- Literatura
- Naturaleza
y Funciones de la Literatura - Estilo y
Estilística - Escuelas
Literarias - Género
Literario
La teoría literaria es la teoría
de la interpretación de la literatura y la crítica
literaria. Su historia comienza con la
poética griega clásica y la retórica e
incluye, desde finales del siglo XVIII, la estética y la hermenéutica. En el siglo XX, el
término "teoría" llega a ser un paraguas para una
gran variedad de estudios teóricos, la mayoría de
los cuales tienen origen claro en varias tendencias de la
filosofía continental. En muchas
discusiones académicas, los términos "teoría
literaria" y "filosofía continental" son casi
sinónimos, aunque algunos estudiosos argumentarían
que cabe establecer una distinción clara entre uno y
otro.
Creación
Literaria
La creación literaria es un fenómeno que se
produce en todas las culturas. En algunas sólo se ha dado
de manera oral, mientras que en otras se ha manifestado en forma
escrita. Desde la antigüedad, el hombre se
ha preocupado por descubrir los hilos que sostienen la obra
artística. El primer cuerpo de reflexiones que
analizó y discutió el concepto de la
creación, y que describió los diversos
géneros fue la Poética de Aristóteles. Existen otros tratados de este
tipo como la, de Horacio, dirigida a los jóvenes hijos del
noble Pisón que se iniciaban como escritores.
Aunque ni Aristóteles ni Horacio pretendían
dictar reglas para la creación, sino meramente indagar la
naturaleza de
la misma, las interpretaciones posteriores les adjudicaron dicha
intención. Y así surgieron las preceptivas
inspiradas en las ideas clásicas, como la de Boileau, del
último cuarto del siglo XVII en Francia, o
como la de Luján, en el siglo XVIII en España.
Este tipo de tratado ya no se acepta hoy como la única
interpretación posible de las realizaciones literarias,
pero es por lo menos imprudente desconocerlos cuando uno intenta
aventurarse en la creación literaria. Las letras modernas
registran un fenómeno expresivo muy peculiar;
prácticamente cada autor crea sus propias reglas para
configurar su universo
artístico.
Hay, sin duda, tendencias y gustos que agrupan bajo un mismo
espíritu a los escritores de una época, pero ni
siquiera estos movimientos o escuelas los ciñen a
preceptos o regulaciones. De ahí la dificultad que notan
algunos lectores al enfrentarse con las obras actuales y tratar
de interpretarlas. La literatura moderna exige del lector un
deslinde de los elementos que el autor maneja, con el objeto de
descubrir los principios en que
este se apoya para sostener su creación. El lector tiene
que ser también creador. El crítico catalán
José María Castellet señala muy claramente,
en el título de uno de sus libros de
ensayos, lo
que caracteriza a la literatura contemporánea: se vive La
hora del lector.
A pesar de esta individualidad de los autores modernos, en
cuanto a los moldes, existen clasificaciones para orientarse
frente al fenómeno literario. Y estas resultan aun
validas, tanto para aplicarlas a las obras de la antigüedad,
como a las del presente. Sin Embargo, debe recordarse que la obra
literaria de calidad es un
universo en si misma, y como tal, contiene una variedad de
combinaciones. De ahí que estas categorías solo
tengan un propósito orientador que no debe considerarse
definitivo. Hay múltiples ejemplos de combinaciones, en
una misma obra, de las tres actitudes
básicas del creador: La lírica, la épica o
narrativa y la dramática. Si una de estas actitudes
predomina sobre las demás, es fácil determinar a
que genero pertenece
la obra; pero si no fuera así, la tarea se hace
complicada, y en algunos casos casi imposible.
Aquí hay que mencionar dos actividades estrechamente
vinculadas a la literatura: el ensayo y la
oratoria.
Tanto el planteamiento razonado de ideas alrededor de un tema
como el discurso para
convencer a un auditorio o para conmoverlo por medio de la
palabra, son susceptibles de caer bajo las categorías y
reglas del arte literario.
Para someter un material al juicio estético es necesario
observar las funciones del
lenguaje. De
estas funciones, la primordial es la
comunicación, cuyo propósito más
inmediato es servir de instrumento para expresar las necesidades
humanas en su nivel utilitario. Cuando el lenguaje se
emplea para expresar las concepciones del mundo interno o externo
del hombre, ocurre
un cambio de
nivel. Aunque los moldes utilizados para estructurar el idioma
son básicamente idénticos, la diferencia radica en
el cuidadoso celo con que un creador eleva la expresión
para sacarle el mejor partido a la palabra. El producto de
este quehacer es lo que se conoce como literatura. Y a la manera
singular que tiene cada autor de combinar los elementos del
lenguaje y de utilizar sus posibilidades expresivas es lo que se
conoce con el nombre de estilo.
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