- Abstract
- Introducción
- Socialismo, revolución e izquierdas
- Lo nacional y lo oligárquico
- Los sesenta y la revolución
- La isla revolucionaria
- La juventud como sujeto social y político
- Juventud y peronismo
- Nuevos valores sociales
- La década más radicalizada (1966-1976)
- Estética e imaginarios
- Indumentaria, gestualidad y emocionalidad
- La sensibilidad
- Comunicaciones y formas
- Los mensajes revolucionarios
- Militancia integral
- Ser y parecer, o ética y estética
- En nombre del prójimo, de la patria, del padre o del hijo?
- La violencia
- La atracción de la muerte
- De mostrarse a esconderse
- ¿Qué fue lo que pasó?
ABSTRACT
Un repaso a la tragedia latinoamericana de los ´60 y ´70 tras el mito de la Revolución como ética y estética. El predominio de la segunda sobre la primera y el delirio egotista. La violencia y el culto de la muerte como redención y como trascendencia para unos, y como purificación para otros. El fracaso y la tragedia final.
PALABRAS CLAVE
Los años de plomo-la Revolución-Ser y parecer- Ética y estética- La violencia- La atracción de la muerte– Ego y trascendencia.
La mayoría de los intelectuales
han comprendido que
el "cielo"no se puede tomar por asalto.
Mejor dicho, que el cielo no existe.
Sólo tenemos la tierra, los hombres
y la posibilidad
de alcanzar transformaciones
mediante consensos".
Nélida B. Sosa (U.N.Co.)
INTRODUCCIÓN
Escribo en y desde el presente, a una distancia de entre tres y cuatro décadas posteriores al fin y al comienzo, respectivamente, del lapso más denso, complejo y conflictivo de esta evocación: el período de los tardíos sesenta y los tempranos setenta.
Tampoco importa en qué lugar geográfico sitúo mis recuerdos. No hago apología de hombres concretos, ni de agrupaciones políticas determinadas, ni de procesos o actos políticos particulares históricamente situados.
No levanto monumentos ni soy el protagonista. Soy un narrador que se involucra por momentos con los problemas de los protagonistas y se separa conscientemente en otros para decir solamente lo que desea decir, no lo que alguien espera o considera que debería decir.
De modo que a veces describo subjetividades en conflicto, a veces las interpreto desde un presente contemporáneo a los hechos y también desde el presente actual. Con la salvedad de que sé de lo que hablo.
Y aunque a veces pueda parecer que aquella época me absorbe, me somete y hago míos sus presupuestos no es así. Simplemente quiero enfatizar ciertos estados de ánimo, concepciones, sentimientos y emociones que eran experimentados conflictivamente, desgarradoramente, entre la euforia y el entusiasmo a menudo, y en ocasiones con angustia, miedo y terror.
Y si cuestiono los errores y delirios a que se llegó por entonces, y la violencia practicada por todos los violentos, me critico a mí mismo por haber heredado generacionalmente odios ajenos a mi alma y por haber celebrado durante un tiempo la muerte que otros situados en la primera línea de combate producían en nombre del Prójimo, de la Patria, del Hijo o del Padre, mistificación y liturgias mediante que íntimamente compartía.
Hoy, después de tanto fracaso y dolor, en lugar de haber aprendido las lecciones inexorables de la vida, nuestro país ha recaído en otra escalada mitificante y mistificante de aquellas décadas, en desmedro del análisis desalienante de tanto mito de patas cortas, o mitos negativos, como alguien los ha llamado inteligentemente.
Pese a que como nunca antes se habla hoy de espíritu crítico, la restauración de mitos al servicio de los unos y los otros continúa aceleradamente, entorpeciendo la revisión imparcial y la autocrítica por parte de protagonistas y testigos supérstites de aquel tiempo, en beneficio de sus descendientes y de la sociedad toda.
En consecuencia, asistimos a un estado de crispación a nivel neuronal cada vez más extendido, lo cual es más grave si se mira hacia atrás y se hace un balance sin complejos ni complicidades de la historia argentina del siglo XX y lo que llevamos del XXI.
Vaya mi más profundo agradecimiento a Nélida Beatriz Sosa por su generosa y solidaria colaboración en la lectura y corrección de este trabajo y por su permanente apoyo y estímulo.
Dedico este trabajo a los jóvenes de hoy que con cuarenta años de retraso se hallan abonados a la estética de la violencia de aquella época desconociéndola profundamente -aunque la responsabilidad por ello no les corresponda en exclusiva-, y que como nosotros por entonces se sienten hoy vacíos y divididos entre el corazón y el cerebro, entre los sueños y la razón.
Antes de que sea demasiado tarde y aunque sólo lo fuera para mí.
I
SOCIALISMO, REVOLUCIÓN E IZQUIERDAS
Desde mediados del siglo XIX se esparcía avasalladoramente por toda Europa un nuevo tipo de escozor sobre la sensibilidad colectiva, proveniente del choque entre las interpelaciones que una realidad social conflictiva y deshumanizada efectuaba a millones de individuos desorientados por el fracaso de la dialéctica entre una racionalidad positivista y un romanticismo nostálgico incapaz de brindar una nueva síntesis superadora.
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