Más que días – Monografias.com
Más que
días
La mujer de Antonio nunca camino
así
Aun cuando lo dijese la
canción
Era distinto con su tumbao de esquina a
esquina…
Nunca lo entendió tenia su cuento de
ver las cosas.
Un poco del pasto era suficiente pa
dormil…
Y creer en cuentos.
Tirao como fuese.
Nunca se llega a vieja
Nunca llego a viejo
Nunca se llega tirao en tierra
Y menos dormida en la
metáfora
Le dijo un amigo poeta
Que nunca entendió na
Como se camina, como se mueve
Antonia
Con su tumbao
Tirao en el pasto
En el jardín prometido
Nunca supe que paso
Nunca importo como se llamo
Mujer de Antonio
Mujer de cuentos…
Invención II.
Tú no eres como ese
animal
Eres como la ceda que encaja en mi
piel
En las noches espero tu olor en mi
ventana
Juegas con mis instintos
Será por ello que me gustas
tanto
Será tu olor a rosas
frescas
O porque dices, me gustan tus
senos
Y olvidas a tus amantes para
complacerme
Me pierdo en tu largo y negro pelo como en
un laberinto
Amo mi extravió
Tú lo entiendes
Por ello creo ser tuyo cada
día.
No importa que el lunes sea
triste
En bruma de vientos
No importa que el martes haya sido un
día
Poco azul en tu mirada
No importa que el miércoles en su
desenfado
Seas de otro en otra dimensión que
no es la mía
No importan jueves de
alucinógenos
En escapada fantasía de
contradicciones
No importan
Viernes que no son Díaz de sol
fuerte
Para quemarnos la piel.
Sábados de orificios
Donde escapan las lluvias de
agosto
Y otros demonios
No importan
Al final
El domingo de cabeza rapada
Y garganta en espiral
Devorara el tiempo por antojo
Y nacerá un nuevo
día.
Todos no estamos locos, manolo
Siempre están los que no
saben
Donde ni cuando
Todos no estamos locos
Porque no llegaron los
días
En que estuviésemos
juntos
Porque falto la fe
El aliento o las ganas
Todos no estamos locos
Porque salio el sol
Y faltaron los amigos
inevitables
Todos no estamos
Porque el poema nos hierve la
sangre
Y queremos mas que es lo menos
Todos no estamos locos…
Y los pingueros
Las putas
Los diletantes
Los que no saben
Los que no fueron
A los que no les dijeron
Manolo
Y se equivocaron.
Que pena, aun faltan más.
Solo queda el resplandor de tus ojos en
este oscuro laberinto
Como puedo hablar de
poesía
Que palabras acomodo en el papel y en tus
sueños
Que el corazón me dicte y no
traicionen mis manos
Que encanto de sirenas pudiera
convencerme
Que hablo poesía
Mientras dibujo barcos que me llevan a ti
en sueños
En una mar tranquila iluminada por una luna
de plata
Como te digo poemas sin quererlo
Así trato de engañar a mi
verdugo
Disfrazando cuartillas en blanco
Cientos de cuartillas
Viejos poemas que nunca
escribí…
Eso cree mi verdugo
Y el dolor escapa.
Yo viajo en mi barco y en mis sueños
llego a ti
Como crees puedo hablarte de estas
cosas
Del azul del cielo, de tus ojos
negros
De tus labios y de tus
sueños.
Quien sabe porque
Sigo hablando de poesía.
La vida es un pequeño gato con
cascabeles
Que juguetea con nosotros.
El tiempo es un hobillo en sus
patas.
Saca tus miedos con la basura de la
casa.
Abre tu pecho a los olvidos
Que no guardan rencores.
Camina con los pies desnudos.
Se una mariposa nocturna en tus
sueños.
Tu sexo es una nube en el azul del
cielo.
Tu odio es mas fuerte que tu
Déjalo partir silencios en la
noche.
Tus manos son más puras que la
miel.
Por ello tus ojos son tristes.
Pero no dudes de nunca de la miel de tus
manos.
Cuídate de las esquinas del oscuras
del dolor.
Donde se esconden el miedo y el
relente.
Las aguas mansas de tu
corazón
Guardan un enorme pez que cuida tu
cabeza
Anuncian el vuelo de las
golondrinas
Pone el sol cada mañana, ahuyenta
todos los demonios
Profetisa el verso que no
escribiré
Y te hace mujer.
Ana nunca creyó en
dios…
Tu eres el ángel que me
guardas.
