- Introducción
- La
anorexia nervosa: ¿Una condición
sexista? - Cuando
la anorexia nervosa sobreviene en los
varones - Un
Artista del Hambre por Franz Kafka
(1883-1924) - Nuestro interés en la anorexia del sexo
masculino - La
anorexia nervosa en el sexo masculino - Lord
Byron: Prototipo de la Anorexia Nervosa en el
Hombre - La
Bulimia Nervosa en el hombre - Aquí introducimos a Carlos: La anorexia
nervosa en los hombres… - La
bulimia nervosa masculina - Discusión
- En
resumen - Bibliografía
- Apéndices
Introducción
Los trastornos del comer se han estudiado,
tradicionalmente, como condiciones, esencialmente peculiares al
sexo femenino.
Proceder de esta manera sesgada en
sí no es algo nuevo, ya que desde los tiempos de
Hipócrates el mismo ha sido el destino asignado a la
histeria, cuyo nombre deriva del órgano del embarazo:
"útero."
Por razones idénticas los hombres se
excluyen de calificar para el diagnóstico de ambas
condiciones.
Veamos la razón
Los dos sexos, históricamente, se
han considerado organizaciones biológicas y
psicológicas esencialmente diferentes y, por tanto,
sujetos a condiciones especiales que los caracterizan y que,
asimismo, los separan.
La anorexia
nervosa: ¿Una condición sexista?
Ambas, la anorexia nervosa en la mujer pos
puberal, por su concordancia con el retorno de la hembra
generativa a una caricatura pre pubescente. O cuando ésta
aparece antes de que estos cambios ocurran — interfiriendo con
el desarrollo completo de la metamorfosis sexual de la
niña en su crecimiento — se consideran,
dinámicamente, como gestos de independencia o
rebelión feminista, por parte de sus víctimas, para
interferir con la madurez psicosexual.
Lo que, aunque — como explicación
— posee apariencias seductivas; no es, necesariamente, cierto,
ni se ha establecido.
Cuando cae enferma con esta
condición, la anoréxica se deteriora emocional y
físicamente, perdiendo (o evadiendo) sus períodos
menstruales mientras sufre una atrofia o arresto en el desarrollo
de las características sexuales secundarias.
Siendo palmaria e indisimulable en el sexo
femenino, la enfermedad (si enfermedad es de lo que aquí
se trata) atrae la atención negativa de quienes se asocian
íntimamente con la anoréxica de cualquier
edad.
Con los hombres, no es lo mismo, ni es
igual…
Cambios puberales
Cuando la
anorexia nervosa sobreviene en los varones
Si ésta aparece antes del comienzo
de la pubertad, resulta muy difícil de detectar, porque
los jóvenes, en su desarrollo físico, a menudo
manifiestan dilaciones de crecimiento y delgadeces marcadas que
se consideran parte del ámbito de lo
común.
Generalmente esta demora del progreso se
remedia de modo espontáneo como resultado de una
aceleración imprevista del proceso del crecimiento normal,
que todo lo equilibra.
Si aparece luego de la compleción de
la pubescencia — como adelante veremos — pocas veces es causa
de la misma consternación que ésta ocasiona en la
hembra.
Parece ser como si el hombre delgado, por
naturaleza, no despierta el interés adverso que suscita la
mujer muy flaca.
En su obra (Competing with the
Sylph…) el médico/danseur Lawrence M
Vincent describe las agonías que toleran las bailadoras de
ballet, para lograr ser etéreas en su constitución,
lo que ansían para no agobiar sus homólogos
masculinos con la tribulación de tener que levantar una
carga muy pesada.
Por ello se someten a los sacrificios
derivados de las restricciones dietéticas y al uso de los
remedios para no engordar.
Ilustración de Un Artista
del Hambre
Histórica y culturalmente, le ha
tocado mayormente a la mujer someter sus cuerpos a torturas
indescriptibles para logar la aceptación social de ser
atractivas.
Con escasa evidencia aparente para
justificarlo, la anorexia y la bulimia nervosas,
acompañadas por la enfermedad del dietar, culturalmente,
se consideran enfermedades de la mujer, por la mujer y para la
mujer…
Como asunto de interés general, la
anorexia nervosa actualmente representa el modelo
paradigmático de los trastornos del comer, seguida por la
bulimia. Como huella histórica indeleble, es que ambas
condiciones se hicieron populares como "las epidemias de los
años sesentas" durante el siglo pasado.
Muchas mujeres, la mayoría de entre
ellas, conocidas por ser parte del ambiente artístico de
aquellos tiempos, prestamente aprovecharon acceso a publicidad
gratuita, ofreciendo sus nombres e historias personales
(fidedignas o apócrifas) de anorexia/bulímicas a
todos los programas televisivos que las aceptaran.
