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Los pueblos indígenas en Argentina; un poco de historia




Enviado por Matias Ludueña



Partes: 1, 2

  1. Los pueblos
    indígenas en Argentina; un poco de
    historia
  2. Cuáles son,
    cuántos son y dónde
    están
  3. Algunas
    comunidades, a modo de ejemplo
  4. Marco legal
    vigente
  5. Indígenas en
    América

Los pueblos
indígenas en Argentina; un poco de
historia

Los pueblos originarios fueron incorporados en masa al
Estado argentino como pueblos sometidos y ocupantes precarios en
sus propios territorios. Fueron obligados a adoptar una
religión y un estilo de vida que no les era propio. Fueron
convertidos en productores de subsistencia y/o proletarios
rurales. Por efecto de procesos regionales de migraciones
forzosas un importante porcentaje de sus miembros vive en
áreas urbanas y suburbanas donde es usual que deban
ocultar su identidad para evitar el maltrato y la
discriminación.

Hace relativamente poco ha comenzado una acción
más decidida y, a la vez, sostenida, en favor de los
pueblos indígenas. Esto ha sido esencial en la
afirmación del indigenismo y la consecuente
aparición en la vida pública en nuestras sociedades
americanas. Podríamos señalar que en nuestro
país es a partir de 1990, cuando el indigenismo
comenzó a tener impulso. La reforma de la
Constitución del año 1994; la suscripción y
ratificación del Convenio 169; y el depósito de los
instrumentos de su ratificación en Naciones Unidas
así lo demuestran.

La agenda internacional en el tema indígena
también se ha visto poblada de acontecimientos. En
Naciones Unidas se constituyó el Foro Permanente para los
Pueblos Indígenas del Mundo, habiendo sucedido su primera
reunión en el mes de mayo de 2002. Otras de las
actividades que se realizaron en nuestro país fueron: el
Programa de Participación Indígena, el Foro
Patagónico, y el Primer Seminario de Políticas
Sociales para Pueblos Indígenas. Esta acción
positiva y constante, más la tarea de divulgación
de los derechos que han realizado los funcionarios del INAI y los
dirigentes indígenas, ha ido animando a los grupos a
manifestarse y asumir posiciones.

Cuáles
son, cuántos son y dónde
están

En este punto el objetivo fue confeccionar una lista de
los pueblos indígenas argentinos que actualmente existen y
donde se encuentran ubicados. Sin embargo es necesario
previamente explicar algunas referencias aclaratorias sobre las
clasificaciones

Todas responden a algún criterio que elige quien
las realiza y que, normalmente, se basan en principios de
consideración lingüística, política,
histórica o antropológica (cultural).

En este caso el propósito es dar a conocer
cuáles son las distintas etnias que existen en nuestro
país, desde lo institucional. La fuente es el registro del
Instituto Nacional de Asuntos Indígenas, que es el
organismo nacional que tiene a su cargo otorgar
personerías jurídicas a las comunidades
indígenas. En la tramitación consigna los pueblos a
los que pertenecen.

Suelen publicarse listas de las etnias que existen en la
Argentina con resultados pocos felices, ya que no suelen ser
exhaustivas ni actualizadas. Podemos dar como ejemplo las que
omiten a los Huarpes, que en varias partes figuran como pueblo
extinguido y, sin embargo, actualmente hay 11 comunidades
registradas. Otro caso es de la comunidad Tonocoté de
Santiago del Estero, que era una etnia que no figuraba
prácticamente en ningún lado. Pero a raíz de
la designación de un santiagueño al frente del INAI
a fines de 1999, el Dr. Figueroa que desde esa función se
interesó por las comunidades de su provincia, se produjo
el surgimiento de los Tonocoté (también llamados
"Surita") y el otorgamiento de la correspondiente
personería jurídica.

Frente al vacío censal oficial algunas ONG's y
organizaciones indígenas han estimado que el número
de personas indígenas podría estar entre 800.000 y
2.000.000.

Se cree que un porcentaje bastante elevado vive en
asentamientos rurales y en forma comunitaria representando
aproximadamente entre un 3% y un 5% de la población total
del país. Algunas provincias cuentan con un 17 a 25% de
indígenas en su población. Según las fuentes
mencionadas, existirían más de 800 comunidades en
todo el país mientras que por efectos de la
migración urbana en algunas capitales de provincias
habría una altísima concentración de
familias y personas indígenas

Según esta información su
composición y distribución sería
aproximadamente la siguiente:

Región Noreste (provincias de Chaco, Formosa,
Misiones y Santa Fe): Pueblos Mbya-Guarany, Mocoví,
Pilagá, Toba, Vilela y Wichí.

Región Noroeste (provincias de Catamarca, Jujuy,
La Rioja, Salta, San Juan, Santiago del Estero y Tucumán):
Pueblos Atacama, Avá-Guarany, Chané, Chorote,
Chulupí, Diaguita- Calchaquí, Kolla, Omaguaca,
Tapiete, Toba, Tupí-Guarany y Wichí.

Región Sur (provincias de Chubut, Neuquén,
Santa Cruz y Tierra del Fuego): Pueblos Mapuche, Ona, Tehuelche y
Yamana.

