El desarrollo y,
en general, la vida del ser humano se desenvuelve a través
de sucesivas etapas que tienen características muy
especiales. Cada una de ellas se funde gradualmente en la etapa
siguiente. Sin embargo, no hay un acuerdo unánime para
determinar cuántas y cuáles son esas etapas.
Tampoco se puede decir cuándo comienza exactamente y
cuándo termina cada etapa, pues en el desarrollo influyen
diversos factores individuales, sociales y culturales. Por eso se
dice que cada ser humano tiene su propio ritmo de
desarrollo.
En general, se considera que las etapas del desarrollo
humano son las siguientes:
Etapa pre-natal
Se desarrolla en el vientre materno, desde la
concepción del nuevo ser hasta su nacimiento. Pasa por
tres periodos:
Periodo zigótico: Se inicia en el momento
de la concepción, cuando el espermatozoide fecunda al
óvulo y se forma el huevo o zigoto. Este comienza entonces
a dividirse y subdividirse en células y
aumenta de tamaño hasta formar el embrión, que al
final de la segunda semana se arraiga en el
útero.
Periodo embrionario: Dura unas 6 semanas, en las
cuales el embrión se divide en tres capas que se van
diferenciando hasta formar el esbozo de los diversos sistemas y
aparatos corporales.
Periodo fetal: Es la culminación del
embrión. El feto ya tiene
la definida forma de un ser humano, que después de
desarrollarse aceleradamente durante 7 meses, abandona el
claustro materno en el acto del nacimiento.
Hoy en día se da mucha importancia a esta etapa,
puesto que se ha comprobado que precedentemente al nacimiento hay
formas de actividad. La madre, con sus situaciones psicoafectivas
troquela en el feto su propia urdiembre. Por medio de ella llegan
al niño los primeros mensajes de la vida. Recepta la
alegría o la contrariedad del padre, el alborozo o
fastidio de sus hermanitos, las angustias y satisfacciones de la
madre…
Esta etapa es la materia prima
de las demás. Se está gestando ya el futuro de su
personalidad.
Todo lo que pasa dentro y fuera de su fuente vital deja huella en
su ser. A partir de los tres meses la personita responde a los
estímulos internos y desde los seis meses a los externos.
Hay, pues, formas de sensación y actividad. Se puede
suponer un psíquico elemental, difuso, con un estado
indistinto de sueño, con variaciones afectivas de malestar
y bienestar.
Etapa
post-natal
La Infancia
Es la etapa comprendida entre el nacimiento
y los seis o siete años.
Desarrollo físico y motor : El
neonato pesa normalmente entre 2.5 a 3 kgs y tiene una estatura
promedio de 0.50 m. Tiene una cabeza desproporcionada en
relación con su cuerpo y duerme la mayor parte del
tiempo. Pero
no es un ser completamente pasivo ya que gradualmente va
reaccionando a la variedad e intensidad de los estímulos
de su nuevo ambiente.
Aparecen los primeros actos reflejos: Succión
del pecho materno, contracción pupilar,
reacción ante sonidos fuertes y ante diversos
sabores.Realiza movimientos espontáneos e
indiferenciados: Agita y retuerce su cuerpo, mueve los brazos
y piernas (pedalea.)Reacciones emocionales indiscriminadas de
agitación y excitación que acompañan a
los movimientos espontáneos y que se producen ante
estímulos agradables o desagradables.En el desarrollo motor observamos lo
siguiente:
A las 15 semanas: Puede coger un objeto
perfectamente.A las 25 semanas: Se sienta solo.
A las 45 semanas: Gatea
A los 15 meses: Ya camina solo.
A los 2 años: Sube las escaleras
solo.A los 3 años: Corre de una manera más
uniforme, puede lavarse y secarse las manos solo, alimentarse
con una cuchara sin ensuciar demasiado, ir al baño,
responder a instrucciones.
Desarrollo cognoscitivo: El infante, hasta los 6
o 7 años, pasa por los siguientes periodos de desarrollo
de la inteligencia:
1. Periodo de inteligencia senso –
motora:
El infante se interesa en ejercitar sus órganos
sensoriales, sus movimientos y su lenguaje que
le van permitiendo el ir afrontando determinados problemas.
Así, entre los 5 y 9 meses, el bebé moverá
su sonaja para escuchar el ruido.
2. Periodo de la inteligencia concreta:
A. Fase del pensamiento
simbólico (2 ; 4 años) Aquí el niño
lleva a cabo sus primeros tentativos relativamente desorganizados
e inciertos de tomar contacto con el mundo nuevo y desconocido de
los símbolos. Comienza la adquisición
sistemática del lenguaje gracias a la aparición de
una función
simbólica que se manifiesta también en los juegos
imaginativos. Por ejemplo, el niño que le regalaron una
pelota grande y de colores que
está colocada como un adorno. Sus
hermanos salen a jugar (sin llevar la pelota de siempre, sucia y
pequeña) y le dicen al niño que traiga la pelota;
él llevará la que está de adorno porque para
él no hay más pelota que la que le
regalaron.
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