Los paradigmas y su relación con la explicación del mundo (página 2)
La civilización romana no escapa de dar su aporte
en la explicación del mundo y de cómo se conoce el
mismo. La necesidad de mantener el imperio y ejercer control
sobre las masas, impulsa una tendencia de aristócratas que
se dediquen a ejercer la oratoria y la retórica como
estrategia de sugestión del ejército. Se desplaza
la tendencia filosófica de explicación del mundo
por considerarse meramente instructiva y poco útil para la
expansión del poder. De esta manera, se crea el brazo
burocrático (formación de gran cantidad de
funcionarios) del imperio, dedicado a la discusión de los
asuntos éticos y morales que pudieran incidir en la
conciencia del pueblo y mantenerlos sumisos ante el vasto y
creciente imperio opresor y esclavista que Augusto estaba
manejando.
Con el auge del cristianismo y la caída del
Imperio Romano, la Iglesia se apodera del control sobre el
conocimiento y la forma de pensar. Se juzga, persigue y mata a
quien se atreva a desafiar la explicación del mundo
cristiana. El conocer y la existencia del hombre se hace tarea
exclusiva del clero quien reduce toda explicación a la
existencia de Dios y la voluntad del mismo para que el orden
social sea tal como es. Buscar una explicación más
allá de la que la Biblia ofrecía, era tarea de
erejes que el mismo escrito profetizaba. No es casual
que el mundo estuviera estancado de conocimiento por tantos
siglos, pues el control de la voluntad de los pensadores
era casi absoluto por parte de la Iglesia. Es sólo hasta
el siglo XVIII cuando realmente se alza una generación de
críticos y rebeldes que se atreven a impulsar las
ideas que desde el siglo XVI ya se venían desarrollando
con pensadores como Rosseau, Montesqueiu, Voltaire, Locke, Kant,
entre otros. Algunos autores consideran que se puede hablar de
modernidad desde el siglo XV e incluso otros, consideran que
Copérnico es quien marca el hito entre el pensamiento
cristiano y la modernidad. No obstante, aquí trataremos la
modernidad desde el siglo XVIII con el pensamiento de Marx, que
aunque no es el dueño del materialismo
histórico dialéctico, es quien lo expone con ideas
científicas y filosóficas aplicadas a una realidad
histórica social.
Con las ideas de Newton y Descartes, el mundo empieza a
explicarse a partir de una relación espacio-tiempo-masa y
la física y las matemáticas pasan a ser las
ciencias de la explicación de todo lo existente. El
pensamiento del hombre pasa de un plano filosófico a un
plano de racionalidad instrumental expresada en el pensamiento
cartesiano; es decir, que el mundo se conocía
exclusivamente a través del método
científico: hipótesis, variables,
observación, conclusiones. Así como la materia esta
organizada en estructuras, el orden social también debe
ser organizado y cada estructura debe tener una función
que garantice el funcionamiento perfecto, tal como la materia
funciona en las explicaciones de la física. Todo aquel que
no entendiera su lugar dentro del orden social
establecido por las élites del pensamiento, pues se
consideraba disfuncional y debía ser corregido. El noble
debía ser noble toda su vida y el aristócrata
debía ser aristócrata, de no ser así, el
mundo no funcionaría. Casi 3 siglos estuvieron marcados
por esta forma de concebir el mundo y de conocer al hombre en su
entorno. No obstante, Carlos Marx a través de su obra
más conocida El Capital, sugiere una manera distinta de
entender al hombre y buscar un orden social distinto. Marx
explica el mundo a través de las relaciones sociales de
producción y estimula una visión dialéctica
de las ideas. Se rebate el raciocinio cartesiano y el discurso
cuantitativo objetivo. Propone la necesaria conciencia de clases
(subjetividad) como camino al conocimiento, lo que implica el
reconocimiento del sujeto como sujeto histórico y social.
Con estas ideas, surge un nuevo paradigma de conocimiento dentro
de la misma modernidad y de aquí, los apologistas de las 2
corrientes matriz como son el materialismo histórico
dialéctico y el positivismo.
3.- La
modernidad
Hurtado y Toro (2007), nos proponen clasificar la
modernidad en 3 paradigmas fundamentales, con la cual,
pudiéramos hacer una caracterización interesante
para explicar las maneras de pensar que hoy día
están conduciendo nuestra organización y
vinculación con el mundo.
El paradigma analítico, propone
la razón como única autoridad, fundamenta el
conocimiento en los hechos, las verdades son observables en tanto
que, la experiencia es la fuente de todo conocimiento. Lo no
medible u observable no es ciencia, no es conocimiento valido ni
aceptable para explicar el mundo. La teoría debe
confrontarse y comprobarse con la praxis. Las subjetividades no
deben incluirse en los resultados de la investigación, no
aceptan juicios de valor. Los fenómenos están
sujetos a las leyes naturales y el método para conocer es
el hipotético deductivo (cuantificable). Esta forma de
pensamiento fue desarrollada a plenitud por Augusto Comte a
partir del Positivismo como corriente científica. En esta
corriente se suscriben los idealistas, neo positivistas,
empírico-criticistas y pragmáticos, que no son
más que los herederos de este paradigma, quienes han hecho
ajustes al método según el objeto de conocimiento,
sin perder la esencia y principios que marcan esta
concepción del mundo.