Región Central (provincias de Buenos Aires, La
Pampa y Mendoza): Pueblos Atacama, Avá Guarany,
Diaguita-Calchaquí, Huarpe, Kolla, Mapuche, Rankulche,
Toba y Tupí Guarany.

Identificar a los indígenas siempre ha sido algo
problemático y obedece a múltiples razones En
algunos casos fue el desinterés; en otros, porque
había sociedades que negaban la existencia de
indígenas por razones políticas o por considerar
que mancillaban su pureza o restaba mérito y
distinción a su sociedad. Posteriormente fueron las
distintas disciplinas (como la sociología o la
etnología) que se interesaron por el tema e introdujeron
sus particulares puntos de vista.

Distintos han sido los criterios utilizados para la
identificación y posterior categorización de los
pueblos indígenas, a saber:

a) Los criterios raciales o
biológicos:

Imperaron hasta hace unos 60 años o más, y
tenía que ver con la apariencia de las personas, con los
rasgos hereditarios y todos aquellos rasgos que servían
para diferenciarlos de los europeos. Centrar en el aspecto
biológico el fundamento de una distinción y en el
concepto de "raza". Actualmente han sido dejados de lado; hoy la
ciencia rechaza toda pretensión de definir las "razas" a
partir de datos genéticos determinantes. Es verdad que hay
diferencias biológicas y culturales que están a la
vista. Pero los estudios indican que las diferencias entre los
hombres son tantas y de tal magnitud que no es posible
identificar a un grupo racial determinado con un exclusivo y
único tipo biológico

b) Criterios legales o administrativos:

Empleados para identificar y clasificar con fines de
política alimentaria o educacional o por razones
estadísticas. Según estos criterios son
indígenas quienes han sido identificados o definidos por
alguna autoridad.

c) Criterios socioculturales:

Se basan en el idioma que hablan. Se calcula que hay
más de 400 lenguas indígenas en América. Sin
embargo, se debe aceptar a los grupos que se identifican como
indígenas y que han perdido su lengua vernácula
Otros criterios socioculturales incluyen elementos de la cultura
material como el vestido, la alimentación, las
tecnologías agrarias, parafernalia ceremonial y religiosa,
etc. Estos sistemas de identificación aparecen en las
monografías de principios de siglos que producía la
antropología. Sin embargo actualmente pocos de esos
elementos materiales siguen teniendo el mismo
significado.

d) Criterios culturales propios:

No son de los individuos sino de las colectividades y se
manifiestan por sus prácticas religiosas y ceremoniales,
formas de organización social, estructuras de la propiedad
agraria, modos de producción y distribución de
bienes económicos y otros elementos intangibles

f) La autodefinición indígena:

Todos los criterios anteriores son externos: producidos
y utilizados por autoridades, técnicos y
académicos, generalmente no indígenas. Son
criterios impuestos desde fuera. Actualmente ha prosperado y se
está imponiendo en las normativas que se van
diseñado para el mundo indígena, los criterios
subjetivos de autoidentificación. Las organizaciones
indígenas sostienen que son ellos quienes tiene la
potestad de autoidentificación y autodefinición. El
Consejo Mundial de Pueblos Indígenas ha reclamado ese
derecho y actualmente se considera por ellos dentro de la
categoría de los derechos humanos.

Los pueblos indígenas registrados en el
INAI:

BUENOS AIRES: Tupi guaraní (emigrado), toba,
mapuche

CATAMARCA: Diaguita, Calchaquí,

CHACO: Toba. Mocovi. Wichi

CHUBUT: Tehuelche, Mapuche, Tehuelche – mapuche
(mestizaje)

FORMOSA: Pilaga, Wichi, Toba

JUJUY: Kolla, Atacama, Pulmamarca, Guarany. Kolla –
Humahuaca, Chiriguano, Yalas (según registro proveniente
de la oficina indígena de Jujuy), Chiriguano-Chané
(caso igual que el anterior), Guarany

LA PAMPA: Ranqueles

MENDOZA: Huarpes, Pehuenches (mapuche)

MISIONES: MByA (guaraní)

NEUQUEN: Mapuche

RIO NEGRO: Mapuche

SALTA: Kolla, Wichi. Diaguita, Calchaquí. Lule.
Chane-Guarany, Guarany, Corotes, Oclollas, Aba-Guarany,
Tupi-Guarany Kollas-Huamauaca, Tobas, Guarany, Chiriguano,
Chiriguano-Tapiapé

SAN JUAN: Huarpes

SANTA FE: Tobas, Mocovi

SANTIAGO DEL ESTERO: Tonocote (Suritas)

TIERRA DEL FUEGO: Onas o Selknan

TUCUMAN: Diaguita-Calcaquí

Algunas
comunidades, a modo de ejemplo

Chiriguanos Chané:

Existen unos 21.000 chiriguanos y 1400 Chanés en
la Argentina, aproximadamente. Ambos son de origen
amazónico. Los primeros Guaraníes y los segundos,
Arawak.

Tierra:

Las que habitan sin fiscales o de las misiones
franciscanas. Viven en las provincias de Salta y Jujuy.
También habitan en Bolivia y Paraguay.