A mí me tocaría el dudoso
"honor" de aparecer (entre otros programas) con Debby Boone (la
hija de Pat) en el espacio de entrevistas de Sally Jesse
Raphael.
Entonces, la travestía del prototipo
diagnóstico de la anorexia pudo haberse reducido a ser
mujer joven, siempre lista a revelarlo todo (preferiblemente los
detalles más morbosos) acerca de su "enfermedad" ante una
audiencia nacional (Jane Fonda, bien lo ejemplificó, como
siempre acostumbra, cuando de publicidad se trata.)
Por lo mencionado, quienes hayan
leído estas palabras, han sido introducidos al narcisismo
patológico (NP) con sus tendencias
histéricas/histriónicas. Las que tendremos
oportunidad de encontrar más adelante en esta
lección.
La bulimia, por su parte,
transcurrió un derrotero distinto, aprovechando la
oportunidad de un impulso gratis en el vagón de la
anorexia, cuando fuera reconocida, casi al unísono, por el
Profesor Gerald Russell (1979) en Inglaterra y descrita, como
"bulimarexia" por Marlene Boskind-Lodahl (1976) en
América. (La última designación sería
objeto de reproche por parte de Hilde Bruch, quien la
rubricaría, justamente, como "una atrocidad de la
nomenclatura.")
Prosiguiendo
La descripción de la anorexia
nervosa en personas del sexo masculino tiene antecedentes
históricos muy definidos aunque éstos sean
estereotípicos.
Como ilustración examinemos una
reseña ficticia, pero con matices de autenticidad,
extraída del género literario.
Un Artista del
Hambre por Franz Kafka (1883-1924)
Un artista del hambre
moderno
En su relato, Un Artista del
Hambre, publicado póstumo a su muerte, el renombrado
autor, Franz Kafka, desarrolla el tema sentimental de la vida
precaria de un ayunador profesional. Personaje quien a la vez
fuera, anoréxico atípico — por ser hombre — y
circunstancial, por las realidades que permearan su
situación para soslayar la gordura.
En el cuento — fehaciente, en aspectos
del familiar cuadro clínico de la anorexia — el autor
nos introduce a un "profesional", cuya ocupación consiste
en incitar la curiosidad de los asistentes a un
espectáculo circense, exhibiendo sus deformidades, como
los circos itinerantes de arena solieran hacer como parte de sus
programas en épocas pasadas.
La asignación especial del
protagonista de esta historia, consistía en ostentar sus
estigmas de persona contrahecha (en su caso, mostrar evidencia de
la inanición extrema), para despertar, y a la vez
satisfacer, curiosidad morbosa en quienes lo observaran en su
jaula.
Debido a la recepción
entusiástica de su exposición, el ayunador, se
muestra orondo de su exagerada y, grotesca, flacura (sentimiento
que las anoréxicas actuales, comparten con profunda
pasión.)
"Yo seré la mujer más
flaca del cementerio donde me entierren…" Aseveraba
Linda en defensa de su escualidez.
(http://www.monografias.com/trabajos48/bulimia-centrante/bulimia-centrante)
En el relato, el ayunador, se
empeña, cada vez más, y, con la mejor de las
prestezas, en lucir progresivamente más cadavérico,
para provocar, con mayor intensidad, el sobrecogimiento en
quienes fueran testigos de los efectos devastadores en un ser
humano, del ayuno prolongado y de la caquexia
resultante.
Así pagarían más para
verlo…
Esta forma de mortificación extrema
— como la automutilación y los comportamientos
parasuicidas — por ser contraintuitiva, universalmente,
despierta curiosidad malsana.
Es como si fuera la experiencia de ver un
muerto en vida, como Dracula o Frankenstein. Uno de entre
nosotros que rehúsa los placeres del comer, como nos son
conocidos — mucho por el estilo de las santas flagelantes de
las edades medias.
Algo repulsivo, pero digno de apreciar
(mientras merendamos) para con otros, más adelante,
compartirlo con paradójica fruición.
Para salvaguardar su posición
"privilegiada". El artista resguarda, del escrutinio de sus
críticos, las obstinadas resistencias que despliega contra
ingerir alimento alguno, por temor a que éstos les hagan
ganar de peso. Lo que, para él es preciso prevenir, para
no correr el riesgo de dejar de lucir extremadamente marchito.
Porque el último detalle representa requisito necesario,
si es que desea que su acto continúe formando parte del
programa de atracciones del circo que, a la sazón,
exhibiera su cuerpo desgastado.
