- Desarrollo
- La
explotación infantil - Nuestra
realidad. Experiencia cubana - Conclusiones
- Recomendaciones
- Bibliografía
Introducción
Durante más de dos mil años la humanidad
anduvo largos y tortuosos caminos para llegar a la
civilización primero, y luego a los actuales niveles de
progreso, cultura y
tecnificación. Sin embargo, hoy, cuando gran parte del
mundo se interconecta por computadoras y
los adelantos de la ciencia
lindan, con lo que hace apenas unos años era una mera
ficción, en América
Latina 20 millones de niños
no tienen acceso a la información, 18 millones de infantes entre
5 y 15 años de edad son laboralmente explotados,
más de 20 mil son "adoptados" por países
desarrollados a través de operaciones que
en su gran mayoría son de carácter ilícito.
A los "enemigos antiguos" de la infancia
(enfermedades,
desnutrición, desastres
naturales, conflictos
bélicos, entre otros) se le unen otros nuevos como la
desintegración familiar, la violencia,
las drogas, la
explotación y abusos sexuales, las contaminaciones y
deterioro del medio ambiente
y hasta la dantesca realidad del secuestro de
niños para el tráfico de órganos.
Diversas organizaciones
internacionales como UNICEF, UNESCO, OMS, OPS, vienen desplegando
ingentes esfuerzos por acompañar a los países en un
conjunto de acciones que
ayuden a atenuar el impacto que estos males causa a la
infancia.
En Cuba, la vida
y el desarrollo, el
presente y porvenir de los niños son objeto de atención permanente y constante disfrutando
de particular protección por parte del estado y la
sociedad.
El presente trabajo,
persigue como objetivo
realizar un esbozo de las principales formas del maltrato
infantil existentes en el mundo, denunciando las más
comunes, reflejamos el cumplimiento en nuestro país, Cuba,
de los lineamientos principales estipulados en la
Convención de los Derechos del
Niño.
Además pretendemos enfocar nuestra
atención sobre las acciones de índole objetiva, que
constituye toda la gama de factores dentro de los cuales se
destacan los genéticos, tóxicos, infecciosos,
traumáticos, neurológicos, hemorrágicos,
nutricionales, etcétera, que ejercen influencia negativa
desde la concepción, la gestación, el parto y la
época neonatal y como causa de estos factores el retraso
mental parálisis cerebral, trastornos del habla y del
lenguaje, todo
lo cual afecta el normal desarrollo del psiquismo de estos
niños y por ende constituye maltrato y la de índole
subjetiva que van a constituir maltrato hacia la psiquis del
menor por entorpecer su desarrollo, haciendo énfasis en la
cultura de nuestro pueblo en cuanto a las tradiciones sobre las
formas de educar a nuestros hijos, dentro de estas con especial
fuerza las que
se refieren a las formas de mantener la disciplina, la
manera de sancionar las faltas, el
modo de expresar afectos, como se juega, hasta donde se permite
independencia,
aceptación de la individualidad,
etcétera.
Reflexionamos acerca de la necesidad de alentar a la
humanidad para trabajar de forma unida por un futuro mejor,
seguro, sano y
productivo para los niños. Esperamos que el mensaje
aquí encerrado, llegue a todos los que escuchen o lean
el trabajo,
convirtiéndose en continuadores de la esperanza en aras de
garantizar nuestro futuro.
Desarrollo
Desde épocas remotas y a lo largo de los siglos,
el tráfico de seres humanos y la esclavitud de los
más débiles a favor de los encumbrados faraones,
sultanes, califas, césares, emperadores, reyes y
patriarcas, fue una institución generalmente aceptada; no
se circunscribe a determinada región, porque ninguna zona
del planeta escapa a tal infamia.
Asia, África y
Europa usaron y
abusaron de estas palancas humanas para mover el mundo y avanzar
hacia formas superiores de "civilización" . América, por tanto, no constituyó
una excepción. Luego del engañoso "encuentro entre
dos mundos", los primeros en sufrir en propia piel estos
rigores fueron sus pobladores autóctonos. Pero cuando los
colonialistas españoles, portugueses, ingleses, franceses
y holandeses comprobaron que los aborígenes enfermaban y
morían como moscas – si no se suicidaban en masa o en
solitario -, decidieron sustituirlos por musculosos y fuertes
esclavos africanos.
La esclavitud comenzó a desarrollarse con fuerza
desde el siglo XVI en la llamada América Española.
Pero en general tuvo momentos de auge y decadencia como cuando en
1807 el Reino Unido prohibió en tráfico y
más tarde, en 1833, la esclavitud de las colonias,
ubicadas en la Cuenca del Caribe.
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