Organización:

En una época lejana los chiriguanos sometieron a
los Chané. Actualmente se toman a ambos grupos como una
comunidad cultural, aunque se distinguen entre sí por la
lengua y ocupan aldeas distintas.

Algunos viven dispersos en los cinturones de las
ciudades, otros en comunidades. En Salta cuentan con la Ley
Provincial del Aborigen sancionada en el año
1987.

Economía:

Tradicionalmente son agricultores de maíz,
zapallo y porotos, pocos pueden vivir actualmente de la tierra,
porque no la tienen. Subsisten de sus trabajos en los ingenios
azucareros, obrajes, aserraderos, YPF, municipios. Son cosecheros
golondrinas: desde la Zafra del norte van a la vendimia cuyana,
llegándose a Río Negro y Neuquén para la
cosecha de la manzana.

Cultura:

Mantienen su identidad y parte del patrimonio cultural.
Aún algunos efectúan convites con Kanwi (chicha) o
el ritual del arete, cultan a su I`payé (curandero) y
siguen siendo alegres y hospitalarios.

Hablan su lengua y realizan artesanías
tradicionales, máscaras y cerámicas (chané)
y cestería (chiriguana).

Diaguita-Calchaquí

Los diaguita – calchaquí son
aproximadamente 6000 personas. Hay numerosos mestizos
descendientes.

Tierra:

Viven en los valles Calchaquíes de Tucumán
y Catamarca. Generalmente ocupan la tierra por arriendo. Lucharon
valerosamente por ella en la época de la conquista.
Lucharon con heroísmo, hasta la muerte.

Organización:

Algunos viven dispersos y otros en comunidades
organizadas como la de Quilmes, Amaicha del Valle y el
pequeño grupo Los Llampas. Hoy se organizan para luchar
por sus por sus derechos y la tierra.

Economía:

De supervivencia. En los valles viven de la crianza de
animales, cultivos, tejidos artesanales, cerámicas. Son la
mano de obra barata de la zafra, minas, etc.

Cultura:

Siendo un pueblo que sufrió persecución,
muerte y destierro (fueron trasladados los quilmeños a la
provincia de Buenos Aires, en época de la colonia, para
que pierdan su identidad como pueblo y así dominarlos y
arrebatarles la tierra), conservan elementos de su rica y
milenaria cultura. Practican rituales a la Pachamama, formas de
cooperación y el canto con percusión que tiene una
enorme fuerza cósmica.

Kollas:

Se ha generalizado con el nombre de kollas a los
puneños y sus descendientes, algunos quebradeños y
toda otra población de orígen quechua-aymara. Se
estima una población de 170.000 personas.

Tierra:

Viven en Jujuy y Salta. Sus ocupaciones son
antiquísimas y no cuentan con los títulos de
propiedad. Perseguidos y amenazados por terratenientes, algunas
comunidades sufren severas represiones policiales o son
"persuadidos" de abandonar sus tierras con cierre del paso hacia
los centros poblados donde venden sus productos. Algunos ocupan
tierras fiscales sin títulos o como arrendatarios y
cuidadores de ganado ajeno. Otros viven en las villas
periféricas de las ciudades.

Organización:

Algunos viven en comunidades y practican trabajos en
cooperación como la minga (entre todos cosechan lo de cada
uno).

Economía:

Pequeños agricultores y criadores de animales.
Cosecheros golondrinas y mineros marginados y explotados. La
mujer se emplea en servicios domésticos en la ciudad.
Realizan tejidos en telares. Apenas sobreviven.

Cultura:

A pesar de la aculturación sufrida debido a la
acción colonizadora, aún practican algunos de sus
rituales y mantienen otras formas culturales como la minga,
antigua forma de cooperación; el serviñakuy o
prueba de pareja y rituales vinculados al culto de la tierra: la
Pachamama, señalada o marcación de animales,
apachetas o descanso de viajeros, entierro y desentierro de
pucllay o kacharpaya (carnaval), chaya y chayar (beber) y
corpachada (dar de comer a la tierra); Tinkunakuy, topamientos o
encuentros de compadrados, musiqueros, parcialidades o
comunidades.

Sus instrumentos musicales tradicionales como quena,
anata, siku, erke y erkencho, que han ingresado a la
música popular o folklórica de nuestro país.
Hablan su lengua. Después del guaraní es la segunda
lengua indígena de mayor uso en el país.

Muchos de sus rituales se han desvirtuado para
satisfacer curiosidades turísticas.

Mapuches:

Los mapuches son alrededor de 90.000 personas en
Argentina y más de un millón en Chile. Hay puros y
mezclados con Tehuelches. Mapuche quiere decir "gente de la
tierra"

Tierra:

Viven en las provincias de La Pampa, Buenos Aires,
Río Negro, Neuquén, Chubut y Santa Cruz. Sus
territorios les fueron arrebatados durante la Conquista del
desierto. Hoy, la mayoría no tienen tierra propia. Viven
en zonas marginales, montañosas y áridas, sin
títulos de propiedad o en las periferias de las
ciudades.

Organización:

Conforman comunidades o agrupaciones bajo la autoridad
de un líder, en las zonas rurales. En las urbanas viven
dispersos o conforman barrios con comisiones vecinales. En las
distintas provincias se organizan para la obtención de
leyes que garanticen sus derechos o la aplicación de las
mismas para la recuperación de la tierra y sus
derechos.

