- Introducción
- La
enfermedad - Agente
etiológico. Ciclo vital - Bioquímica
del parásito - Fisiopatología
- Clínica
- Diferencias
entre especies de Plasmodium - Inmunidad
- Diagnóstico
- Tratamiento
- Los genes
en la resistencia a la malaria - Vacuna
contra la malaria - Resistencia
de Plasmodium spp a las drogas - Referencias
bibliográficas
Resumen
La malaria humana es una enfermedad parasitaria cuyos agentes
causales son protozoarios del género
Plasmodium, especies ovale, vivax, malariae y
falciparum. La enfermedad se transmite por la picadura
infectante de las hembras de los mosquitos del género
Anopheles. El ciclo biológico es complejo, y se
compone de dos fases fundamentales: una esporogónica que
tiene lugar en el agente transmisor, y cuya forma infectante para
el hombre son
los esporozoitos; y otra esquizogónica que tiene lugar en
el hombre y, que
a su vez, se subdivide en dos etapas, una preeritrocítica
que se produce en el hígado y otra eritrocítica que
tiene lugar en los glóbulos rojos y su forma infectante
para los mosquitos son los gametocitos. Son varios y complejos
los mecanismos por los cuales este parásito produce
daños al organismo humano, entre los que se destacan la
destrucción de eritrocitos, pigmentación de
tejidos y
alteraciones vasculares. El cuadro clínico se presenta de
forma variable, pero con un componente más o menos
constante que es el acceso palúdico caracterizado por
escalofrío, fiebre y
sudación. De acuerdo con las condiciones del paciente y la
especie de Plasmodium, será la seriedad del caso;
y se pueden presentar anemia,
esplenomegalia, hepatomegalia, trastornos pulmonares,
cardíacos, renales, digestivos, hemorrágicos y del
sistema nervioso
central, daños que pueden llevar al paciente a
la muerte,
sobre todo en casos de infección por P.
falciparum y especialmente en los niños.
Para establecer el diagnóstico, se deben estudiar los aspectos
clínicos y de laboratorio.
En este último por demostración del parásito
en alguna de sus fases de desarrollo,
para lo cual se recurre al examen de frotis y gota gruesa de
sangre.
Existen pruebas
serológicas que también ayudan al
diagnóstico, entre las que se citan pruebas de
hemaglutinación indirecta, inmunofluorescencia indirecta y
la inmunoabsorción ligada a enzimas. El
tratamiento de la malaria se realiza con drogas
depresivas y drogas de erradicación. La finalidad
primordial es tratar la malaria de forma inmediata, eficaz y
segura.
Palabras Claves: Plasmodium, Malaria, paludismo.
Introducción
El término malaria proviene del italiano
medieval "mala aria" (mal aire) y se
originó en el siglo XV?? en Italia, por la
muerte de los
pacientes después de fiebres intermitentes, llamadas
fiebres romanas y se le llamó también
paludismo, del latín "palus" (pantano) porque se
atribuía al aire malo de los pantanos. Estas fiebres ya se
conocían antiguamente en China,
India y
Mesopotamia,
pero el primer registro de
fiebres cotidianas, tercianas y cuartanas fue hecho por
Hipócrates en el siglo V a.n.e. Griegos y Romanos
conocían la asociación entre estas fiebres y los
pantanos 7, 19.
El protozoario fue descrito por primera vez en la sangre de un
paciente por Charles Laveran en 1880, el cual observó el
parásito en un frotis sin teñir de sangre fresca.
En 1891, Romanowsky creó una técnica para
teñir frotis sanguíneos con el fin de estudiar con
precisión la etapa eritrocítica de la malaria. En
1897 William Mac Callum observó la penetración y
fertilización del gameto femenino y comprobó que
había un ciclo sexual en la malaria. El papel del mosquito
como vector palúdico fue postulado por Sir Patrick Manson
después de demostrar que la filaria podía
desarrollarse en los mosquitos. Los estudios de Sir Ronald Ross
en 1898 demostraron que en el paludismo aviario, el protozoo se
desarrollaba en el intestino de mosquitos infectados y emigraba a
las glándulas salivales desde donde podía infectar
pájaros sanos. Unos meses más tarde, Bignami,
Bastianelli y Grassi comprobaron la transmisión del
paludismo al hombre por mosquitos del género
Anopheles 7, 19.
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