El diálogo que, a
continuación reproducimos, expresa los sentimientos del
"ayunador" (el único nombre por el cual es conocido en la
trama de la historieta):
"-Había deseado toda la vida que
admiraran mi resistencia al hambre -dijo el
ayunador.
"-Y la admiramos -repúsole el
inspector.
"-Pero no deberían admirarla
-dijo el ayunador.
"-Bueno, pues entonces no la
admiraremos -dijo el inspector-; pero ¿por qué no
debemos admirarte?
"-Porque me es forzoso ayunar, no puedo
evitarlo -dijo el ayunador.
"-Eso ya se ve -dijo el inspector-;
pero ¿por qué no puedes evitarlo?
"-Porque -dijo el artista del hambre
levantando un poco la cabeza y hablando en la misma oreja del
inspector para que no se perdieran sus palabras, con labios
alargados como si fuera a dar un beso-, porque no pude encontrar
comida que me gustara. Si la hubiera encontrado, puedes creerlo,
no habría hecho ningún cumplido y me habría
hartado como tú y como todos." (Kafka, F: Un
artista del Hambre — Ein Hungerkünstler —
Kindle Edition.)
Cuando se leen las últimas palabras
del Artista, se evocan las mismas racionalizaciones que motivan a
todos quienes son víctimas de la anorexia
nervosa. (Para un video interesante acerca de esta historia,
visiten: http://www.youtube.com/watch?v=1_Svo3MH9cc)
Prosigamos
Nuestro
interés en la anorexia del sexo
masculino
En nuestro medio, sería de esperarse
que, en una clínica especializada, como la nuestra, que
entre nuestra población de pacientes activos (en la que
casi todos fueran mujeres) se contarían algunos
hombres.
Lo que, en efecto, así
sería.
Nuestro propósito, en esta
lección es el de desarrollar una exégesis de la
fenomenología de los trastornos del comer en el sexo
masculino, limitando su ámbito a cómo la anorexia y
la bulimia nervosas aparecen y se manifiestan en este
género, para tratar de entender las características
únicas que a ambas las deslindan de sus análogas en
la mujer.
La anorexia mercadeada
Comenzaremos esta exposición con
la descripción de la anorexia nervosa en los
hombres.
La anorexia
nervosa en el sexo masculino
Esta condición fue descrita en
hombres por Morton y Gull en sus artículos seminales,
cuando ambos describieran, de modo independiente, la anorexia
nervosa en los años 1694 y 1894 respectivamente. Lo que
significa que, desde que la anorexia fuese definida, la
presentación masculina no fue considerada
extraordinaria.
En tiempos recientes, varones
anoréxicos — de acuerdo a ciertos estudios —
representarían un 6% de todos los casos de la anorexia
nervosa en cualquier clínica especializándose en el
tratamiento de estos trastornos del comer.
Valor estadístico, este
último, que refleja una tendencia generalizada
Como entidad diagnóstica, la
anorexia en el "sexo fuerte" puede que sea subestimada, porque,
como es el caso con muchos facultativos, y aun en el de los
mismos pacientes, una mayoría de ellos actualmente no
están al tanto del hecho de que la condición puede
presentarse en ambos sexos.
Características en el
hombre
La edad media para el comienzo de los
síntomas se ha considerado que se extiende entre los 17 y
los veinticuatro años de edad, lo que es inconsistente con
nuestros hallazgos. Donde las edades comprenden, entre los 9 y
los 23 años.
Algunos investigadores concurren en que, en
una mayoría de los ejemplos reportados en el género
masculino, la condición fue precedida por un
período de obesidad.
El estado socioeconómico descrito en
varias publicaciones tampoco es consistente, ya que en algunos
casos se revela una tendencia a que estos pacientes provengan de
clases medias altas — similares a lo descrito en las mujeres
— mientras que otros investigadores la reportan en grupos de
clases sociales con restricciones económicas.
En su presentación clínica,
las anorexias difieren entre los géneros.
Primero, es la cesación, para muchos
diagnóstica, de los períodos. Luego es que los
varones son físicamente más activos, reportan menos
incertidumbre sexual, exhiben pocos episodios bulímicos,
admiten a menos ocurrencias de vómito o abuso de laxantes,
y, en inventarios de la personalidad, éstos indican mayor
preocupación con el peso y la comida, deseos de avanzar en
sus propósitos personales, y reportan malestares
físicos con asiduidad. (Recordemos que el ilustre Sydenham
afirmaba que la histeria en las mujeres era la hipocondriasis de
los hombres.) (Pica o Alotrofagia: Una Enfermedad Mental por
Antonomasia en monografías.com)
En los anoréxicos, se postula que
cambios endócrinos (resultados de la disminución de
los niveles de la testosterona) pueden tener un rol en la
atenuación de las pulsiones sexuales, lo que asimismo
pudiera ser consistente con la inhibición de las defensas
fisiológicas.