En la provincia de Río Negro, existe una poderosa
organización indígena, el CAI, de gran protagonismo
en la sanción y discusión de la Ley
Aborígen, y en la reivindicación de sus
derechos.

Economía:

De subsistencia. Viven de la cría de ovejas y
chivos, tejidos artesanales y ocupaciones estacionales en la
esquila y en la cosecha de frutas. Algunas comunidades han
organizado cooperativas de producción y
consumo.

Cultura:

Hay un fuerte movimiento de recuperación de su
cultura muy amenazada por la penetración de sectas
religiosas, el alcohol y la sobreexplotación
económica.

Mantienen el uso de la lengua, sus cantos a la
naturaleza y se reúnen una vez al año para hacer
rogativas y cantar al son del cultrum.

Mbya-Guaraní:

Los Mbya Guaraníes son aproximadamente unas 3.000
personas que viven en Argentina. Están asentados en unas
40 aldeas en todo el territorio de Misiones. La pérdida de
espacio ecológico y las enfermedades los llevan a
enfrentar situaciones de supervivencia.

Tierra:

Viven en la provincia de Misiones. También en
Paraguay y Brasil. No reconocen fronteras y esto se manifiesta en
las continuas migraciones entre estos tres países. No
tienen tierras con títulos. Están asentados en
tierras privadas. Su hábitat natural es la selva que la
van perdiendo por el sistema de propiedad de la cultura impuesta
y las plantaciones madereras.

Organización:

Viven en pequeñas comunidades: el liderazgo del
grupo lo ejerce el paí. Los jefes familia reunidos en
consejo tratan de resolver los problemas comunes.

En el año 1987, el gobierno de Misiones sanciona
la Ley Provincial nº 2.435 con la participación de
indígenas y los propios aborígenes. La ley
más progresista que existió en el país. Sin
embargo, en la actualidad fue derogada y sustituida por la
Nº 2.727.

Economía:

De subsistencia. Los que viven en aldeas cultivan la
tierra, hacen changas en aserraderos y obrajes o trabajan en los
yerbatales y teales sin ninguna protección legal y
laboral. Los grupos nómades siguen la vida tradicional:
cazan, pescan, recogen miel y frutos silvestres. También
hacen artesanías que comercializan.

Cultura:

En la medida que se acercan al mundo blanco, van
perdiendo su cultura. Hablan en su idioma y en la intimidad
mantienen concepciones religiosas y míticas propias. La
mayoría son trilingües: el mbya, el guaraní y
el castellano. En la zona fronteriza también agregan otro
idioma: el portugués.

Mocovíes:

Los Mocovíes pertenecen al grupo Guaycurú
junto con los Tobas y los Pilagá. Son aproximadamente
7.300 personas. En estos últimos años, sobre todo
en la provincia de Santa Fe, han comenzado un camino de
reconocimiento y afirmación como pueblo.

Tierra:

No la tienen. Viven en caminos abandonados, en campos
trabajando como peones, y en los barrios periféricos de
las ciudades. Viven en la provincia de Santa Fe y sur de
Chaco.

Organización:

La pérdida de la tierra trajo aparejado la
destrucción de su antigua organización. Muchos
viven dispersos y otros conforman comunidades con identidad
propia en la periferia de las ciudades o en las zonas
rurales.

Actualmente se están organizando en ambas
provincias junto con otras etnias. En Santa Fe, a través
de la Organización de Comunidades Aborígenes de
Santa Fe, la OCASTAFE, buscan la sanción de una ley
provincial que reconozca sus derechos.

Economía:

De subsistencia. Trabajan de peones rurales, hacheros,
cosecheros, empleados en aserraderos o municipios. Los que
cuentan con un pedacito de tierra realizan mimicultivos de
algodón, hortalizas, maíz, etc. Algunos hacen
artesanías que malvenden o cambian por ropa usada. Carecen
de protección laboral y social.

Cultura:

A pesar de la aculturación se identifican como
mocovíes con sus formas de ser, pensar y hacer. Muchos
hablan su idioma aún, y actualmente hay un fuerte
movimiento de recuperación cultural

Pilagá:

Los Pilagá pertenecen al grupo
lingüístico Guaycurú, y son alrededor de 5.000
personas. Viven en las provincias de Chaco y Formosa. En estos
últimos años junto a las otras dos etnias de la
provincia de Formosa, han comenzado un proceso de
organización para la recuperación de
tierras.

Tierra:

En estos momentos varias comunidades tienen el
título de propiedad de sus tierras, animando así a
que todas las comunidades la obtengan.

Algunas comunidades están alambrando para
delimitar el terreno y hacer respetar sus derechos.

Organización:

Forman comunidades, sobre todo en zonas rurales, con sus
líderes tradicionales y el reconocimiento de la comunidad.
Las organizaciones son reconocidas jurídicamente como
asociaciones civiles o comunitarias, lo que les permite gestionar
los títulos de propiedad de la tierra en forma
comunitaria, según lo manifestado en la Ley Provincial
Integral Nº 426 de la provincia de Formosa.