El paradigma dialéctico, propone
la contradicción como principio heurístico de lo
real y lo real, es una trama de relaciones complejas. Utiliza la
razón dialéctica, es decir, la vinculación
del ser con su entorno y la posibilidad de cambiar la realidad,
la cual es inacabada. El sujeto es reconocido como ser social que
participa de una realidad inextinguible y no puede ser explicada
por hechos meramente observables. Considera la necesidad de
mezclar la subjetividad para la explicación del mundo y su
método de conocimiento es el hipotético
dialéctico (cualificable), en el cual se valoran las
contradicciones del contexto histórico social. Esta forma
de pensamiento fue desarrollada a plenitud por Carlos Marx a
partir del materialismo histórico dialéctico, ya
iniciado con las ideas de Hegel y otros pensadores, pero que es
con el capital cuando se reconoce como una corriente del
pensamiento científico. Para muchos, esta postura aun es
irreconocible como científica y válida. En esta
corriente se suscriben los marxistas y neo marxistas.
El paradigma sistémico se
fundamenta en la realidad vista bajo una concepción
sistemática en donde la integración de elementos
cumple funciones y configura estructuras. Es decir, que el
conocimiento implica una interacción entre el conocer y el
objeto conocido donde actúan factores genéticos,
biológicos, psicológicos y culturales, influyendo
todos en la conceptualización que se haga del objeto
(Hurtado, 2007: 29). Esta corriente del pensamiento se desarrolla
a partir de las ideas de Parson y su teoría de los
sistemas, propuestas en la primera mitad del siglo XX. Se
identifican con esta corriente del pensamiento los funcionalistas
y estructuralistas)
Como vemos, el siglo XVIII, XIX y XX estuvieron marcados
por una gran controversia sobre las maneras de entender el mundo,
siendo el positivismo, el paradigma más respetado,
aceptado y aun defendido a ultranza por los más
conservadores, sobre todo de las ciencias puras, en pleno siglo
XXI. El materialismo histórico, no pasó
desapercibido, pero aun sigue solapado en el pensamiento
académico y ha sido punta de lanza en la revolución
de pensamiento que marca los finales del siglo XX, en el cual se
abre campo la post modernidad como tendencia de los nuevos
paradigmas que cuestionan y ponen de la lado las posturas
positivistas y marxistas, por tildarlas de obsoletas y no
ajustadas a nuestra realidad social que marcada por el progreso,
la tecnología y el sistema económico, ha surgido
nuevas formas de convivir y de establecer relaciones con el mundo
que nos rodea.
4.- La
postmodernidad
Las últimas dos décadas del Siglo XX
estuvieron marcadas por un avance muy rápido en las formas
y estilos de vida, se da una ruptura de fronteras entre las
naciones por el denominado fenómeno de la
globalización del mercado que trae consigo
alienación, enajenación y
transculturización. Es por ello, que desde la
antropología se inicia una generación de
científicos que buscan interpretar los símbolos,
lenguaje, contenidos, tramas de relaciones sociales y todo aquel
contexto que implicaba el fenómeno globalizador. Pero la
interpretación requería que fuera el mismo sujeto
quien lo interpretara y le diera significado a cada código
establecido y de esta manera, explicar el mundo, no desde la
visión de otro poseedor de la verdad, sino desde
un yo que defina mi verdad. De esta manera, se
pone en moda una onda cualitativista que explica al ser
y su contexto, estableciendo que cada explicación es
única y no es proyectable para explicar otra realidad. Es
así, como nace un nuevo paradigma basado en lo
dialógico, exponente del método hipotético
inductivo como camino a sus observaciones y en la cual se
suscriben algunas modalidades de investigación, hoy
día identificadas como hermenéutica,
etnografía, historias de vida, fenomenología y la
investigación acción participativa. Esta
última, nace como una tendencia del materialismo
histórico dialéctico, pero en los últimos
años se le han dado giros metodológicos que
pudieran inscribirla como otra corriente mas del postmodernismo,
ya que apoya y se apoya de las corrientes propias de la
postmodernidad.
En la educación, la postmodernidad ha marcado un
hito significativo para la transformación de la academia y
por ende, del paradigma conductista (heredero del positivismo)
que orientaba la educación en el orbe. Las tendencias
postmodernas, sugieren un camino distinto para lograr el
aprendizaje a través del reconocimiento de los
significativo y el bagaje que trae el sujeto desde su
socialización con el grupo de pares. Es decir, se rompe
con el tradicional concepto de aprender por la vía de la
memorización y la academia. Se valora los saberes
cotidianos y se identifican cualidades más que cantidades
cuando se trata de evaluar conocimiento. Esta concepción,
identificada como constructivismo, resalta la mayor influencia de
la postmodernidad en la pedagogía y la
didáctica.