Entre los varones, ciertos grupos de
individuos se reportan con mayor frecuencia:
Corredores de maratones
Patinadores consuetudinarios
Corredores habituales
(joggers)Nadadores competitivos
Bailadores de ballet
Profesionales pertenecientes a
servicios uniformadosModelos y
Actores
Entre otros
En los corredores de maratones, se ha
detectado una tendencia a perder libras en cantidades mayores de
las que se consideran acostumbradas en el sexo
femenino.
Entre estos últimos, muchos
demuestran una preocupación exagerada con mantener un IMC
de 18 o más bajo — a pesar de reconocer — de manera
sensata que este valor no es saludable.
De acuerdo a muchos investigadores, los
anoréxicos del sexo masculino, demuestran una
predisposición muy alta hacia la exhibición de
rasgos esquizoides/introvertidos, obsesivos, pasivo/dependientes
y aun indicaciones de tendencias antisociales.
Por contraste, las anoréxicas, en
los mismos estudios, manifiestan un mayor porcentaje de
estructuras psicológicas distorsionadas como son:
tendencias miméticas/as if,
inmaduras/indiferenciadas, histérico/histriónicas
(como anteriormente mencionáramos), propensiones
antisociales, y predisposiciones esquizoides/introvertidas. Las
últimas se manifiestan tan sólo en una
proporción muy baja de los casos estudiados.
Lord Byron
La etiología, como bien sabemos,
permanece ignota en ambos géneros.
Otros factores descritos en el sexo
masculino, son la existencia de una confusión marcada en
la orientación psicosexual, ya que es natural que los
individuos de esta constitución genérica, deseen
ser musculosos y, en apariencias, corpulentos, en contraste con
las hembras que tienden a desear una figura delicada, vulnerable,
gentil y frágil.
A los anoréxicos la idea de
proyectar la imagen del macho fornido, los aterra.
Por las razones enunciadas, los
investigadores han descrito que los anoréxicos
experimentan mayor aislamiento social, menor actividad sexual, y
sentimientos de homosexualidad latente conflictiva, ya que, en
apariencias, se apartan del "ideal físico" que se
relaciona con la identidad característica que los define
como "machos."
Acerca de lo último, muchos autores
han formulado la idea de que la presión sociocultural que
incita el varón homosexual a que éste sea muy
delgado, representa un riesgo adicional para que ellos caigan
víctimas de los trastornos del comer aquí bajo
consideración.
De igual manera, factores
inespecíficos, de, supuestos, índoles
intrapsíquicos pueden promover la asociación de la
homosexualidad con la anorexia en el hombre, lo que permanece en
duda.
Muchos de los anoréxicos reportados
en la literatura comparten los miedos al sobrepeso
característicos de sus homólogos femeninos,
mientras que se apartan de ellas, en que tratan de disimular
estas tendencias.
Percy Shelley
Eventos precipitantes de la
condición suelen ser aleatorios, como es el divorcio entre
los padres, mudarse a un sitio distante para proseguir estudios
universitarios, aumento de responsabilidad laboral, ser obeso, o
la enfermedad de un familiar cercano.
Trastornos glandulares presentes antes del
tratamiento, incluyen:
Reducción en los niveles de la
testosterona y las gonadotrofinasLa presencia de una infertilidad
secundariaImpotencia genital con anorgasmia o
eyaculación precozLa depresión de la médula
ósea (en casos severos)Además, pueden coexistir otras
anormalidades metabólicas asociadas cuando se reporta
el vómito auto inducido o el uso de enemas, como
sería la alcalosis hipocaliémica, como
complicación.
Lord Byron:
Prototipo de la Anorexia Nervosa en el Hombre
De acuerdo a algunos psiquiatras, el
celebrado poeta romántico inglés Lord Byron
(1788-1824) se cree que fuera víctima de la anorexia
nervosa, propulsado por su temor a la gordura y por sentimientos
auto-destructivos que existieran por toda su
existencia.
Claire Clairmont
Un análisis de su correspondencia
revela que su IMC oscilaba entre 30 (obeso) y 19 (peso por debajo
de lo saludable), sospechando que el último estimado pudo
haber sido considerablemente mucho más bajo.
Aparentemente, en aquellos tiempos, los
cambios físicos de la anorexia en el hombre, no eran
mirados muy críticamente y que, por tanto, los
biógrafos no hicieron muchos aspavientos de la
emaciación aparente de Byron, cuando éste luciera
demacrado.