Las organizaciones se van consolidando y formaron, a
nivel intercomunitario, la Intercomisión Pilagá.
Esta organización sirve como espacio de reflexión
conjunta, intercambio y capacitación donde se discuten los
problemas comunes como zona, etnia y sus posibles soluciones.
Además funciona como canal de acción entre las
diferentes comunidades y de experiencias conjuntas. Un ejemplo de
acción de la Intercomisión fue la
elaboración y presentación de propuestas de
artículos específicos en la modificación de
la Constitución de Formosa.

Economía:

De subsistencia. Viven de sus trabajos como hacheros,
cosecheros y del trueque o venta de sus artesanías. Las
comunidades que ya tienen la seguridad de la tierra han comenzado
un proceso un proceso de ocupación efectiva de las mismas
a través del desarrollo de diferentes alternativas
económico-productivas: agricultura y ganadería
mayor y menor, aprovechamiento de los frutos del monte,
etc.

Cultura:

Han sufrido como todas las etnias el proceso de
aculturación impuesto por la sociedad dominante. Realizan
tejidos de fibra de chaguar, tallas de madera, palo santo y
canastos de carandillo (tipo de palmera).

Hablan su lengua, y en algunas escuelas se están
instrumentando experiencias de educación bilingüe y
bicultural. En la actualidad hay un fuerte resurgir de los
valores culturales.

Tehuelches:

Los Tehuelches son aproximadamente 1.500 Aóniken,
tehuelches meridionales y unos 700 Gününa Fune,
Tehuelches septentrionales. Existen desde hace 1500 años.
Sus nombres quieren decir "paisano" o "gente del
país"

Tierra:

No tienen. Viven en Santa Cruz y Chubut. Los tehuelches,
altos, fuertes y robustos fueron casi exterminados por gobiernos
y estancieros que llegaron a pagar a quien matara un
tehuelche.

Organización:

Salvo algunos que viven en comunidades, como la de El
Chalia o la de Camusu Aike, situadas en tierras pobres reservadas
para ellos, la mayoría viven dispersos.

Economía:

Son pequeños criadores de ovejas y chivos o
peones de estancia. Las mujeres realizan tejidos artesanales.
Así sobreviven en la pobreza y la
marginación.

Cultura:

Están muy acriollados, han perdido casi toda su
cultura. El idioma tehuelche septentrional se perdió por
completo y el meridional a punto de desaparecer. Se está
intentando recuperar.

Tobas:

Los Tobas pertenecen al grupo lingüistico
Guaycurú, y son alrededor de 60.000 personas. Viven en la
provincia del Chaco, Formosa, norte de Santa Fe y Salta, en
Argentina. También hay comunidades en Paraguay. Existen
asentamientos por migración en Rosario y Buenos
Aires.

Tierra:

La mayoría vive en el monte sin ser propietarios
de las tierras que ocupan, salvo por unos pocos que tienen
títulos, pero ya no es el monte rico y sin límites
de la antigüedad. Otros viven en barrios suburbanos de Saenz
Peña, Resistencia y Formosa.

En los últimos años han recuperado, en la
provincia del Chaco, unas 29.000 hectáreas de tierra con
títulos de propiedad definitivos o provisorios. En reserva
existen aproximadamente unas 365.000 hectáreas con el
reconocimiento por parte de las autoridades de los derechos
indígenas sobre las mismas.

Organización:

Constituyen comunidades rurales o urbanas con sus
líderes tradicionales o comisiones vecinales, asociaciones
comunitarias, cuyos miembros son elegidos por la
comunidad.

En la provincia del Chaco participan, junto a los
campesinos, en la Unión de Pequeños Productores
Chaqueños, y mediante ésta también se tiene
presencia en una organización a nivel regional.

Economía:

De pobreza y marginación. Cultivan
pequeñas parcelas, son peones temporarios en los
algodonales, obrajes, aserraderos, hornos de ladrillos y
carbón o empleados municipales en los pueblos.
Ocasionalmente cazan, pescan y recolectan frutos y miel silvestre
si las condiciones lo permiten.

Cultura:

En la década de los años 20, ya en pleno
siglo XX, sufrieron una definitiva derrota militar en Napalpi,
Chaco. A partir de este instante, los tobas viven en dependencia
política y económica de la sociedad dominante. A
pesar de su sometimiento militar, con el tiempo han logrado
recobrar el sentido de ser "indio" y con ello, la fuerza
necesaria para luchar por sus derechos.

Hablan su lengua, hacen artesanías de barro, de
palo santo, tejidos de fibras vegetales, conservan algunos bailes
y cantos y suelen acudir al pio'oxonaq para ser
curados.

Wichi:

Los Wichi son aproximadamente unas 80.000 personas.
Junto con los chulupíes (unas 1.200 personas) y los
chorotes (unos 900) forman la familia Mataco –
Mataguayo.

Tierra:

Viven en Salta, Formosa y Chaco, en Argentina.
También en Bolivia y Paraguay. Es pueblo del monte aunque
ocupan las periferias de los pueblos como Ingeniero Juárez
y Las Lomitas en Formosa, o Los Blancos y Embarcación, en
Salta.