A manera de
reflexión
Hasta aquí no hemos visto más que un paseo
por la historia y el cómo se ha influenciado la manera de
conocer y de definir la verdad, a partir de lo que una
élite ha decidido que es lo aceptable. Hemos visto, como
el conocimiento siempre ha estado controlado por el poder y
decidido por quien interpreta lo observable. Ni siquiera la
postmodernidad escapa a un control ni a una élite que
decida cuál es la verdad observable. Parece
razonable pensar que la propuesta postmoderna de
contemplar y no interferir en la interpretación
del otro, también es una manera estratégica de
validar la organización del mundo y sus desiguales
condiciones y formas de vida, donde una clase oprime a otra y lo
que siglos atrás se explicaba con al argumento
divino para validar la esclavitud, pregonando que era
necesario dicho sufrimiento para alcanzar el cielo, hoy
día, con la postmodernidad se justifica cualquier miseria,
argumentando que debe respetarse el mundo del otro y que
esa miseria es un conjunto de símbolos, códigos y
significados que enaltecen la condición de
sujeto que tiene el miserable.
Como marxista, creo que ciertamente las
categorías de análisis de Marx requieren de ciertas
adecuaciones a nuestro contexto globalizado, pero también
creo que es la aproximación más válida para
explicar el mudo y cuestionar la manera de manejar el
conocimiento y la ciencia. Claro está, el materialismo
también es una manera de controlar el conocimiento porque
explica el mundo de una manera que favorece a una clase social.
De alguna manera, la explicación del mundo debe favorecer
a alguien y no podemos escapar de ello. No creo que pueda existir
una visión imparcial o ajena a la subjetividad de quien lo
explica. Por ende, si debo favorecer a alguien, que sean los
oprimidos y excluidos quienes salgan beneficiados. A fin de
cuentas, la verdad es relativa, la sociedad es el producto de
quien decidió que así debería ser. Debemos
tener la humildad de reconocer que no somos nadie para
determinar lo bueno y lo malo.
Recuerdo la obra de Frank McCourt, El Profesor, unas
memorias de lo que fue su vida como docente y en la cual
pasó años tratando de ser reconocido y respetado,
nunca claro de por quien quería ser respetado o reconocido
porque cada vez que su yo le decía la
acción más pertinente, terminaba siendo juzgado por
sus pares, sus estudiantes o por sí mismo. Pasó una
vida debatiéndose entre lo quería ser, lo que
quería hacer y lo que los otros esperaban de él.
Finalmente, ya casi al culminar sus años de
enseñanza comprendió que el respeto que esperaba
siempre lo había tenido, pero el mismo era quien no se lo
permitía, al permanecer en una dura lucha entre lo que
aprendió, lo que creía y lo que debía hacer
correctamente. He aquí la analogía con lo
que implica buscar la verdad. Pasas la vida entera queriendo ser
dueño del conocimiento, criticando, cuestionando y no te
das cuenta que siempre fuiste dueño del saber porque cada
elemento que todos los días sumabas, forma parte de tu
verdad. En el mundo de las ciencias sociales y humanas, se pasan
años buscando explicar lo que sucede en el mundo y
queriendo complacer a todas las posturas, al igual que McCourt,
algún día llegará el momento en que las
ciencias sean capaces de aceptar su derrota y reconocer que
siempre han tendido la razón, pero que esa razón
sólo es explicable en un momento y lugar y que no hay que
despreciar las verdades consiguientes.
FUENTES
CONSULTADAS
Ander-Egg, Ezequiel (1995) Técnicas de
Investigación Social. Editorial Lumen, Buenos
Aires.
Hurtado, Iván y Toro, Josefina (2007) Paradigmas
y métodos de investigación en tiempos de cambio.
Editorial CEC, S.A, Caracas.
Martínez, Miguel (2009) Ciencia y arte en la
metodología cualitativa. Editorial Trillas,
Caracas.
Martínez, Miguel (2009) Nuevos paradigmas en la
investigación. Editorial Alfa, Caracas.
McCourt, Frank (2005) El Profesor. Editorial Norma,
Bogotá.
NUEVA CÚA, FEBRERO 2010
INSTITUTO PEDAGÓGICO DE MIRANDA "JOSE MANUEL SISO
MARTÍNEZ"
PROGRAMA DE POSTGRADO
MAESTRIA EN EDUCACIÓN MENCIÓN ESTRATEGIAS
DE APRENDIZAJE
MATERIA: TENDENCIAS EDUCATIVAS MODERNAS
Autor:
Isabel González
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