Nuestro difunto colega y, en vida, buen
amigo, el Profesor Arthur Crisp (autoridad mundial en los
trastornos del comer) expresó, durante una conferencia
ante el Royal College of Psychiatry, que Byron
sufrió de un caso severo de la Anorexia nervosa, y que
fuera creativo, exclusivamente, durante sus períodos de
inanición autoimpuesta.
Persona contenciosa
George Gordon Byron, autor de La
Peregrinación de Childe Harold, y del famoso poema
satírico Don Juan, fue caracterizado por quienes
lo conocieran como "[hombre] irascible, malevolente y
desagradable de tratar". Además de "ser individuo
reconocido por su hábito de querer seducir cualquier
persona, de cualquier orientación sexual, siempre que
ésta estuviese dotada con un latido cardíaco
funcional."
Un ejemplo digno de
emulación
Pero, los problemas del poeta con los
apetitos no fueron meramente sexuales.
Un artículo escrito por el Profesor
JH Baron, publicado en el British Medical Journal,
describe las variaciones de peso en Byron como oscilando entre
las 202 y las 132 lb.
Mary Shelley, esposa de Percy, y
autora de Frankenstein
Como indicación del goce que el
bardo derivara de sus pérdidas de peso, éste
confiaría a un amigo por correspondencia: "¿No
crees que luzco más delgado? Estoy tan flaco como un
esqueleto — más delgado que cuando me vieras cuando
recién llegara a Venecia y ¡más delgado que
tú!"
El doctor Baron, en el mencionado trabajo,
reporta que Byron, cuando salía a comer con sus amigos, se
limitaba a ordenar "galletas duras y agua."
Cuando éstas no estaban disponibles
entonces consumía papas empapadas en vinagre.
(http://www.bmj.com/content/315/7123/1697.full)
Para el 1821 el vate expresó que no
podía comer más de una vez al día, mientras
tomaba cantidades enormes de vinagre para disimular el hambre, en
tanto que se auto medicaba con sales de Epson, magnesia y otros
laxativos poderosos.
En un comentario adicional acerca del
artículo que Baron escribiera respecto a Byron, Crisp
sugiere que la historia familiar colmada de morbilidad
psiquiátrica — complicada por la obesidad juvenil, el
abuso sexual prematuro y la promiscuidad bisexual en la
adolescencia — fueron elementos decisivos en la
causación de la anorexia en este poeta.
Algo que, por lo que hoy sabemos de la
etiología de esta condición, aun no está
establecido.
Ahora seguiremos hablando de Byron mientras
consideramos a su lado otra destacada figura literaria de su
época que también se creyera que padeciera de la
anorexia nervosa en el hombre.
La persona en
cuestión es el prestigioso poeta inglés Percy
Bysshe Shelley (1792-1822)
Byron y Shelley fueron descritos en sus tiempos, por una ex
amante de ambos, como "monstruos de la mentira, capaces de la
mayor crueldad hacia los demás, y engañosos".
Así lo expresa, en una autobiografía consagrada
para la posteridad, Claire Clairmont.
Mahatma Gandhi
La memoria escrita por esta mujer fue
encontrada fortuitamente en la Librería Pública de
Nueva York por una ensayista en ciernes, cuando ésta
conducía un sondeo de la literatura para escribir su
primer libro.
Considerado por historiadores "un
extraordinario descubrimiento", el libro de la despechada
Clairmont caracteriza ambos poetas de maneras enteramente
negativas.
Acusando a los dos de destruir vidas,
incluyendo la propia.
Claire Clairmont era hermanastra de la
segunda esposa de Percy, Mary Shelley. Hoy se conjetura que ella
procreara un hijo ilegítimo con su cuñado, como
asimismo saliera embarazada, y, subsecuentemente fuera desechada,
por Byron.
Ésta escribe lo siguiente: "Bajo
la influencia y el credo en la doctrina del amor libre, yo fui
testigo de cómo los dos más destacados poetas de
Inglaterra… se tornarían en
monstruos."
La señora Clairmont, además
expresa, que redactó su memoria con la esperanza de
revelar "las pasiones sórdidas que el amor libre
garantiza y la ternura que arruina. De cómo abusa las
afecciones que debieran ser consuelo y bálsamo en la vida,
tornándolas en azote destructivo.
"Los adoradores que veneraron, en aras
de la promiscuidad, las virtudes del amor libre no sólo se
aprovecharon de las propias, y de las flaquezas de
carácter de otros, sino que convirtieron sus existencias
en un infierno perfecto."
