran parte del libro se pueden
apreciar las diferencias entre géneros), se hace
alusión al sometimiento vivido por las mujeres producto
del poder adquirido por los hombres, poder que fue traspasado de
generación en generación, en otros casos se ve como
hay una sugestión debido a que se decía que la
mujer no podía ejercer cargos de autoridad, ya que
menstruaba y con esto perdía capacidad
intelectual.
Por otra parte a las mujeres se les marginaba de todo
una vez que se embarazaban, se les trataba de sucias, de
infecciosas, entre otras denominaciones que las a comprender que
lo que vivían era algo normal y que debía de ser
respetado como norma cultural y perteneciente a esa
sociedad.
Además de esto se puede apreciar como hay una
preparación por parte de los hombres adultos para con los
jóvenes en cuanto al tema del aprendizaje del poder, del
conocimiento y del liderazgo en sí.
Otra cosa que para mí es un detalle muy
importante y digno de destacar, es que en el libro de Marvin
Harris sólo en una ocasión se hace referencia de la
importancia que tiene la mujer para los hombres, y esto no porque
lo haya querido mencionar, sino que únicamente en esa
cultura de demostraba esa admiración por la mujer,
ahí se destaca su poder para generar redes, su liderazgo
entre otras características, además se mencionaba
que los hombres no concebían la vida sin ellas.
¿Será que somos tan poco influyentes para
ellos que no conseguimos un lugar más alto dentro de sus
prioridades y admiraciones?, o puede ser que nos vean con tanto
temor frente a la competencia que su carta máxima sea que
no se extinga jamás el machismo, la discriminación,
y esa supremacía con la que ven a las mujeres.
Hasta el momento se han podido establecer claros
vínculos entre los que es el poder con el género,
aunque hemos podido percibir como este (poder) está mucho
más lejano al género femenino que al masculino,
debido a una serie de factores. Por otro lado, de qué
manera debemos combatir esto, hay solución o no la
hay.
Creo con mis diecinueve años que la
solución esta en que como mujer nos demos nuestro lugar,
que no permitamos que las diferencias que nuestros antepasados
impusieron en nuestro camino sean un impedimento para nuestro
desarrollo como personas, que luchemos por nuestro ideales
así como los hombres lo han hecho, y que no nos permitamos
jamás que nos bajen el perfil por nuestras
labores.
Hay un tema que nunca he logrado comprender y es el tema
de la pastilla del día después, de ella se ha
hablado tanto que ya ni siquiera es un tema tan tabú como
hace años atrás, se reniega de ella debido a sus
componentes abortivos, la iglesia se opone, la medicina en su
gran mayoría, familias enteras, etc. Pero en su
mayoría hombres y yo me he puesto a pensar que saben ellos
si nunca han tenido un bebe en su vientre, es mas muchos
sacerdotes, en su vida se han relacionado sexualmente con una
mujer, por lo cual con qué derecho hacen fórum
sobre el tema y lo discuten sin ninguna opinión
femenina.
Es algo muy injusto y que afecta a muchas mujeres de
nuestro país, por el hecho de que hay bastantes mujeres,
niñas y adolescentes que han sido vulneradas de sus
derechos o violadas y que debido a ello han tenido que cargas
más aun con un hijo de un progenitor forzoso, por lo que
aparte de ser un hijo no deseado, es un daño emocional
profundo para una mujer que no desea ese bebé, y con el
tema de la píldora del día después se le
está negando una posibilidad de desarrollo a esa mujer,
por lo cual entiendo la postura de los religiosos, pero en un
caso de estos es tan difícil cuestionar si no estamos en
el caso, además ¿cómo defendemos esa postura
si nunca hemos sido padres?.
Hay tantas dudas que van quedando en retina de nuestro
caudal de pensamientos que siento que estamos tan conformes con
cualquier solución rápida que no nos dedicamos ni
un minuto mas allá a pensar, meditas y cuestionar lo que
sucede en nuestro alrededor y vida propia, y al final cuando nos
damos cuenta todo ya está encima no hay nada más
que hacer que adaptarse, sonreírle al mundo y decir con
dicha soy mujer.
Hay otro ejemplo muy claro también donde se ve
reflejada esta lucha o diferencia de género en cuanto a
las oportunidades de adquirir poder como lo es uno muy
doméstico. Se trata del jefe de hogar, sabemos que este se
selecciona de acuerdo a quien da el sustento en el hogar, pero
creo que no solo yo conozco muchos casos en los cuales quien
aporta monetaria y afectivamente en la casa es la mujer y el
marido se lleva los atributos de jefe de hogar en la ficha de
protección social, en el almuerzo familiar y en la
pichanga con los amigos, mientras que quien sale a trabajar para
mantener la familia es la mujer.
Debido a lo tratado es que discrepo de manera muy
frecuente sobre este tema, ya que no concibo comprender este
fenómeno, le llamo sinvergüencería, falta de
criterio, abuso, cómo. Claro está que esto ocurre
recurrentemente.
También tenemos conocimiento de que han aumentado
las jefas de hogar en campamentos mayoritariamente, de hecho son
ellas quienes se encargan de organizarse como munidad y levantar
comités de viviendas y de habilitación social, pero
esto no solo se da en campamentos, sino en muchas comunidades,
pero por el hecho de reconocer a un hombre en la casa
inmediatamente se les reconoce como jefes del hogar
¿Qué pasa con las mujeres? ¿hemos perdido
carácter o quizás nunca lo hemos tenido? , claro
que contamos con ello sino de que forma mantendríamos una
familia, los estudios, el trabajo y mas encima momentos de
esparcimiento, lo que pasa es que nos hemos conformado con lo que
ya está estipulado por la sociedad y nos hemos moldeado de
tal manera que cualquier irregularidad que se nos presente solo
por el hecho de no querer nadar contra la corriente no vamos a
intentar nada como para cambiarlo.
Finalmente la relación entre genero y poder es
total y nos mantiene como mujeres en desventaja pero no lejos de
él, ya que poco a poco hemos ido rompiendo barreras y
esquemas que venían desde hace muchos años, pero
que hoy la mujer no está dispuesta a aceptar, o hemos
reconocido nuestros dotes multifacéticos y nuestra fuerza
luchadora por lo que puedo decir que seguiremos avanzando para
tratar que este mundo reconozca diferencias entre los sexos pero
no desventajas entre los géneros, que los dos son
complementarios y que se necesitan mutuamente para existir, hoy y
siempre.
Bibliografía
Conrad Phillip Kottak. Antropología Cultural
– undécima ediciónIsabel Rauber. Género y poder
http://www.oei.es/salactsi/sedeno2.htm
http://www.eluniversitario.ues.edu.sv/genero.una.relacion.de.poder&Itemid=55
Autor:
Gabriela Rosas Torres