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Antropología, sus ramas y campos de
estudio - La
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humano como individuo y como persona - Los
primeros grupos humanos - Ecosistema
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envejecimiento - Sociedad, cultura y
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desarrollo de la sociedad andina - La
desestructuración de la sociedad
andina - Los
ritos de transición andina - El
proceso de migración interna - La
sociedad como espacio de convivencia
desigual - Universidad y sociedad
Conjunto de disciplinas académicas que estudian
el origen y el desarrollo de la sociedad, de las instituciones y
de las relaciones e ideas que configuran la vida social. Las
ciencias sociales están formadas por la
antropología, la arqueología, la
sociología, las ciencias políticas, la
economía, la geografía, la historia e
historiografía, el derecho, la psicología, la
criminología y la psicología social.
La
Antropología
Estudio de los seres humanos desde una perspectiva
biológica, social y humanista. La antropología se
divide en dos grandes campos: la antropología
física, que trata de la evolución biológica
y la adaptación fisiológica de los seres humanos, y
la antropología social o cultural, que se ocupa de las
formas en que las personas viven en sociedad, es decir, las
formas de evolución de su lengua, cultura y
costumbres.
La antropología es fundamentalmente
multicultural. Los primeros estudios antropológicos
analizaban pueblos y culturas no occidentales, pero su labor
actual se centra, en gran medida, en las modernas culturas
occidentales (las aglomeraciones urbanas y la sociedad
industrial). Los antropólogos consideran primordial
realizar trabajos de campo y dan especial importancia a las
experiencias de primera mano, participando en las actividades,
costumbres y tradiciones de la sociedad a estudiar.
Historia:
Desde tiempos remotos, viajeros, historiadores y
eruditos han estudiado y escrito sobre culturas de pueblos
lejanos. El historiador griego Herodoto describió las
culturas de varios pueblos del espacio geográfico conocido
en su tiempo; interrogó a los informantes clave,
observó y analizó sus formas de vida —al
igual que los antropólogos modernos—, e
informó sobre las diferencias existentes entre ellas, en
aspectos tan importantes como la organización familiar y
las prácticas religiosas. Mucho más tarde, el
historiador romano Tácito, en su libro Germania (hacia el
98 d.C.), reseñó el carácter, las costumbres
y la distribución geográfica de los pueblos
germánicos.
En el siglo XIII, el aventurero italiano Marco Polo
viajó a través de China y otras zonas de Asia,
aportando con sus escritos una información muy amplia
sobre los pueblos y costumbres del Lejano Oriente.
Durante el siglo XV se exploraron nuevos campos de
conocimiento debido al descubrimiento por los exploradores
europeos de los diferentes pueblos y culturas del Nuevo Mundo,
África, el sur de Asia y los Mares del Sur, que dio como
resultado la introducción de ideas revolucionarias acerca
de la historia cultural y biológica de la
humanidad.
A lo largo del siglo XVIII, los estudiosos de la
Ilustración francesa, como Anne Robert Jacques Turgot y
Jean Antoine Condorcet, comenzaron a elaborar teorías
sobre la evolución y el desarrollo de la
civilización humana desde sus albores. Estos
planteamientos antropológicos y filosóficos
chocaban con el relato bíblico de la creación y con
los dogmas teológicos que afirmaban que determinadas
culturas y pueblos no occidentales habían caído en
desgracia divina y, por ello, habían degenerado hacia una
situación denominada peyorativamente
"primitiva".
El hallazgo de un fósil en Neandertal (Alemania)
en 1856 y los restos del hombre de Java (Homo erectus) en la
década de 1890, proporcionaron pruebas irrefutables del
larguísimo proceso de evolución del hombre. En la
abadía Boucher de Perthes (véase Jacques Boucher),
en las proximidades de París, se descubrieron
también diversos utensilios de piedra que corroboraron que
el proceso evolutivo de la prehistoria humana tal vez se
remontara a cientos de miles de años atrás. Desde
un principio, la arqueología se convirtió en una
compañera inseparable de la emergente disciplina
antropológica.
La antropología surgió como campo
diferenciado de estudio a mediados del siglo pasado. En Estados
Unidos, el fundador de dicha disciplina fue Lewis Henry Morgan,
quien investigó en profundidad la organización
social de la confederación iroquesa. Morgan elaboró
en su estudio La sociedad primitiva (1877) una teoría
general de la evolución cultural como progresión
gradual desde el estado salvaje hasta la barbarie (caracterizada
por la simple domesticación de animales y plantas) y la
civilización (iniciada con la invención del
abecedario). En Europa, su fundador fue el erudito
británico Edward Burnett Tylor, quien construyó una
teoría sobre la evolución del hombre que prestaba
especial atención a los orígenes de la
religión. Tylor, Morgan y sus contemporáneos
resaltaron la racionalidad de las culturas humanas y argumentaron
que en todas las civilizaciones la cultura humana evoluciona
hacia formas más complejas y desarrolladas.
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