Introducción
Los libros, las fotografías, los manuscritos, los
mapas y otros muchos documentos en soporte papel son vulnerables
al daño provocado no solo por la temperatura elevada y sus
cambios bruscos, sino además, por el exceso de humedad y
luz, y por su contacto con contaminantes químicos
(gaseosos y sólidos) y biológicos (microorganismos,
insectos, roedores, entre otros). Las alteraciones producidas por
microorganismos (bacterias y hongos), implica una
modificación de las propiedades fisicoquímicas y
mecánicas del soporte. Y hay que agregar cambios que se
producen desde el punto de vista estético. La intensidad
de éste deterioro está en función de la
composición química del material, de las
condiciones ambientales en donde se guarda o exhibe el documento
y del microorganismo o microorganismos asociados al
daño.
Los hongos, específicamente, se caracterizan por
su propagación y abundancia, jugando un papel importante
en los procesos de descomposición de la materia
orgánica, de la cual consiguen energía. Las hifas a
través de sus paredes secretan enzimas y ácidos
orgánicos (oxálico, fumárico,
acético, láctico, glucónico,
glucurónico, etc.) que descomponen proteínas,
carbohidratos y ácidos grasos, causando la
desintegración de la materia. La degradación del
papel involucra la descomposición de tintas
orgánicas y aditivos (encolantes, abrillantadores
ópticos, etc.), apresto (almidón o proteína)
y revestimientos, además de las fibras de celulosa. Entre
los géneros que mayormente causan el biodeterioro de
libros destacan: Aspergillus sp, Penicillium sp, Cladosporium sp,
Trichoderma sp, Stachybotris sp, Stemphilium sp, Alternaria sp,
Phycomicetes (Rhizopus sp y Mucor sp), Ascomicetes (Chaetmium sp)
y Chaetomium sp..
Los documentos atesorados en museos, bibliotecas y
archivos poseen la extraordinaria responsabilidad de soportar la
memoria pasada para las generaciones actuales y futuras, de
ahí la importancia de su conservación. Por eso se
ha confiado tradicionalmente en el uso de sustancias
químicas para la prevención rutinaria de
contaminación microbiana y como respuesta a las
infestaciones observadas. Sin embargo, a menudo los
químicos empleados no previenen y su aplicación no
puede corregir el daño ya ocasionado. Por otra parte, en
la actualidad, los químicos empleados son cada vez menos
utilizados debido a la creciente conciencia de que ponen en
peligro la salud: del personal que lo aplica; de las colecciones
atesoradas en estas instituciones culturales y del medio ambiente
que lo rodea.
La homeopatía (del griego
?µ???? homoios, "similar" y
p???? pathos, "sufrimiento"), creada a principios
del siglo XIX por el médico y farmacéutico
alemán Christian Friedrich Samuel Hahnemann (1755 -1843),
es una terapéutica que se caracteriza por el uso de
remedios carentes de ingredientes químicamente activos. Si
bien los remedios homeopáticos son utilizados
comúnmente con fines medicinales (humanos y veterinarios)
y en la agricultura, es poco conocido su uso en el control del
microbiodeterioro de materiales almacenados en instituciones
culturales.
Teniendo en cuenta estos elementos; los resultados
publicados por el Laboratorio Nacional de Investigaciones para la
Conservación del Patrimonio Cultural de la India –
referente a la utilización de drogas homeopáticas
como antifúngico en el control del microbiodeterioro en
documentos – y la cultura en relación al uso de la
homeopatía en Cuba – la cual data de 1846, cuando el
doctor Francisco Paula Escofet abre el primer consultorio
homeopático en La Habana -, fue intención de este
trabajo utilizar el Sulphur Iodatum (Ioduro de Azufre) 10 CH en
la desinfección de un libro, contaminado por hongo,
perteneciente a la colección que atesora el Museo "Ernest
Hemingway". Institución adscrita al Consejo Nacional del
Patrimonio Cultural de la República de Cuba y fundada en
1962. (Fig. 1).
Fig. 1. Casa Museo "Ernest Hemingway".
Finca Vigía.
Materiales y
métodos
El libro sometido a tratamiento homeopático fue
detectado con infestación fúngica en la Biblioteca
de la Casa Museo "Ernest Hemingway". La misma se apoderaba de
más del 30 % del total del documento e invadía
algunos folios y parte de la cubierta. Macroscópicamente,
el hongo tenía aspecto aterciopelado y era de color negro.
(Fig. 2 y 3).
Fig. 2. Biblioteca de la Casa Museo
"Ernest Hemingway".
Fig. 3. Documento con infestación
fúngica.
Análisis micológico
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