Aun cuando guardes este sentimiento
vano
Que ciento por ti.
Estoy perdido
Cuando me sitas un avemaría o un
padre nuestro…
Ana reza por mí todos los
días.
Mientras
Yo bebo ron con mis amigos todos los
días.
Suenan las campanas de la
iglesia.
Es domingo.
…que linda esta la luna
Redonda como una bola.
Así esta mi
corazón
Largo como una escopeta…
Le dije mientras bailábamos al son
de una cancion
Que no recuerdo.
No compaginábamos
Y mi corazón latia
doro…
Muy vieja para mí, dije.
Pero que hacer con el
deseó
Todo te domina en el intento
Soy un hombre…
Como cuando era chico
Y tenia que pelearme en la escuela por
honor…
Por simple vanidad
Porque nunca supe a esa edad que
coño es el honor…
Besos frios…
Toma mi teléfono.
Ella siempre quiso ser
escritora…
Pero todo lo guarda en su
memoria.
Quizá no quiere decirlo a
nadie.
Así juega con secretos y
mentiras…
No confía.
Nunca cena en la medianoche.
Por ello cree ser espiritual.
Los sueños no le fallan.
Ella los recuerda todos.
Sin embargo le da tristeza.
Se desnuda al aire
Danza y es feliz
Creyendo ser una hoja en el
otoño.
El mundo es absurdo…
Mientras
Usa el teléfono para enamorar a
extraños.
No estas y las noches siguen siendo
silenciosos.
El polvo aun esta en los
estantes.
El sol sale por el este
Siguen las guerras por el mundo
Los alcoholes, los amigos, el pan, los
frijoles
Y este entupido insomnio.
No estas
Y ya no me despierta la
impaciencia.
Tu voz
Que es como decir tu paisaje.
Tus manos como la harina.
Tus senos como la cuenta de mis
sueños.
Las peleas
Tus besos que espantan las
malicias
Atentos a las mías…
No estas
Y las noches siguen siendo
Laberintos leves de ti.
A la sombra de portales fosforescentes se
pasea lentamente
Arrojado de la cama mortuoria del
alba
Áspero mármol que arde
erizado
El paseo lleno de motivos de una
ciudad
El café
Las paredes húmedas
Es el instante del asombro ante la
maquina
Que desliza sus tentáculos en la
soledad
Solo sabes
Acaricias tus invenciones
Como un niño deslumbrado
El otoño hace sufrir las calles de
la ciudad
Pero en esta agua solo peces
noctámbulos
Con un cigarro entre labios te
deslizas
Ante la hora de regresar al fondo de la
brisa crepuscular
Ahora solo el cielo se vierte en tus
hombros
La primavera
De hojas tiernas te pondrá carisias
de salitre en el rostro
Con besos de savia y silencio
Cada atardecer anuncia develar el
día antiguo
De los campanarios y por tales
Ya en la noche
El amor de la mujer
Los últimos centavos
El aliento etílico y la
sonrisa
Inconsciente al fin de que dormías
ya para siempre
En los labios frios del destino
Sirena única
En el puerto donde los barcos hace mucho se
marcharon
De gritar tú nombre en los parajes
de esta Isla
Pero nada
Al final quedan las calles
Los portales y campanarios
Dos, tres, tragos, los amigos, las
noches.
Bombón esta parada en la
esquina
Es temprano pa el trabajo.
Se queja mucho pues no tiene que
gastar
Aun en los buenos tiempos
Acomoda su vestido de hilo rojo
Sabe que ellos sienten pasión por
ese color
Aunque no sea linda le queda
bien
La tarde apaga sus últimas
luces
El color amarillo de los faroles de
Gerona
La llenan de ansiedad
Ese hombre la mira
Sonríe nerviosa
Ven
Yo te invito a una cerveza
La noche le da un beso.
Somos enigmales del delirio
Asumimos el papel como pompas de
jabón
Somos Ceres delirantes.
Absortos en el dilema del ocaso
En los fronteras del absurdo
Somos Ceres delirantes
Y el quijote nos acompaña
Y Dalí y el greco, picazo
Las costumbres, el deseo
De ser Ángeles
Flotar, flotar…
Y no inventamos
Recordamos
Que hacer con el delirio de estas
horas.
Que no está y al mismo
tiempo…
Somos redondos
Somos la luna
Somos el cielo
, el circulo ártico
Con todo su frio.
Tras el mura de la verdad
Siempre hay escondido
un mentiros.
Autor:
Miguel Ángel
Palencia