Nuestra autobiógrafa en
cuestión inició una relación sexual con
Byron cuando tuviera escasamente 18 años, pero el literato
se hastió muy pronto de ella y de sus ministraciones
sexuales, desechándola sin titubeos o miramientos algunos,
cuando la inmadura mujer saliera encinta.
Culminación del
hartazgo
Después de que la joven amante tuvo
una hija (Allegra) con Byron, éste le negó
acceso a la niña, confinando la recién nacida a un
convento donde moriría a la edad de cinco
años.
Byron cuestionaría su
participación en la concepción de Allegra, llamando
a Clairmont una mujer sin escrúpulos.
La memoria ilumina detalles de la
relación que existiera entre Clairmont y Percy, Clairmont
y Byron, y entre ella, Percy, y Mary Shelley.
Claire acompañó la pareja
cuando Mary y Percy se fugaron para contraer nupcias, y
viviría con ellos por la mayor parte de su inestable
matrimonio.
El biógrafo Sir Michael Holroyd
describió la memoria como "un grito extraordinario de
dolor, abrumado por la congoja y el deseo de
venganza."
Éste amplifica: "Leer este
documento a uno lo estremece por las mismas fundaciones."
Añadiendo: "ella [Clairmont] persiguió
a Byron, pero, aunque así fuera, no piensa que ella fuera
la responsable. Es como si fuera una mujer vieja atacando el
romance y el idealismo de la misma mujer cuando era más
joven, lo que puede entenderse…
"Es muy fácil pasar por alto el
dolor que ella sobrellevó."
Adolescente gordo
La doctora Hay, descubridora de la memoria,
añadió: "En ningún lugar Claire acusa,
explícitamente a Shelley de crueldad, o revela en detalle
el fondo soez de la vida Romántica.
"Nada semejante ha sobrevivido. Uno
hubiese anticipado que Claire escribiese del modo como lo hace
acerca de Byron, pero el ataque en Shelley fue algo totalmente
inesperado."
La doctora Daisy Hay descubrió el
documento cuando estaba conduciendo investigaciones utilizando la
Colección Pforzheimer, uno de los mayores y más
respetables fideicomisarios de los archivos de
Shelley.
Fragmentos del testimonio de Clairmont
serán integrados en su nuevo libro.
(Para entenderlo mejor, diríjanse a:
http://www.dailymail.co.uk/news/article-1261350/Lord-Byron-described-free-love-worshipper-monster-ex-lover-newly-discovered-memoir.html)
Prosiguiendo
La anorexia nervosa entre los hombres, es
una condición que puede pasar desapercibida, escapando la
detección de quienes no pausan a reflexionar en las bases
para explicar la delgadez — considerada normal — de muchos
hombres, en apariencias excesivamente emaciados, como se
acostumbra hacer con las mujeres.
Mohandas (Mahatma) Karamchand Gandhi es el
ejemplo perfecto de esta condición, la que permaneciera
disimulada por sus ayunos exhibicionistas que reafirmaban en
público, su resistencia pasiva y no-violenta contra la
hegemonía inglesa en la India.
Pero, a medida que procedemos, debemos
recordar — a pesar de las tentaciones intelectuales para
divagar — que el propósito de esta lección es el
de destilar la esencia de dos de los trastornos del comer — en
cómo estos se manifiestan en el género de
Adán — y no la de proveer una crónica de todos
los anoréxicos egregios por todos, sospechados, sino
reconocidos.
La Bulimia
Nervosa en el hombre
La bulimia nervosa también se
reporta en los varones.
Algunos investigadores han advertido una
ocurrencia de un 4-5% en este género en toda
población estudiada de pacientes
bulímicos.
De acuerdo a Blinder y sus colaboradores,
otros han reportado que un 13% de todos los estudiantes del sexo
masculino, en una universidad mayor, satisfacían los
criterios diagnósticos de DSM-III para la
bulimia.
La edad mediana para el comienzo de esta
condición se extiende entre los 16 y los 36 años de
edad.
Un 66% de los bulímicos admiten una
historia de sobrepeso, antes de desarrollar la condición,
por comparación con sólo una tercera parte de las
bulímicas.
Los niveles socioeconómicos se
distribuyen igualmente entre ambos sexos.
Generalmente los que se encontraban en los
grupos de edad más avanzada, se hallaban empleados,
estaban casados y funcionaban de manera adecuada.
La mayoría reportaron
satisfacción con su peso, el cual se distribuía
entre un 81 a 100% de lo estimado como ideal para
ellos.