Hoy ocupan tierras marginales, montes deteriorados
debido a la tala indiscriminada de árboles, la
instalación de petroleras que ocasionan la pérdida
de la fauna autóctona. En Formosa, las comunidades del
oeste recuperaron, en gran parte, el reconocimiento legal de las
tierras que ocupan.

Organización:

Viven en comunidades situadas en las cercanías de
poblados blancos, en medio del monte o sobre la ribera del
Pilcomayo y Bermejo, con líderes tradicionales y elegidos
por la comunidad. Comparten con otras etnias el resurgimiento de
la organización de la lucha por al tierra. Participan con
sus representantes en el espacio reconocido por las leyes del
aborigen.

Economía:

Muchos aún practican la recolección de
frutos y miel del monte, cazan y pescan. Otros trabajan en
obrajes madereros, en desmontes o son cosecheros temporarios en
campos ajenos. Tallan la madera del palo santo, tejen con fibras
de chaguar y hacen una utilitaria alfarería que venden
también. Algunos fueron víctimas del
cólera.

Cultura:

Debido a la acción del blanco, de sectas
religiosas, de la escuela común y de otros, han ido
perdiendo la cultura propia de los pueblos cazadores y
recolectores, aunque la mayoría tiene arraigadas
costumbres de vida con dependencia plena de la naturaleza y
aún conservan elementos de su rica cosmovisión, su
lengua y curaciones naturales, entre otras cosas.

En este mapa se representa la ubicación de la
gran mayoría de las Comunidades Aborígenes de la
República Argentina.

Monografias.com

Marco legal
vigente

En 1994 se reformó la Constitución
Nacional, incorporando en su artículo 75 el siguiente
mandato: "Corresponde al Congreso: 17. "Reconocer la
preexistencia étnica y cultural de los pueblos
indígenas argentinos. Garantizar el respeto a su identidad
y el derecho a una educación bilingüe e
intercultural; reconocer la personería jurídica de
sus comunidades, y la posesión y propiedad comunitarias de
las tierras que tradicionalmente ocupan; y regular la entrega de
otras aptas y suficientes para el desarrollo humano; ninguna de
ellas será enajenable, transmisible ni susceptible de
gravámenes o embargos. Asegurar su participación en
la gestión referida a sus recursos naturales y a los
demás intereses que los afecten. Las provincias
podrán ejercer concurrentemente estas
atribuciones".

En el orden nacional, entre 1984 y 1993 se promulgaron
una serie de leyes "integrales" que tienen a los indígenas
como destinatarios: la ley nacional 23.302 sancionada en 1985 y
reglamentada en 1989, y las provinciales N° 426/84 de
Formosa, N° 6.373/86 de Salta reformada en el 2000, N°
3.258/87 de Chaco, N° 2.727/89 de Misiones, N° 2.287/88
de Río Negro, N° 3.657/91 de Chubut y N° 11.078/93
de Santa Fe.

La ley nacional 23.302 creó el Instituto Nacional
de Asuntos Indígenas (INAI), entidad descentralizada que
actuará como organismo de aplicación de la
política indigenista del Estado. Las leyes provinciales,
por su parte, crearon organismos semejantes. Todas introducen una
serie de medidas positivas tendientes a la "preservación,
mejoramiento, promoción, respeto, desarrollo, y
participación" de los ciudadanos
indígenas.

En el orden internacional, en 1992, a través de
la ley 24.071, Argentina adoptó el Convenio 169 de
Organización Internacional del Trabajo (OIT). En el 2000,
se ratificó el Convenio, que entró en vigencia el 3
de julio del 2001.

En 1995 se aprobó, por ley 24.544, la
Constitución del Fondo para el Desarrollo de los Pueblos
Indígenas de América Latina y el Caribe (ONU). En
1997, la ley 24.874 adoptó el Decenio Internacional de las
Poblaciones Indígenas del Mundo (ONU).

Consideradas en su conjunto, las leyes "indigenistas"
parecen incorporar el reconocimiento de la diversidad cultural.
Sin embargo no todas se aplican plenamente y, en ciertos casos,
ni siquiera en forma parcial; incluso diversos acontecimientos
ocurridos en el transcurso de los últimos años
evidencian que el acceso de los indígenas a sus derechos
depende muchas veces de un trámite administrativo o
judicial previo

Mientras los demás ciudadanos disponen de varias
dependencias estatales donde presentar sus reclamos, se supone
que los indígenas deben hacerlo sólo en el
Instituto Nacional de Asuntos Indígenas (INAI).

La ley 23.302 establece la necesaria
participación indígena en el INAI a través
de representantes designados por sus comunidades. Sin embargo,
esto nunca se implementó.

La situación actual del INAI sigue siendo
ambigua; formalmente no tiene estructura ni autoridades y carece
por completo de participación indígena, a pesar de
lo cual en la práctica funciona como un organismo con
capacidad para resolver todos y cualquier asunto relativo a los
pueblos indígenas. Así, ejerce su representatividad
en eventos y foros internacionales, media en conflictos entre
aquellos y los Estados provinciales.

Finalmente, se espera que implemente, en
coordinación con los demás organismos oficiales,
todas las políticas estatales que tienen como
destinatarios a los indígenas. Uno de los mayores
obstáculos que impide el desarrollo coherente del INAI,
aun en la irregularidad en que se encuentra, es el reducido
presupuesto con que cuenta.

