Introducción
El devenir histórico ha forjado hombres de grandeza
incomparable. Toda su gloria se centra en lo profundo y genuino
de cada obra realizada que conforma la expresión de
aquellos valores que
como guía, los orientaran en el camino progresivo por un
mundo mejor.
Hoy día se hace necesario rescatar del pasado lo que
falta en el presente: hombres que, como expresara Martí,
sean orientados por su sistema de
valores hacia posiciones transformadoras y de compromisos con las
exigencias históricas de la sociedad en
que viven.
La crítica
y convulsa situación mundial que hoy acontece reafirma la
necesidad de dar a la formación en valores, un lugar
primordial dentro de las prioridades de cualquier sistema, pues,
a pesar de la preocupación de filósofos y científicos de escala
internacional, no se ha logrado que las nuevas generaciones
asimilen los cambios que se han estado
efectuando y se apropien de aquellos valores que cada sociedad
establece.
Cuba no está exenta de ello, ya que, con el triunfo de
la Revolución, la sociedad ha sufrido un
complejo y dinámico proceso de
transformaciones que, junto a las circunstancias vividas en la
década del 90 y las medidas tomadas para tratar de
sobrellevar las difíciles situaciones atravesadas a
raíz del agravamiento global y la injusta política de
aislamiento y bloqueo del gobierno
norteamericano, han originado cambios en la esfera espiritual e
ideológica, incidiendo en las tendencias principales que
regulan las actitudes y
conductas, así como en las orientaciones valorativas de
muchas personas.
Por ser la formación en valores un proceso formativo de
gran complejidad donde inciden todo un conjunto de influencias a
las que se ve sometido el hombre
desde la infancia, se
dio a la escuela
(institución por excelencia encargada de conducir el
proceso docente – educativo durante un largo periodo de
tiempo) la
tarea de dirigirlo contando con los elementos y el personal
preparado para el logro pleno del objetivo
propuesto: la formación general integral de niños,
adolescentes y
jóvenes.
Desde entonces el Ministerio de Educación (MINED), y
tomando como modelo las
experiencias legadas por grandes pedagogos cubanos: Félix
Varela, José de la Luz, Martí,
establece cambios en los contenidos educativos que permiten poner
en correspondencia con las necesidades y preceptos de la
sociedad, los objetivos
formativos de estos, transformándolos y
adaptándolos ante las influencias que afectan el desarrollo del
ser humano y forman parte de su vida social.
Respondiendo a la imperiosa necesidad de fortalecer el sistema
de valores en la sociedad cubana, se han realizado investigaciones
que analizan desde distintas perspectivas el problema:
filosófica, psicológica, sociológica,
pedagógica, destacándose, en el ámbito
nacional, figuras como Fabelo (1989), Báxter (1996, 2000,
02, 07), Chacón (1999, 2000 y 2005), Silvestre (2002) y en
el provincial, Batista Rodríguez (2001), Ortiz
Ocaña (2002), Domínguez (2003), Mendoza (2003),
Elizabet Segura (2003), Acebo (2005), Borrego (2005), Batista
Tejeda (2006), Díaz (2009) entre otros que, apartir de los
resultados alcanzados en la práctica educacional, han
profundizado en la necesidad de la formación en valores a
través del proceso docente educativo, enfatizando la
importancia de la clase y el
profesor como
factores primordiales en el desarrollo del mismo y mostrando
ejemplos de cómo hacerlo en diferentes enseñanzas y
materias, según las particularidades y contenidos de las
mismas.
Los aportes teóricos y prácticos de
los investigadores mencionados, han tenido gran
significación en la esfera educacional cubana; sin embargo
se debe continuar insistiendo en la necesidad de profundizar y
renovar la labor educativa encaminada al fortalecimiento en
valores del estudiante de preuniversitario, en el que aún
prevalecen manifestaciones negativas como:
Ausencias injustificadas e impuntualidades a
los turnos de clase y al retorno del pase.Reiteradamente no realizan los trabajos
independientes orientados en clase.Incorrecto uso, deterioro o pérdida de
la base material de estudio y de vida, la propiedad
social y demás medios que
el estado
pone a su disposición.Incumplimiento de las tareas que se le
asignan así como con la norma establecida en las
labores agrícolas.Abandono de la guardia estudiantil.
Salida sin autorización, del centro.
Tales actitudes han sido tratadas de forma general en los
diferentes espacios que se proyecta la escuela para
desempeñar su labor formativa, no obstante no se ha
logrado la objetividad de los turnos de Debate y
Reflexión en este sentido.
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