Un 25% de los hombres investigados, fueron
obesos durante la adolescencia, en contraste con las mujeres,
entre las cuales, solo un quince por ciento lo habían
sido.
Pocos admitieron al uso de enemas,
laxantes, o de disimular lo que comían, cuando estaban en
la compañía de otros.
Una mayoría significativa se
ejercitaba en exceso para controlar su peso, y 8 de cada10
evitaban las comidas siguiendo un hartazgo.
Las manifestaciones clínicas de la
bulimia en el varón son muy similares a las de las
hembras.
Preocupación con el control de lo
que pesan, asociados con obedecer a las presiones sociales y
profesionales provenientes del entorno, los deportes, la moda, la
farándula y la música.
Un detalle de importancia
estadística significativa fue la admisión por un
grupo de ellos del abuso del alcohol, estupefacientes y de la
dependencia química.
Muchos de los pacientes estudiados
alternaban episodios bulímicos con el uso del alcohol o
las drogas.
Casi todos demostraban comportamientos
impulsivos o antisociales, lo que muchos investigadores han
reportado en las mujeres, especialmente prominente entre
éstas fue la tendencia al hurto en tiendas.
Mientras que otros reportaron en los
hombres sentimientos de ansiedad y depresión con mucha
frecuencia.
La confusión psicosexual y la
homosexualidad latente, dominante entre los anoréxicos, no
fue encontrada entre los bulímicos.
Las enzimas hepáticas estaban
alteradas, especialmente la elevación de la amilasa
salivar y reducción del potasio, consecuencias del vomito
auto inducido.
Otros hallazgos de laboratorio fueron
consistentes con anormalidades de electrólitos,
secundarias al vómito y/o al abuso de
laxativos.
Para continuar…
La famosa creación de Mary
Shelley
Aquí
introducimos a Carlos: La anorexia nervosa en los
hombres…
La anorexia nervosa perdura como
condición de mucha significancia y de preocupación
científica, ya que desafía toda
razón.
El cuadro clínico de la
presentación típica es la de una mujer joven —
pero existen casos masculinos, como ya hemos tenido la
oportunidad de constatar.
En este espacio se describe
uno…
Carlos tuvo un mal comienzo en su
existencia. Siendo el único varón, nació
dentro de una familia disfuncional y estresada por la discordia y
el recelo que existiera entre sus progenitores.
Temprano en la vida, como fuera dotado de
poca coordinación motriz y padeciera de la miopía
severa, nunca lograría ser aceptado en los deportes por
sus contemporáneos que se quejaban de su presencia — aun
si algún entrenador compasivo, forzaba su inclusión
dentro de cualquier equipo atlético.
Carecía de amigos, lo que le
importaba poco, ya que prefería escuchar la música
del barroco. Lo que hiciera en soledad, ya que nadie — ni
aún sus padres — compartieran tales complacencias
esotéricas.
A los quince años comenzó a
engordar y a aprender el violín. En lo del violín
muy pronto se distinguió. En lo de la gordura, no pudo
hacerlo — ya que deseaba perderla, mientras que su peso
siguiera aumentando.
La familia decidió que, durante el
verano siguiente pasaría un mes en el Campamento de
Música de Interlochen Arts Academy en Michigan, y
la otra mitad de sus vacaciones en un campamento para
jóvenes obesos.
En el campamento para los gordos Carlos
comenzó a mojar su cama, cosa que no había hecho
desde que tuviera seis años. Le dio mucha vergüenza.
Pero lo que más le molestó, fue cuando, por
casualidad, escuchó al coordinador que estaba a cargo de
la barraca, donde su grupo durmiera, decir a alguien: "El
gordo marica, se meó en la cama…"
En ese preciso instante, Carlos
adoptó un régimen de adelgazar más reducido
en calorías que los recomendados por los protocolos
dietéticos del campamento.
Muy pronto, llegaron los cumplidos de todas
partes, especialmente provenientes de la sección femenina
de los campistas, celebrando las apoteósicas
pérdidas de peso que Carlos exhibiera.
Su retorno al hogar fue una ocasión
especial, ya que todos lo elogiaron por su nueva
figura.
Pero, cuando el peso siguiera bajando de
manera precipitosa, los familiares cercanos empezaron a mostrar
preocupación, llevándolo a un médico que
recetó suplementos alimentarios. En esa ocasión,
los padres expresaron alguna curiosidad acerca de la posibilidad
de que el muchacho pudiera sufrir de la anorexia, lo que el
médico desestimó por ser una enfermedad "exclusiva
de mujeres jóvenes."
Como en el caso del varón emaciado
no se reporta la amenorrea, muy pocas veces se obtienen pruebas
de laboratorio para determinar el nivel de las hormonas sexuales,
que en este caso, estaban deprimidas —- como se descubriera
posteriormente.