Censo Nacional de Población, Hogares y Viviendas
2001

Para entender estos fenómenos de resurgimiento
hay que tener en cuenta varias situaciones, una de ellas es la
inexistencia de un censo nacional indígena. En el
año 1965 se dispuso la realización de un censo que
tuvo efectos relativos ya que no se completó. Son de
destacar algunas particularidades:

a) Se establecieron únicamente cuatro regiones:
Noroeste, Norte Central, Noreste y Sur. No figuraban mencionados:
Santa Fe, Córdoba, Santiago del Estero, San Luis, San
Juan, Mendoza, La Rioja, Entre Ríos y
Tucumán.

b) Se dispuso que comprendería a los grupos que
se encuentran en territorio nacional y nombraba a los siguientes
pueblos: tobas, pilagá, mocovíes, matacos,
chulupíes, chorotis, chiriguanos, guaraníes,
caingaes, aymaraes, quechuas, tehuelches, araucanos,
guenakén, yamanás y onas. Esta mención nos
da una idea de lo que se consideraba existente hace unos cuarenta
años atrás.

c) Se contemplaba registrar los nombres con los que los
aborígenes y los no aborígenes designaban a los
grupos indígenas.

d) Se establecía que se anotaría como
indígena a quienes reunieran las características
básicas para considerarlos miembros de un grupo
determinado o se consideren a si mismos como pertenecientes a
algunos de los pueblos clasificados.

e) Indicaba pautas respecto de lo "indígena" y
eran: estructura económica en un nivel de subsistencia;
constituir una comunidad o grupo; el lenguaje, festividades,
vestimenta, artesanías y otros; que expresen una
conciencia de pertenencia a un grupo étnico o sea notoria
su descendencia de éstos. El censo no se terminó y
el trabajo de varios años, con la intervención de
estudiantes en sociología y antropología y
profesionales en varias disciplinas.

El Censo Nacional de Población, Hogares y
Viviendas 2001 se realizó entre los días 17 y 19 de
noviembre de 2001. De toda la planilla censal, solo una pregunta
se refería a si algún miembro de la casa
pertenecía a alguna comunidad indígena y a
cual.

El INDEC encaró una serie de reuniones con
representantes de organizaciones y comunidades indígenas,
ONG's indigenistas, estudiosos, académicos, comisiones de
Población de las dos Cámaras del Congreso de la
Nación, además de los funcionarios del INAI. El
objetivo de estas reuniones era discutir propuestas de preguntas
a efectuar en el Censo 2001 y otras cuestiones relativas a su
implementación. Como resultado de las mismas se
consensuó el texto de la pregunta 2 de la cédula
censal que se aplicó en todo el país. Las pruebas
previas se llevaron a cabo en 1999 y 2000, con
participación de miembros de las comunidades
indígenas locales y observadores indígenas de otras
zonas. Durante el 2001 se buscó ampliar la
participación indígena a través de cuatro
reuniones regionales entre el INDEC, el INAI y representantes de
organizaciones y comunidades. Se realizó, además,
una reunión nacional. El objetivo de estos encuentros era
alcanzar acuerdos para la participación directa de los
indígenas en la capacitación de los censistas y en
la difusión del censo, y crear instancias de
articulación con el INDEC a fin de diseñar el
contenido de la encuesta complementaria 2002 y proponer la
metodología a aplicar.

Pero estos objetivos no pudieron alcanzarse plenamente
por diversas razones. A pesar de las intenciones de los
técnicos del INDEC, en todas las reuniones regionales la
queja persistente de los pueblos indígenas fue que ellos
no habían tenido participación en el diseño
de la ley y su implementación. Esta queja fue más
allá, y en la reunión nacional los participantes
indígenas elaboraron un documento muy fuerte en contra del
Censo. Además, la Comisión de Juristas
Indígenas en Argentina (CJIA) presentó un recurso
de amparo en el que solicitó la postergación del
mismo, alegando que no habían tenido participación
en las condiciones establecidas por el Convenio 169 de OIT y la
Constitución Nacional (art. 75, inciso 17) Finalmente la
situación desencadenó en una toma de las
instalaciones del INAI por parte de distintos representantes de
las comunidades indígenas; respecto al tema que nos
interesa se efectuaban los siguientes reclamos:

"Los Pueblos Originarios estamos tomando las
instalaciones del INAI (Instituto Nacional de Asuntos
Indígenas) [dirigido por Alejandro Raúl Isla],
después de haber agotado todas las instancias [de
reclamación] a nivel institucional.

Con esta acción estamos exigiendo la presencia en
el lugar del ministro de Desarrollo y Acción Social,
Daniel Sartor, para la rápida y efectiva resolución
de los siguientes puntos. Exigimos:

Postergación del censo solicitado a los Pueblos
Originarios. Rediagramación del mismo con la
participación de nuestras comunidades (Hace ya 22
días que se entregó un manifiesto al Estado
Argentino, en el cual se le instaba a expedirse sobre el
contenido de la demanda).

Inmediato cumplimiento de los acuerdos que contiene el
Convenio 169 de la OIT, en su totalidad.