In fraganti
Características de los
anoréxicos del sexo masculino es que éstos tienen
mucho en común con los corredores de maratones. Personas
perfeccionistas y competitivas que demandan mucho de sí
mismos y que nunca cesan de perseguir metas difíciles y de
someterse a ordalías rigurosas.
El varón con anorexia, quizás
por la disminución de las hormonas sexuales, posee un
interés atenuado en el sexo opuesto, sin necesariamente
ser homosexual.
Asimismo una mayoría tiende a la
personalidad esquizoide, con inclinación al aislamiento
emocional y a la circunspección social.
El tratamiento es similar al de todos los
pacientes, víctimas de estas disorexias, requiriendo
esfuerzos multifacéticos, individualizados e intensivos.
(Consúltese la bibliografía para encontrar mis
ponencias al respecto.)
La bulimia
nervosa masculina
Otro trastorno atípico del comer en
el hombre se presenta a continuación. Éste es de
algún interés para las madres de niños
jóvenes.
El caso de John, el
profesor que "conquistó la obesidad y la
bulimia"
John era el producto anhelado de un joven
matrimonio de pedagogos negros e idealistas que se radicaron en
la sección, exclusivamente afroamericana y muy pobre, de
Kinloch, en las afueras de la ciudad de Saint Louis.
Como hijo único de padres
bienqueridos y respetados en la comunidad donde residieran, el
joven creció con ciertos privilegios, que eludieran a la
mayoría de sus contemporáneos, sufriendo de la
dureza impuesta por limitaciones económicas.
El asceta por Pablo Ruiz
Picasso
Kinloch era un gueto deprimente.
Por inclinación intelectual y, por
curiosidad innata, cuando aprendió a leer, el niño
se tornaría en consumidor insaciable de las obras de los
autores clásicos. Por la misma razón el joven
creció rodeado de libros bajo la tutoría de una
retirada — pedagoga y devota — abuela materna, quien con la
familia viviera.
Una mañana aciaga, mientras la nieve
caía con severidad poco usual, John salió a la
pulpería cercana, en búsqueda de pan, cuando,
cruzando la calle, fue arrollado accidentalmente por una
ambulancia, respondiendo a una llamada de emergencia.
El joven, a la sazón de once
años, permaneció inmovilizado y en tracción
ortopédica por largos meses.
Mientras yacía en cama, su acuciosa
abuela le leía y lo alimentaba muy
generosamente.
"Así despertó mi deseo
por las cosas que engordan — las que nunca, gracias a ella —
me faltaron. Me volví súper obeso, pesando
trescientas libras, las que mantuve hasta que me trasladé
a la Universidad de Missouri en Columbia donde obtuve mi
maestría en Pedagogía
"Allí seguiría comiendo
cantidades enormes y ganando de peso, en un esfuerzo a compensar
por los sentimientos de soledad, tristeza y añoranzas por
mi familia — especialmente por mi abuela — quien murió
durante mi segundo año de estudios
universitarios
"Entonces fue cuando conocí a mi
esposa y madre de mis dos hijas, la que expresó amor hacia
mí y deseos de ayudarme con el problema de mi
gordura
"Nada que intentáramos nos dio
resultados, hasta que una noche, luego de un atracón,
decidí optar por el vómito, lo que me produjo gran
alivio
"Equipado con este nuevo secreto, fui
capaz de limitar mis comidas, usando el vómito para
contrarrestar mis empachos recurrentes y cada vez más
frecuentes
Víctima la más famosa de
las disorexias
"Decidí correr, y, en esto
último me distinguí
"Comenzaba mis sesiones
maratónicas de dos horas, a las cuatro de la
mañana, todos los días, contra viento y
marea
"Así me convertí en el
señor D"Assouza (no su nombre real) a quienes todos
consideraban como el ejemplo a seguir para poner fin a la
gordura."
Nos conocimos, luego de que un colapso
físico y emocional determinó la necesidad
impostergable de tratamientos intensivos.
Discusión
Nuestra tesis revela diferencias marcadas
entre la anorexia del hombre y la de la mujer.
El hombre anoréxico es gregario,
mientras que la mujer, se aparta de contactos
sociales.
Parece ser que la creatividad se
intensifica, de modo instintivo en el varón hambriento
(quizás de manera adaptiva, para impelerlo a procurar
comida, cuando ésta escaseara en el pleistoceno), mientras
que a la mayoría de las hembras la inanición las
opaca, como presunto mecanismo de adaptación que les
permite conservar preciosa energía.
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