Mejorar los mecanismos de participación y
consulta en toda política que nos involucre, cumpliendo de
esta manera con la legislación nacional internacional que
así lo dispone.

Es de destacar que también se efectuaron reclamos
tendientes a mejorar la calidad de la salud y la educación
entre otras.

Finalmente, el Censo se llevó a cabo y en algunas
provincias contó con la participación directa de
censistas y capacitadores indígenas. Sin embargo, muchos
indígenas niegan su validez.

En la actualidad se desconoce si se habrá de
llevar a cabo la encuesta complementaria debido a la falta de
presupuesto. De acuerdo a la última información
suministrada por el INDEC, el tema se estaría tratando de
manera prioritaria, esperándose una respuesta favorable en
los próximos meses.

Conclusión:

Después de haber analizado todo el material,
creemos que todavía queda mucho por hacer. Si bien los
intentos que se han hecho, son válidos, no han sido
suficientes para obtener un conocimiento acabado de la actual
situación poblacional de las comunidades
indígenas.

Creemos que la ley 23.302 es impecable en su
redacción, sin embargo no creemos que sea operativa en
este momento, por todo lo expuesto. Será necesaria la
implementación de otros mecanismos o mejor aún, de
un mayor aprovechamiento de los ya existentes para lograr
objetivos fecundos.

El cambio debe producirse de raíz y no solo los
gobernantes y legisladores son los encargados de
realizarlos.

Nosotros, desde nuestro lugar de estudiantes, de hijos,
de padres, debemos comenzar una nueva era. Comprender que la
diferencia es necesaria es el punto de partida del trabajo que
hay que hacer. La discriminación no debe ser entendida
solo en sentido negativo.

Los intentos de conformación del Consejo de
Pueblos Indígenas del INAI están así
viciados de representación legítima. La
selección arbitraria y la capacitación limitada a
determinadas personas que concentran la facultad de
representación de los intereses de los pueblos
indígenas en su conjunto parecen ser, por el momento, los
mecanismos habituales.

Por el otro, es necesario que los funcionarios estatales
acepten que el tipo de participación que se reconoce a los
pueblos indígenas y que el Estado está obligado a
proteger es la que se basa en la capacidad que los mismos tienen
de decidir libremente qué hacer con sus vidas y establecer
de acuerdo con ello las prioridades y metodologías que
mejor convengan a sus intereses.

Por último solo nos resta expresar nuestro
agradecimiento a la cátedra en su conjunto, desde la Dra.
Zamudio hasta todos sus colaboradores que desinteresadamente han
dedicado su tiempo y conocimiento para ponerlo a nuestro servicio
mostrándonos que hay una realidad distinta, que no
conocemos y que muchas veces pasa desapercibida frente a nuestros
ojos.

Indígenas
en América

Todavía existen muchos grupos indígenas en
casi la totalidad del América del Sur, siendo en Bolivia y
en Perú hoy en día es alrededor del 30%,[10] donde
representan un mayor porcentaje de la población y
conservan mejor sus tradiciones e idioma, y en Guatemala el 45%
de población es maya siendo este país uno de los
que tiene un población indígena bastante numerosa.
Los indígenas también representan una parte
importante de la población de Paraguay y Ecuador; en otros
países como Chile, Colombia, Venezuela y Argentina son
poblaciones minoritarias (rondan el 2% o menos de la
población de cada país).

En México, la población indígena
está distribuida por toda la nación pero se
concentra especialmente en la sierra Madre del Sur, la
Península de Yucatán y en las zonas más
remotas y de difícil acceso, tales como la Sierra Madre
Oriental, la Sierra Madre Occidental y áreas vecinas a
éstas, no es numerosa la población indígena
en México debido al mestizaje, pero la presencia de los
nativos mexicanos dentro de la identidad nacional está muy
presente por el alto desarrollo de las culturas mesoamericanas;
al igual que sucede en el Perú, Bolivia y Guatemala. El
estado con mayor población indígena es Oaxaca y el
que tiene mayor población indígena dentro de su
propio territorio es Yucatán, grupos étnicos como
los zapotecos, mayas, nahuas, purépechas, mixtecos,
yaquis, kikapúes y otomíes han logrado mejorar sus
condiciones de vida y se han adaptado fácilmente a la
cultura del comercio y la globalización; apesar los
esfuerzos realizados por diferentes organismos gubernamentales y
no-gubernamentales en pro del reconcimiento legal de la cultura y
de la calidad de vidad de los pueblos originarios de
México, existe aún en otros grupos indígenas
con un alto grado de marginación, discriminación,
desnutrición y pobreza extrema que los está
llevando a la extinción de su cultura.

El caso argentino es representativo del último
estadio de asimilación de los indígenas a la
cultura mayoritaria, en ese país las poblaciones
indígenas son poco numerosas y marginales, que habitan las
regiones de Santiago del Estero, Formosa, Chaco, Salta y Jujuy.
En esos lugares los indígenas subsisten en la
marginalidad, careciendo de hospitales, escuelas y frecuentemente
con problemas de malnutrición. Esto debido a que a los
indígenas no obtienen trabajo en la economía formal
y son discriminados.

Partes: 1, 2

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